César Calvo en Macchu
Picchu
Calvo Soriano, César (1940-2000)
Poeta, narrador, ensayista, periodista y
compositor musical peruano, nacido en Iquitos (capital del departamento de
Loreto) el 26 de julio de 1940 y fallecido en Lima el 18 de agosto de 2000.
Fue una de las figuras más relevantes del panorama cultural peruano de la
segunda mitad del siglo XX.
Nacido en el seno de una familia acomodada, pasó su infancia a caballo entre
la ciudad de Lima (a la que se habían trasladado los suyos al poco tiempo de
su nacimiento) y las grandes propiedades agropecuarias que poseía su abuelo,
don Víctor Soriano, en Puente Piedra y Chillón.
Sus padres, don César Calvo de Araujo -que era un pintor de gran renombre en
su entorno loretano- y doña Graciela Soriano Narváez de Calvo, le
proporcionaron una excelente formación académica, primero en el Colegio
Pedro Tomás Drinot -donde el pequeño César cursó sus estudios
primarios- y, a continuación, en el Colegio Nacional Hipólito Unanue -donde
estudió el Bachillerato-. De estos dos centros de enseñanza, ambos
limeños, egresó con un brillante expediente académico que le permitió
matricularse en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde, cursó
estudios superiores de Letras, Psicología y Derecho.
La solvencia económica de que gozaba su familia le permitió emanciparse muy
pronto, en plena juventud, cuando pasó a ocupar un apartamento propio en un
elegante barrio limeño. Su vida estuvo siempre ligada a la gran capital
peruana, lo que no le impidió salir frecuentemente de sus límites para
emprender largos viajes por todo el país y por diversos lugares del
mundo.Animado siempre por su espíritu aventurero, llegó a fijar
residencias provisionales en Iquitos y Cuzco (Perú), así como en las
principales ciudades europeas (Londres, París, Madrid, Roma y Barcelona).
César Calvo fue una figura muy popular y querida en los ambientes limeños
más variados, desde los círculos artísticos e intelectuales (en los que se
integró durante su etapa universitaria, cuando dio a conocer sus primeros
versos) hasta en los barrios más desfavorecidos (a los que acudía con
regularidad para socorrer a los pobres y los niños desamparados). Su
condición de periodista y compositor de letras musicales le granjeó
numerosas amistades en todos los estratos sociales, donde siempre fue
señalado por su bonhomía, su fraternidad y su desprendimiento; al mismo
tiempo, sus frecuentes recorridos por todo el mundo, sumados a la excelente
formación académica que había recibido, le convirtieron en una de las
personas más ilustradas de la sociedad limeña de la segunda mitad del siglo
XX, por lo que su opinión era constantemente requerida en cualquier debate o
polémica, ya fuera de índole política, económica, social, cultural, etc.
Célebre también por sus innumerables escarceos
amorosos -fue un auténtico donjuán entre la población femenina limeña, y
dejó asimismo fama de seductor en las ciudades donde residió
provisionalmente-, César Calvo se distinguió, además, como uno de los más
activos ecologistas de su tiempo, en el que defendió con singular tenacidad
la necesidad de preservar con medidas oficiales la riqueza natural de la
Amazonía. En esta línea de trabajo, emprendió campañas en pro de la defensa
y protección de los animales, dirigió la filial del Instituto Nacional de
Cultura en Iquitos, y asumió también la jefatura de la Fundación Pro Selva,
radicada en dicha ciudad.
En su faceta de periodista -actividad que ocupó la mayor parte de su vida
laboral-, debutó en 1962, a los veintidós años de edad, como fundador del
diario Expreso, de Lima, donde pronto adquirió un sólido bagaje profesional
que le permitió pasar a otro rotativo limeño de mayor difusión, El Comercio.
En sus talleres desempeñó las funciones más diversas, aunque todas ellas
relacionadas con el oficio periodístico (corrector, maquetador y redactor),
con lo que pronto estuvo en condiciones de asumir la subdirección del diario
El Correo.
Su brillante trayectoria profesional en el campo de los medios de
comunicación incluye otros hitos tan notables como la dirección en Perú de
una edición en castellano de la célebre revista Latin American Touring
(1964-1965).
Además, fue Jefe de redacción en La República,
columnista de El Popular y colaborador asiduo en algunas de las revistas
peruanas de mayor tirada (como Gente, Caretas y Sí); y mantuvo,
prácticamente hasta el último día de su vida, una columna fija en el
rotativo Perú Shimpo.
Los medios de comunicación audiovisuales también se beneficiaron de su
talento periodístico y de alguna de sus dotes naturales para el ejercicio de
la profesión (como, por ejemplo, la posesión de una voz especialmente
modulada para la declamación y las labores de locutor). En este campo,
trabajó como guionista en los programas televisivos "Esta es su Vida" y
"Noche de Gala", de la cadena Panamericana Televisión, y fue el narrador en
off del cortometraje La Vida de Martin Adán, rodado por el director peruano
Alberto «Chicho» Durand. Además, a petición expresa de Georgette Vallejo,
viuda de César Vallejo, Calvo Soriano fue el rapsoda "oficial" de los versos
del genial poeta de Santiago de Chuco.
Particularmente destacada fue también la contribución del escritor de
Iquitos a la música popular de su tiempo. Letrista inspirado como pocos,
compuso innumerables historias que, en los géneros cancioneriles más
variados (desde la balada a la canción infantil, pasando por la trova, el
landó, el danzón, el huayno, el yaraví, el panalivio y la copla marinera),
fueron interpretados por algunos de los vocalistas peruanos de mayor
proyección nacional e internacional, como Chabuca Granda, Jorge Madueño,
Raúl Vásquez, Juan Castro Nalli, Lucho Gonzáles y -entre otros muchos-
Víctor Merino, entre otros.
Gran parte de estas letras quedaron recogidas en
el volumen titulado Cancionario (1967), obra que proporcionó a los textos de
Calvo Soriano una enorme proyección por todo el ámbito geo-cultural
hispanoamericano. Pronto sus letras pasaron a formar parte también de los
repertorios de algunos de los cantantes más célebres de América latina, como
los cubanos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, el uruguayo Alfredo Zitarrosa
y la argentina Mercedes Sosa. Director artístico y coordinador general del
grupo "Perú Negro", Calvo Soriano fue capaz de lanzar a este peculiar
conjunto folklórico al estrellato internacional, y se implicó de tal forma
en su ambicioso proyecto cultural que llegó a ocuparse personalmente del
diseño de la coreografía, el vestuario y la iluminación de sus puestas en
escena.
Obra
Poeta precoz, César Calvo dio a conocer sus primeros versos en los
frecuentes recitales que, a comienzos de los años sesenta, organizaban los
distintos colectivos universitarios y sindicales limeños. El hecho de que
estas composiciones primerizas estuviesen destinadas a una lectura en voz
alta propició que en el estilo del poeta de Iquitos cobrasen una enorme
importancia el ritmo, las pausas, los acentos y recursos prosódicos de
especial rendimiento en el recitado .
Su opera prima, un poemario titulado Carta para
el tiempo, le situó de inmediato entre los autores de la denominada
"Generación del 60". Fue en dicho año cuando, en efecto, el joven César
Calvo Soriano obtuvo por esta obra -que, en la actualidad, continúa inédita-
una Mención de Honor en el Primer Concurso Hispanoamericano de Literatura; y
fue también en 1960 cuando se consagró definitivamente como una de las
grandes promesas de la poesía peruana contemporánea, al alzarse con el
Primer Premio del Concurso "Poeta Joven del Perú", convocado por la revista
Cuadernos Trimestrales de Poesía (de Trujillo), merced a su segundo libro de
versos, Poemas bajo tierra (Lima, 1961). César Calvo compartió este
galardón, ex aequo, con otra figura destacada de la lírica peruana de la
segunda mitad del siglo XX, el malogrado autor y guerrillero limeño Javier
Heraud (1942-1963), con el que luego habría de escribir a medias Ensayo a
dos voces (1967), publicado cuatro años después de que Heraud fuera
acribillado a balazos.
Su tercer poemario -segundo de los que daba a la imprenta- vio la luz bajo
el título de Ausencias y Retardos (Lima, 1963). Tres años después, el
escritor de Iquitos obtuvo una Mención de Honor en el prestigioso premio
internacional "Casa de las Américas", por su nuevo poemario titulado El
cetro de los jóvenes (La Habana, 1967).
El resto de su producción poética
comprende otros títulos como Poemas y canciones (Lima, 1967) y los tres
poemarios independientes El Último Poema de Volcek Kalsarets (1965),
Cancionario (1967) y Poco antes de partir (1971), que fueron incluidos en un
volumen publicado bajo el título de Pedestal para Nadie (Lima, 1975). Con
esta espléndida obra, especie de legado de la mejor poesía que había escrito
en los últimos años, César Calvo obtuvo el Premio Nacional de Fomento a la
Cultura (1970), el Primer Premio del Concurso Hispanoamericano de Literatura
(1974) y el Premio Nacional de Poesía "José Santos Chocano" (1975), máximo
galardón poético de cuantos se conceden en Perú.
Consagrado, pues, a mediados de los años setenta como una de las voces
poéticas más relevantes de la poesía hispanoamericana contemporánea, el
escritor peruano sorprendió gratamente a críticos y lectores a comienzos de
la década siguiente, por medio de una espléndida e inesperada incursión en
el campo de la novela. Publicó, en efecto, Las tres mitades de Ino Moxo y
otros brujos de la Amazonía (Lima, 1981), narración magistral en la que
volcó todas sus preocupaciones ecológicas, traducida de inmediato al
italiano (1982) y, al cabo de unos años, al inglés (1995).
Tras esta magistral irrupción en
un género que, hasta entonces, no había cultivado, Calvo Soriano regresó a
los dominios de la lírica con el poemario titulado Como tatuajes en la piel
de un río (Lima, 1985), al que luego siguió la que habría de ser su postrera
entrega poética, Puerte de Viaje (Lima, 1989), obra escrita en colaboración
con José Pavletich. Entre ambas colecciones de versos, el escritor de
Iquitos publicó una interesante trilogía, a medio camino entre el ensayo y
la investigación periodística, sobre el atentado que estuvo a punto de
acabar con la vida del Papa Juan Pablo II, conformada por los volúmenes Los
lobos grises aúllan en ingles (1985), La verdad y solamente la verdad (1985)
y Los lobos aúllan contra Bulgaria (1989).
De aquel tiempo es también su libro Campana de palo (Lima, 1986), en el que
recopiló algunas de las columnas que había publicado en el diario El
Popular, junto con otras muchas que habían sido censuradas. Su obra
postrera, de carácter póstumo, fue el ensayo poético Edipo entre los inkas
(2001), publicado en tres tomos por el Congreso de la Repúblico del Perú.
Calvo Soriano había fallecido repentinamente a mediados de agosto del años
anterior, justo después de haber concluido este ensayo.
Bibliografía
GONZÁLEZ VIGIL, Ricardo. "César Calvo triunfa como novelista", en Dominical,
suplemento del diario El Comercio (Lima),
(10 de enero de 1982), pág. 16.
SÁNCHEZ LEÓN, Abelardo. "Calvo contra Calvo", en rev. Oiga (Lima) (22 de
octubre de 1971), págs. 32-34.
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Perú: Literatura.
J. R. Fernández de Cano
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