Entre
Dos Tierras.
Boletín del Voluntariado Ambiental de Santa
Fe, "Auca".
nº 2- Otoño 2002
SUMARIO
EDITORIAL
El pasado número
de nuestra revista lo iniciábamos aludiendo a la demora que ese
número había tenido respecto al número 0 y nos comprometíamos a
sacar los siguientes números con una periodicidad menor, así pues,
si el número 1 vio la luz para el verano, el actual se corresponde
con la estación de otoño. Como podrá observar el lector, más adelante,
en el programa de actividades desde octubre a Navidad que se adjunta,
son muchas y variopintas las intervenciones en las que el Voluntariado
se halla inmerso pero, sin embargo, no están todas ahí recogidas,
ya que muchas otras que podríamos denominar de carácter interno
o de mantenimiento, por supuesto, no se ofertan al resto de la población,
así, por ejemplo, las tareas de limpieza e inventario de los recursos
de la Asociación existentes en la sede, o las reuniones de preparación
de determinadas actividades, etc. También, recientemente, nuestra
Agrupación ha sido requerida, para exponer nuestra experiencia,
en las I Jornadas Andaluzas sobre Voluntariado y Municipio que se
desarrollaron, a nivel andaluz, en el Palacio de Congresos de Granada
los días 30 y 31 de octubre de 2002. Nuestra Agrupación participa
en las reuniones y actividades de la Plataforma Necesitamos la Vega,
porque pensamos que hay que tomar medidas urgentes que eviten que
la especulación urbanística y el crecimiento "ordenado" o desordenado,
dilapiden un recurso natural de primer orden. En días pasados, también
se asistió, un año más, a la reunión que el CICODE (Centro de Iniciativas
de Cooperación al Desarrollo) de la Universidad de Granada, mantuvo
con todas aquellas asociaciones que ofrecen la posibilidad de acoger
voluntarios/as universitarios/as para desarrollar tareas de voluntariado;
nuestra asociación ya ha contado con estudiantes universitarias
que han venido a prestar sus servicios voluntarios a Santa Fe e,
incluso, ya son miembros de pleno derecho de la Agrupación, y este
año volvemos a tener demandas en ese sentido. El Centro de Estudios
Ambientales y sede de AUCA, sigue recibiendo donaciones y en otros
casos, adquisiciones de la Agrupación, de publicaciones de temática
ambiental, al mismo tiempo que se continua con la programación de
un gran número de actividades, todas ellas abiertas a la población
en general y de carácter gratuito. AUCA también está colaborando
con el Área de Juventud de Diputación, así voluntarios/as están
impartiendo cursos para otras asociaciones, IES, escuelas taller,
casas de oficios, talleres de empleo, etc. En el momento presente,
además de contar con el apoyo del Ayuntamiento de Santa Fe, estamos
a la espera de que se pronuncien otras Administraciones, a las que
les hemos solicitado subvención en relación con varios proyectos:
uno para la mejora del medio ambiente urbano y otro de educación
ambiental, a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
y, por otra parte, un curso sobre telecomunicaciones a la Consejería
de Gobernación de la Junta de Andalucía. Además de todo lo indicado
y de las actividades programadas, el Voluntariado atiende peticiones
de la población, realiza informes sobre atentados ambientales, desarrolla
labores de vigilancia, mantiene actualizada su página web, elabora
el programa de radio "La Encrucijada", etc. En definitiva, una amplia
gama de trabajos, unos a la luz y otros a la sombra, que se desarrollan
gracias a la suma de voluntades de personas de todas las edades
y procedencias con algo en común: su amor a la Naturaleza.
Confiamos que
los contenidos de este número sean de interés para el público en
general e invitamos a todas aquellas personas e instituciones que
quieran escribir en próximos números a que nos remitan, a ser posible,
informatizados sus textos. "Entre dos Tierras" es un medio independiente
y esperamos que se convierta en un referente de las temáticas ambientales
más cercanas.
Miguel
Ángel Molinero Ramos
(Presidente AUCA)
ARTICULOS
El
arroyo Salado
El
"Salao" es un arroyo que nace en las sierras costeras y vierte sus
aguas al Genil, cruzando toda la comarca del Temple de sur a norte.
En su recorrido pasa por las poblaciones de La Malahá, Santa Fe
y Chauchina (donde desemboca), y conforma un peculiar ecosistema
debido a la salinidad de sus aguas que, al atravesar un yacimiento
de evaporitas a la altura de La Malahá, se enriquecen en este mineral.
La falta de estudios recientes sobre dicho enclave, su valor histórico
y su estado de conservación aceptable en gran parte de su recorrido
así como el hecho de pasar por Santa Fe nos inclinó a la asociación
AUCA a emprender un proyecto de estudio del ecosistema asociado
al arroyo y de las amenazas con las que se enfrenta su conservación.
Dicho proyecto, de título: "Estudio, mejora y conservación del
ecosistema del arroyo Salado", fue llevado a cabo por la agrupación
durante la primavera del 2001.
El
Salao fue y es la conexión natural entre dos comarcas: la vega del
Genil y el Temple. Sus orillas fueron camino de comerciantes y ganaderos
desde, al menos, la época de los romanos. Por los restos hallados
en La Malahá, parece ser que pudo encontrar su auge durante el periodo
musulmán, como así atestiguan las salinas y baños datados de esta
época. A través del Salao, las caravanas de comerciantes hacían
llegar cargamentos de sal y cereales a la vega y productos hortofrutícolas
al temple en un continuo intercambio en ambos sentidos de la ruta.
Las emanaciones naturales de aguas termales fue también un recurso
muy explotado, nombrando aquí, nuevamente, los baños árabes de La
Malahá, que se encuentran a escasa distancia del lecho del arroyo
y que vierten sus aguas al mismo. Actualmente, aún se siguen explotando
la sal y las aguas termales, con nuevas instalaciones para dichos
usos.
En el ámbito de la agricultura, las orillas del Salao estuvieron
cultivadas desde antiguo de cereales, almendros, vides y productos
de huerta en su tramo bajo; ahora son los olivares y las choperas
los cultivos dominantes desde La Malahá hasta su desembocadura en
detrimento de los anteriores, siendo la vid la más perjudicada con
su casi total desaparición. Cabe reseñar también que el arroyo es
cruzado por la cañada real "camino de la costa" que conecta la vega
granadina con la costa malagueña atravesando las sierras costeras,
donde los ganaderos trasladaban sus rebaños de los montes a la vega
y viceversa, o hasta la misma costa, con el fin de encontrar pastos
y de vender sus productos, y que nuevamente dicha ruta vivió mejores
tiempos.
El
arroyo como corredor ecológico. A pesar de las continuas amenazas
que "planean" sobre el arroyo y de soportar la influencia humana
desde tiempos inmemoriales, el Salao mantiene aún una rica variedad
de especies mostrando una amplia biodiversidad con respecto a los
cultivos colindantes. Entre la vegetación destacaremos, por un lado,
al carrizo (Pragmytes australis) y al taraje (Tamarix
africana) por su especial abundancia, formando el primero un
carrizal prácticamente continuo desde La Malahá hasta casi su desembocadura,
mientras el segundo se haya más disperso salvo en determinados puntos
donde se concentra estableciendo verdaderos tarajales. Por otro
lado destacamos dos especies íntimamente ligadas a las condiciones
de salinidad que ofrece el arroyo como son el salado blanco (Atriplex
halimus) y la sosa fina (Suaeda vera), siendo el salado
blanco localmente abundante mientras la sosa fina es mucho más localizada.
No faltan las especies típicas del matorral mediterráneo como son
la retama (Retama sphaerocarpa), la mejorana (Thymus mastichina)
y otras especies del género Thymus y del género Artemisia aún por
determinar. Algo más escasas son las alcaparras (Capparis spinosa)
y la bufalaga (Thymelaea hirsuta), y mucho más raros pero
presentes, los garbancillos silvestres (Ononis sp.) y las
orquídeas con dos especies, entre ellas Ophris lutea. También
nos asombra, si paseamos por las orillas de nuestro arroyo, la aparición
de un pequeño bosquete de olmos (Ulmus minor) cercano ya
a La Malahá, y en cuyo cortejo encontramos rosales silvestres (Rosa
canina) e incluso helechos (Pteridium aquilinum), cosa
poco frecuente en el Temple debido a su carácter estepario pero
que en este rincón se ve atenuado por su disposición en umbría y
su mayor disponibilidad de agua dulce superficial. En la zona de
vega colindante al arroyo aparecen algunos sauces (Salix sp),
álamos (Populus alba), caña común (Arundo donax),
etc, pero con peor estado de conservación debido a la transformación
tan acusada del entorno durante este tramo del arroyo. Muchas otras
especies aparecen asociadas al arroyo (aunque no exclusivamente
a él) como dos especies de amapolas, lechetreznas, Moricandia
arvensis (una hermosa crucífera de flor morada muy abundante
en la zona estepárica), jaramagos amarillos, juncos, aneas (Typha
sp), y un largo ecétera.
Si la vegetación es diversa, no menos lo es la fauna que utiliza
el arroyo Salao en algún momento del año. Entre los mamíferos destacamos
al conejo (Oryctolagus cuniculus) por su abundancia, pero
no faltan ni la rata de agua (género Arvicola) ni el lirón careto
(Eliomys quercinus) entre otros roedores. Los carnívoros
se ven representados por el zorro (Vulpes vulpes) y el tejón
(Meles meles) principalmente.
En el ámbito de la herpetología encontramos a la rana común (Rana
perezi), el lagarto ocelado (Lacerta lepida), la lagartija
común (Podarcis hispanica) y cuatro especies de culebras:
viperina (Natrix maura), escalera (Elaphe scalaris),
bastarda (Malpolon mompessulanum) y herradura (Coluber
hippocrepis). Más difícil de ver es la culebrilla ciega (Blanus
cireneus), por sus hábitos subterráneos. Es de importancia la
población de galápago leproso (Mauremys leprosa) que habita
las aguas del arroyo y que fue objeto de un censo específico durante
el proyecto.
Pero es en las aves donde el Salao muestra una mayor diversidad
faunística, detectándose unas 50 especies tan sólo durante el periodo
en el cual hemos elaborado el estudio. En ellas vamos a diferenciar
las que nidifican en la zona objeto de estudio y las que utilizan
el arroyo como lugar de paso en sus migraciones, como zona de alimentación
o como lugar de invernada:
- nidificantes:
Destacamos
la numerosa población de mochuelo (Athene noctua) que detectamos
en la zona. Así mismo, el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus),
perdiz común (Alectoris rufa), polla de agua (Gallinula
chloropus), palomas bravía y torcaz (Columba livia y
C. Palumbus), tórtolas común y turca (Streptopelia turtur
y S. Decaocto), críalo (Clamator glandarius),
chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis), abubilla (Upupa
epops), abejaruco (Merops apiaster), pito real (Picus
viridis), alcaudones común y real (Lanius senator y L.
excubitor), algunos córvidos y un sin fin de pajarillos anidan
también en este entorno, como es el caso de las golondrinas dáuricas
(Hirundo daurica), el carricero común (Acrocephalus scirpaeus)
y, destacando, el gorrión moruno (Passer hispaniolensis),
por ser ésta la primera población de esta especie encontrada en
toda la provincia de Granada.
-
no nidificantes:
Entre
las rapaces se observaron aguilucho lagunero (Circus aeruginosus),
águila culebrera (Circaetus gallicus) y gavilán (Accipiter
nisus). Focha común (Fulica atra), golondrina común (Hirundo
rustica), zorzal común (Turdus philomelos), ánade real
(Anas platyrhynchos) y otras muchas especies más utilizan
también el arroyo bien como lugar de invernada, bien como área de
paso en sus migraciones.
La importancia del arroyo Salao como "corredor verde" estriba en
la vegetación que aún se conserva en sus orillas, la linealidad
de su lecho con orientación sur-norte, el ser una zona húmeda inserta
en un marco árido lo que provoca, entre otras cosas, una mayor concentración
de insectos y, por ende, una mayor oferta alimenticia para las especies
circundantes, y su condición de microhábitat. La cantidad de especies
de aves que utilizan el recorrido del arroyo a modo de camino en
sus migraciones o movimientos dispersivos es, por ello, bastante
amplia. Así destacamos, en este uso, a las siguientes especies:
águila calzada (Hieraaetus pennatus), águila culebrera, aguilucho
lagunero, gavilán, andarríos chico (Actitis hypoleucos),
andarríos grande (Tringa ochropus), vencejo común (Apus
apus), avión común, golondrina común, lavandera blanca (Motacilla
alba), lavandera boyera (Motacilla flava), lavandera
cascadeña (Motacilla cinerea), petirrojo (Erithacus rubecula),
colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), zorzal común, carricero
común, curruca mosquitera (Sylvia borin), curruca capirotada
(Sylvia atricapilla), mosquitero musical (Phyloscopus
trochilus), papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
(com. pers.) y, probablemente, alcaudón común. Cabe resaltar la
presencia de los andarríos, que se alimentan en los limos que deja
el arroyo a su paso, y la captura, durante una jornada de anillamiento
científico, de una curruca capirotada anillada en Bélgica (anilla
nº 7472882 Bruxeles Museum), lo que puede indicarnos la importancia
del Salao incluso para poblaciones de aves que anidan fuera de nuestras
fronteras.
- Problemática
ambiental en el arroyo.
Durante
el periodo de estudio pudimos comprobar que el arroyo Salao está
amenazado por distintas causas si bien todas ellas son de origen
humano, tanto directamente como indirectamente. Así observamos numerosos
vertidos de basuras sólidas a lo largo de todo su recorrido, contaminación
de aguas, estrechamiento del cauce para ganarle terreno al arroyo,
encauzamientos con hormigón, fuegos intencionados, etc... Todo ello
pone en jaque a la biodiversidad característica de este frágil enclave
que, como hemos comentado, es único en su entorno. Pero también
revierte sobre la población humana que se asienta en sus cercanías.
Analizando esto último no es difícil comprender, por ejemplo, el
riesgo que supone el acúmulo de escombro y otras basuras sólidas
en el cauce que pueden actuar a modo de tapón y provocar riadas,
peligro que se acentúa si tenemos en cuenta el estrechamiento de
cauce al que se somete al arroyo periódicamente, como hemos comentado
antes, para agrandar las parcelas colindantes y que provoca un aumento
del nivel de las aguas y de su velocidad, y, también, la propia
estrechez dejada al cauce en los puentes que lo cruzan, como pudimos
comprobar personalmente, y que actúan como embudos donde se pueden
producir los citados tapones con mayor probabilidad. Y que decir
de la contaminación de las aguas debidas tanto a fábricas, como
vertidos de aguas residuales e incluso provocada por las mismas
basuras en las que no faltaban envases de productos químicos y animales
muertos. Estas aguas contaminadas llegan al Genil que ha su vez
es utilizado para el riego aguas debajo de la desembocadura del
Salao; y el Salao mismo se utiliza para regar en la localidad de
Chauchina (recordemos que a esa altura desemboca). Por supuesto,
estas aguas se filtran y también llegan a los acuíferos subterráneos
de la vega del Genil de donde actualmente beben los pueblos aquí
situados y, nuevamente, es el agua de riego que se utiliza en verano
en esta comarca.
- Partiendo
hacia la búsqueda de soluciones
La
diversidad de este planeta se está perdiendo a pasos agigantados.
Lo que ocurre en el arroyo Salao no es más que un ejemplo puntual
de la crisis que sufre el planeta. Las pérdidas en las especies,
en la materia viva de nuestro mundo, son para siempre: una vez extinguidas
no hay vuelta atrás. Y, por supuesto, esto influirá de una manera
o de otra en nuestra propia existencia, pues en muchas especies
puede estar la solución a enfermedades que aún no tienen cura, otras
muchas nos alimentan, nos dan el oxígeno que respiramos, las hay
que depuran nuestras aguas y nuestra atmósfera, o capturan humedad
del ambiente. Nos dan toda clase de recursos en los cuales se basa
nuestra sociedad actual y nosotros los explotamos hasta el exterminio.
Es hora de tomar una decisión, de cambiar el rumbo que llevamos
y de buscar soluciones que nos permitan mantener esta diversidad
en el planeta. Y este trabajo global se debe llevar a cabo a nivel
local que es el nivel de influencia que tenemos las personas "comunes
y corrientes". El arroyo Salao necesita de nuestra ayuda y nosotros
de los recursos que nos aporta (agua, sal, zonas verdes, fauna,
...) y que deben ser preservados para las generaciones futuras las
cuales tienen todo el derecho de heredar un mundo tal y como lo
conocimos nosotros, con todos sus recursos naturales. Pero la preservación
del arroyo Salao no tiene que estar reñida con la seguridad frente
a riadas de las poblaciones aguas abajo: no sólo urge la preservación
de su flora y su fauna y una mejora del estado actual de las mismas,
lo que descartaría un encauzamiento con hormigón, sino una limpieza
del cauce (entiéndase por limpieza una retirada de la basura y escombro
y no la vegetación de su cauce), la recuperación del antiguo cauce
que fue más ancho anteriormente y que los propietarios colindantes
se han adueñado ilegalmente (recordemos que los cauces fluviales
son públicos), la utilización de canales auxiliares aprovechando
por ejemplo acequias actualmente perdidas que desahoguen el cauce
principal en caso de peligro de riada y no descartar la utilización
de hormigón tan sólo en puntos muy críticos como los puentes que
cruzan el arroyo los cuales deben ser ensanchados también y aquellas
curvas del cauce (meandros) con una alta probabilidad de que el
agua salte erosionando el terreno que la sujeta.
A todo lo dicho para las riadas añadimos otro aspecto para la seguridad
de los que vivimos en la zona de influencia del Salao: la depuración
de sus aguas, pues la salubridad de la zona, teniendo el nivel de
contaminación que llevan las aguas que surcan nuestro territorio,
está puesta en tela de juicio.
En fin,
es mucho el trabajo que nos queda por hacer pero entre todos, incentivando
la educación y el respeto por el ambiente que nos rodea podemos
conseguirlo y debemos conseguirlo pues, recordemos, las personas
somos naturaleza, pertenecemos al medio ambiente, su respeto es
el respeto a nosotros mismos y su conservación nuestra supervivencia.
Sergio
de Haro Guijarro.
Biólogo. Miembro de Auca.
El
diseño bioclimático
El ser humano actúa sobre el suelo de distintas formas, desde las
pequeñas áreas de cultivo hasta las grandes infraestructuras urbanas
o de ingeniería. La gran problemática se plantea cuando la integración
en el medio no es la correcta. La solución a esto está en la coherencia
entre diseño urbanístico y paisaje.
España cuenta con el Real Decreto 1302/1986 del 28 de Junio de 1986,
sobre evaluación de impacto ambiental. Contempla expresamente que
la EIA (Evaluación de Impacto Ambiental) debe incluir una serie
de datos tan diversos como diseño, materiales usados en el proyecto,
estudio del paisaje donde se ubicará, recorridos, puntos más sensibles,
componentes del paisaje eliminados, grado del contraste visual,
evaluación del contraste y propuestas de medidas correctoras… En
su anexo se establecen, entre los proyectos que deben someterse
a este procedimiento, las primeras repoblaciones, autopistas y autovías.
La cuestión está en el cumplimiento o no de esa normativa y el punto
de vista de aquel que lo aprueba.
En el ámbito individual, es posible esa coherencia con el medio.
Técnicas tan simples como la orientación de los núcleos que forman
la vivienda, diseños adecuados al microclima de nuestra ciudad o
sistemas clásicos de ventilación suponen un máximo aprovechamiento
de energías renovables. Del mismo modo se están aplicando materiales
que retienen el calor en el interior del hogar ahorrando energía
en calefacción; otros de fácil y rentable reciclaje además de cierto
ahorro energético en su fabricación; pinturas, revestimientos, adecuados
a cada situación y clima... Tener una actitud ecológica no es un
estilo de vida reservado a grandes niveles adquisitivos, si no que
está más de acuerdo con un consumo racional que conlleva un mejor
nivel de vida incluso ahorro económico.
La realidad nos enseña nuevas urbanizaciones en zonas de secano
tradicionales, grandes carreteras que atraviesan zonas protegidas,
casas con grandes gastos en calefacción o iluminación, diseños poco
en concordancia con el entorno, … probablemente la causa sea el
distanciamiento que nos imponemos ante el problema.
En muchos de los casos es cierto que sería posible un mejor aprovechamiento
del terreno urbano y urbanizable, eliminar gran parte de la contaminación
acústica, ambiental, iluminária, hidráulica, reducir el consumo
de energías no reutilizables, … en esto consiste el diseño bioclimático.
Pero al final, no debemos olvidar que el problema de la contaminación
tiene soluciones que parten de pequeñas acciones diarias que realizamos
tú y yo, como individuos, desde el momento en el que cerramos el
grifo que gotea.
Elena
Galiana Albarral
Miembro de Auca
¿Y
a qué dedicas tu tiempo libre?
El
tiempo libre o tiempo de ocio es el espacio de tiempo que a una
persona le queda libre una vez satisfechas sus necesidades vitales
(conseguir alimento, comer, dormir, encontrar un lugar donde habitar...)
y una vez realizadas todas aquellas actividades que constituyen
una obligación de carácter personal o social u ocupaciones forzosas.
Pero la noción del tiempo libre, del ocio y del trabajo ha variado
a lo largo de la Historia, de tal forma que en la actualidad, en
las sociedades desarrolladas, la mayor disponibilidad de tiempo
libre ha transformado el ocio en un objeto más de consumo y como
tal en generador de problemas que afectan al medio ambiente, a la
salud y al desarrollo de la personalidad individual.
El ser humano ocupa su tiempo libre, realizando diferentes actividades.
Puede dedicarse a "matar" el tiempo contemplando el cielo, entretenerse
observando gente, un paisaje,... Puede distraerse con actividades
como ir al cine, ver la televisión, escuchar música, ir a un concierto
de música, organizar fiestas,... encontrándose con amistades en
locales, pubs, discotecas, bares, cafeterías o en el parque de atracciones
o practicando deportes. Y viajar constituye un fenómeno especial,
el turismo.
El que todas estas y demás actividades que realiza el ser humano
en el tiempo considerado como su tiempo de ocio se hayan convertido
en una gran industria, ha dado lugar a que el ocio sea un acto más
de consumo dentro de la vida cotidiana de una persona. Este consumo
de ocio tiene unas connotaciones y unos efectos sobre el medio ambiente
y la salud humana, que veremos a continuación.
1.
EL RUIDO
El
incremento del ruido ambiental en los últimos tiempos ha dado lugar
a que éste sea considerado como uno de los efectos contaminantes
más molestos que inciden sobre la calidad de vida y la salud de
las personas, llegando incluso a alterar su comportamiento. Los
efectos más frecuentes del ruido sobre la salud humana son:
1. Efectos fisiológicos: La pérdida de la capacidad auditiva se
produce de forma gradual, el ruido va matando las células sensitivo-auditivas
y no se regeneran
2. Efectos psicológicos: Ansiedad, irritabilidad, insomnio, astenia
(falta de fuerzas), susceptibilidad exagerada, alteraciones del
carácter y de la personalidad y trastornos mentales graves.
3. El ruido también interfiere en la comunicación oral (esfuerzos
que hacen las personas por comunicarse entre sí en lugares con música
a todo volumen).
4. El ruido afecta a tareas como la memorización y resolución de
problemas, asimilación de información y procesos analíticos.
2.
LAS PILAS
La utilización masiva de las pilas provocó una "pila" de problemas.
El uso de las pilas se ha extendido considerablemente en los últimos
tiempos debido a la proliferación de objetos que las necesitan para
su funcionamiento: relojes, calculadoras, linternas y otros muchos
objetos que se usan en los ratos de ocio.
Recientemente se introdujeron en el mercado las "ecopilas" o "pilas
verdes" con menos contenido en mercurio.
3.
EL TURISMO
El
desarrollo y crecimiento del turismo ha contribuido al desarrollo
socioeconómico de ciertas áreas. Se sacrifican en algunas ocasiones
valores socioculturales y naturales por servicios e infraestructuras
propias del entorno urbano, con las consiguientes repercusiones
negativas para el medio. El grave deterioro que han sufrido importantes
espacios naturales por la concentración y masificación del turismo
es casi irremediable. Esto ha supuesto la modificación en los usos
del suelo, la pérdida de especies animales y vegetales, el deterioro
de ríos y playas, la contaminación de aguas, la contaminación atmosférica
debida al uso del vehículo privado y el incremento de basuras y
residuos en esas áreas.
Las
SOLUCIONES son diversas, empezando por la utilización de medios
de transporte público (metros, autobuses, trenes) o bicicletas,
apostar por un turismo verde, el turismo rural, siempre y cuando
se regule y planifique de cara a que no se produzcan masificaciones,
el senderismo o la realización de deportes y actividades al aire
libre poco impactantes, favoreciendo la conservación de la naturaleza
y el respeto con el medio ambiente.
Respetar, conservar y proteger el entorno de forma que allá donde
estemos nunca dejemos huella.
Mª
Luz Albarral Albarral
Miembro de Auca
¿A
dónde vamos?
El
hombre, "el ser humano", se ha insertado, no como uno más, sino
como elemento dominador en la dialéctica hombre - medio, asentándose
en un modelo explotador y esquilmador de los recursos naturales
en el que lo único que prevalece es el desarrollo económico per
se, cuyos indicadores son el P.I.B., la renta per cápita y, en definitiva,
un deseo imparable de acumular bienes materiales.
De este modo, como un loco obsesionado por crecer, a toda costa,
en el sentido más estricto y simple del término, lucha y se afana
en un despropósito, sin darse cuenta o sin querer ser consciente
de la ruina a la que le conduce todo esto.
¿Qué anhelo tan fugaz guía al hombre para perseverar en un modelo
de desarrollo tan despiadado con el medio y por ende con todo lo
que somos y lo que nos rodea? (cuando hablo de medio lo hago en
el más amplio sentido de la palabra, entendiendo por el mismo no
sólo el medio natural, sino también el medio humano, el social,
el artístico -cultural, tecnológico etc.).
Las consecuencias nefastas de este modelo son fácilmente apreciables
y basta con una mirada atenta y receptiva a nuestro alrededor para
constatarlas: contaminación, destrucción de recursos, hambre y miseria,
etc.
Ante todo esto, la preocupación por los problemas ambientales es
cada día mayor. La capacidad para pensar en estas cuestiones y actuar,
cada uno en nuestro ámbito, es fundamental para ir construyendo
los cimientos de otro sistema social, económico, tecnológico y político
que nos permita vivir en este mundo con criterios más justos, más
éticos, más humanos. Con demasiada frecuencia se piensa que los
problemas del medio ambiente no tienen solución, o que esta es muy
difícil, porque hemos caído en una inercia imparable que nos conduce
a la autodestrucción de manera irremisible. Evidentemente las soluciones
sencillas para conflictos tan complejos, como los que nos arrastran
en esta alocada relación hombre - medio, no existen, pero ello no
debe llevarnos a la desesperación. Si hemos sido capaces de llegar
a la luna y movernos por el espacio, invirtiendo enormes cantidades
de dinero y recursos, a veces no se sabe muy bien para qué y otras
simplemente para hacer "turismo", dejando, dicho sea de paso, una
gran cantidad de desechos y chatarra que "andan por ahí" sin control
¿porqué no vamos a poder buscar buenas soluciones a la crisis ambiental?.
Otra cosa es que no haya interés en buscar esas soluciones y se
nos manipule dando malas respuestas a los problemas auténticos,
porque, también ocurre que, no se identifica adecuadamente la raíz
de los problemas y entonces las soluciones no dejan de ser meros
parches que dan agua por todas partes.
También se suele pensar que la solución de todos los conflictos
está fuera de nosotros, porque son otros los que mueven los hilos,
ya sean políticos, instituciones, empresas etc., sin embargo, esta
idea parte del desconocimiento y la falta de reflexión sobre nuestras
capacidades reales de intervención y decisión. Así como muchos granitos
de arena se unen y forman una playa, la suma de muchas voluntades
con nuevos criterios y formas de estar en el mundo pueden contribuir
a ese cambio real de modelo de desarrollo en el que el progreso
del hombre no se mida con parámetros estrictamente economicistas.
Nuestra vida está empeñada en este afán y no nos queda otra salida
que luchar para cambiar las cosas y debemos pensar que otro mundo
es posible, y ello no tiene por qué suponer un retroceso en la calidad
de vida, más al contrario, nos traería mayor bienestar y la extensión
de este bienestar a todos los seres humanos del planeta.
Nuestro deber y obligación es insertarnos en el entorno de la mejor
forma posible, para así poder asegurar nuestra supervivencia como
especie permitiendo al mismo tiempo la supervivencia del resto de
las especies y de las condiciones materiales que han hecho posible
la vida en este planeta desde hace tres mil millones de años, cuando
empezaron a aparecer los primeros signos de vida.
Hemos recibido de nuestros antepasados la tierra en usufructo y
tenemos el deber y la obligación de dejarla en buenas condiciones
para que otros también la puedan disfrutar. Se trata de apreciar,
valorar y respetar los que es realmente esencial, respirar aire
limpio, contemplar el intenso azul del cielo tras la lluvia, que
nuestros ríos no sean cloacas de una civilización decadente y materialista,
que los recursos se distribuyan de una forma más equitativa ...,
en una palabra, que empecemos a valorar la vida.
Debemos empezar a interrogarnos de qué manera repercuten nuestros
comportamientos y acciones en el medio, de lo que genera riqueza
de verdad o de lo que destruye todo lo que conocemos y de lo que
dependemos, debemos aprender a querernos y así poder querer a los
demás. Si podemos hacer las cosas de otra forma hagámoslas.
Joaquina
Soria Herrerías.
Miembro de Auca
"Quien
no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende
nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también
ama, observa, ve...Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una
cosa, más grande es el amor..."
PARACELSO
Tiempo
libre
Cartas
al director (humor)
Muy estimado
señor director de Entre Dos Tierras, y gentiles lectores:
En primer lugar,
para no pecar de maleducado, me gustaría presentarme. Soy un árbol
de venerable antigüedad, eso puede comprobarse con tan sólo echar
un vistazo a mi aspecto: mis raíces aferran a la tierra el tronco,
de buen diámetro, que asciende en un laberíntico juego de grietas
y sinuosas curvas sobre la corteza, el ramaje enmarañado, a pesar
de los cuidados de los jardineros... Soy uno de los olivos que residen
en la rotonda que hay situada al final de la calle Buenavista, en
dirección hacia El Jau, y en concreto, el presidente de la comunidad
de vecinos. Como tal me dirijo a ustedes. Espero que, con todas
estas referencias, sepan entender que mi intención no es, en ningún
caso, hacerles perder su valioso tiempo, pero la situación de estrés
a que nos vemos sometidos de un tiempo a esta parte ha provocado
este cambio de actitud, de pasiva a reivindicativa de los derechos
que tenemos por nuestros. Pero permítanme ponerles al día de nuestra
situación.
Como bien sabrán, somos inmigrantes de otras tierras que un buen
día llegamos a Santa Fe, y aquí nos plantamos. Bueno, más bien fuimos
traídos en camión y nos plantaron. Podría haber crecido en un olivar,
y cada año decenas de hombres vendrían a recoger nuestros frutos,
y en un determinado momento, pasados ya muchos años de apaleamientos,
concederme la jubilación anticipada. Así que junto a alguno de los
míos, vine a parar aquí, a este geriátrico de lujo, con todo el
suelo cubierto de césped. Y aquí
está el problema. No es que seamos unos viejos cascarrabias (al
menos no todos), ni que nos tengamos por intolerantes, pero el césped
nos está matando. Uno, que se ha acostumbrado toda la vida a dar
cobijo a espárragos trigueros, collejas y otras hierbecillas, se
encuentra aquí con los pies (perdón, las raíces) cubiertas de césped,
verde como un tapete de mesa de billar. Pero lo peor no es esto,
sino que el mismo, ávido de agua, exige a los jardineros un riego
constante. Y uno, que nunca ha frecuentado en exceso la bebida,
ya está hasta la copa. Que no se puede estar a diario haciendo eses,
como muchos motoristas, cuando pasan derrapando a nuestro lado sobre
el asfalto mojado por el agua que ni tan siquiera el césped es capaz
de tragar.
Encima, por si faltase poco, he oído decir a algún caminante de
los que por aquí pasan de vez en cuando, que pretenden montar un
campo de golf. ¡Claro, si la infraestructura ya la tienen lograda!
En esta rotonda ya está el cesped, y en la siguiente, unas bonitas
y enormes ánforas rodeadas de vides (que al menos no tienen que
soportar al césped) pueden hacer de hoyos para principiantes. ¡Todo
muy chic! Esperemos que no sea cierto, porque ya veo las pelotitas
blancas entrando por las ventanillas de los coches y golpeando la
cabeza de algún conductor desprevenido. El césped, a todo esto,
se ríe como si con él no fuera la cosa. Estoy deseando que venga
una restricción de agua, a ver quién se ríe entonces. Claro, que
con toda esa historia del Plan Hidrológico Nacional, me parece a
mí que muchas risas no van a oírse, ni de nosotros, ni de ellos.
Como monten aquí un embalse, nos veo buceando bajo nenúfares y carpas
doradas.
En fin, como
les decía antes, espero no haberles hecho perder demasiado tiempo.
Y también espero (esperamos) que tomen a bien considerar nuestras
palabras. Además de que, ¿dónde se han visto olivos entre césped?
¡Ni en “Amanece que no es poco”, oiga!
Atentamente,
Comunidad de Vecinos de Villa Cespeda
Miguel
A. Chico
Miembro de Auca
Poesía
“El olivo”
Olivo eres,
como olivo vives;
Luciéndote de tu propio aire,
Iluminado de tu misma luz...
Vives tan dentro de mí, que
Olvido si soy yo, o si eres tú.
Descifrando
cada parte de mí
Encuentras lo que yo no encuentro...
Mas, voy viajando
por tus paredes,
O tal vez, por tus hojas verdes;
Navego entre ti, en tu interior
Tratando de desnudarte...
Olivo, que me das la vida,
Rozas lo más hermoso de este lugar,
Ocultas lo malo, mostrando tu verdad:
Mientras yo,
sentada junto a ti,
busco en mi mirada
algo que poetice en esta simple ciudad,
donde yo me hallo,
donde yo me encuentro...
Sola, despierta, pero soñando,
soñando que vuelo, soñando que siento
esta fragancia dulce que me envuelve el alma,
que me cala hasta los huesos.
Y miro hacia
arriba, y me imagino
caminando en una parte desierta
de arenas blancas, mar muy azul...
Y lo veo todo infinito,
así como infinito azul del cielo,
hasta que despierto...
Es cuando me
encuentro
que estoy viviendo en un lugar
que mucho aprecio, donde puedo respirar
aire puro cada día, donde puedo yo
soñar, bajo este gran olivo,
que ya es mi vida...
Y aquí, se sueña
todo, y quién lo sueña,
es sueño...
Mientras, el
tiempo es por siempre ido,
pero tú, solitario olivo,
jamás por mí serás olvido...
...Y siento,
al borde del vacío,
la felicidad atónita, y te miro,
Te vuelvo a mirar, mientras mis entrañas
se conmueven...
Ahora, la tarde
arde en ascuas
y se va la luz
en este lento amanecer...
...Y siento,
que con el ulular del viento
se mueven tus finas hojas,
y es precioso ver y a la vez escuchar,
el sonido que transmites, la forma en que te enojas...
Mientras, se
hace la noche
y la luna siente miedo, yo me acongojo ante ti;
yo me desprendo; yo me consumo...
y quedo, a media luz dormida, rodeada
de tus bellas ramas... .
..quedo a tus pies rendida...
Verónica
Graos
Miembro de Auca
|