Entre Dos Tierras.
Boletín del Voluntariado Ambiental de Santa Fe, "Auca".
nº 1 - Verano 2002

 

SUMARIO

 

                • Editorial
                • Artículos
                  • Mejora del Medio Ambiente Urbano
                  • ¡Ya están aquí!
                  • Las yeseras de Santa Fe
                  • La Vega del Genil está en «jaque mate»
                • Agenda
                  • Emisiones
                  • Tiempo libre
                  • Relato
                • Consejos
                  • Parásitos y animales domésticos
                  • Sopa de letras

               

EDITORIAL

Ha pasado ya algún tiempo, desde que nuestra Agrupación lanzó el número cero de “Entre dos Tierras”, realmente, ha transcurrido más tiempo del que habríamos deseado. Los factores que explican esta demora son varios, aunque creemos que los principales han sido: la reducción de tiempo libre de los miembros del Voluntariado y la ejecución de bastantes proyectos de cierta envergadura que han absorbido buena parte de nuestros esfuerzos. Ya, en el número cero, se mencionaban algunos de los proyectos de futuro que en ese momento planteaba el Voluntariado y no sólo se han desarrollado esos, sino que incluso se han abordado otros nuevos, así, por ejemplo, se ha puesto en marcha el Centro de Estudios Ambientales, sede del Voluntariado Ambiental, se ha diseñado el Parque del Voluntariado o de la Solidaridad en el P-4, se ha desarrollado el proyecto de “Estudio, Mejora y Conservación del Arroyo del Salado”, se han restaurado las “Yeseras del Cortijo del Aire” en la Dehesa de Santa Fe, se ha respaldado el Pacto Granadino por la Vega, se mantiene nuestro programa de radio La Encrucijada, participación en las Jornadas Ambientales de Santa Fe, se ha conseguido un proyecto para la informatización del Centro de Estudios Ambientales, actualmente estamos inmersos en la ejecución del proyecto “Dinamización y Participación Social en la Mejora Integral del Medio Ambiente Urbano”, y un largo etcétera que no podemos reproducir en este apartado. A la vista de lo anterior, quizá entienda mejor el lector la demora de esta revista. Pese a todo, para el futuro, además de trabajar en proyectos como los anteriores, queremos hacer más énfasis en la educación ambiental y trabajar en el medio ambiente urbano, buscando una mayor implicación de la ciudadanía en la resolución de crisis ambiental, por ello, creemos que será una buena herramienta esta revista para dichas empresas, así pues, nos comprometemos desde ahora a una periodicidad más corta y regular.

Esperamos que esta revista sea de vuestro interés, que se convierta en un instrumento para la reflexión y la resolución de problemas, y que nos permita acercarnos al conocimiento de la realidad, con rigor, desde una perspectiva ambiental, es decir, desde la lógica del funcionamiento de los diversos sistemas naturales que, por supuesto, están participados por el Hombre.

AUCA

 

ARTICULOS

Mejora del Medio Ambiente Urbano

En estos días el Voluntariado Ambiental de Santa Fe, AUCA, se halla trabajando en la realización de las diversas actuaciones que configuran el proyecto denominado: “Dinamización y Participación Social en la Mejora Integral del Medio Ambiente Urbano”. Este proyecto ha sido financiado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y, además, colabora la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Fe. El Voluntariado Ambiental de Santa Fe, con este proyecto, pretende concienciar e implicar a la población de Santa Fe, Pedro Ruiz y El Jau en la mejora global del medio ambiente más cercano: el medio urbano.
Son muchas las actividades que forman parte de este proyecto, algunas ya se han desarrollado y otras se realizarán en los próximos días. A modo de recordatorio se relacionan las siguientes: VI Jornadas Ambientales de Santa Fe, “Energía y Medio Ambiente”; plantación popular en La Dehesa; proyección de vídeos y documentales en Centro del Voluntariado; realización de un tríptico informativo; recorrido por Santa Fe, Pedro Ruiz y El Jau y elaboración de informes con las problemáticas ambientales detectadas; puesta en marcha de patrulla de vigilancia y asesoramiento en bicicleta; entrega de árboles y otros materiales el Día Mundial del Medio Ambiente; marcha en bicicleta por Santa Fe, Pedro Ruiz y El Jau, reivindicando la reducción del uso del vehículo privado y carreteras más seguras para los ciclistas y peatones; censo de aves rapaces nocturnas en el medio urbano; etc.
Somos conscientes de que la correcta ejecución del proyecto no supondrá la subsanación de todos los males, sin embargo, creemos que contribuirá a ello, sobre todo, porque vamos a seguir trabajando en el futuro en esa línea. En muchas ocasiones los voluntarios/as han trabajado en zonas alejadas, a veces inhóspitas, en barrancos, en el monte, en arroyos, etc., y esa labor anónima ha sido muy importante, sin embargo, nos percatamos de que muchos males hunden sus raíces en el medio urbano, ya que éste, al no ser autosuficiente, demanda gran cantidad de recursos del exterior y expulsa hacia fuera los desechos o residuos, además, los núcleos urbanos son centros de toma de decisiones que afectan, no sólo al espacio que ocupan, sino a todo el territorio, por consiguiente, se entenderá lo importante que es trasladar un frente de batalla al medio urbano, sin desatender, por supuesto, otras líneas de trabajo tradicionales.

Miguel Ángel Molinero Ramos (Coordinador Técnico)

 

¡Ya están aquí!

El pasado 28 de febrero se observaron los primeros ejemplares de avión común (Delichon urbica) en el casco urbano de Santa Fe. Esta especie, que inverna en sus cuarteles africanos, vuelve puntualmente cada primavera para criar en nuestro pueblo y en otras muchas localidades de España y Europa. Aquí contamos con una numerosa colonia de cría en la Iglesia de Ntra. Sñra. de la Encarnación que se puede observar desde la plaza de España, pero las parejas nidifican en otros muchos puntos del casco urbano. El avión común es un ave insectívora y es, por tanto, un ave muy beneficiosa para la agricultura, sin embargo, todos los años se pierden nidadas por la destrucción directa de los nidos y por la única razón de que “ensucian” debido a sus defecaciones. Esta actividad puede acabar a la larga con las poblaciones de esta especie en Santa Fe, lo que acarrearía graves consecuencias para la agricultura así como la pérdida de tan hermosa especie que viene a anunciarnos, año tras año, la llegada de la primavera; por ello bien vale su pequeña molestia en comparación con el enorme beneficio que nos brinda este magnífico y eficaz “insecticida natural”.

 

Las yeseras de Santa Fe

Las tierras de la actual Dehesa de Santa Fe fueron cedidas al municipio de Santa Fe en 1.492 por los Reyes Católicos, como bienes del Común, para ejido, prado y dehesa común de los ganados del Concejo. Tras largos siglos de pastoreo, laboreo y extracción de leña, lo que en otro tiempo fueron espléndidos encinares mediterráneos se tornaron campos de cereal y zonas de pasto. En el siglo pasado estos usos se compartieron con varias explotaciones familiares de yeso. De ellas la más importante era la situada en las proximidades de Cortijo Nuevo.
El mineral de yeso, abundante en estos suelos, se depositó en el Terciario, tras la delimitación de la Depresión de Granada, dentro del Surco Intrabético, como una cuenca aislada en la que la cuenca marina se continentaliza y es sustituida por una cuenca endorreica de sedimentación lacustre. La sedimentación irá cambiando de marítima a continental y entre los materiales que se van depositando en esta cuenca están claramente representados los yesos que, a veces, forman una costra durísima.
Ligado a la presencia de este mineral se desarrolló el trabajo de los yeseros que, durante muchos años, horadaron estas tierras con los picos en su busca. La forma en la que obtenían el yeso era totalmente artesanal, pudiéndose describir en las siguientes fases:

· Extracción de la “piedra” con el pico yesero.
· Colocación de las “piedras” en el horno (cavidad cilíndrica excavada en el terreno y abierta por un lado). Las piedras se iban colocando en círculo, unas sobre otras, cerrándose cada vez más hasta formar una cúpula que dejaba un espacio hueco en el interior para la leña. Las piedras más gruesas se colocaban más cerca del fuego, pues necesitaban más calor para cocerse.
· Calcinado de la “piedra” (para el fuego se empleaban ramas de retama, cardos, aulagas etc. que se introducían por la boquilla del horno).
· Molturación, cribado y envasado (una vez cocido se trituraba, con un mazo o con rulo, se cribaba para quitar impurezas y se introducía en sacos).
· Transporte, a lomos de algún animal de carga, hasta el pueblo donde se vendía.

Hace poco más de un cuarto de siglo, los nuevos procesos de elaboración del yeso realizados en las fábricas modernas dan al traste con las pequeñas explotaciones, menos competitivas en los nuevos mercados. El declive de este oficio coincidió con la firma, en 1.972, de un convenio entre el Ayuntamiento de Santa Fe y el Patrimonio Forestal del Estado mediante el cual estas tierras fueron reforestadas, en su mayoría, con especies de pino carrasco (Pinus Halepensis), que son los que hoy día podemos ver en estos terrenos de la Dehesa, salvo en sus vaguadas, que se siguieron cultivando por los arrendatarios.
Ahora, el Voluntariado Ambiental de Santa Fe, AUCA, ha querido recuperar esta parte de nuestro patrimonio para su general conocimiento y confiamos que sean fuente de deleite y disfrute para todos, porque consideramos que: “Una civilización sin historia es como un hombre sin memoria” y, además, para respetar es necesario conocer y viceversa.

Joaquina Soria Herrerías (Miembro de Auca.)

 

La Vega del Genil está en “jaque mate”.

A las construcciones descontroladas que se llevan produciendo en la comunidad de la vega desde hace algunos años en todos los pueblos que la integran, hay que sumarle el próximo plan urbanístico de Santa Fe que contempla, entre otras cosas, la construcción de 2 polígonos industriales más (cuando el primero está sin completar), y una serie de urbanizaciones en el perímetro de su casco urbano, mientras que el centro se está quedando vacío. De este modo, los que vivimos en este pueblo perderemos calidad de vida: una mayor contaminación del aire que respiramos, una mayor contaminación acústica, mayor tráfico, nuevas contaminaciones de las aguas, etc. Un sin fin de problemas que pueden llegar a límites insospechados.
Todo este deterioro en el que está sumida la vega termina por afectarnos a sus habitantes de una manera contundente, pues aumenta el riesgo de padecer distintos tipos de cánceres y alergias, aumenta el estrés, la depresión y, probablemente, algunos desajustes psíquicos, producto de la desesperación, de los que no sabemos sus consecuencias.
La pérdida del campo nos afecta a todos ya que, como animales que somos, estamos indisociablemente unidos a él. Es por eso que los fines de semana buscamos su “terapia” para prepararnos para la semana siguiente, y no son pocos los que lo expresan al decir que vuelve uno “como nuevo”. Además, nosotros respiramos el aire que nos rodea, bebemos agua y comemos carnes y verduras, si contaminamos el medio (aire, agua, etc), nos contaminamos a nosotros mismos.
Claro que los intereses de unos pocos vuelven a imperar sobre la vida de los demás. La especulación del terreno les brinda enormes beneficios y donde mande “don dinero” parace que se nos olvida que nosotros formamos parte de una naturaleza cada vez más arrinconada. Se aprovechan del paro que hay para idear sus acciones con el respaldo de los trabajadores que, en tal situación, buscan lo que sea para ganarse la vida (y todo el derecho tienen), y los políticos, como empresarios que son, premian estas acciones. Pero no se busca otra alternativa que, por un lado, respete la vida (de hecho, nosotros trabajamos para vivir), y por otro asegure el trabajo a la gente, o sea, intentar buscar una sostenibilidad. Por ejemplo, se podría potenciar la agricultura y la ganadería ecológica, que es respetuosa con el medio, nos da calidad en la alimentación y crearía puestos de trabajo; apostar también por las “energías limpias” como fuente de energía, sustituyendo y desmantelando los sistemas que contaminan o que alteran profundamente el medio, lo que necesita también personal de mantenimiento, técnicos especialistas, etc.
En Santa Fe no es necesaria la creación de nuevos polígonos mientras el que posee se halle vacío, ni construir nuevas urbanizaciones. Más bien, debe completarse el polígono existente sin especular con las parcelas y restaurar el centro, o construir en los solares que allí se encuentran, nuevamente sin encarecer el terreno por el simple hecho de su ubicación. Además, otro tipo de obras urgen y no se están llevando a cabo como es la adaptación de las calles y los edificios en todos los pueblos de la vega a aquellas personas con algún tipo de discapacidad.
En fin, en nuestras manos está conseguir el bienestar social, el desarrollo sostenible, la calidad de vida y la supervivencia tanto nuestra como de los seres que nos rodean. Esperemos que no nos equivoquemos más en nuestra elección.

Sergio de Haro (Miembro de Auca)

 

AGENDA

Emisiones

Durante todo el año, y cada viernes a partir de las once de la mañana, y desde la emisora de «Top30 Radio», llega a sus receptores de radio La Encrucijada, una sección que intenta llevarles a conocer todo aquello que constituye noticia en torno al medio ambiente. En Julio nos despediremos de nuestros oyentes hasta Octubre, por cambios en la programación. Sin embargo, seguiremos informándoles desde nuestra web http://pagina.de/auca, de todas las actividades que el Voluntariado Ambiental de Santa Fe vaya acometiendo durante este espacio de tiempo.

 

Tiempo libre. Recomendaciones.

“La Caverna”. José Saramago

Cipriano Algor, alfarero, trabaja desde hace años suministrando a un gran Centro Comercial. Pero para éste resultan más rentables los utensilios de plástico que los que Cipriano con barro y con sus manos fabrica a diario. Es así como, al prescindir de sus servicios, Cipriano ha de buscar salida a la situación a que se ve arrojado. Con este argumento tan simple en apariencia, José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998 y una de las mentes más preclaras de hoy día, construye en “La Caverna”, su última novela, una historia que reflexiona en torno al ritmo de vida que nos hemos impuesto, que ahonda en la búsqueda de uno mismo y que nos plantea la duda de si merece la pena que sigamos como hasta ahora. Al igual que en otras obras suyas (“Todos los nombres”, “Ensayo sobre la ceguera”, “La balsa de piedra”...), Saramago nos hace reflexionar sobre nosotros mismos y acerca de nuestra relación con lo que nos rodea.

 

Relato: «El embalse»

Sentado cerca de la orilla, con el cigarro de tabaco negro medio consumido entre sus dedos de corteza de encina, el viejo mira al frente, mas no ve el campanario de la iglesia que asoma, allá a lo lejos, entre las aguas, sino que permanece sumido en pensamientos que le llevan, lejos en el tiempo, al mismo lugar en que descansa ahora.
Fermín –así le llamaremos, pues tal es su nombre–, ensueña, recuerda, cree ver entre las aguas el extenso valle del arroyo Aguasclaras, que bajaba a su encuentro con el Riovivo encajonado entre desgastados montes arropados por la vegetación. En su memoria ve el pueblo, en la margen derecha del riachuelo, con su campanario de piedra desnuda, el mismo que ahora es nuevamente visible, y en sus calles de tierra apisonada –la Real, empedrada– la agitación primigenia de antaño: hombres dirigiéndose al campo a trabajar, antes de la alborada; las mujeres, que les acompañarían en tiempo de cosecha, afanándose entonces en el hogar. Los campos de labranza estaban, en su mayor parte, situados en la misma ribera que el pueblo, y también en su práctica totalidad pertenecían a la familia de Marcial, el señorito.
Saliendo hacia el oeste, se pasaba por la botica de Saturnino, para encontrarse uno en las afueras del pueblo, si es que así puede designarse a lo que no está dentro ni fuera, sino integrado de tal manera que parece todo un único elemento, homogéneo e indivisible. Desde allí, siguiendo el sendero, se llegaba al Esguazo del Ahogado, sombrío nombre para un paso en el que nunca, hasta donde llegaba la memoria de los más ancianos del lugar, habíase ahogado persona o animal alguno. Se podía cruzar entonces, sin miedo, y seguir caminando, o corriendo, como era más habitual en los rapaces, aguas arriba hasta llegar a la Olmeda, una pequeña arboleda que daba sombra y cobijo a uno de los lugares mágicos del Aguasclaras. Allí, bajo los olmos y un viejo sauce cuyas ramas caídas parecían acariciar el lomo del río, se producía un ensanchamiento del mismo, y las aguas remansadas formaban varias pozas que cada verano se animaban con la algarabía de decenas de niños bañándose en un intento de dar esquinazo al bochorno de los largos días estivales.
El sol aparecía, cada mañana, sin remisión, detrás del Cerro del Zósimo, y allí subía Manuel, el pastor, también cada día, con su rebaño de cabras, y alguna oveja, y sus dos perros de pelaje gris y sucio, Moro y Canelo, descendientes de una larga estirpe de Moros y Canelos, todos ellos de pelo sucio y gris. Ocupaba Manuel su tiempo, aparte de vigilar al ganado –algo de lo que, por descontado, ya daban cumplida los perros–, en recoger esparto que atado en buenas gavillas bajaba al pueblo, pues también se daba maña en recomponer los asientos de las sillas, y en fabricar espuertas o capazos, y cimbeles, y soplillos para aventar el brasero de picón o la lumbre donde cocinar. Era por esto que las vecinas solían llevarle las sillas algo descompuestas que, tras pasar por sus manos, parecía que podrían durar hasta el fin de los días, o llegar a un trueque: un aventador por un buen potaje caliente, que sólo de tanto en tanto probaba el pastor, siempre en el monte, comiendo frío: queso y un trozo de pan negro, duro.
Fermín recuerda los días en que junto a Tobías, el hijo de Saturnino el boticario, corría hacia el monte cada tarde, buscando a Manuel. Éste les enseñaba a sacar el sonido aflautado oculto en una simple brizna de hierba, a fabricar una rudimentaria honda con un retazo de tela y una soga, a reconocer el canto del chotacabras cuando volviendo hacia el pueblo, cercana ya la noche, el ave nocturna hacía su aparición en el altozano. Eran tiempos en los que, alegre en su inocencia, Fermín no podía llegar a imaginar cómo al final de sus días de aquellos lugares sólo quedaría el recuerdo medio sepultado por las aguas del olvido, cómo tras librar la más dura de las batallas legales, tanto los ancianos de la villa, como los jóvenes que habían llegado buscando una vida mejor, no habían conseguido más que la indicación de que allí no podían estar, que aquél no era ya su lugar y que el embalse se construiría finalmente. Expulsado, Fermín no consiguió volver a ver a los pocos vecinos que quedaban aún cuando inundaron el valle. Cuando todos ellos quisieron, tal vez, secar las aguas del embalse al igual que con un pañuelo enjugaban sus lágrimas.

Miguel A. Chico.

 

CONSEJOS

Parásitos y animales domésticos

Tres de cada diez hogares españoles tienen un animal doméstico de compañía.

TRASFONDO.
Por supuesto que no quieres que tu gato o perro tengan pulgas. Pero tampoco has de querer que lleven plaguicidas peligrosos alrededor de su cuello. La producción y la eliminación de estos plaguicidas contaminan el ambiente y son un riesgo para la salud de todos. Afortunadamente hay alternativas.

¿SABÍAS QUE...?
- Cada año millones de collares antipulgas van a parar a la basura y son una fuente de contaminación.
-
Los plaguicidas usados en algunos collares antipulgas dañan el sistema nervioso. El animal doméstico absorbe el producto químico en su cuerpo hasta que sus tejidos exhalan los tóxicos que paralizan a los parásitos.
-
Entre los productos químicos que se encuentran en los collares de los animales domésticos hay piperonilo (la exposición puede causar daños al hígado), DDVP diclorovos (puede causar cáncer, dañar los nervios y producir mutaciones en los animales) y carbaril (puede causar taras de nacimiento en los cachorros).

ALTERNATIVAS AL COLLAR ANTIPULGAS
-
Comprar aceites esenciales de cítricos o elaborarlos en casa. Introduce las mondaduras de naranja, limón y pomelo en la batidora y luego hiérvelas con un poco de agua a fuego lento. Cuando se enfríe la pasta, frótala sobre la piel del animal. Usa solamente las cáscaras, ya que el zumo volvería la pasta demasiado pegajosa.
- Añadir levadura de cerveza y ajo a la comida del animal; por algún motivo desconocido repele las pulgas.
- Los artículos a base de metopreno, un "inhibidor del crecimiento" impiden el desarrollo de larvas de las pulgas.

FUENTES: “50 cosas sencillas que tú puedes hacer para salvar la tierra” (Ed. BLUME)

 

Sopa de Letras

Busca, en la sopa de letras:
1.- Nombre del Voluntariado Ambiental de Santa Fe.
2.- ¿Quién está ya aquí?
3.- Cuatro instrumentos usados en la extracción de yeso.
4.- Nombre del protagonista del relato.
5.- Siglas de un polémico plan de aguas en españa.
6.- Nombre del parásito para el cual sirven nuestros consejos.

Solución: en el próximo número, y en nuestra página web.

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