Marea Negra, Marea Solidaria

Hace ya más de un año que empezó a fraguarse una catástrofe de repercusiones ecológicas, económicas y sociales terribles, esa catástrofe quedará en nuestra memoria con el nombre de "Prestige".

Este desastre, al igual que otros que lo han precedido y los que, desgraciadamente, seguirán ocurriendo, viene provocado por dos cuestiones fundamentales:

  • Un modelo de consumo de combustibles fósiles que es insostenible y que está dañando no solo nuestros mares sino a toda la Biosfera (cambio climático, contaminación atmosférica, agujero en la capa de ozono etc.)
  • Una política nefasta de transporte marítimo.

Aunque se trataba de un problema que la Administración tenía y tiene la obligación de solucionar, la marea negra del "Prestige" provocó una marea humana de solidaridad aún mayor, acogida con enorme gratitud y hospitalidad por parte del pueblo gallego.

El Voluntariado Ambiental de Santa Fe, correspondiendo a ese espíritu de impulso a la participación social, que lo vio nacer, no fue ajeno a este acontecimiento y, aunque es consciente y conocedor de los otros "chapapotes" que impregnan nuestro entorno más cercano, quiso también sumarse a esa "marea solidaria".

Así, empezamos a organizar un viaje que tuvimos que posponer hasta el mes de febrero de 2.003, pues, aunque nuestros contactos con la Xunta de Galicia y diversos ayuntamientos de los más afectados comenzaron en diciembre, la ausencia de plazas disponibles hacía imposible un viaje efectivo, coordinado por los responsables que allí se estaban encargando de organizar a la gran avalancha de voluntarios/as. Aprovechamos un fin de semana y algo más que nos ofrecía la celebración del Día de Andalucía para emprender el camino a Camariñas, acompañados, físicamente, por muchas personas que respondieron al llamamiento del Voluntariado Ambiental y, espiritual y anímicamente, por otras muchas que quedaban aquí, pues disponíamos de un solo autobús.

Para poder llevar a cabo esta empresa contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Santa Fe, la Diputación Provincial de Granada, el Instituto Andaluz de la Juventud y la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Granada, sin este apoyo y todo el esfuerzo desarrollado por los voluntarios/as de AUCA no habría sido posible atravesar toda España para participar en esa tarea de limpieza de fuel en el litoral gallego.

Salimos de Santa Fe el día 27 de febrero por la tarde y llegamos a Ponte do Porto en la mañana del día 28, un poco retrasados con respecto al horario que, en principio, habíamos previsto. Allí nos estaba esperando Salvador, para darnos la bienvenida, indicarnos donde nos alojaríamos (un pabellón deportivo repleto de colchones y mantas, un pequeño refrigerador con víveres, zumos, galletas etc.) y después, a una pequeña representación del grupo, nos llevó ante el alcalde de Camariñas, con quien mantuvimos una grata charla en la que hizo un bosquejo de la situación y nos indicó la playa en la que íbamos a trabajar al día siguiente. El fuerte temporal que azotaba la costa a nuestra llegada no hacía aconsejable el trabajo en la playa, así que, el resto de la jornada, lo dedicamos a organizarnos en grupos de trabajo, asesorados por Jaime, nuestro coordinador de playa, que llevaba meses haciendo esta labor de manera voluntaria. También hubo tiempo para descansar y hacer un reconocimiento del entorno.

Los dos días siguientes al de nuestra llegada fueron de intenso trabajo. La jornada era de cinco horas, pues tratábamos con un producto altamente tóxico que hacía peligroso una exposición mayor. Nos centramos en un pequeño trozo de playa rocosa de Camariñas, en cuya limpieza se afanaban, también, otros muchos voluntarios/as de otras partes de Andalucía. Tenazmente y con mucha paciencia íbamos rayendo la espesa y pegajosa masa negra que se había adherido a las rocas, tiñendo de luto toda la costa. Las olas no eran de plata y azul sino de un marrón pestilente y, aunque al día siguiente habrían vuelto a bañar con un nuevo manto de muerte esta playa rocosa, seguíamos trabajando con denuedo, intentando aportar nuestro granito de arena a una futura playa limpia de chapapote y otros desechos que son escupidos por nuestro modelo de desarrollo actual. Nuestros sentimientos: desolación, frustración, rabia... pero también entusiasmo, enriquecimiento personal, agradecimiento...

La biodiversidad, el paisaje, la economía y muchas otras cosas han quedado gravemente dañadas y tardarán años en recuperarse. Nosotros esperamos y deseamos que al hombre no le lleve tanto tiempo darse cuenta de la necesidad de un cambio en nuestro modelo energético actual, basado, sobre todo, en los combustibles fósiles, y empiece a potenciar con más fuerza la investigación y el desarrollo de energías renovables y la optimización y eficiencia en el uso de la energía, tendiendo a un modelo energético más sostenible.

Por último, hay que dar las gracias. Gracias a todos los que apoyaron y a los que organizaron este viaje. Gracias a todos los que se sumaron para hacer un viaje extenuante y una dura labor cargada de generosidad. Gracias a los que, desde aquí, se preocupaban por los que estábamos allí. Gracias, gracias, gracias al pueblo gallego.

NUNCA MÁIS.

 

Joaquina Soria Herrerías
Geógrafa
Miembro de Auca

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