Transcurridos escasos veinte minutos desde el final de la actuación de Red Wine, apareció en escena la banda más internacional del heavy metal estatal, Tierra Santa. El concierto que dieron estos riojanos fue muy bueno, con un set-list muy acertado, que a pesar de que no tocaron ninguna canción de su primer disco “Medieval”, dieron un amplio repaso a los demás. Al principió se les notó un poco agarrotados, pero a medida que transcurría el mismo el grupo se fue soltando. Incluso, Roberto, conocido por su falta de movilidad en el escenario – debida a la extrema concentración con la que toca su instrumento-, en la recta final de la actuación se animó a moverse un poco junto a Arturo y Ángel. Éste último estuvo muy comunicativo con el respetable durante todo el concierto. Y como buen maestro de ceremonias y líder del grupo que es, ejerció su tarea a la perfección; explicando, antes de cada canción la conexión entre las letras mitológicas y las situaciones actuales.

            En cuanto al sonido, fue bastante mejor que el de la actuación de sus paisanos. Y es que en este sentido la acústica de la sala favoreció mucho a las dos bandas.

            Tierra Santa abrieron su actuación, tras una pequeña intro, con la canción que da título a su último disco, “Sangre de Reyes”, una de mis preferidas. La cual hizo que toda la sala, desde el primer acorde, estuviese completamente volcada con el grupo, cantando y botando en todos los temas. Desde luego con este comienzo el concierto se nos presentaba realmente intenso. Y no fue para menos. Siguieron con “La ciudad Secreta” y “Sodoma y Gomorra”. Tras las cuales dieron paso a dos temas de su fabuloso segundo disco “Legendario”: “Reconquista” y “Atlántida”, lo cual es un indicativo de la buena elección para el set-list que hicieron. A medida que transcurría el evento, el ambiente se fue caldeando, lo cual repercutió directamente en la actitud del grupo, que le puso más ganas todavía y las canciones que interpretaron. Y es que Tierra Santa es una banda que disfruta tocando, y eso se nota y se agradece, porque eso hace que uno también disfrute del espectáculo. Y disfrutan más todavía cuando tocan “MI Tierra”, que la tocan con especial cariño, al ser una canción dedicada a su tierra natal. De esta actuación también destacaría canciones como: “Séptima estrella”, “Juana de Arco” y “Caballo de Troya”. Pero sin duda, las mejores se hicieron esperar al final. Porque, antes del obligado bis, tocaron dos de sus mejores canciones, una más reciente y otra algo más antigua, pero ambas grandes canciones. Me refiero a “La sombra de la bestia” y “El Bastón del Diablo”, las cuales sonaron francamente bien.

            Tras la insistencia del público, llegó la hora del bis. Finalmente tocaron la canción que llevaba toda la noche esperando, “La canción del Pirata”. Con un comienzo avasallador, que hizo que toda la sala botase y la corease completamente extasiada. Y es que el grupo salió a darlo todo, mientras Paco ondeaba una bandera pirata en lo alto de la plataforma, donde se situaba la batería. Para mí la mejor canción del concierto. Continuaron con “Pegaso”, en la cual hubo algún problema de sonido, escollo que superaron, con mucha sangre fría, y siguieron tocando con total normalidad. Y para cerrar una magnífica actuación, dos clásicos de la banda, “Drácula” y “Legendario”. ¿Qué más se puede pedir? Pues esperar a ver otro de sus conciertos muy pronto.