CCOO � INM
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Sr. Director General:
En primer lugar, darle la bienvenida a este Organismo que recientemente ha comenzado a dirigir, deseándole los mayores éxitos en su gestión.
Teniendo en cuenta el interés manifestado por usted en conocer la situación personal, profesional y laboral de los trabajadores del INM, sirva la presente carta para expresar el malestar que el grupo de funcionarios del mismo, abajo firmantes, vienen experimentando durante los últimos años en los que este organismo se ha caracterizado por una irregular gestión del personal, que nos ha llevado a un ambiente laboral insatisfactorio. Malestar reiteradamente transmitido a sus predecesores en el cargo.
Como suponemos ya conocerá, existen en este Instituto un número elevado de plazas ocupadas por personas en Comisión de Servicio. Estas plazas, aparte de generarse por situaciones que entrarían dentro de lo normal, enfermedad, embarazo, etc., se han venido generando en muchas ocasiones por la resolución de concursos mal planteados, en los que no aparecían a resultas plazas que resultan imprescindibles para el funcionamiento del INM, o plazas vacantes que ni siquiera son ofertadas en los concursos convocados y sin embargo, poco tiempo después son cubiertas mediante comisiones de servicio.
Lamentablemente, una vez que se convoca una plaza en comisión de servicio, no todo el personal que puede optar a ella dispone de las mismas oportunidades, puesto que resulta necesario obtener el visto bueno del Director del CMT correspondiente para poder optar a dicha comisión de servicio; sin tener en cuenta aquellas en las que se incumple el trámite de dar publicidad a las mismas. Asistimos así a la ocupación de plazas vacantes por personal que, bien por la bondad de sus directores correspondientes, o bien por su insistencia ante el personal de recursos humanos de los servicios centrales, o bien por quien sabe que métodos, tiene la facilidad para conseguirlas que no tenemos el resto del personal.
Mientras que en los concursos no se mantenga un criterio claro, objetivo y perdurable en el tiempo en cuanto a la valoración de los meritos, será imposible para cada uno de nosotros organizar una carrera administrativa a medio plazo en aras de conseguir la plaza deseada.
Consideramos absolutamente imprescindible que todas y cada una de las plazas vacantes del INM salgan en cada concurso, como única vía para evitar que continúen sucediéndose estas desigualdades. Así mismo es esencial que haya una mayor continuidad en la convocatoria de concursos que la actual, con al menos uno por año. También consideramos primordial que no se concedan puntos en los concursos por el desempeño de una plaza en comisión de servicio, y si hacerlo por la plaza de origen, a no ser que se pretenda, como así parece, otorgar directamente las plazas en comisión de servicio a las personas que las vienen ocupando. De lo contrario, seguiremos asistiendo con indignación a un trato por parte de la Administración y del INM de absoluta injusticia y desigualdad de unos trabajadores frente a otros.
Resulta preocupante la sistemática devaluación de la función de los Observadores de Meteorología del Estado, motivada por la incorporación durante los últimos años de funcionarios procedentes de cuerpos extinguidos (CETEAS, CETETAS, Técnicos de Señales Marítimas), contrataciones de personal laboral interino, objetores de conciencia, etc., sin cumplir los mismos requisitos que los exigidos a los funcionarios del cuerpo de Observadores, y la entrada de estos a plazas que previamente no habían sido ofertadas a los funcionarios existentes en el INM.
La promoción interna se encuentra insuficientemente incentivada, en comparación con otros cuerpos de la Administración, sobre todo desde el punto de vista de las pruebas de acceso, así como de su consecuente resolución.
Otro obstáculo para la consecución de un ambiente satisfactorio se encuentra en las diferencias existentes entre Centros Meteorológicos a la hora de desempeñar los mismos puestos de trabajo en condiciones muy diferentes: turnos, tamaño de la plantilla en función de la carga de trabajo, horarios especiales inadecuados, etc.
Comprenderá que actualmente este no es uno de los mejores escenarios para trabajar con ilusión y eficacia, lo que puede estar repercutiendo en la calidad del servicio prestado, manifestando nuestro apoyo para tratar de solventar estos problemas.
En espera de su respuesta, atentamente.
Valladolid 5 de septiembre de 2000.