San Joaquín, 04 de septiembre de 2002

 

De: Ing. Carlos Bracho – Docente de la Universidad

Para: Dr. Basilio Sánchez – Vicerrector Académico

Asunto: En el texto

 

Estimado Doctor:

 

Actuando en el nombre de los alumnos que me abordaron y en el mío propio, tengo a bien escribirle en torno a una situación presentada hace poco en la Universidad, y que, debe interesarle debido al cargo que ocupa dentro de la misma y a los intereses que, como miembro de la directiva le afectan. Asimismo, ruego, disculpe lo extenso del relato, lo cual es importante para hacerle llegar la idea y las pruebas del mismo.

 

Antes que nada, y dado que es probable que no me recuerde, soy egresado de esta universidad con el 3er. índice de la promoción XIV. fui preparador de las materias de Matemática, bajo la Coordinación de los Ing. Nailes Serrano y Santiago Quintero, a quien además le obtuve 20 en la materia Matemática IV (MAT-505), recalcando que hasta el momento había sido el único con esta distinción. A la vez, fui Integrante de las cuerdas de barítonos y bajos de la Coral de la Universidad, para ese entonces dirigida por la Prof. Iris Linares. Por ambos motivos, becario de esta institución.

 

Comenzando mi relato, el día viernes 28 de junio de 2002 en la noche, el profesor Otto Chávez me convocó a una reunión para el lunes 03 de julio a las 3:00 p.m. con la Directora de la Escuela de Sistemas, Ing. Ada Virgüez, y un representante de la Dirección de Planificación, en relación con un reclamo presentado por varios de los bachilleres a los que hasta ese momento, les dictaba la materia Investigación de Operaciones III (MAT-854) en la sección "E". Inmediatamente, le hice saber que ese día no podría, debido a que me encontraría en Caracas trabajando, y, que lo más probable era que yo lo llamara el lunes 01 de julio para acordar la fecha y la hora, ya que se me hacía imposible de tarde, lunes y martes porque a esa hora estoy trabajando en la empresa, y además, los lunes y martes cubría en la noche en las instalaciones de la empresa las horas que no trabajaba los miércoles y jueves en la tarde por encontrarme en clase en la universidad.

 

Como se lo había prometido, el lunes 01 de julio en horas posteriores al mediodía, lo llamé a su celular desde el celular de la compañía para la cual trabajo. Después de varios repiques, alrededor de diez, se activó la contestadora, permitiéndome dejarle un mensaje en el cual le comunicaba que no estaba dentro de mis posibilidades apersonarme ni el lunes 01 ni el martes  02 de julio, pero que ya había pedido permiso para efectuar la reunión, el miércoles 03 a las 2:00 p.m., momento en el que según su horario, la Directora de Escuela se encontraría en la Universidad. Como a las 4:00 p.m. de ese mismo lunes y ante ninguna respuesta a esa llamada, le envié dos mensajes de texto desde mi celular, repitiéndole básicamente lo mismo que le había dicho en el de voz, y recibiendo de cada uno, el anuncio de leído por parte del destinatario en mi celular. Una vez más, y ante falta de respuesta ni a la llamada ni al mensaje de texto, asumí (hice mal), que no había problemas con la fecha de la reunión. El día martes 02 de julio, a eso de las 6:00 p.m. recibí un mensaje de voz, en el que el Ing. Edgar Rincón, me decía que se habían quedado esperándome a las 3:00 de la tarde de ese día, y que por favor, me dirigiera en la noche a la reunión. Por las razones antes expresadas, no lo hice, y al llamar a la universidad a esa hora, no cayó. Tampoco lo llamé al celular, ya que, no tenía saldo en mi celular, el celular de la compañía es puesto en caja fuerte después de la hora normal de salida, la cual es a las 05:30 p.m. y además, las llamadas a celulares desde la empresa no están permitidas y la central está configurada para tal fin.

 

El miércoles 03 de julio, a las 2:00 p.m. me dirigí a las oficinas de la Escuela de Sistemas donde el Lic. Otto Chávez, me llamó la atención debido a que había faltado ya a ¡dos! convocatorias de reunión, el lunes y el martes. Por eso, le pregunté que si no había visto la llamada perdida del lunes después del mediodía, negando con la cabeza. Le pregunté luego, si había recibido el mensaje de voz que le había dejado, en el cual, le explicaba los motivos laborales que me impedían asistir a la reunión esos días. Otra vez, negó con la cabeza. Al preguntarle si había recibido alguno de los mensajes de texto, mostró cara de enojo, y también negó haberlo recibido. Me hicieron esperar, porque no había ningún representante del Departamento de Planificación. En determinado momento y ante la demora, el Lic. Otto, me comunicó que ya que no había nadie del Departamento de Planificación, comenzaríamos la reunión con los presentes. Salí del recinto, con la excusa de ir a tomar agua, esperando que llegara alguien del Departamento de Planificación. El Lic. Otto me hizo dos llamados, invitándome a comenzar la reunión. Cortésmente, a la segunda vez, me rehusé, haciéndole notar que era necesaria la presencia de un representante de ese departamento. Insistió una vez más, pero al notar mi indiferencia, se dio por vencido. Como a las 3:30 p.m. llegó la Lic. Mairene Sánchez.

 

Con la presencia de la Lic. Mairene Sánchez, el Lic. Otto Chávez y la Ing. Ada Virgüez, comenzó la reunión. La Directora de Escuela introdujo su exposición indicando que el 100% de los estudiantes de la cátedra se habían dirigido a su oficina a presentar una queja global acerca de mí en la cátedra que dicto. Que fueron tantos estudiantes, que como no cabían en su oficina tuvieron que efectuar la reunión en un aula. Además, que había recibido cartas en las cuales se exponían quejas en mi contra. Entre las quejas generales, se mencionaba que yo no explico nada en las clases, que no permito que los alumnos formulen preguntas acerca de las dudas en la explicación, que EL examen estaba demasiado difícil, y que además en este no había nada del contendido dictado por mi en el aula. Hasta hubo quejas acerca de mi asistencia a clases y puntualidad en la hora de llegada al aula. En el caso de las cartas, estas fueron redactadas por los bachilleres Adriana Ledezma, C.I. 15.473.731, Francisco Fermín, C.I. 14.959.404, y Ana Bolívar, C.I. 14.684.527, a quienes me referiré en lo posterior como Los Demandantes. Una de ellas exponía que yo explicaba mal, pero que cuando estuve bajo supervisión, fue la única clase que entendieron, recalcando además, que era diferente bajo supervisión, que sin ella. Otra de ellas, la de Ledezma, se quejaba de la nota del examen, ya que le había calificado con la nota mínima porque se copió del Br. Fermín. Otro punto era que, según ellos, yo tenía la obligación de formular todos los ejercicios del examen en base a la guía entregada por mí para que estudiaran. También estaban en desacuerdo porque les había calificado mal la elaboración de unos programas asignados sobre el tema Programación Dinámica, en el cual les dividí la nota entre 2, por ser programas idénticos al de otro grupo. Anexaban UN diskette, para que la Directora constatara que el programa no era copiado y que corría bien. La última queja fue que yo era incapaz de corregir mis errores en las ponderaciones de los exámenes, ya que si cometía uno, y un estudiante se acercaba a reclamarlo, lo dejaba así. Tomé nota de todo.

 

Con respecto a la asistencia y puntualidad ni siquiera me molesté en tomar tal comentario en cuenta. Con respecto a la queja de que explicaba mal, objeté que fui preparador, desde el año 94 en esta misma universidad, y que para eso recibimos el mejor entrenamiento, y que además, permanecí en ese cargo por tres años hasta que me gradué, aclarando a la vez, que los preparadores no pueden serlo, si no tienen una habilidad para explicar y a su vez, hacer que otros entiendan, y que llevo casi 10 años de docencia. Que no hubiera durado tanto tiempo como preparador, si mi desempeño no hubiera sido bueno, y que además obtuve 4.4 de 5 en la última evaluación de supervisión aplicada a mi persona por la Lic. Teresa Paz.  La Directora me dijo que no sabía nada al respecto. Con respecto a que no permito que los alumnos pregunten, objeté que nada mas alejado de la realidad, y no me extendí. En el supuesto de que el examen estuviera demasiado difícil, consideré que no, afirmación que, además, ya habían hecho los mismos estudiantes de la sección.  Y dejé claro que yo no tenía ninguna obligación de hacer el examen en base a la guía y que jamás había dicho tal cosa, que de hecho ese no es mi estilo, y que la bibliografía era lo mejor, porque contienen temas y ejercicios cuya efectividad ha sido demostrada a nivel internacional, apuntando también que les había dado las referencias bibliográficas pertinentes para complementar la instrucción dada por mi, y aclaré que la guía era parte de ese complemento pero que los exámenes estaban diseñados tomando en cuenta patrones híbridos que me permitan observar que los estudiantes captaron las ideas básicas y que además están razonando bien. Con respecto a la evaluación de los programas a los Demandantes, le hice saber que los programas debían realizarse en grupos de 3 personas o menos. Que ellos me habían preguntado aparte e insistentemente acerca de la posibilidad de realizarlo 4 personas (incluir al Br. Antonio Tahan, C.I.15.470.704), a lo que yo me había negado porque no podían ser ellos los únicos en romper la regla y, porque el número de estudiantes de la sección era múltiplo de 3, lo cual permitía seguir la regla, y que les dividí la nota entre 2, porque lo que ellos hicieron fue integrar dos equipos de dos personas cada uno, presentando el mismo programa. Ella objetó que yo debía dejar decidir a los estudiantes el número de integrantes del grupo. Puntualizó, además que yo no podía dividirle la nota entre 2, que debí colocarle la nota completa a cada equipo, que eso constituyó una arbitrariedad de mi parte. La Lic. Sánchez, al no mostrarse totalmente de acuerdo ante la observación de la Directora, recalcó que era mejor, calificarlos con la nota mínima para evitar esos inconvenientes. Una vez mas objeté, que ellos hicieron su trabajo, y no del todo mal, que su calificación hubiera sido 6 de 10, pero que al romper la regla me vi en la obligación de dividirles la nota para que, además no fuera más en detrimento de su calificación como lo hubiera sido el asentarles la nota mínima 01 de 100, equivalente de 0,1 de 10. Otra vez, la Directora se mostró en desacuerdo, y ante falta de argumentos saltó a otro punto: se refirió a tal, diciendo que observaba que en la planilla de evaluación de los programas los alumnos decían que me oriento mucho a evaluar aspectos de informática, y que ella observaba que NINGUNO de los ítemes de la planilla era propio de la materia Investigación de Operaciones. Otra vez, y ante el énfasis que puso en la palabra "ninguno", me mostré en desacuerdo, y le subrayé los ítemes 03, 04, 05, 06, 07, 08, 09, 10 y 13 de la Planilla (ver Anexo A: Planilla de Evaluación de Programas), haciéndole ver que además de que los ítemes eran la mayoría, también constituían la mayor parte de la ponderación. Con mala cara, lo reconoció, y dijo que era mejor que dejara de evaluar programas, a lo que la Lic. Sánchez agregó que para ello existen instrumentos de evaluación especiales de los cuales me iba a proporcionar. Una vez mas la Directora se mostró en desacuerdo, diciendo que ella prefería que no se evaluaran programas. Me hizo ver las planillas verdes de los otros profesores que dictan Investigación, García y Rincón, y me dijo que esas notas estaban mucho mejores que las de mi grupo, que el profesor Rincón había aplicado técnicas de evaluación innovadoras para lograr ese rendimiento en el grupo. Le informé, que en el caso particular del profesor Rincón, mi grupo de Cálculo Numérico ve clases en el salón del frente a ese grupo, los viernes, y que yo había conversado con los estudiantes de esa sección (antiguos alumnos míos de Cálculo) quienes me habían dicho que para la totalidad del 30% del primer corte de evaluación se contemplaba la elaboración de exposiciones, que a mi no me parecía innovadora la estrategia, simplemente de menos dificultad, y muy fáciles para una asignatura de la naturaleza de Investigación de Operaciones, en la que se proporciona al estudiante las primeras herramientas para gerenciar y tomar decisiones, y que además, el plan de evaluación había sido elaborado en conjunto por mi persona y los estudiantes el primer día de clase. Con énfasis le hice ver, que los afectados nunca me enviaron los correos electrónicos correspondientes a las asignaciones de los programas después de ser evaluados en el laboratorio, como se les había pedido a todos, pero que no por ello les había quitado su derecho a la calificación. Le restó importancia, y dijo que no era necesario que me enviaran tales. Le dije que hasta ese entonces y dado que los diskettes son de mala calidad así lo pedía yo, a lo que me contestó que no todos los estudiantes tenían internet en su casa. Le repliqué, haciéndole notar que nada les costaba hacerlo, porque eso lo debían hacer inmediatamente después de la defensa de los programas en los laboratorios, en los cuales HAY internet. Finalmente, dijo que mi materia debía evaluarse con exposiciones y talleres porque, en su opinión, era una asignatura sumamente fácil. Mostré mi desacuerdo, argumentando esta vez que la materia combina habilidades de Matemática, Estadística, Administración y de las previas Investigación de Operaciones I y II, y una vez mas le dije que le proporciona al estudiante las primeras herramientas para la toma de decisiones y la gerencia, y que era precipitado de su parte decir que era una materia fácil, recordándole a su vez que ella no había dictado esa materia, como para emitir esa opinión. Al momento, ante la queja que presentaron acerca de que no corrijo los errores cometidos por mí, le hice notar que era una lástima no contar con los exámenes de Flora Esser, C.I. 15.365.316 y de Emily Mogollón, C.I. 15.180.390, ya que a estas dos bachilleres se les había reconsiderado la calificación en sus exámenes en la sesión de retroinformación del primer corte, al ser omitido de mi parte, la ponderación de una pregunta correcta, y que esto se evidenciaba en la planilla de retroinformación verde del primer corte que se encuentra en Control de Estudios. Por último reclamó que el examen se había hecho en 5 horas, y que eso no era procedente. Le hice ver que no se le podía llamar "el examen" porque fue presentado en dos sesiones de clase, una el miércoles 19 de junio, con duración de 3 horas y ponderación de 12%, y la otra el jueves 20 de junio, con una duración de 2 horas y ponderación de 8%, con lo que estuvieron totalmente de acuerdo los estudiantes el día que se había elaborado el plan de evaluación. Objetó esta vez la forma en la que se había dividido la evaluación, a lo que yo le respondí que esa forma de distribución se la había visto aplicar al Ing. Santiago Quintero, y que al parecerme que él es uno de los mejores profesores de nuestra universidad, decidí imitar tal estrategia, recalcando además que a él jamás le han llamado la atención al respecto. Esta vez, me hizo ver la Directora, que "yo soy yo", y que debía ser autónomo en mi clase. Le hice ver que tal afirmación se derivaba de la extensión total del EXAMEN, y al mostrarle el baremo se mostró escandalizada, porque el EXAMEN era demasiado extenso para tres horas, haciendo caso omiso de lo que le había dicho. Ante tal necedad, me quedé callado, ya que esta vez, contó con el apoyo del Lic. Otto Chávez. De mala cara y al no tener mas argumentos que discutir, la Directora me pidió que por favor, que reconsiderara la forma de evaluar, que aplicara mas talleres, o que elevara la ponderación de aquellos. Asentí con la cabeza, mostrándome de acuerdo, solo por complacerla, y también le hice notar que siempre ha habido un debate entre las materias de números (Matemáticas, Estadísticas, Investigación de Operaciones, etc.) y las teóricas (Ecología, Lenguaje y Comunicación, etc.) acerca de la aplicación de estrategias de evaluación como Talleres y exposiciones, y que los profesores de las materias de números, no nos inclinamos mucho a aplicar ese tipo de evaluación.  Tampoco se mostró interesada en el asunto. Le dije que comenzaría de inmediato las modificaciones en pro del rendimiento de los estudiantes, hablando con ellos, y modificando el plan de evaluación original. De la misma forma, me hizo saber que debía hablar con los Demandantes, y que una eventual reunión con ellos sería coordinada y presenciada por el Lic. Otto Chávez. Me despedí, no sin antes recordarle que luego pasaría buscando el acta respectiva de la reunión. Se dio por terminada la reunión.

 

Una vez culminada la reunión, me dirigí al aula donde tenía clase a las 04:15, encontrándola vacía. Me sorprendió, porque el Lic. Otto me había comunicado que ya los estudiantes sabían que tenían que esperar, por si se extendía la reunión. Tres bachilleres de mi sección, que todavía se encontraban en el pasillo entraron al aula, y les dije que necesitábamos mas quórum para la clase porque era un desperdicio dar la clase a sólo ellos, además de que, a pesar de ser de tarde todavía, estábamos casi a oscuras porque había sido suspendido el servicio de electricidad. Casi a los 5 minutos, entró al aula una gran parte de los estudiantes de la sección, y ya no entró mas nadie. Me dio curiosidad que los Demandantes no estuvieran presentes. Al preguntarme el por qué del retraso les informé que hubo una reunión, los presentes, y el motivo de la misma. Después de hacer notar el hecho que me llamó mas la atención, el cual fue que la Directora afirmara que el 100% de los estudiantes se habían reunido con ella, para denunciar ciertas conductas de mi parte, se formó un bullicio llegando tal reunión a ser señalada como "una reunión fantasma" por parte de la bachiller Wendy López, C.I. 14.390.653. Luego de la controversia, y de pedirles silencio, establecí las conclusiones las cuales eran que los valores del plan de evaluación serían modificados en su beneficio, y que se realizaría un taller de 10% (antes valorado en 5% en el plan de evaluación original). Luego de esto entraron los Demandantes al aula. Después del acuerdo demostrado por la totalidad de los estudiantes, ante la decisión de aplicar el taller, y siendo ya la hora de salida me dispuse a despedirme cuando, el Lic. Otto Chávez interrumpió mi conversación pidiéndome que le comunicara a los alumnos que el corte había sido anulado debido a que se cometieron varias irregularidades. Ante la nueva noticia, los bachilleres me preguntaron la fecha de la recuperación. Les respondí que probablemente un sábado. Insistentemente preguntaron quienes eran los Demandantes. Sin titubear, los señalé "Aquellos tres". Sorprendidos por mi actitud, al despedirme, ellos, me pidieron que me quedara, alegando que necesitaban hablar conmigo. Les dije, en presencia de los otros que la reunión con ellos sería coordinada por el Lic. Otto Chávez. Me despedí y me retiré del recinto hacia la sala de Profesores.

 

Una vez allá me encontré con la Lic. Teresa Paz, perteneciente al Departamento de Planificación, y le conté lo ocurrido. Inmediatamente, me hizo ver que hice bien en esperar la presencia de alguien del Departamento, pero aún así, recalcó que la reunión no procedía de esa manera, puesto, que quien me había evaluado en la supervisión había sido ella. De todos modos le dije los resultados de la reunión, y mostrándome su inquietud y su sorpresa ante la decisión de anular el corte, se interesó en que le dejara saber los acontecimientos. Nos despedimos.

 

Ese mismo día en la noche, durante mi clase de Cálculo Numérico, de 08:00 a 09:25 p.m., el Lic. Otto Chávez interrumpió una vez más, para convocarme a una reunión con la Decano de la Facultad de Ingeniería, la Ing. María Medina.

 

Al otro día (jueves 04 de julio) después de dictar un nuevo tema, me enteré que los Demandantes habían hablado con la Directora, para comunicarle que mi decisión había sido recuperar los exámenes un sábado, a lo que la Directora alegó que yo no podía hacer eso. Al terminar la clase, me dirigí a la oficina de la Decano a cumplir con la reunión pautada. La Decano me recibió risueña. Comenzó su exposición, haciendo notar el rendimiento de mi grupo y el contraste de notas que había entre las secciones, sustentando esta afirmación con las planillas verdes de notas de los tres profesores. Al intentar justificar, le informé que yo no permito exposiciones por lo menos en el primer corte, a lo que ella me respondió que ella tampoco, pero que tenía información de que los otros dos profesores evaluaban en base a exámenes. Reconocí que el Ing. García lo hace, pero negué que el Prof. Rincón lo hiciera, aclarándole lo que ya sabía acerca del asunto, y recalqué el hecho de que mi materia no se presta mucho para las exposiciones porque consta de números, y soporté esta afirmación con el hecho de que las Matemáticas en su mayor parte no son enseñadas con exposiciones por parte de los estudiantes, sino con las explicaciones del docente. Le hice ver además que me gustaba ganarme el dinero con trabajo y no, sentándome cómodamente en TODAS las clases esperando que los estudiantes expongan, sin, ni siquiera emitir un juicio crítico acerca de la exposición. Proseguí, opinando que una primera clase, introductoria de cierta unidad no debería ser una exposición porque en la primera clase de cada unidad se sientan las bases, para el resto del contenido y que el que estaba mejor capacitado para esa tarea era, supuestamente, el docente. Ante tan crudas afirmaciones, me indicó que la Universidad había invertido tiempo y dinero en mi (?), y que ella como Decano de la Facultad, estaba interesada en que yo siguiera en la Universidad porque además de haber sido egresado, también fui excelente alumno, y que en esos momentos no se discutía mi capacidad técnica.

 

Surgió de nuevo el tema de los exámenes basados en guías y una vez más hice notar mi desacuerdo. Me dijo entonces que la Escuela de Sistemas no me conocía tan bien como la Coordinación de Estudios Básicos, en particular la Ing. Nailes Serrano, y que por eso no me podían dar las mismas "libertades" (de nuevo, ?). Me enteré que uno de mis mejores estudiantes, el Br. Carlos Ramírez, C.I. 14.903.803, quien obtuvo 26 puntos de 30 en el primer corte de evaluación, se unió a la causa de los Demandantes. Al preguntar por qué, la Decano me respondió que el no había formulado una queja específica, sino que le habían pedido su apoyo, y el estuvo de acuerdo. Comenzó a hablar de la familia, de mi formación, de mi capacidad, de la función concientizadora de la labor docente, etc. Comenzó a hablar acerca de la ascendencia que se tiene sobre los alumnos, y al preguntarle, me explicó que era como tener una empatía con ellos, de manera que sin llegar a ser tan cercano como un padre, uno como docente tuviera el poder de hacerlos reflexionar. Al hablar dejó expresado que era posible que yo careciera de tal cualidad, la cual debía comenzar a desarrollar, para que los alumnos se sintieran en mas confianza conmigo. Hablamos de todo, hasta del difunto Alvaro Abete, estudiante de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de esta misma institución, quien de paso estudió conmigo en el año 94. También me dijo que se había entrevistado con los Demandantes, y que ellos mostraban preocupación, porque pensaban que al ellos haberse quejado de esa forma, yo podría tomar represalias. Haciendo mucho hincapié en esto, me dio su voto de confianza, y me instó a hacer mi mejor esfuerzo para mejorar, a lo que asintiendo con mi cabeza, reafirmé informándole que ya había comenzado la mejora con la reestructuración de la evaluación, y que no se preocupara por lo último que dijo, ya que mi proceso de evaluación era totalmente transparente.

 

El miércoles siguiente, 10 de julio, seguí con mis actividades académicas normales. El jueves 11, y según lo establecido y cumpliendo con el compromiso adquirido, los estudiantes presentaron el taller de 10% que se había acordado. Recién terminada la clase, la Ing. Ada Virgüez, interrumpió mi salida para convocarme a una reunión inmediata. En la reunión, se encontraba la Decano, la Ing. Arlene González, Coordinadora de Estudios Básicos, el Lic. Luis Peña, de la Dirección de Planificación. Después de repetirme una vez más todo el cuento, me informaron que habían aplicado una encuesta a la sección de cálculo, y que debido a los resultados, habían decidido que no dictara más la materia, para "quitarme la presión". Me invitó a pasar luego por la Dirección de Planificación, a que leyera las encuestas. Me pidió que entregara las evaluaciones pendientes, y un informe de actividades. Inmediatamente, me retiré del recinto.

 

El miércoles 17 de julio me dirigí a la Dirección de Planificación a leer las encuestas, donde la Lic. Mairene Sánchez me informó que habían sido desechadas porque se pensó que ya no asistiría. Ese mismo día le hice entrega al nuevo profesor (Ing. Carlos Carmona) los talleres que los estudiantes habían presentado. El profesor le notificó esto a la Directora de Escuela y a su Coordinación. Al día siguiente (jueves 18 de julio), el profesor le participó a los estudiantes, que la Directora de Escuela había decidido eliminar el taller. Al dirigir hacia él una pregunta clara, sencilla y directa: ¿Por qué?, Él respondió porque mostraba "ensañamiento contra todos los estudiantes". Como consecuencia, no se le devolvió el taller a los alumnos. No se volvió a hablar del asunto.

 

Ese sábado (día 20) fue el examen recuperativo de los estudiantes.

 

Hay que recalcar los siguientes aspectos:

 

1: Primero que nada, después de semejante relato, es de hacer notar que los Demandantes violaron el parágrafo único del Art. 20 del Reglamento de Evaluación Estudiantil vigente en nuestra universidad que establece "Las observaciones a que hubiere lugar sobre el resultado de las evaluaciones, deben ser objeto de análisis entre el profesor y el estudiante, a fin de clarificar y orientar el proceso evaluativo y de aprendizaje". Los Demandantes jamás se dirigieron a mi persona a clarificar o a presentar una queja formal en primera instancia, y en su lugar se saltaron el orden regular, pasando incluso por encima del Coordinador de Cátedra para ir directamente con la Directora de Escuela.

 

2: si mi desempeño a la hora de explicar fuera malo, tal como los Demandantes hacen ver, ya lo sabría desde hace tiempo, por alguna queja de los bachilleres en ese aspecto, lo cual jamás ha ocurrido. Y, sencillamente, no hubiera durado tanto en la universidad (mi ingreso a la institución fue el 15 de mayo de 2000).

 

3: durante la primera reunión, la Lic. Mairene Sánchez me informó que en la universidad existen instrumentos de evaluación especiales de los cuales me iba a proporcionar y nunca lo hizo.

 

4: Los Demandantes entregaron solo UN DISKETTE. ¿Cómo iba entonces la Directora a determinar si los programas eran copiados o no?

 

5: Se me negó aplicar la evaluación recuperativa al solo mencionarlo, y sin embargo, no hubo ninguna objeción cuando el Prof. Carmona la aplicó el sábado 20 de julio.

 

6: Es de mi conocimiento, que el Br. Tahan vive en Cagua o en La Victoria, por lo que conoce a la Ing. Ada Virgüez, quien vive en el mismo municipio. También lo es, que no es la primera vez que dicho bachiller se queja por el desempeño de sus profesores, a tal grado de pasar una carta el semestre pasado en la cual, exigía su derecho a permanecer con su grupo cuando la Ing. Alejandra Sasso, formó los grupos de trabajo en la asignatura Procesamiento de Datos III, separándolo de los demás. Como es de verse, pareciera que el pretende que los profesores se adapten a él y no él a los profesores. También es de hacer notar, que hasta que no vieron realizada mi destitución era el grupo de los Demandantes quienes muy frecuentemente, ocupaban la oficina de la Directora de Escuela, y no el resto de los estudiantes de la sección, quienes supuestamente estaban interesados en mi destitución.

 

7: No me imagino ni entiendo por qué una persona a la que congratulé merecidamente por sus logros académicos en mi materia, como lo es el Br. Carlos Ramírez, C.I. 14.903.803, quien tenía 26 de 30, se uniera a los Demandantes por una causa que no necesitaba. Presumo que sólo necesitaban a alguien de peso académico en la materia, debido a que tanto los bachilleres que aprobaron el primer corte (Nancy Leonardi, Suheil Cartaya, entre otros) como los demás, me hicieron saber que estaban en desacuerdo en ir en alguna manera en contra mía, por considerar que los de las fallas habían sido ellos mismos al no estudiar lo suficiente para las evaluaciones del primer corte.

 

8: cuando la Escuela de Sistemas, me acogió como Prof. de Investigación de Operaciones III, en la persona de la Ing. Ada Virgüez, lo hizo considerando que mi desempeño había sido excelente como uno de los programadores del sistema de la Tesis de pregrado de la ahora Ingeniero Marlene Machillanda C.I. 12.095.895, la cual hacía una Simulación de Colas, y de la cual, ella era Tutora. De sus labios salió que el programador "sobradamente demostró sus conocimientos acerca del tema".

 

9: Posteriormente a mi destitución, la Br. Sonia Torres, C.I. 14.319.370 me informó que había pasado al día siguiente de mi primera reunión (04 de julio), una carta a la Dirección de Escuela, en la cual 18 estudiantes reclamaban explicación por la anulación de las notas del primer corte. En la carta, argumentaban que no se habían violado ni el Art. 9 ni el 26 del Reglamento de Evaluación estudiantil, que respectivamente citan:

ARTICULO 9:  Las actividades  evaluativas serán parciales y consistirán en pruebas escritas, orales o prácticas; presentación de monografías, informes, investigaciones de campo, bibliográficas, trabajos o prácticas en el laboratorio, asistencia y participación en foros y eventos o cualquier otra actividad asignada por la cátedra y establecida en el cronograma de actividades académicas y el plan de evaluación.  Las evaluaciones deben cubrir el cien por cien (100%) del contenido programático propuesto en cada unidad curricular para el lapso o período que corresponda, siempre y cuando dicho contenido se haya impartido.

ARTÍCULO 26:  El estudiante tiene derecho a solicitar revisión de los resultados de las actividades evaluativas fijadas en el plan de evaluación de la asignatura cuando:

a) Exista poca claridad y comprensibilidad en la redacción  y formulación de las preguntas.

b) Existan errores u omisiones en la sumatoria de la calificación y/o porcentaje asignado a la actividad evaluativa.

Cuando la bachiller se dirigió a la coordinación y a la escuela a buscar una respuesta solo le dijeron que "se quedara quieta". Esa carta desapareció ¡qué conveniente! y por supuesto, nunca fue contestada.

 

10: El nuevo profesor, cambió las evaluaciones del primer corte (las que sustituirían a las anuladas) por exposiciones de 30% y exámenes de 30% y sólo le dio derecho a exponer a dos equipos, uno de los cuales ¡qué coincidencia!, eran los Demandantes. El resto debía presentar exámenes, con un valor de 30%, violando el parágrafo único del Art. 12 del R.E.E. que dice: "El número de actividades evaluativas correspondientes al primer y segundo corte de evaluación no debe ser menor de dos (02) en cada uno. El tercer corte de evaluación tendrá una (01) o más actividades evaluativas de acuerdo a la naturaleza y objetivos de la asignatura...". A este profesor la Directora de Escuela, no le hizo llamado de atención de ningún tipo por la violación del artículo, y a pesar de que probablemente, las notas fueron asentadas en la verde dividiendo el 30% en dos o más partes, la realidad CONSTATABLE es que el examen fue uno solo, tal como lo pueden mostrar los mismos estudiantes de la sección "E". En el caso de que se pretenda obviar este artículo, por tratarse de una situación especial (me refiero en este caso al hecho de que el corte fue anulado en su totalidad), no existe en el reglamento una enmienda o parágrafo que se refiera a este caso tan específico, y, por ende tal omisión sería inválida.

 

11: los exámenes de las Brs. Emily Mogollón y Flora Esser, son prueba viviente de la falsedad de la afirmación que yo no corrijo mis errores en los exámenes. Ellas pudieran tener a bien mostrárselas a Ud. Aún así, si estas se hubiesen "extraviado", la otra prueba acerca de esto, son las planillas verdes de retroinformación que todavía se encuentran en custodia en las oficinas de Control de Estudios, en las cuales, escribí a mi puño y letra, en bolígrafo las nuevas notas, dejando ver las notas anteriores.

 

12: Si el primer examen del primer corte, que los bachilleres presentaron el miércoles de la semana 06 del semestre estaba tan largo como para "escandalizar" a la Directora ¿cómo es posible que alguien lo hubiera terminado?. Me refiero en este caso a la Br. Nancy Leonardi, C.I. 9.672.945, quien hizo un examen excelente ese miércoles obteniendo 12 de 12 puntos, tal como se constata en las actas verdes de evaluación que ahora están anuladas. Como comentario agrego que es una lástima que dicha estudiante no haya asistido al otro examen (el de 8%) por motivos de salud, ya que estoy seguro que hubiera jugado un buen papel.

 

13: Constituye un hecho notorio, institucionalmente hablando, que en el proceso de selección del nuevo profesor, los Demandantes estuvieran presentes, cuando, nunca a ningún grupo de estudiantes se le ha dado este privilegio. No veo, ni justifico el por qué de este beneficio, sobretodo cuando no se convocó a ningún otro estudiante diferente a ellos para estar presente en le evaluación de la microclase del Ing. Carmona.

 

14: Jamás, y a pesar de ser solicitado se me pasó nada por escrito (Ver Anexo B: Carta de Solicitud de Comunicados por Escrito), que justificara mi despido de la asignatura.  Me refiero en este caso al Acta de alguna de las reuniones, o a las decisiones tomadas al respecto, lo cual además de dejarme falto de evidencias, constituye una violación al Art. 105 de la Ley Orgánica del Trabajo, que dice "El despido deberá notificarse por escrito con indicación de la causa en que se fundamenta, si la hay.  Hecha la notificación al trabajador, el patrono no podrá después invocar otras causas anteriores para justificar el despido.  La omisión del aviso escrito no impedirá al trabajador demostrar el despido por cualquier otro medio de prueba". A pesar de que es cuestionable la violación en si de este artículo, debido a que todavía formo parte del personal de la Universidad, también,

 

15: El hecho constituye una incursión en el Parágrafo Primero del Art. 103 de la Ley Orgánica del Trabajo, que dice:

"Se considerará despido indirecto:

b) La reducción del salario;" , ya que, al disminuir la cantidad de horas laborales, la implicación directa es la disminución del salario.

 

16: Es un aspecto de peso, que al tomar arbitrariamente la decisión, se violó la Inamovilidad Laboral que debía existir hasta el 31 de agosto de 2002, decretada en Gaceta Oficial por el Presidente Chávez.

 

17: No muestran las encuestas a pesar de que, además de haberlas ofrecido, se les solicitó verbalmente y por escrito y alegaron que solo fue una retroinformación.

 

18: El día miércoles 03 de julio además de llamárseme la atención por parte del Lic. Otto Chávez, este me hizo saber, que, además de no haber visto la llamada perdida, no le había llegado ni el mensaje de voz ni los de texto ¡qué casualidad, ¿ninguno?! en los cuales le comunicaba la imposibilidad de efectuar la reunión los días lunes 01, ni martes 02. Algo que no mencioné en ese momento, fue que él se había dirigido a mi persona de manera muy sarcástica, ya que en el momento, pensé que eran ideas mías. Todo esto, fue el motivo de que, en estas pasadas vacaciones me dirigiera a las oficinas de Telcel (compañía proveedora de servicios de telefonía celular a la cual, tanto el Lic. Chávez como yo estamos suscritos), ubicada en el Centro Comercial Paseo Las Delicias, a preguntar sobre el tema, a lo que me contestaron que "la única manera de que un mensaje de texto no pueda pasar de un móbil Telcel a otro es que el receptor sea analógico, en cuyo caso, ni siquiera se transmite, en primer lugar". También me fue comunicado que "es prácticamente imposible que un mensaje de voz se pierda, y aunque es posible, no ha pasado desde hace mas de un año". La última confirmación fue "Si tu móbil (Samsung Fashion 105) dio tono de que el destinatario recibió el mensaje, entonces lo recibió".

 

19: La reunión en la que se me destituyó de mi cargo contó con la presencia de mi Coordinador de la otra Cátedra (es decir, Matemáticas), la Ing. Arlene González. A diferencia de los demás, cuyas palabras he intentado repetir con la mayor exactitud posible, recuerdo que ella no dirigió ni una palabra. Me pregunto si la intención de la Directora al invitar a la Ing. González era que me sintiera intimidado, ante el aprecio que siento por aquella por la confianza que me ha dado durante todos estos años, desde que estudiaba en la Universidad. Si es así lo logró, ya que, en el momento estaba demasiado sorprendido. Y viéndolo ahora, reconozco que es una buena estratega para lograr sus objetivos.

 

20: Un punto inconcluso y no mencionado por quien suscribe, es que al ser corregidos por mi persona los talleres de 10%, parte de mi compromiso con la Directora, la Decano y los mismos estudiantes, los bachilleres de la sección "E" de MAT-854 salieron muy bien en general, salvo por el grupo de los Demandantes quienes obtuvieron 01 de 10 y otro grupo que obtuvo 07 de 10. El resto de los grupos obtuvo 10 de 10. Como había escrito antes, la Directora de Escuela tomó la decisión de anular el taller, desapareciéndolos. Los Demandantes habían salido mal (de hecho fueron los únicos que no aprobaron), y además, al anular el taller, se contradijeron las instrucciones dadas a mí por la mayor autoridad presente en el recinto (la Decano) en presencia del Lic. Luis Peña, de la Ing. Arlene González y de la misma Directora, en la reunión en la que se me relevó del cargo, en la que se me indicó que "entregara las evaluaciones pendientes". Lo que ella ni nadie supo nunca es que, viendo esta serie de irregularidades que se venían cometiendo, y viendo la mala fé con la que venía actuando, yo iba a predecir que ella desaparecería el taller, por lo cual antes de entregárselos al Ing. Carmona, actual profesor, les saqué FOTOCOPIAS, para demostrar que en ningún momento hubo ensañamiento a ese grupo tal como ella lo hizo ver, sino que en realidad dichos bachilleres no poseían los conocimientos. Dichas fotocopias se muestran en la sección de Anexos de esta carta (Ver Anexo C: Fotocopias de los Talleres de10%). Estos talleres, pueden ser re-evaluados por el Ing. Antonio García quien es el que tiene más tiempo dictando la materia, e incluyen, por supuesto el taller de los mismos Demandantes, en caso de que se quisiera presentar mi caso como una contra - confabulación de los estudiantes y mi persona contra la Directora. Siendo extremista, se pudiera realizar una prueba grafo técnica para demostrar que la letra manuscrita en el taller es de alguno de los tres integrantes: Adriana Ledezma, Francisco Fermín, o Ana Bolívar.

 

21: La Directora se mostró muy contenta al presentar a su nuevo profesor ante los estudiantes de la materia, en tanto que estos, atónitos, escuchaban de los Demandantes "Ustedes siendo más, no pudieron con nosotros cuatro", indicándole sarcásticamente a la mayoría su satisfacción al tener ahora a un profesor menos exigente.

 

22: En las exposiciones que los Demandantes hicieron al Prof. Carmona para cubrir el 30% del recién anulado primer corte, estos cometieron el descaro de dedicarse a imitar mis clases. Si mis clases eran tan malas, y yo explicaba tan mal, entonces ¿Por qué lo hicieron?

 

23: ¿Por qué tengo oídos en todas partes si se supone que no tengo ascendencia con los muchachos? ¿Por qué entonces acuden a mí a quejarse de la calidad los demás profesores, incluyendo lo baja que es la de la Directora de escuela, si yo no tengo un cargo administrativo? ¿No se sienten en confianza entonces?

 

Comentarios

 

Hasta a una persona con el cerebro hecho de estromatolitos, se le hace evidente que, de alguna manera, la actual Directora de Escuela mostró una pronunciada parcialidad hacia los estudiantes que protegía, alegando en muchos casos, que, además de que yo tenia un ensañamiento ellos, son estudiantes excelentes y que por ello hacía énfasis en la palabra DEBEN cuando se refería al supuesto de que los Demandantes pasaran mi materia. Tales suposiciones son pobres en todas las ramas de la Ingeniería, ya que como todos saben las carreras de Ingeniería son de mayor dificultad que otras. Por otra parte, como persona imparcial, crítica y objetiva que debería ser, sólo le debería interesar mi desempeño docente y más nada. ¿O es que el 4.4 de 5 que obtuve en la supervisión que me hizo la Lic. Teresa Paz no vale nada?

 

Además, de todo lo escrito, el argumento con el cual la Decano me quitó la materia (claramente manipulada por la otra señora), además de banal, me pareció estúpido y absurdo. "Para quitarte presión", es, en realidad muy poco original, además de que la supuesta presión la estaban pasando los Demandantes, no yo. Tenía que actuar rápido, y así lo hizo.

 

Lo precipitado del asunto en las fechas que ocurrieron los hechos, obnubiló mis sentidos y es posible que por eso, en ese momento no hubo reclamo. Pero yo sabía hacia donde iba: No es la primera vez que cuando un profesor no se muestra moldeable como plastilina ante sus decisiones y puntos de vista (recordemos la reunión inicial), ella decide prescindir de sus servicios misteriosamente: tenemos el caso del Lic. Melanio Yépez, del Ing. Carlos Loaiza y del Ing. Vicente Valbuena. Y su metodología siempre es la misma: los acusa de algo, los mete en algún problema, y después, ¡adiós!. Parece que en vez de un rastreo de la excelencia, estuviera interesada en la fuga de talento, de manera que no sean competencia para su incompetencia.

 

Estas personas, el Lic. Melanio Yépez, el Ing. Carlos Loaiza y el Ing. Vicente Valbuena, así como otras que aún se encuentran en la planta educativa de la Universidad, como la Ing. Nailes Serrano, la Lic. Antonietta Ferazzolli, el Lic. Luis Uzcanga, la Ing. Mirelis Díaz, el Prof. Fermín Berríos, la Ing. Belkys Ramírez, la Ing. Lergi Suárez, son personas cuya excelencia se reconoce de lejos, y más aún cuando pasan a ser profesores.

 

A decir verdad, su logro, sacarme, me pareció bastante pírrico, ni decir predecible: Un cliché. Sólo que en mi caso, hubo un obstáculo, no pudo sacarme de la universidad de una vez por todas ya que soy uno de los poquísimos profesores a tiempo convencional de la Universidad que pertenecen a varias dependencias y/o trabajan para varios programas: Yo pertenecía en ese entonces a la Coordinación de Estudios Básicos (que anteriormente reportaba a la Escuela de Ingeniería Eléctrica, con quienes comencé a trabajar en esta Universidad) y a la Escuela de Ingeniería de Sistemas. Casos parecidos, se han presentado, por ejemplo con la Lic. Antonietta Ferazzolli, y con el Lic. Luis Uzcanga, a quienes les quitó las horas de Contabilidad ante su negativa de ser más flexible en su evaluación, o de formular un nuevo programa de "Contabilidad para la Escuela de Sistemas", creándose entonces una nueva sección de Contabilidad, con tal nuevo programa, los sábados. ¡Pero mira que casualidad, Adriana Ledezma y Francisco Fermín (dos de los Demandantes) ven clase de Contabilidad I en esa sección de los sábados!...

 

Al salir de la Escuela de Sistemas, me sigue viendo como una amenaza. Muestra de esto, y es algo que lamentablemente no puedo demostrar, he recibido en tres ocasiones llamadas telefónicas ANONIMAS en las que lo único que me dicen es: "Te estamos vigilando profesor". Los números de los que provenían esas llamadas siempre eran de teléfonos públicos (terminados en números dobles, como 88 o 00), y una de ellas comenzaba por 0243269, la cual, probablemente se efectuó desde la misma Universidad. Otra muestra es, que aún sin depender de ellos académicamente hablando, el Lic. Otto Chávez, sigue vigilando mis pasos en mi entrada y salida de los miércoles a las clases de Cálculo Numérico. Esto hasta mis estudiantes de esta materia lo han visto. También lo hacen los sábados en la sección de Cálculo Numérico del Programa de Postécnico, ya que también pertenezco al mismo. Uno de esos sábados la Ing. Alexandra González me llamó la atención por una ausencia de 20 minutos que tuve del aula, cuando fui a sala de Profesores de Administración (allá estaba dictando mi clase) y luego me dirigí al cafetín a desayunar. Y me pongo a pensar... pero ¿por qué no le llama la atención a la Prof. Morella Nieto, quien, estando incluida en dicho programa sólo ha asistido dos veces de un total de ocho?. ¿Será porque Morella es amiga de Ada?. Esta información además de poder ser corroborada por el nuevo sistema de sellado electrónico de asistencia de los profesores (si es que no lo han hackeado, no me extrañaría), también lo puede ser por el mismo grupo de estudiantes al que les doy clase, quienes asisten a clases de Programación Visual. Y, por si fuera poco, si esas asistencias fueron pasadas a dicho sistema después de su tiempo real, directamente sobre la Base de Datos, lo cual es posible, la misma firma de la Directora en las hojas NO ELECTRONICAS la delataría. Una tercera posibilidad, sería registrar las horas como Adelantadas o Recuperadas en el sistema, y no los sábados como es debido. Además, ¿Por qué a la Directora nadie le llamó la atención cuando, muchas veces, llegaba a las 07:00 p.m. los miércoles a la clase de Auditoría de Sistemas del semestre 2001-II, si su horario de entrada era a las 05:45 p.m.? ¿Porque es Directora y su cargo se lo impide?, y, si es así, entonces ¿Por qué personas del calibre del Ing. Santiago Quintero (Coordinador de Proyectos Institucionales), del Ing. César Masín (Director de Escuela de Ingeniería Eléctrica) o, de la misma Ing. María Medina (Decano de la Facultad de Ingeniería) NUNCA llegan tarde? ¿Acaso su cargo es de mayor rango o ella es más importante?

 

 

Ud. se preguntará ¿Pero en qué momento puede este fulano profesor Carlos Bracho hacer tantas observaciones?. Bueno, le diré que por razones de horario, tenía libres dos horas académicas los miércoles desde las 06:30 p.m. hasta las 07:55 p.m.

 

Entonces, ¿Esta crisis de valores está ocurriendo en su Universidad?. La respuesta es: SI. Como puede Usted observar, la Idea que tenia(mos) sobre el funcionamiento transparente de las cosas en la Universidad, está muy alejada de la realidad. Existe un divorcio total entre ellas. No sé que motor afectivo o económico esta moviendo las acciones de la Directora. Y más aún, no me hubiera atrevido a escribir esta carta si los alumnos de la misma sección no me hubieran instado a actuar. Y a pesar de que tal acción era de hacerse esperar, ellos todavía no saben que se trata de una carta. Es una lástima que personas como estas estén dañando con sus actitudes y sus actos la iniciativa que con un conjunto de visionarios comenzó Usted hace casi 20 años.

 

Cuando una persona trabaja en una Organización, tiene que pensar en la Organización y en el bien común antes que en los caprichos personales. Eso no es mandar. No es gerenciar. Los resultados, están allí mismo: Los estudiantes no saben hacer algo tan sencillo como es un Diagrama de Flujo de Datos o DFD, y prevalece la mentalidad de que "el profesor me dijo que era así" cuando otro los intenta corregir. Si no se quitan la mentalidad de rancho de la cabeza (incluyendo a la Directora de Escuela), no avanzarán jamás. No es tanto permitir que ocurra sino promover que ocurra. El facilismo ha llegado a tanto que se ha convertido en una cultura, cuando en vez de un examen o una discusión personalizada, se aplican como evaluaciones "innovadoras" los llamados "Foros Virtuales", en los que cada cual emite su opinión en torno a un tema en el internet. Suena retrógrado, que yo, una persona del Área de Informática opine así, pero, obviamente, no puedo estar de acuerdo con un tipo de evaluación en la que el estudiante no da la cara. Y menos cuando en la Escuela de Sistemas, hasta se intercambian las direcciones de los proveedores de programación para las Tesis (uno de ellos, en el edificio Venaragua de esta ciudad) con el fin de aprobar así por así. Y lo peor es que los directivos se hacen la vista gorda cuando los sistemas no sirven. Eso no pasa en otras escuelas.

 

Yo como profesor, le recomendaría a la Directora que sea prudente, tome su lugar como profesora y dedíquese menos a banalidades y caprichos y más a aprender para poder mejorar. Pero si no lo ha hecho en todos los años que tiene como Directora, ya no creo que lo haga. Tan es así, que hace años, por allí en el semestre 93-I o 93-II, cuando ella dictaba la cátedra de Procesamiento de Datos I o Programación I (y disculpe lo vago de la referencia), entré como oyente en una de sus clases, acompañando a uno de los mejores estudiantes que ha conocido esta Universidad, el Ing. Luis Úbeda, le pidió a este que le explicara algo, porque "estaba enredada". Puede ser que esta sea la razón de la imagen que tienen de ella.

 

Creo firmemente en que si uno mismo no trabaja en su aprendizaje no aprende, eso me lo enseñaron el Dr. Gustavo Muñoz y la Dra. Ingrid Castillo, ambos, profesores de amplia carrera en el Instituto Pedagógico de Maracay. Yo trabajaba cuando hice mi tesis, y a pesar de que fue un esfuerzo supremo LO HICE YO. Si las nuevas generaciones no tienen esta cualidad entonces hay que enseñárselas. Pero si un directivo es la primera persona que promueve la flojera, la pereza y el facilismo, nada bueno se puede esperar de los que están por debajo. Yo era preparador de Matemática III, y también, si tenía tiempo (y esto saben las Ing. Arlene González y Nailes Serrano) daba la I, II, IV y hasta la V que no es de mi escuela, porque entraba de oyente a las clases de los Prof. José Chirino e Iván Sidelmik.

 

La universidad somos todos, pero ante todo debemos tomar la actitud de YO SOY LA UNIVERSIDAD. Si no nos importa, con el tiempo la Universidad decaerá, y eso no aplica solo a los profesores ni directivos, sino, también a los estudiantes. La docencia es una profesión noble, solo que hay un grupo de personas que dañan esa nobleza. No quiero pensar en que sentirá Ud. cuando termine de leer esto, cuando a mí me duele el hecho de que mi Alma Mater, ya no tiene la calidad que tenía cuando me fui hace cuatro años. A pesar de esto, sigo confiando en la educación privada y creyendo en sus ventajas. Es por eso que le escribí. Mi propósito es altruista. Sencillamente quiero que salga la verdad, y una de este tamaño no puede ser tapada con un dedo como pretenden algunos. Y, como decía mi abuelo: "Si quieres encontrar un hombre honesto, selo".

 

Se despide, atenta y cordialmente,

 

 

 

Ing. Carlos Bracho.

C.I. 11.591.835

 

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