PREPARE
A SU PERRO PARA LA MEDIA VEDA
Llega
la Media Veda, la esperada hora de desempolvar
nuestras armas y aprovechar al máximo un
periodo que se
nos ofrece como el prólogo para la veda
general.
Todos
tratamos de sacar el mayor partido a estos días que
para muchos cuentan como etapa de
preparación, después de
los largos meses de “paro forzoso”.
Pero
¿qué ocurre con nuestros perros?, ¿estarán preparados
para afrontar una nueva temporada?, ¿qué
tal su estado de
forma?... Conviene que realicemos un
repaso de nuestros
animales unos días antes de dar comienzo
la Media Veda, un periodo que, por la época en la que se
desarrolla, puede resultar realmente
problemático para el perro.
EL
CALOR, AUTÉNTICO PROTAGONISTA
La
media veda conlleva jornadas de caza en las
que el protagonista será, casi con total
seguridad,
el calor. Los terrenos por los que
transitaremos
presentarán su grado máximo de sequedad
y los
insectos estarán presentes durante todo
el tiempo.
Obligaremos
a nuestro animal a realizar un
esfuerzo físico que, casi con total
seguridad,
llevará varios meses sin realizar.
Todas
estas circunstancias pueden suponer serios
riesgos para la salud de nuestro perro,
que
deberemos prevenir en la medida de lo
posible.
Los perros bien entrenados y los más jóvenes
tratarán de dar el máximo de sí
mismos, llegando
incluso a superar el límite de sus
posibilidades, lo
que puede conllevar serios problemas. En
primer lugar se corre el riesgo de sufrir una deshidratación,
para evitar que eso suceda estaremos
pendientes de que beba agua cada cierto tiempo e incluso, si
tenemos esa oportunidad, dejaremos que se
bañe o lo mojaremos.
Por
supuesto no lo dejaremos nunca más tiempo del necesario encerrado en el coche,
que para él se
convertirá en una auténtica sauna. En
caso de que nos veamos obligados a dejarle en el coche, lo haremos
siempre con las ventanillas algo abiertas
para que se ventile y por supuesto, bajo nuestra propia
supervisión.
En
caso de que trabajemos con el perro durante varios días de calor intenso,
convendrá prevenir la
deshidratación, para lo cual existen dos
remedios:
-
Bicarbonato sódico: sal que el animal pierde con el calor y que debe ser
repuesta. Conviene
suministrar al perro una cucharadita cada
día (incluso algo más si el calor es extremo). Para
dárselo lo más adecuado será incluirlo
en la comida.
-
Electrolitos: también conviene añadir una cucharada en la dieta diaria durante
ésta época. Los
encontraremos en las tiendas
especializadas para deportistas.
Otro problema típico de la media veda y
asociado al calor es lo que comúnmente se conoce con el nombre
de “Despeaduras”, es decir,
las erosiones que se producen en las almohadillas plantares, debidas al
desgaste excesivo y que pueden dejar
inmovilizado al animal incluso durante semanas. Este problema
suele venir motivado por la falta de
entrenamiento, que hace que las almohadillas no estén lo
suficientemente duras y gruesas para
resistir varias jornadas de caza consecutivas; algo que se ve
agravado con el hecho de que durante la
media veda solemos cazar en terrenos secos en los que abunda el
rastrojo.
Este
problema es fácil de detectar desde su aparición, puesto que veremos como
claramente el perro
comienza a cojear o anda con mucha
dificultad.
En
caso de que observe que esto sucede, deberá actuar con rapidez: lo primero es
dar unos baños de agua
fría con vinagre y sal, que sin duda
aliviarán el dolor que estará padeciendo el animal. En caso de que el
problema esté más avanzado y las
almohadillas se encuentren levantadas, deberemos desinfectarlas con
un antiséptico (Betadine) y mantener al
animal en absoluto reposo durante unos días.
EL
ENTRENAMIENTO DEL PERRO
El
estado de forma del animal es algo fundamental, comenzar la media veda con
nuestro perro
desentrenado puede multiplicar los
riesgos para la salud del animal de manera innecesaria.
Casi
con seguridad, el invierno habrá dejado a su perro bajo de forma, algo que
deberemos solucionar
antes de iniciar la temporada. Ni que
decir tiene que el entrenamiento deberá realizarse de manera
paulatina, poco a poco iremos
incrementando el ejercicio para ir habituando al animal y conseguir que
llegue al comienzo de la temporada en el
mejor estado de forma.
Practicar
con el animal dando largos paseos por el campo en nuestro tiempo libre es
prioritario; y si
podemos hacerlo por terrenos de tierra
será mucho más adecuado, ya que eso permitirá que se le
endurezcan manos y pies.
Además
y para que el animal esté en perfectas condiciones físicas durante esta época,
resulta conveniente
que pongamos especial atención a su
alimentación, mejorándola con algún pienso de alta energía que
contenga vitaminas extra. Resulta
habitual que con el calor el perro pierda el apetito, para evitarlo
podemos darle de comer en las horas más
frescas del día; preferentemente a última hora y siempre
después de haber realizado el ejercicio
(nunca antes).
OTROS
CUIDADOS
Además
de todo lo comentado, durante el desarrollo de la Media Veda, conviene tener en
cuenta toda una
serie de cuidados especiales que nuestro
perro necesita y merece.
A
saber:
-
Teniendo en cuenta el sofocante calor de esta época, es recomendable no cazar
en los momentos
en los que la temperatura es más alta a
lo largo del día (principalmente las horas del mediodía).
-
Deberemos conocer de antemano las características del
terreno por el que vayamos a movernos; si
éste es muy
seco será necesario poner especial
cuidado en la
protección de las patas del animal,
aplicando un buen
protector para las almohadillas, zona que
más sufre
sobre todo en los primeros días de caza.
Un buen
remedio casero es el de untar estas
almohadillas con
alcohol yodado.
-
En ocasiones nos podemos ver sorprendidos por la
picadura de algún insecto o serpiente.
Aunque no se trata de un problema serio,
lo cierto es
que si un animal es picado más de una
vez, puede
causar una reacción local de importante
consideración y, en los casos más extremos, una
enfermedad severa (shock) como resultado
de una reacción anafiláctica o de las toxinas
absorbidas.
Por
desgracia, uno de los lugares más comunes donde se producen estas picaduras es
la boca (por
la costumbre de los perros a agarrar
todos estos insectos).
Cuando
esto sucede, podemos tardar en percatarnos de la situación. Ponga especial
cuidado
siempre que su perro se muestre molesto,
tratando de rascarse la boca con las patas o bien si
babea copiosamente. Lo ideal es la
aplicación inmediata de un antihistamínico, con el que
conseguiremos aliviar notablemente la
irritación e inflamación.
En
caso de que no dispongamos de antihistamínico, lavaremos la zona afectada con
una solución
de bicarbonato,
en la siguiente proporción: una cucharada de bicarbonato por cada cucharada de
agua tibia (así en caso de que el animal
la trague, no hay riesgo de indigestión).
En
caso de que la picadura sea externa, aplicar un poco de hielo siempre
puede ayudar a relajar
la zona.
Ni
que decir tiene que en caso de que la picadura sea de abeja, deberemos proceder
a eliminar el
aguijón con la ayuda de unas pinzas.
En
caso de que el problema persista, acudiremos al veterinario, una visita que
haremos
urgentemente si se trata de una picadura
de serpiente (que en nuestro país se tratará casi con
seguridad de una víbora).
-
Cuidado especial deberemos tener con las espigas, que pueden producir heridas en
lugares tan
peligrosos como las orejas o los ojos. En
caso de que vea a su perro frotarse los ojos, sospeche
que algo así pueda estar sucediendo,
deberá analizar el ojo del animal, procediendo a extraer el
elemento extraño y lavando de inmediato
el ojo con agua hervida y fría.
Si
las molestias persisten transcurridas 24 horas, acudiremos al veterinario.
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