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COLLARES, LA BASE PARA EL CONTROL

El collar es un elemento básico del equipo de cualquier perro y mucho más del perro de caza.

En el mercado encontramos muy diferentes modelos, de distinto tipo; desde la cadena de acero hasta los más modernos y controvertidos collares electrónicos.

¿Cuál es el mejor para su perro?, ¿en qué consiste un collar electrónico?, ¿es realmente eficaz?... Conozcamos algo más sobre esta útil herramienta.

LA ELECCIÓN DEL COLLAR

De la correcta elección del collar de adiestramiento dependerá en gran medida el éxito o el fracaso en el aleccionamiento de nuestro animal.

En principio podemos decir que todo collar deberá cumplir con dos premisas básicas: comodidad y eficacia; es decir, comodidad para nuestro animal y eficacia para el adiestramiento. Debemos tener en cuenta que el collar no sólo es un accesorio de adiestramiento, su utilidad es necesaria para controlar los movimientos del animal en cualquier parte y situación.

Ni que decir tiene que ambas características deberán ir unidas a unos requisitos mínimos de resistencia que garanticen su duración (a nadie le hará gracia encontrarse con un collar que no funciona en mitad de una lección de adiestramiento).

Estas características se consideran necesarias a nivel general, si bien a la hora de elegir su collar en particular, siempre resultará recomendable que tenga en cuenta una serie de condiciones más “personalizadas”:

- Objetivos marcados en el trabajo a desarrollar.

- Sensibilidad física del animal.

- Corpulencia

- Resistencia psicológica del animal.

- Actitud del dueño.

- Resistencia física del dueño.

- Terreno donde se desarrolle el adiestramiento.

Debemos tener en cuenta que cada collar en concreto está pensado para un tipo de utilización, el diseño no está desarrollado al azar y por tanto elegir el correcto en cada caso resulta el paso previo fundamental para poder adiestrar correctamente a nuestro perro.

Por supuesto, para realizar una correcta elección resultará imprescindible tener en cuenta los diferentes tipos de collares que nos ofrece el mercado. A continuación hacemos un repaso por estos tipos, sus ventajas e inconvenientes.

"El collar es el cordón umbilical y la comunicación entre el guía y el perro. Este debe ir unido con la correa, de lo contrario, sólo sirve de adorno. Ambos ejercen presión, lo cual permite que la mascota sienta la mano del amo y pueda corregir algunos movimientos"

EL USO DEL COLLAR

¿Cuándo colocar el collar a un perro? La gran mayoría de los cuidadores coinciden al señalar que todo perro debe llevar puesto el collar desde cachorro, ya a partir de los dos meses de edad.

El problema está en lograr que se acostumbre a llevar este elemento extraño a tan temprana edad, puesto que intentará sacárselo de todas las maneras posibles. En esta tarea el dueño deberá mostrarse enérgico y seguro de su decisión, puesto que si duda el perro lo notará y pondrá mayor resistencia.

Debemos tener en cuenta que durante ese periodo, de los dos a los cinco meses, es cuando resulta más fácil el aprendizaje. En poco tiempo el perro se acostumbrará a sentir el collar sobre su cuello.

Podemos empezar colocando el collar dentro de casa, sin salir a la calle y durante periodos cortos. Ni que decir tiene que el collar no debe ser puesto en los perros que sufran problemas en la garganta, o problemas respiratorios, puesto que puede conllevar una complicación de estas dolencias y desencadenar otros males.

Deberemos vigilar también su colocación, no puede estar ajustado en exceso, puesto que eso conllevaría el raspado de la piel o la irritación. Para comprobar que la colocación es la correcta, intentaremos introducir dos dedos entre el accesorio y el cuello del animal, si entran correctamente, ese será el tamaño adecuado.

Procure además usar collares delgados para perros de pelo largo, y que éste no pellizque el pelaje del animal a la hora de colocarlo.

TIPOS DE COLLARES

Existen diferentes tipos de collares de adiestramiento. Cada uno de ellos tiene una serie de características propias que lo hacen adecuado para unos perros u otros.

COLLAR ESTRANGULADOR:

Una cadena realizada en eslabones de acero y con dos argollas, una en cada extremo.

Ventajas:

- Efecto sonoro muy eficaz: el choque de los eslabones supone un aviso suave pero muy eficaz para perros ya entrenados.

- Posibilita la realización de correcciones eficaces con el mínimo esfuerzo para el dueño.

Inconvenientes:

- Aparición del denominado “cuello duro”; el uso frecuente de este collar puede llegar a producir la insensibilización del perro a su efecto, lo que conlleva la necesidad de utilizar en cada ocasión mayores dosis de fuerza.

Es muy importante ajustar la medida del collar al tamaño del perro puesto que si resulta muy largo incomodará al animal en su marcha.

Decir que existen también collares estranguladores realizados en Nylon (óptimos para cachorros o para perros sensibles) y en Cuero (permite el uso en condiciones de libertad

COLLAR FIJO

La principal ventaja de este tipo de collares es que facilita la sujeción del animal en cualquier situación.

A la hora de elegir un collar fijo para nuestro perro, conviene considerar: el material en que está realizado (para evitar su desgaste rápido), el tamaño (deberá quedar ajustado al cuello, para evitar enredos y pérdidas) y la forma de enganche (que sea fácil, para facilitar la labor durante el trabajo).

COLLAR DE CASTIGO

Utilizados únicamente para razas poco sociables o que puedan suponer un auténtico peligro y por tanto deben ser controlados constantemente. Muy pocas veces su uso está justificado con un perro de caza.

Se trata de collares de estrangulación que cuentan además con púas que se clavan en la piel del animal.

Se debe tener mucho cuidado con su uso, puesto que en perros poco acostumbrados puede generar importantes problemas psicológicos como estrés, ansiedad, bloqueo…

EL COLLAR ELECTRÓNICO

Desde su creación, el collar electrónico ha contado tanto con seguidores como con detractores.

También conocido con el nombre de “Collar de impulsos”, su uso se basa en la posibilidad de generar pequeños impulsos eléctricos en el animal, desde un mando a distancia que controla el dueño.

Quienes están en contra de su uso consideran que con este tipo de collares se inflinge un castigo demasiado duro al animal, al tiempo que lo ven como un elemento extraño que evita el contacto directo entre el dueño y el animal, convirtiendo al adiestramiento en algo más “artificial”. Por su parte, los defensores del collar electrónico alaban los enormes beneficios que se pueden llegar a conseguir con el correcto uso de este tipo de collares; y de hecho la gran mayoría de los adiestradores se sirven de su uso.

Debemos tener en cuenta que todas estas descargas eléctricas producen una sensación molesta en el animal, pero en ningún caso le causa ningún tipo de daño físico.

Esto nos puede llevar a la conclusión de que, como en tantos otros temas, el collar no es bueno ni malo en sí mismo, sino únicamente en la medida en que lo es la persona que lo maneja.

Sea como sea, el collar electrónico debe ser considerado como una herramienta para el refuerzo de comportamientos ya aprendidos (función de refuerzo) o para la eliminación de conductas problemáticas (función de castigo).

Como cualquier método de aprendizaje, el collar electrónico tiene tanto ventajas como inconvenientes:

Ventajas:

- El animal no relaciona el castigo con el dueño, sino con la conducta mal realizada. En consecuencia el aprendizaje es más efectivo, puesto que la asociación conducta/castigo es directa.

- Permite que el castigo pueda darse de manera inmediata cuando se realiza la acción punible, lo que favorece el aprendizaje por parte del perro.

- El control puede realizarse desde la distancia, no hace falta estar pegados al perro.

- Existe la posibilidad de adecuar el castigo a la conducta efectuada; efectivamente, el collar electrónico dispone de diferentes grados de intensidad que permiten al dueño elegir el castigo en función de la gravedad de la acción.

Inconvenientes:

- Pérdida de iniciativa en el animal.

- El perro puede llegar a saber cuándo lo lleva puesto y cuando no, actuando en consecuencia. Es decir, se comportará adecuadamente únicamente cuando lleva el collar puesto.

- Son de elevado coste.

De cualquier manera, hay que considerar que en la gran mayoría de los casos, todos los problemas que podemos encontrar con un collar electrónico radican en el mal uso dado del mismo por el propio dueño quien debe ser consciente de que, según el carácter del perro y su estado físico, admitirá un nivel de frecuencia e intensidad distinto en cada caso. En este sentido, existen una serie de consejos de utilización que deben ser tenidos en cuenta:

- Realizar ejercicios de correa antes de utilizar el collar: resulta totalmente necesario que el perro tenga bien claro lo que de él exigimos. Resulta absurdo que pretendamos enseñar al animal sin que previamente le indiquemos cuál es la conducta correcta a realizar, puesto que de esta forma lo único que conseguiremos es su bloqueo.

- Habituarse al collar: antes de comenzar a utilizarlo, es recomendable que el perro lo lleve durante unos días de forma que se habitúe a él.

- Autocontrol: la facilidad con la que se implanta el castigo en este tipo de collares conlleva que muchos dueños abusen de su uso. Este es uno de los errores más importantes que deben evitarse a toda costa, puesto que ante la intensa aparición del castigo lo único que conseguiremos es que el animal opte por no realizar ningún tipo de acción.

- Conocimiento técnico: antes de utilizar el collar con nuestro perro debemos conocer a la perfección su funcionamiento. Debemos tener en cuenta que existen numerosos muy distintos modelos: con distintas intensidades, alcances, sonoros, resistentes al agua…

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