EL ROCK'N ROLL[*]
Alberto Boixadós

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  Este tipo de música que hemos denominado barbarie ruidosa —y que ha hecho eclosión entre las dos o tres últimas décadas— está ocasionando estragos de cierta magnitud, que ha llamado la atención de espíritus artísticos y también de investigadores del comportamiento humano.

   El breve estudio titulado: "El Rock'n Roll instrumento de revolución y de subversión cultural" de W. Joseph Matt. [1] es un llamado de alerta acerca de esta falsa cultura.

   El libro de Jean Paul Regimbald O.S.S.T. de la misma editorial que comienza con el capítulo "El Rock'n Roll violación de la conciencia por mensajes subliminales" ha puesto al descubierto una poderosa revolución social, económica, moral y cultural, dirigida a los cuerpos, a los espíritus y a los corazones; sin discursos electorales ni ideología manifiesta, que por primera vez en la historia proclama su radicalismo a través de la música, las canciones y los grupos estelares de Rock'n Roll.

   No se le dio ninguna importancia a este fenómeno al comienzo, pues se creía que era una moda pasajera, como el twist o el charleston. Hoy cunde una preocupación por doquier. Interesa, aunque en forma breve, conocer los comienzos de este nuevo ritmo musical que evoluciona hasta convertirse en poderosa revolución.

   El ritmo melódico de Elvis Prestly de los años cincuenta, cuando aparece en el Ed Sullivan Show (año 1956), lo acompaña con gestos y actitudes de incitación sexual, que sin reflejarse totalmente en la pantalla televisiva, se insinúan.

   El mismo nombre Rock'n roll nominaba, ya en algunos ghetos norteamericanos, el movimiento propio de actos sexuales. El surgimiento de esta música hacía poner fin a las prohibiciones sexuales, a la represión de los instintos, al barniz social que impedía a los jóvenes expresar libre y ferozmente su sexualidad[2].

   A fines de los años 60 las actuaciones de Prestly se realizaban ante multitudes de jóvenes y especialmente jovencitas poseídas de un frenesí, histeria colectiva y exasperación sexual nunca vistos hasta entonces.

   Este nuevo ritmo (beat), con resabios de tribus africanas primitivas —no acuñado antes en un pueblo civilizado— fue adquiriendo características más pronunciadas y desafiantes.

El Hard Rock

   El rock suave o romántico pronto se transforma en el "hard rock", (Jerry Lee Lewis y Alice Cooper) que conlleva un perfeccionamiento del ritmo (beat), la intensidad del volumen y el frenético desencadenamiento de las percusiones. Sus creadores y cultores realizaron, para llegar a estos ritmos, una intensa búsqueda entre las tribus del vudú: ritos copulatorios, mágicos, y diversos tipos de conjuraciones fueron reunidos, a fin de reproducir lo más fielmente posible los ritmos sucesivos que habrían de conducir al auditorio a un goce sexual completo. El ritmo golpea con insistencia todas las pulsaciones emotivas, físicas y psicológicas, exasperando el sistema nervioso de los auditores y paralizando el proceso mental de la conciencia.

   Musicólogos y sociólogos pensaban hasta no hace mucho que el sentido del ritmo no era compartido por los animales. Estudios actuales rectifican ese concepto. Así Vitus Drosher en su libro Sobrevivir[3] demuestra como "los pasos de una ardilla, el canto del copsychus malabaricus, un mirlo del sudeste asiático, una de las mejores aves canoras del mundo, acompasan su salto y su canto al tictac de un metrónomo.

   "La perca de colores, un pez tropical, necesita como mínimo respirar cuarenta y tres veces por minuto. Si se le coloca en el acuario un "reloj" que marche al ritmo de cuarenta tictacs por minuto, al cabo de un minuto el animal ha sincronizado su ritmo respiratorio por debajo del mínimo vital. El pez se esfuerza convulsivamente por respirar con mayor rapidez, pero no lo consigue. Se siente poseído por el pánico. Intenta huir de aquella fuente de sonido tan pavorosa y va de un lado a otro del acuario como loco, buscando en los rincones protección contra aquel sonido. Si no lo logra, está perdido".

   Puede observarse cómo el ritmo influye en el instinto tanto de los animales como del hombre. ¿Qué ocurrirá en los seres humanos, cuando durante horas en una discoteca están siendo sometidos al ritmo beat del rock'n roll y la intensidad de los sonidos, que a través de amplificadores, llega a niveles superiores a los que pueda tolerar la persona? A la pulsación del ritmo estimulante erótico se le agrega el efecto hechizante de un ruido que provoca una tensión nerviosa sofocante y una atmósfera emocional tan fuerte que no puede dejar de desbordarse.

   El auditorio de pronto se encuentra en un furioso océano sonoro, al cual no escucha ya, sino que está sumergido en un ritual de sexo, perversión y revuelta.

El Acid Rock

   Con el rock ácido todo lo anterior culmina con la iniciación de la juventud en el uso de las drogas. Los Beatles con "Yellow Submarine" (alucinación psicodélica), los Rolling Stone con "Brown sugar" (cocaína), Sister morphine y cousin cocain, finalmente Silver Lady (La jeringa hipodérmica). Cuadra transcribir la declaración de Abby Hoffman "El rock es la fuente de la revolución". Nuestra manera de vivir con la droga, la vestimenta freaky, la música rock a pleno, esa es la revolución".

El rock satánico

   Los comienzos del rock'n roll preanunciaban un vuelco en la sensibilidad de la adolescencia; pero no podían preverse las rápidas consecuencias de las cuales surgirían el hard rock o heavy metal, el acid rock[4], cuyos cultores y auditores ya estaban ubicados en un horizonte de drogas.

   Hasta aquí estaba en juego el orden natural, subvertido ya por los decibeles[5] que más allá de lo normal la música producía y podía llevar a la sordera del oyente, también con la droga liviana. Pero este trastrocamiento se daba dentro de lo que puede llamarse orden natural, con insinuaciones de ser influido por un ritual mágico, la brujería, que alcanza (con innúmeras variantes) el orden suprana-tural.

   El rock satánico se desenvuelve completamente en un orden sobrenatural subvertido, hijo del "non serviam" primero, lanzado contra Dios. Se trata nada menos que apoderarse del alma de la juventud del mundo entero.

   La guerra es total en ambos órdenes: desde un punto de vista material suscita el uso de la droga, el alcohol, y provoca enfermedades venéreas, la promiscuidad sexual, la agresividad familiar, el suicidio, el crimen...

   En el orden sobrenatural, se descubre el culto a Satán en diversas y sofisticadas manifestaciones.

   El cristianismo no puede negar la existencia del demonio y del infierno. El hecho de que ciertos sacerdotes en la actualidad soslayen este tema, no lo priva de su existencia real. Más bien, denota la enorme crisis de fe que hace estragos en la Iglesia militante, en este particular momento histórico.

   La "Bomba atómica del rock'n roll" es una expresión que John O'Connor O.P.[6] ha acuñado para señalar cómo este tipo de música es uno de los medios más adecuados para destruir a la juventud.

   "Es un ciclón, una corriente de marea en trance de barrer las naciones y sus habitantes".

   El autor de esta sorprendente frase se refiere a "toda una variedad de poderosos medios: a los discos de Rock'n Roll, a los espectáculos en vivo y en directo, a las estrellas y a sus grupos, a las bandas en video de rock'n roll...

   "No significa que estos discos, canciones o artistas prominentes del rock sean todos malvados. No todos son asesinos de almas. Simplemente porque el espíritu perverso es suficientemente inteligente para comprender que no es posible siempre presentar el mal en toda su crudeza. ¿Por qué? Porque el corazón del hombre ha sido hecho por Dios de modo tal que le repugna el mal. En consecuencia, el diablo debe disfrazarlo. Esta es la razón por la cual una parte de estas canciones y música de rock'n roll constituyen una diversión sana y más bien inofensiva. Pero esta es la miel que recubre el verdadero mal que trabaja para lavar el cerebro, literalmente lavar el cerebro de nuestros jóvenes en la actualidad".

   La estridencia y el modo en que los artistas más notables vierten las canciones del rock'n roll, impide que los adultos puedan comprenderlas. Los jóvenes las escuchan muchas veces y así las entienden perfectamente. Por otra parte emplean un lenguaje, un 'argot' que solamente entre ellos se comunican.

   El rock'n roll ha sido definido como la pornografía puesta en música, muchas de sus canciones exaltan la homosexualidad. Se calcula que el setenta y cinco por ciento de los clubes "disco" dependen de homosexuales.

   El rock satánico comenzó con los mensajes subliminales (sub: bajo, limen: umbral) que influyen en el oyente; penetran por debajo del nivel de la conciencia, son subconscientes. Se manifestaron por casualidad. Mensajes satánicos subliminales se descubrieron en "Revolution Number One" y "Revolution Number Nine" del "Devil's White Álbum" inaugurado por los Beatles en 1968.

   Una derivación del anterior en este avance maligno, es el nacimiento de grupos denominados del "punk rock", que estimulan a sus auditorios al suicidio y a la violencia colectiva. Entre los grupos más notorios se encuentra Kiss (beso) (Kings in Satán Service, para los iniciados).

   Jean Paul Regimbald[7] testimonia que los mensajes subliminales que expresan ciertos conjuntos de Rock'n Roll tienen un contenido variable y los efectos que mencionamos a continuación, dependen de la voluntad y fortaleza del receptor cuya conciencia puede ser sobrepasada por los estímulos que experimente el subconsciente:

  • a) Perversión sexual bajo todas sus formas;

  • b) incitación a la violencia y a la muerte;

  • c) Reacción violenta contra el orden establecido;

  • d) La sugestión del suicidio:

  • e) la consagración a Satán. Estos efectos del "punk rock", derivación del rock satánico, del cual ya nos ocuparemos, habrían sido detectados por Greg Bodenhamer y Darlyne Petty-nicchio que dirigen el "Back in Control Training Center"[8] de California (U.S.A.) sin tener idea de que eran producidos principalmente por este tipo de música. Hasta que el caso de Richard Ramírez, un terrible y especial salteador nocturno, llamó la atención de la prensa. Se supo que Ramírez escuchaba con obsesión "Night Prowler" (rondador nocturno", un trozo del AC-DC álbum "Highway to Hell" (Autopista del Infierno).

   Hasta ese momento (nov. 1985) R. Ramírez había sido acusado de cometer catorce asesinatos en el condado de Los Ángeles y otros 54 delitos en el mismo condado incluyendo violaciones, secuestros y robos.

   "Ramírez llevó a cabo en forma literal el lenguaje propio del "heavy metal", expresa Bodenhamer, quien diez años atrás no tenía ninguna noticia de esta música".

   Ahora se ha experimentado que cuando los padres traen al Centro adolescentes con serios problemas, el solo hecho de privarlos de que escuchen esa música produce un cambio notable en los jóvenes de conducta descarriada. Exigen a sus padres saber decir no, y a veces esa enseñanza se torna muy difícil. El problema no es sencillo, pues los adolescentes atrapados por la música 'punk o heavy metal' viven un mundo diferente al normal y por supuesto al de sus padres: botones, posters, álbumes y tapes, amigos, ropa, cortes estilizados de cabello, contactos telefónicos permanentes con otros miembros de grupos adictos al metal pesado o música punk, crean un ambiente y un modo de vida. Frecuentemente se sienten identificados entre ellos por el tipo de música que escuchan: punk, Rolling Stones, New Waver... Se refleja esta situación en las afirmaciones de los adolescentes en respuesta a las órdenes dada por sus padres: "Nada va a apartarme de esa música" o bien, "Me gusta mi música y siempre me gustará"... No resulta fácil cambiar un estado espiritual que ha llegado a ese nivel, un estilo de vida, ya que para Bodenhamer el "Heavy metal" y la música punk promueven lo que en esencia puede llamarse "un estilo de vida" —una creencia en el sexo, una adhesión a las drogas y al alcohol, un escepticismo con respecto a cualquier consejo; una creencia en vivir la vida sin ningún tipo de inhibición, donde los valores esenciales son despreciados, exactamente como lo proclaman las canciones de la música que escuchan.

   Cinco jovenzuelos del condado de Orange en California, en el lapso de un año, habían asesinado a sus padres, y se estableció casi con evidencia que su adicción a este tipo de música los había llevado a esos actos demenciales. "Por supuesto, explica Bodenhamer, es difícil saber en qué momento un chico que comienza escuchando este tipo de música se convertirá en un fanático o un poseso capaz de llegar hasta las últimas consecuencias".

   Consecuencias que pueden  producirse por un tipo de ritmo (beat) que conlleva resonancias psico-biológicas capaces de modificar el funcionamiento de diversos órganos del cuerpo. Es posible grabar una señal de frecuencia ultra-sónica, que estimule al cerebro de manera prolongada y produzca una reacción bioquímica equivalente a una inyección de morfina: "la endomorfina".

   Otra técnica de influencia se da con el uso del estroboscopio. A través de este aparato se puede acelerar a voluntad una alternativa de luz y tinieblas, que produce un debilitamiento considerable del sentido de la orientación, del juicio y de los reflejos.

   Los efectos combinados de la música rock con el juego del estroboscopio relajan todas las barreras del juicio moral y se pierden los reflejos automáticos, los mecanismos de defensa natural y actúan así los mensajes subliminales[9].

Expansión del rock con sentido revolucionario mundial

   La revista Rolling Stones declara en forma prominente: "El rock es algo más que música, es el centro energético de una nueva cultura y de una juventud revolucionaria"[10].

   El anarquista Rubín escribe "El rock ha marcado el comienzo de la verdadera revolución"[11].

   Que esa revolución avanza en todo el mundo lo prueban las estadísticas. Al comienzo se requería ser miembro del club "disco" para frecuentarlo y no pasaban de una centena. En menos de dos años pasan de 18.000. Y el fenómeno se expande por el mundo...

   Bob Welsh, que desde 1970 edita discos de música rock, luego de incluir la "Dama Sentimental" surgió nuevamente como la nueva y poderosa voz de la escena rock. Leamos sus confesiones en una revista publicada en Buenos Aires: "Escribo sobre magia, sobre poderes desconocidos, sobre todo ese tipo de cosas —concluye Welsh—. La magia negra se usa para beneficios personales, la magia blanca para el perfeccionamiento de la humanidad. La fuente de potencia es la misma. De todas maneras hay que asumir la responsabilidad de tener los poderes. Igual que la música"[12].

   Este fenómeno ha alcanzado ya a Buenos Aires [13]  en un festival de rock y pop en el que intervinieron entre otros Nina Hagen. Acerca de este personaje la revista del diario La Nación (6-10-85) luego de algunos elogios le prodiga las siguientes virtudes: "sucia como un albañal"; "absoluta desinhibición a la hora de entablar relación sexual"; y de haber vivido "agitadas jornadas de militancia política de la juventud comunista". La perfecta inadaptada y desinhibida que contagia vertiginosamente a nuestra juventud.

   La música satánica, con sus ritos y rituales está consiguiendo adictos, y estos efectúan actos que hasta hace poco eran inconcebibles en nuestra patria.

   Ciertas noticias publicadas en los diarios parecen confirmar que el rock es el centro de una revolución mundial. "Pekín se niega al rock" es el título de un artículo periodístico de actualidad:

   El Ministro de Radio y Televisión decidió cancelar un programa del cantante Bob Geldof por considerarlo destructivo para el pueblo. Este concierto hubiera sido la primera representación televisiva de rock ofrecida a 250 millones de chinos. Fue reemplazada por una película sobre la modernización industrial de China y otra titulada: Vida cultural: poemas de la montaña de Huangshang[14].

   Se puede deducir de este hecho que los líderes chinos calibran el tipo de revolución que conlleva el rock y ellos están decididos a seguir llevando las riendas y no están dispuestos a que se entrometan en sus planes.

   Deseamos hacer notar que aún para los mismos comunistas esta revolución puede ser indomable si no se toman medidas como las adoptadas en China.

    Estos testimonios pueden hacernos meditar acerca de las imprevisibles consecuencias desatadas por una revolución sin rostro, sin ideología, que cuenta con la adhesión consciente o inconsciente de una juventud que puede ir creciendo en progresión geométrica, que ha casi perdido el hábito de la meditación, que destruye su ser interior y el de sus allegados, juventud sin sentido crítico, y menos autocrítico.

El rock'n roll y el culto de Satán

   El subtítulo es otro apartado donde John O' Connor testimonia.

   La venta en gran cantidad de estos discos convierte a los seres que a ello se dedican en abogados del satanismo y de otros extraños cultos orientales que están esparciéndose por doquier.

   Tres millones de jóvenes en los Estados Unidos son esclavos de estos cultos y los padres muchas veces deben contratar detectives privados para obligar a sus hijos al retorno al hogar.

   El grupo rock que se llama Black Sabbath (Sábado negro) ha lanzado al mercado un disco de larga duración titulado Sabbath Bloody Sabbath (Sábado sangrante, sábado). De hecho es una misa negra, una misa satánica, que blasfema y profana la misa católica. Deseamos mostrar algunas palabras grabadas sobre este disco rock'n roll.

"El más agradable sacrificio ofrecido a Satán es matar bebes no bautizados"

   En estos últimos años, casi cada año, cerca de dos millones de bebes no bautizados sucumben a la carnicería del aborto en el seno de su madre.

   Ozzie Osborne, la antigua estrella solista del grupo Black Sabbath ha dicho: "No sé si soy el médium de una fuerza extranjera. Poco importa lo que ello sea, espero francamente que no sea lo que pienso, es decir: Satán"[15].

El rock contra la Iglesia

   A comienzos de mayo de 1986, se vio aparecer en varios y distantes kioscos de Capital y Gran Buenos Aires, una lujosa revista de rock española, el N" 147 de Popular 1, editada en Barcelona en septiembre de 1985, a todo color y con papel de primera, cuya tapa anunciaba su tema central: "Cruzada rock contra la Iglesia", y adelantaba un "pensamiento" de Nina Hagen por demás elocuente: 'Los caminos hacia Dios son infinitos, el único que no es válido es el de la religión católica'. La revista cuesta dos australes(**).

   Popular 1 tiene como directora a Berta Yebra, quien presenta alborozada la nota de tapa, que consiste en una serie de reportajes a Nina Hagen y a otros personajes y conjuntos de rock cuyo común denominador es la blasfemia: Sangre cristiana, Ozzy, y un despojo humano cuyo nombre artístico es nada menos que Dios.

   Y el lector se sumerge en la basura desordenada del artículo, que comienza con una llamada del demente autonombrado Dios a Berta Yebra.

   En el mismo artículo Nina Hagen afirma: "Creo que la Iglesia es de las cosas que más joden el coco de las personas". En otro lugar se expresa: Sangre Cristiana tiene como motivo de su escenario "un Cristo gigante calavérico con telarañas", y sostienen: "La cuestión bíblica nos encanta, toda esa parafernalia nos atrae, el sadomasoquismo". Que Ozzy Osborne es "el cantante satánico por excelencia del heavy metal". Que el simpático Ozzy comenzó con algo llamado Black Sabbath, que presentaba "una línea estética demoníaca"[16].

   En páginas anteriores nos hemos ocupado ya del simpático Ozzy y de su tremenda confesión de haber actuado como médium de Satán.

Las cubiertas de los discos

   Desde hace 15 años, los sobres de los discos se tornan cada vez más explícitos con respecto a la utilización de las referencias y de los signos satánicos, esotéricos o eróticos.

   Aparecen triángulos invertidos, pirámides, pentagramas, círculos mágicos y toda una serie de signos de brujería. Además, no se duda en mostrar desnudeces, símbolos fálicos y vaginales... de todo tipo y símbolos netamente satánicos como el símbolo 666 y su forma invertida 999, escenas de sacrificios humanos, misas negras y representaciones infernales.

   En realidad es sorprendente que, cuanto menos los teólogos y los predicadores hablen de Satanás y del Infierno, más vía libre tiene Lucifer para hacer su propia publicidad gracias a las publicaciones de los sobres de las canciones y de los espectáculos de ópera rock: Hair... Quadrofenia, etc.[17].

   El Congreso de los Estados Unidos ha votado recientemente una ley que obliga a los editores de música a consignar en las cubiertas de los discos la existencia de mensajes subliminales y/o pornográficos, si los hubiere[18].

   Armoniza con todo lo expresado acerca de estos desafíos al pudor y de explícito satanismo, lo que ocurrió en Río de Janeiro. El periódico Tiempo Argentino, del 25 de enero de 1985, publicó un artículo "A propósito del festival de Río y del Rock Demoníaco" y en uno de sus párrafos podemos leer:

   "Por eso, los que asistieron volvieron anonadados del espectáculo; pero no del gigantesco tablado, sino el de las tribunas: una gran "macumba" con todos sus ingredientes al rojo vivo, multiplicada por los 250.000 asistentes, con escenas de violencias, promiscuidad sexual, mucha marihuana y bastante droga pesada; por supuesto alcohol también, y hasta no faltaron los "lanza perfumes" de carnaval, cargados con éter. Y los amuletos, y las cruces invertidas, y los cuernos diabólicos, y las remeras con el número de la Bestia Apocalítica "666".

   Podríamos escribir muchísimas páginas más con informes y testimonios acerca de este terrible flagelo que azota a parte cada vez mayor de nuestra juventud, pero preferimos decir dos palabras que iluminen como antídoto o freno a esta arrasante y furiosa marea espiritual; la lucha no se centra contra seres humanos de carne y hueso sino contra poderes espirituales.

   Tenemos el ineludible deber de advertir lo que está ocurriendo y los graves peligros que estas situaciones conllevan.

   Los malvados no son nuestros niños o jóvenes, —expresa O' Connor (p. 55)—, son más bien las víctimas.

   Es necesario comprender a esta juventud con paciencia, con verdadera caridad, mostrándoles que somos amigos y que deseamos su bien y quizás podamos abrirles los ojos. Alertarlos, hacerles ver los peligros de hacerse lavar el cerebro por estos discos y estas estrellas del rock, cuya filosofía y religión son perversas.

   Debemos mostrarles cómo en ciertos foros, sus aparatos de alta fidelidad, se han tornado de hecho en altares consagrados a Satán.

   Explicarles que este tipo de discos rock'n roll constituyen una liturgia satánica que destruye sus espíritus y su moral. Educarlos musicalmente, lo cual demanda preparación y sacrificio.

   En segundo lugar debemos pedir la ayuda de Dios en esta despareja lucha, retomando el hábito de rezar el rosario en familia.

   En Fátima, Nuestra Madre, ha predicho los diversos problemas que afectarán a la juventud mundial actual, e insiste en el rezo individual o en familia del rosario.

   Ofrecer nuestras vidas como sacrificio por las almas perdidas. No faltar a la Santa Misa, confesar, comulgar y pedir por nuestros adolescentes queridos.

   Y Dios mismo nos ha prometido que la Virgen saldrá victoriosa de esta guerra que llevamos contra el Poder de las Tinieblas.

   Si no restauramos la liturgia como arte excelso de la Iglesia, estaremos imposibilitados de llevar a cabo una renovación del arte cristiano. Restauración en la que se debe incluir la música sacra y su paulatina enseñanza a los niños.

   "Pues nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, más, contra los Principados, contra los Poderes, contra los Soberanos de este mundo de las tinieblas contra los Espíritus perversos que están en las regiones celestes"[19].

   Debemos tener cuidado acerca del auténtico significado de las palabras y usarlas adecuadamente ya que eso contribuye a saber lo que se pretende expresar con ciertos términos que frecuentemente se tornan ambiguos y muchas veces su sentido se interpreta en forma totalmente contrario a lo que verdaderamente significan.

La generación de la paz

   A propósito de esta meditación deseamos manifestar que acaba de aparecer un libro titulado "La Generación de la Paz"[20] y nos atrevemos a afirmar que su contenido lo que menos procura es promoverla por los medios y caminos conducentes a ello. Si nos detenemos en el análisis de muchas de sus partes es para ayudar a captar un estado espiritual que está muy lejos de significar lo que el título proclama.

   Este libro es principalmente una crónica y testimonio de los movimientos beatnik y hippie que, teniendo como epicentro a los Estados Unidos, se esparcen por Occidente, bajo el slogan de crear una nueva conciencia planetaria, que reinventa el concepto de "revolución". Esta conciencia planetaria coincide —como veremos— con la acción persistente y efectiva que los gobiernos de la U.R.S.S. realizan en nuestro mundo.

   Transcribe también breves crónicas de acontecimientos públicos importantes ocurridos entre 1955-1984 y otros considerados de gran interés por el autor. Siempre en la línea de defender la libertad sin barreras, el amor libre y la total autonomía del hombre.

   Cuando la mayoría de los escritores serios exponen los peligros de la televisión como medio educativo en las condiciones a través de las cuales avanza, en La Generación de la paz se transcribe un juicio de Marshall Me Luhan (p. 87) que dice: "La generación de los hijos de la T.V. es más seria que la de los hijos de cualquier otra generación, menos perdida, menos absurda. El muchacho que se ha formado en la era de la T.V. es más honesto, más abierto, está más comprometido... El circuito electrónico ha destruido la vieja idea del espacio y del tiempo, y precipita sobre nosotros, instantánea e incesantemente, la vida de todos los hombres. Los jóvenes comprenden de un modo instintivo esta complicación y viven este hecho de una forma mítica y profunda. Esta es la razón de la vasta e insólita división entre las generaciones".

   Quien con serio criterio estudie la nefasta influencia de la T.V. en los países de Occidente, comprenderá que el autor de "La Generación de la Paz" no desea dejar un solo resquicio a través del cual, se escape el poder suscitante y subversivo que pretende darle al libro.

   "Para restaurar la Iglesia destruid la Televisión —clama John Sénior—. No es cuestión de seleccionar los mejores programas. Sus dos principales defectos son: su radical pasividad, física e imaginativa, y su distorsión de la realidad. Fallamos en el ejercicio del discernimiento seleccionando y enfocando detalles —lo que los poetas llaman "reparar" en las cosas; tampoco ejercitamos la imaginación, como se está obligado a hacerlo al leer una metáfora, donde usted activamente salta a la "tercera cosa" en imágenes yuxtapuestas, seleccionando similitudes y diferencias, destreza de la cual Aristóteles dice que es un gran signo de inteligencia. La televisión es intrínseca y extrínsecamente mala"[21].

   Ambos testimonios —el de Me Luhan y el de Sénior— se oponen diametralmente. Puede parecer exagerado lo que expresa John Sénior, pero el hábito de ver y escuchar diariamente, durante horas, el continuo espectáculo de lo que transmiten los canales de televisión en Occidente, resulta perturbador y nocivo. Una gran mayoría de seres han sido atrapados por este moderno medio de comunicación, que llega a enviciar al auditorio, haciéndole perder los hábitos de pensamiento y reflexión, que son los que permiten al hombre poseer una personalidad, y no dejarse transformar en una gota más, en la masa liquificada de nuestras sociedades.

   La generación de los hipies rockeros de la época de Woodstock [22] fueron sólo el comienzo de algo que en la década del 80 rebrota con fuerza, vigor y técnicas renovadas.

   Interesa hacer notar el poderoso aparato logístico que ayuda a expandir los mensajes refinados y sutiles, a través de la televisión, los periódicos y nuevas tácticas que se hacen circular permanentemente, a través de una red sin antecedentes conocidos por su magnitud. Organizaciones no gubernamentales (O.N.G.) ensayan dinámicas que pretenden cambiar los órdenes políticos, espirituales, psíquicos, emocionales, procurando constituir una nueva era. Nueva era que no tiene vestigios de cristianismo, forjada por la "generación de la paz".

   Una profética declaración lanzada hace 20 años en la ciudad de México por estos grupos "artísticos", expresa: "Nuestra misión es permanente y a menudo silenciosa. Partiendo de las coincidencias iniciamos una acción que va más allá del poeta y del artista. La meta de esta acción es el incremento del área de conciencia que define el nuevo ser y la transformación de la vida en obra de arte. La lucha es incesante, dolorosa a veces. Una fuerza dinámica, en constante crecimiento, dispuesta a resistir toda la prepotencia de los falsos profetas de nuestra época, toda legislación que atente contra el derecho de expresión y todo revolucionarismo retórico que pase por alto el verdadero significado del cambio. En el umbral de la nueva era, suscribimos esta Declaración conscientes de que sólo en la fusión de nuestras ideas y nuestros actos, se halla la evidencia concreta de su advenimiento"[23].

   Se refutan en el libro todas las actas de defunción adjudicadas a los hippies, al movimiento pacifista y a la contracultura. Hay millones de jóvenes expresando su repudio a la carrera armamentista nuclear.

   El filme "Pink Floyd The Wall", dirigido por Alan Parker —en apariencia meramente musical— se considera el manifiesto antibélico supremo, y de él se ocupa el autor del libro.

   La última impresión que deja "Pink Floyd The Wall" es que el mundo se encuentra cerca del Apocalipsis. Pero un Apocalipsis que no lleva connotaciones cristianas.

   La película enfocando al cuarteto Pink Floyd, que le da el fondo musical combina pantallazos fílmicos de escenas musicales del popular cuarteto con dibujos animados y el sustrato dramático de una historia de protesta. Su protagonista es el cantante de ritmos populares Bob Geldof que nos embauca con canciones en contra de la sociedad y entona enfervorizadas apelaciones en favor de la absoluta libertad del hombre, contra las segregaciones de todo tipo, aún las sexuales.

   En un "lenguaje recurrente", Alan Parker se permite el delirio y el caos que destroza toda norma racional del relato, haciendo que la música prevalezca antes que la imagen.

   Por momentos la película se torna espantosamente repugnante: "la protesta hecha imagen, se torna batalla, explosión, albañal, muerte...".

   No busquemos belleza, sino "una realidad descompuesta en podredumbre.. ".

   Muchas veces recordamos a Kafka, pero con una acritud superior, simbolizada por "El Muro" que una y otra vez atrapa y desespera al protagonista.

   Cuando la película fue estrenada en Buenos Aires el comentario de un crítico artístico[24] nos resultó esperanzador para recuperar el sentido común y acercarnos a la lógica:

   "Parker se queda en lo exterior y en la fría alegoría, no desciende a los hechos y, al permitirse tanta asombrosa variedad de registros expresivos, consigue solamente el estereotipo, y por momentos, la aburrida caricatura".

   Esta crítica alienta porque muestra los fanáticos límites de la contracultura.

   No deseamos fatigar al lector con el pormenorizado recuento de otros festivales como el del Central Park de New York en 1982, donde 800.000 jóvenes corporizaron un genuino Woodstock de los No Nukes (Reactores Nucleares No), donde Bruce Springsteen y Jackson Brown los electrizaron con su versión de Tierra Prometida...

   "La fiesta de los resistentes, realista y lúcida, preanunciaba enormes marchas generacionales"... pág. 15).

   Lo transcripto indica una pseudo realidad que se nutre de argumentos falaces y aunque están por el pacifismo y la no violencia, usan métodos que en la interioridad de cada concurrente son estimulados por impulsos reñidos con la paz tan pregonada. Asoma una tremenda contradicción porque estas generaciones han olvidado que no habrá verdadera paz sin la recreación de una vida cristiana y en consecuencia un arte cristiano que de paz a los espíritus, que naturalmente se propagará luego a la sociedad.

   Tanto los festivales cuanto el filme mencionado y la gran mayoría de los que se proyectan están en abierta contraposición a lo que debe ser una cultura auténtica, ya que el humus cultural que los alimenta los determina fatalmente.

   Estos grandes movimientos pacifistas (festivaleros o fílmicos) poseen encubierta coincidencia con los planes y realizaciones del estado soviético. Para ello hay que comprender la guerra semántica que como telón de fondo invisible se puede detectar por doquier.  

   La promiscuidad sexual, la droga, la contracultura en todas sus manifestaciones destruye la naturaleza humana y elimina del horizonte la santidad y el heroísmo.

   Esa es la contracultura y libertad absoluta que proclama el libro "La Generación de la Paz" para construir una nueva era, sin rastros de cristianismo; y que reinventa el concepto de revolución, para que una nueva dinámica cambie los órdenes políticos, espirituales, psíquicos y emocionales, con el florecimiento de una nueva edad: Acuario viene.

   ..."Si los sesenta trajeron nuestro nacimiento y desarrollo, los ochenta y noventa serán nuestros años de máxima influencia y madurez. ... Los sesenta crearon lo que podría llamarse un liderazgo para el futuro... una nueva generación de gente dedicada y politizada.

   "Conspirar, es respirar juntos. Hay un particular misterio en el modo fluido y sincrónico en que aparecen, no sólo en los Estados Unidos sino en todas partes, los conspiradores acuarianos de la Edad Nueva..." (pág. 179).

   En la contratapa del libro La conspiración acuariana —y también en las cinco primeras líneas del primer capítulo—, se puede leer: "Una red poderosa sin líderes visibles, está trabajando para producir un cambio radical en los Estados Unidos. Sus miembros han roto con ciertos elementos clave del pensamiento occidental, y ellos pueden aún haber quebrado la continuidad con la historia...".

   No se puede negar el carácter anticristiano y ocultista de la Nueva Era auspiciada por esta generación .

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