Tabaré
no será un estadio más en la Liga Uruguaya. Será el
reducto capitalino más coqueto, producto de una
remodelación espectacular. Ahora con una capacidad
para albergar a 1.500 espectadores, producto de la
construcción de una tribuna nueva y la ampliación de
la dos restantes, Tabaré se convierte en la joyita
del Parque Batlle. Con una inversión que rondó los
60 mil dólares, la visión no solamente apuntó a
aspectos deportivos. Busca afianzarse en el plano
social en una zona importante de la ciudad en la cual
la gente que allí habita se encarga día a día de
destacar la inversión realizada por personas que
conjugan distintas generaciones.
El
puntapié inicial nació en el cambio de piso del rectángulo
de juego.
La
colocación del piso flotante dio paso a una serie de
cambios que gracias al esfuerzo de dirigentes y
sponsors, se hicieron posible.
La
construcción de una tribuna nueva y la ampliación de
sus dos ya existentes abrieron paso al desafío. Esto
dio paso luego a la remodelación en la zona de
vestuarios, creación de más espacio, más amplio
para el trabajo de la prensa, sala de recepciones para
dirigentes visitantes, comodidades en cuanto al
ingreso de parciales visitantes, restaurante, kiosco
con la inclusión de computadoras para el
funcionamiento de un cíber, más lo ya establecido
como una buena sala de musculación y otros espacios
para el desarrollo deportivo y social de la institución.
Se trata de una obra de primer nivel con mayores
comodidades dirigida a quienes lleguen hasta la calle
Brito del Pino casi Ricaldoni y quizás no sólo para
disfrutar de la acción de la Liga Uruguaya, sino para
sentirse a gusto en un lugar que también combina lo
social como uno de los aspectos primordiales del
crecimiento institucional.
INFORME:
Diario La Republica