Castellar de Santiago
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CASTELLAR   DE   SANTIAGO

EVOCACIÓN  Y  NOSTALGIA

EXTRACTO DEL DISCURSO  PRONUNCIADO POR

DON WENCESLAO FUENTES SANCHEZ

EN CASTELLAR DE SANTIAGO (RESTAURANTE  “PARRIS”)

CON MOTIVO DE CENA HOMENAJE  DE LOS CINCUENTONES

DEL AÑO 1992.15.08.02.Dia de la Virgen de Agosto.

Queridos amigos, compañeros de nacencia, familiares, paisanos todos, señoras y señores:

         Este año la Virgen de Agosto no ha venido a cobrarnos ninguna trampa, según era habitual desde siempre en nuestros lares. Este año, somos nosotros quienes venimos a entregarle a Ella la cifra redonda, sugerente, de por sí abultada, del primer medio siglo de nuestra vida. “P’á la Virgen de Agosto” pagamos cincuenta años, nuestros primeros cincuenta años.

         Castellar de Santiago, a cuyo seno volvemos a remolque de la vida y de la historia, ha de contemplarnos hoy como a unos hijos amantes. Somos aquellos niños y niñas que venimos al mundo el año de gracia de 1942. Somos la gran parte de los primeros niños de la paz; porque ninguno de nosotros fue responsable ni copartícipe de ninguna contienda.

         1942. ¿Por qué nacimos en el año 1942?.

         El año 1939 termina la Guerra. En 1940 los combatientes empiezan, algunos, a licenciarse. En 1941 la gente empieza a casarse. Es el año de las bodas. Por ello, “a eso de los nueve meses”, o pasado un año, nacimos los niños hoy cincuentones del 42. Y lo hicimos en cantidad: ahí está la cifra de los ¡ciento tres bebés¡ castellareños, que empezamos a darle trabajo al Angel de la Guarda, y por supuesto, a nuestros padres, madres, abuelas,parientes y deudos.

         ¿Qué sucedía en el mundo el año 1942?. Muy sucintamente: el mundo temblaba bajo la más espantosa de las guerras, la Segunda Guerra Mundial. Es el año de Stalingrado, la larga batalla que cambia el signo de la campaña de Rusia. Los rusos defendieron la ciudad casa por casa. La bolsa de Stalingrado, en la que será derrotado el VI Ejército alemán del mariscal von Paulus. Es el comienzo de la retirada alemana. Las fuerzas aliadas de Eisenhower  desembarca en Marruecos y Argelia.

         España, mantenía una difícil neutralidad. Pero dejémonos de guerras y vayamos a las paces. En 1942 sucedió lo que sigue:

1.     Camilo José Cela, hoy Premio Nobel, publica su primera novela, “La familia de Pascual Duarte”;

2.     Debuta en Madrid Lola Flores. ¿Os acordáis del  “Lerenle”, de la “Salvaora”, de la “Niña de fuego”... cantándole con pasión el hondo artista Manolo Caracol?.

3.     Se crea el NO-DO, noticiario español cinematográfico, “el mundo entero al alcance de todos los españoles”.

4.      Se inaugura el Viaducto de Madrid, el madrileñísimo “Puente Viaduto”, sobre la calle de Segovia, recurso de los tristes suicidas de los años 40 y 50.

5.     El 14 de diciembre de 1942 se crea el Seguro Obligatorio de Enfermedad, base de todo el entramado de la Seguridad Social hasta nuestros días.

6.     Nace la Colección Adonais de poesía.

7.     Se crean las Cortes Españolas.

...... Es decir, que somos de la quinta de Pascual Duarte, del NO-DO, de las Cortes orgánicas, del Viaducto, del Adonais.... ¡de la Biblia en pasta¡.

¡Estos cincuentones del 92¡.

         Pero aún sucedían más cosas en el año 42: el 28 de noviembre ve la luz el periódico, entonces semanario, “MARCA”, fundado por Manuel Fernández Cuesta. El “estraperlo”  entra en su apogeo, al amparo de la escasez, la carestía, la insolidaridad y la peor picaresca española.

         El Valencia, campeón de liga; el Betis, a Primera División; el boxeador Ara, campeón de España en los pesos medios. La mujer comienza a hacer deporte (baloncesto y  hokey sobre hierba, los primeros equipos en la Universidad; también las esquiadoras).

              El torero Marcial Lalanda, del que su pasodoble decía que era el más grande, realizando una gran faena, se despide del toreo en Madrid, y aquella misma tarde, en dicha corrida, se consagra en la capital de España el excelente torero sevillano  Pepe Luis Vázquez. Antonio Bienvenida toma la alternativa el 9 de abril con un toro de Miura, de manos de su hermano Pepe.

             Abre en Madrid la sala de fiestas Pasapoga (un delirio) el 20 de mayo. Se inauguran las Galerías Preciados (más delirio), ¡ay, Dios mío, amas de casa provincianas¡.

           El tren Talgo entra en pruebas, para revolucionar el transporte por ferrocarril...

          ¿Cuánto costaba el hecho de vivir?: Un café solo, tomado de pié, cuesta 40 céntimos, cuatro perras gordas. El taxi, puro artículo para privilegiados, la bajada de bandera costaba una peseta. Un estudiante de nuestro pueblo se ufanaba de haber adquirido una pluma estilográfica, a plazos de 10 pesetas al mes, durante medio año, sin necesidad de avales.

         En las zonas elegantes de Madrid un gran piso valía 25.000 pesetas. Dicen los cronistas que cuando el precio de la caña de cerveza subió a una peseta, se armó un revuelo...

         Los años del hambre. Para hablar de los años del hambre, de las restricciones, los apagones, los racionamientos, los sucedáneos y las estrecheces, forzoso es haberlo vivido. SOMOS UNOS SUPERVIVIENTES. Merece la pena hablar de aquellos cuarenta, tanto más cuando se hace desde la ternura, la nostalgia y la buena fé, como en esta noche mágica de agosto estamos haciendo en nuestro pueblo aquellos niñas y niños del 42.

         ¿Y en Castellar?. – Era Alcalde don Raimundo Fuentes Gómez, cuyo apellido llevo con honor en mi condición de primogénito.- Secretario del Ayuntamiento, don Octaviano del Rey, delgado, serio y “más alto que un nulo”; Juez de Paz, don Alfonso Galán, vinicultor y flamenco; Cura Párroco, don Pedro Hinarejos, ascético, natural de la entonces lejana Villanueva de la Fuente; Médicos: don José del Río, hombre bueno y liberal, que ya andaba jubilado; ejercían don Ezequiel García Gormáz, toda una memoria de Castellar y Médico de escuela, con su cuñado el bueno de don Paulino Clemente Cavadas, que moriría en los años 40.

Farmacéuticos: don José Ortega Viciana, apuesto y gentil andaluz de Almería, y el ilustrísimo y popular don Joaquín Saavedra Martínez, tres carreras; no exagero al considerarlo una gloria de nuestro pueblo. Asimismo, ambos boticarios eran cuñados; Veterinario, don Joaquín Pagés Amador, de Albaladejo, todo un señor, siempre vestido de negro impenitente fumador en boquilla de plata, que no se hablaba con don Joaquín Saavedra. Los Practicantes, tan temidos por las criaturas a la vista de la jeringa y la lanceta, eran los serviciales don Antonio Castillo y don Francisco García-Rojo; ¿les habrán agradecido alguna vez los servicios prestados?.

         Para los alumbramientos se disponía de una limpísima Partera.

La Guardia Civil, con el Cabo Julio; despuès Crisòstomo Casado.Habia un guardia viejo que parecia un general de los que salìan en las paginas del ABC. Se llamaba Honorario.

         La primera infancia castellareña, entre fríos y temporales -¡cuánto llovía en los años 40¡. Apagones de luz a troche y moche; pan de higo  y pan moreno de centeno; pan candeal, cuando lo había; boniatos y algarrobas. Animal sagrado el cerdo.

         Vino a España Jorge Negrete, el “gran gallo” del mariachi mejicano; las fans le seguían enloquecidas, pues siempre pasó lo mismo. El pueblo,  a la vista de los chuscos de pan ennegrecido, con música  de un cantable de la revista teatral “La Blanca Doble”, famosísimo, entonaba:

“Detrás de Jorge Negrete

todas las mujeres van,

porque dicen que “Negrete”

se parece mucho al pan.

¡Ay, que tío,

Ay, que tío,

qué puyazo

le ha metío!”.

         Las barras de pan endurecido:

“Una casa de tres pisos

está haciendo Pepe Higueras,

y en vez de gastar cemento

usa barras de tercera”.

         Babuchas de goma, jersey de borra; barro y charcos en las calles. Carnavales a la luz del petromax, en los salones del Casino, del Centro, de la Fábrica, y posteriormente de “Culebra”, con música de cuerda  bien templada por los hermanos “Chichitas”, y tantos entusiastas como Fortunato Gómez “El Infanteño”, Juanillo Camacho, “Peto”, “Tedón”, ...

         Muchas ganas de seguir viviendo, de ser algo distinto. Es que somos una generación de esforzados en la superación y en el tesón.

         La escuela.- Allí empezamos a conocernos, nosotros entre nosotros; ellas, entre ellas. La escuela tuvo tanta influencia como el propio hogar. Esas magníficas Escuelas Nacionales del Rasillo de la Ermita (donde hasta los años 20 existiera el primer cementerio municipal de Castellar), entonces flamantes, pues se habían construido durante la Segunda República.

         ¿Os acordáis de aquellos Maestros?. Don Joaquín León, que llevaba a los mayores, era de Miguelturra. Don Julián Cobos del Río, ¿qué decir de don Julián, el que con otras cuatro personas lo era todo en el pueblo?. Don Francisco Tendero del Río, que un día lluvioso se nos fue, tan joven;

 de aspecto serio, era, según me decía mi padre una de las personas màs inteligentes y fieles de Castellar; ¿recordáis su entierro?. Lo trajeron desde Valdepeñas un mediodía, y le acompañamos todos los niños de la escuela, calle del Sol arriba, cogidos de la mano. Don Agustín Galán Parrilla, siempre bien vestido, cultísimo, y dotado de una voz sonora.

         Aquellas doña Lola, doña María y doña Esperanza, Maestras de vosotras en labores, villancicos y canciones regionales y de corro.

         La liturgia y la doctrina cristiana en las escuelas.

“Con flores a porfía,

con flores a María,

que Madre nuestra es”.

         Inundábamos las clases de romero, cantueso, mejorana, paraíso y rosas reventonas apenas apuntaba el mes de mayo. Es cierto que en aquellas Escuelas nos fundieron, sin distingos, en juegos y convivencia a todos los hijos e hijas del pueblo, cuya amistad ha de perdurar entre nosotros hasta el final de nuestros días.

         Aquel año 1947, un acontecimiento nacional conmovió los muros de la escuela, a pesar de estar de vacaciones, cuando un toro de Miura se llevó a la gloria a Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, el torero de la generación de nuestros padres. La banda de música de La Carolina, tan asidua por entonces a las fiestas del Cristo, interpretaba su pasodoble, mientras que la leyenda y el romance extendiéronse por calles, sierras y besanas:

“En la plaza de Linares,

ya no reina la alegría,

porque ha muerto Manolete

el Rey de la Torería”.

         Símbolo de toda una época, fue eso, un torero de romance.

         El Fútbol (en el que no destaqué jamás). Por aquí decíamos “jugar a la portería”. Se improvisaba el estadio sobre las piedras yerbosas de las eras; un par de calarizas con los jersey encima, simulaban los postes de la meta; y ¡hala! a emular al Atleti de Aviación; al Bilbao, con su cantera épica: Zarra, Gainza, Panizo, Iriondo...; imitar a Di Stéfano, Collar, Gento(los “merengues” del Pentacampeón); a Kopa, Kubala, César, Ramallets, del Barcelona...¡Cómo disfrutábamos juntando sus cromos del chocolate Nieto, de Quintanar de la Orden!.

         Silvana Mangano, estupenda como todas las Silvanas, sacó el mambo “el bayón” en su película “Ana”. Nosotros le cambiamos la letra al negro zumbón bailonguero, por alienaciones supuestas. Cantábamos:

“Ya está aquí el negro Benbarekc

con la pelota a los pies,

la chuta a Zarra

y la para Ramallets.

¡Tengo ganas de bailar el nuevo compás”

         (O, tengo ganas de bailar/  a lo loco ya).

LOS JUEGOS.- Ingenuos, duros; a veces brutales, como las pedreas, que llamábamos “lelas”, bajo la égida de “Espadillas” y de Angel Pozo, el fabuloso “Partero”. Juegos alrededor de la columna de la plaza, que soltaba calambrazos cuando el suelo estaba húmedo; ¿qué ha sido de la “coluna”, señor. Alcalde?.

                El “catalinabo”; el “cangreje-harina y harineje”; la “píngola”; la “pava”; “garabato-media-pieja” (precursor del triple salto olímpico); el “guá”, el “ron”; la “taba”; el “triángulo”; “Mariquilla está mala/con  qué la curaremos/ con un palo que le demos”; “Oficialito nuevo tenemos”;          ”Aceitera/vinagrera”; “Lunes, martes,  miércoles..  .ha venido un parte que dice ... .”; “El mocho”; “El trompo;”; “La tinaja”; “El rescate” (importado  del Madrid màs relamido).

          Para ellas, “los descansos”, “el corro” y “la comba”.

        ¿Todo se ha perdido?.  No, para los cincuentones del 92.

LAS FERIAS.-  La Virgen de Agosto, con caballitos de cartón machadianos; carritos de madera, pitos de caña y juegos de carpintero, muñecas de trapo; rueda de la Fortuna, vehiculitos con helados de la Pepa, de la Mariquilla de los Arbolillos y de extraños feriantes visitantes. Polos de hielo de garrafa; y el placer de las gaseosas en los circos ambulantes. (Las Fiestas del Cristo, son  punto y aparte).

LOS TEBEOS.- Empezamos con las aventuras de Juan Centella, seguimos con Roberto Alcázar (“¡Ostras, Pedrín!”); el valentísimo Guerrero del Antifaz; el nervudo Purk, el Hombre de Piedra; El Pequeño Luchador, que nos resultaba antipático; El Espadachín Enmascarado, obscuro y distante. El verdadero  TBO, humorístico total, con Jaimito, genial y sugerente de toda picardía.

         Ellas se entretenían leyendo “Chicas”, “Florita”, “Azucena”...

LA PRIMERA COMUNION.- (1950-51). Nos la dio don Narciso Perea Carrero, para nosotros el cura de toda la vida. Solemnidad y trascendencia. Religiosidad profunda, mucho respeto. Sin probar alimento alguno ni paladear el agua, desde las doce de la noche anterior, porque había que recibir a Dios limpios de cuerpo y alma. Sin el lujo consumista de ahora, que parece que a la Primera Comunión la han transformado en la primera boda.

Significó el primer vestido largo para vosotras, que ya os creíais mujeres completas. Nosotros, hombres de pantalón largo. Y, ¿por qué no decirlo?, ya empezábamos a sentir el rebullicio del primer amor, al contemplar a la niña, cual novia vestida de blanco, que venía a hacer como de pareja con nosotros.

“Te acuerdas que juntos hicimos

la Primera Comunión,

y el cura me parecía

que nos casaba a los dos”.

EL TRABAJO. Y màs tarde, el trabajo sin límite, en la labranza de los campos. No exagero:  agostos extenuantes que duraban tres meses; duros inviernos aceituneros; las pegajosas vendimias. El esfuerzo de hombres –chavalillos todavía-con la marginación del campo y sus productos. La mala época de la agricultura en nuestra primera juventud.

AÑOS 60. EMIGRACION Y DISPERSION.-  Aquí acaba, o empieza todo, según se mire. Quiero hacer constar que cada cual ha sido emigrante de esta tierra. La mayoría hubimos de irnos: unos, a la dura cadena del trabajo manual e industrial; otros, al estudio y la lucha académica; vosotros sabéis con cuantos sacrificios por parte de nuestros padres (de lo que no estoy seguro es si nuestros propios hijos serán capaces de reconocerlo).

         Cada uno, dependiendo de su peripecia personal, ha ejercido el éxodo de esta tierra de nuestros afanes. Otros se quedaron en el terruño, regando la tierra de sudores, fecundándola, trayendo hijos a la labor, para que Castellar blasone de ser un pueblo honrado, trabajador y digno.

         Ahora volvemos a la tierra arcillosa y calar de la que el Creador se valió para modelar ese cacharro espiritual que es hombre. Desde la colina de los 50 años, cuando hemos comenzado a descender el cerro Castellón de nuestra existencia, deseamos cumplir otros cincuenta, si quiera para poder volver, cada vez con mayor frecuencia, a estos paisajes que modelaron nuestro espíritu en la infancia, entre trigales, viñedos, eras, olivares, bodegas y molinos de aceituna.

         Alguna gota de vino salpicará nuestros corazones, para seguir repitiendo invocaciones con las que quiero terminar, levantando mi copa con el pensamiento puesto en los que ya no están, esos quintos que se nos han quedado en el camino de este medio siglo; en nuestros padres y abuelos; en todos los antepasados, que en esta noche nos contemplan desde mas arriba de la Luna de Agosto.

         ¡Viva Castellar de Santiago!!.

         ¡¡Viva el Santísimo Cristo de la Misericordia!!.

He dicho.