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Plata oretana de «La Alameda»(Santisteban del
Puerto, Jaén)
Antonio Blanco Freijeiro
Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones [Web]
P ágina mantenida por el T aller Digital
[Publicado previamente en: Archivo Español de Arqueología 40, n.º 115-116, 1967,
92-99. Versión digital por cortesía del editor (Servicio de Publicaciones del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid) y de los herederos del
autor, con la paginación original].
© Antonio Blanco Freijeiro
© De la versión digital, Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la
Historia Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto, Jaén)
Antonio Blanco Freijeiro
En la primavera de 1961 acompañamos a don Ramón Espantaleón Molina, Comisario
Provincial de Excavaciones de Jaén, a la localidad de Castellar de Santiago,
perteneciente a la provincia de Ciudad Real, pero lindante con la de Jaén, para
hacernos cargo de los objetos de plata de un hallazgo casual ocurrido poco antes
en la finca "La Alameda", enclavada en el término giennense de Santisteban del
Puerto. Según los informes del hallador, el obrero Estanislao Gómez Vilches, los
objetos estaban juntos, no metidos en un recipiente ni acompañados de monedas, a
lo cual hemos de dar pleno crédito, ya que fue el propio hallador quien,
haciendo gala de un civismo ejemplar, dio
cuenta a las autoridades de su descubrimiento y de su deseo de cumplir con la
ley haciendo entrega de los objetos al Estado.
Componen el hallazgo las siguientes piezas, todas ellas de plata: 1. Jarrito (fig.
1).- Alto, 6,7 cm.; diámetro de la boca, 4,2; diámetro del pie, 2,9;peso, 86
gramos. Hecho de varias piezas soldadas: el pie, el cuerpo, el cuello y el asa,
esta última desprendida y ahora pegada. La boca es redonda, sin desagüe. El asa
tiene al pie una hoja de hiedra y en la parte superior una lengüeta para apoyar
el pulgar, y dos ramas o abrazaderas horizontales provistas de sendas volutas
salientes.
2. Taza, fragmentada (fig. 2).- Diámetro de la boca, 8,6 cm.; diámetro del pie,
3,2. En la pared del cuerpo un resalte que lo circundaba como un aro, decorado
con triángulos rayados incisos, alternantes. Junto al borde un grafito ibérico
ilegible (Gómez Moreno, RABM, LXIX, 1961, 924, número XXXVII).
3. Cuenco (fig. 3).- Alto, 9 cm.; diámetro, 15; peso, 316 gramos. Liso y
carente de pie, tiene un orificio cerca del borde.
4. Aro abierto, probablemente torques (fig. 7).- Diámetro, 11,4 cm.; espesor,
6 [-92?93-] milímetros; peso, 99 gramos. Barra de sección circular, con los
extremos decorados por cuatro filas de pequeños aros incisos que terminan en
sendos círculos.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén) 2
Fig. 1.- Tesoro de "La Alameda", núm. 1. Figs. 2 y 3.- Tesoro de "La
Alameda", núms. 2 y 3.
Figs. 4 y 5.- Tesoro de "La Alameda", núms. 6 y 7.
5. Aro abierto, probablemente torques (fig. 7).- Diámetro, 14 cm.; espesor, 8
mm.; peso, 211 gramos. La barra es lisa, sin decoración alguna y con los
extremos ligeramente aplastados.
6. Aro abierto (figs. 4 y 7.- Diámetro máximo, 13 cm.; espesor, 7 mm.; peso,
147 gramos. Sección circular. Tiene grabados en [-93?94-] el centro de la barra,
por su parte externa, dos cables diminutos, entre triángulos punteados y líneas
de puntos; ambos extremos de la barra presentan una decoración consistente en
dos triángulos de puntos
entre paralelas continuas, con sendas líneas punteadas en medio.
7. Torques de alambres trenzados (figuras 5 y 7).- Diámetro (variable por su
flexibilidad), 15 cm.; espesor máximo, 9 mm.; peso, 150 gramos. En el trenzado
alternan tres tubos lisos y tres alambres torsos, fundidos en los extremos y
terminados en puntas dobladas, formando ojales.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén)
3
8. Torques de alambres trenzados (figura 7).- Igual que el anterior, pero
pesa 147 gramos y presenta líneas grabadas a lo largo de los extremos, donde los
alambres se funden.
9. Torques de alambres trenzados (figura 7).- Diámetro, 13 cm.; espesor, 9
mm.; peso, 182 gramos. Tiene roto uno de los ojales y lleva una decoración
grabada de zigzags paralelos.
10. Torques de alambres trenzados (fig. 7).- Diámetro, 14,5 cm.; espesor, 6,5
peso, 97 gramos. Los alambres trenzados son tres, lisos, pero en los extremos
hay restos de los más finos, que los otros torques del mismo tipo conservan.
11. Pulsera (fig. 7).- Diámetro, 8,4 cm.; espesor, 6,5 mm.; peso, 97 gramos.
Barra lisa, con los extremos moldurados.
Fig. 6.-Tesoro de "La Alameda", núms. 13 y 14.
12. Pulsera (fig. 7).- Diámetro, 9,3 cm.; espesor máximo, 7,5 mm.; peso, 87
gramos. Barra lisa, cuyo diámetro disminuye del centro a los extremos; éstos se
cruzan y sus puntas se enrollan sobre el brazo contrario.
13. Pulsera (figs. 6 y 7).- Diámetro, 8,5 centímetros; espesor, 7 mm.; peso,
85 gramos. Los extremos de la barra se enlazan, formando un nudo sin apretar, y
los cabos se enrollan sobre la propia rama de la barra.
14. Pulsera (figs. 6 y 7).- Diámetro, 8,4 centímetros; espesor, 6 mm.; peso,
60 gramos. El mismo dispositivo de cierre que la anterior, pero rotos los
alambres enrollados en los extremos.
Los objetos forman dos grupos claramente definidos: uno, de joyas indígenas,
de adorno personal -torques y pulseras-, y otro, de recipientes
helenístico-romanos.
Entre estos últimos tenemos el jarrito de asa floreada (núm. 1, fig. 1), muy
semejante al oinochoe del tesoro de Arcisate, Italia del Norte 1; la taza núm.
2, incompleta, mas sin duda emparentada con la forma 15, de Drexel 2, y,
finalmente, un cuenco de tipo muy frecuente en la argentería ibérica y
representado en los siguientes tesoros:
Torre de Juan Abad, Ciudad Real 3.
Almadenes de Pozoblanco (Córdoba), con tres ejemplares 4.
1 H. B. Walters, British Museum, Catalogue of the Silver Plate, Londres, 1921,
pág. 32, núm. 126, lám.
17, de donde nuestra figura.
2 Fr. Drexel, "Alexandrinische Silbergefässe der Kairserzeit", en BonnJhb., 118,
1909, 176 y sigs., lám. VI.
3 F. Álvarez-Ossorio, AEspA, XVIII, 1945, 209, fig. 1.
4 S. de los Santos Jener, MMAP, 1941, 70 y sigs., lám. XXIV, 1, 2 y XXV, 1.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén)
4
[-94?95-]
Fig. 7.- Tesoro de "La Alameda".
[-95?96-]
Molino de Marrubial, Córdoba 5.
Perotito, Santisteban del Puerto, Jaén, con dos ejemplares cónicos y dos
semiesféricos
6.
5 W. L. Hildburgh, en Archaelogia, 72, 1921-22, 166 y sigs., fig. 1.
6 J. R. Mélida, Adquisiciones del M. A. N., 1917, 12, lám. V.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén)
5
Los Villares, Jaén 7.
La pieza de mayor tamaño se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional y
procede de La Granjuela (Córdoba).
Los torques de barra única (núms. 4, 5, 6) tienen algunas correspondencias en la
plata de la región. Sus paralelos más próximos son los brazaletes de Pozoblanco
8 y el torques de Torre de Juan Abad 9.
La pulsera de extremos moldurados (número 11) está emparentada con los seis
ejemplares de Salvacañete 10.
Figs. 8 y 9.-Tesoro de Menjíbar.
Los torques de alambres o tubos enrollados (núms. 7-10) son joyas muy típicas de
esta región e incluso de toda Celtiberia. Para no salimos de la primera
recordemos que, con escasas variaciones, los encontramos en Mogón
-Villacarrillo, Jaén-, con tres ejemplares
11; Santiago de la Espada, Jaén, con tres ejemplares 12; Salvacañete, con dos
13;
Molino de Marrubial, también [-96?97-] con dos 14; Pozoblanco 15; Los Villares
de
Andújar 16 y Torre de Juan Abad 17.
7 F. Álvarez-Ossorio, BRAH, CXXX, 1954, 310, lám. XLII.
8 Santos Jener, op. cit., 74, lám. XXX, 5 y 6.
9 Álvarez-Ossorio, AEspA, XVIII, 1945, 209, figura 6.
10 Cabré, AEAArq, núm. 35, 1936, 152 y sigs., números 8-13, lám. III.
11 H. Sandars, Joyas iberoamericanas halladas en Mogón, Jaén, Imp. Morales,
1907, 8 y sigs., figs. 3-4.
12 J. Cabré, en AEspA, XVI, 1943, 344, fig. 5.
13 Cabré, AEspA, núm. 35, 1936, 152, núms. 6 y 7.
14 Hildburgh, 168 y sigs., figs. 3 y 4.
15 Santos Jener, 73, lám. XVIII, figs. 2, 3, 4.
16 Álvarez-Ossorio, BRAH, CXXX, 1954, 311, lámina XLIII.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén)
6
Uno de los ejemplares del Molino de Marrubial 18 está como fechado por sí mismo
y explica además uno de los posibles usos de los ojales. Estos iban provistos en
el presente caso de una cadenilla, con dos denarios romanos perforados como
dijes, uno de ellos anónimo, con el símbolo de la rueda, bajo los Dioscursos, y
el otro acuñado a
nombre de C. Antestius (137-134 a. C.). Adelantemos que el tesoro de Marrubial
fue enterrado hacia los años 104-103,
Las pulseras de lazo (núms. 13 y 14) ofrecen quizá la mayor novedad en este
conjunto de joyas ibéricas. No es que falten aros de extremos enrollados en la
rama contraria -v. gr., Salvacañete 19; más lejos de aquí, provincia de Badajoz
20-; pero el lazo intermedio aparece ahora por vez primera; su forma, aunque no
su función, se encuentra
en uno de los torques de alambre trenzados, de Mengíbar, en el centro de la
barra.
A pesar de esta novedad (y raro es el tesoro que no ofrece alguna) las joyas de
La Alameda tienen sobrados nexos con la mayoría de los hallazgos de la región en
que aparecieron para englobarlos a todos en un conjunto homogéneo, ya que, tanto
en éste como en los demás casos, las piezas de orfebrería indígena alternan con
los productos o
las imitaciones de la helenístico-romana.
En la mayor parte de estos tesoros se encuentran monedas romanas republicanas,
merced a las cuales se ha determinado, o puede determinarse, la fecha de su
ocultación.
Ello no quiere decir, desde luego, que todo el contenido del tesoro sea
absolutamente sincrónico, pero sí indica la proximidad relativa de cuantas
piezas lo integran.
He aquí las fechas de ocultación de los tesoros de oretanos y turdetanos
integrados
en parte por monedas romanas:
1.
Almadenes de Pozoblanco. Hacia 107 a. C.
2. Molino del Marrubial. Hacia 104-103. (La determinación de esta fecha y de la
anterior, en Sydenham, The Coinage of the Roman Republic, LII, núm. VI, y LIII,
núm. IX.)
3. Torre de Juan Abad (Alvarez-Ossorio, AEspA, XVIII, 1945, 206 y
siguientes).Hacia 104-103 a. C. Los denarios más antiguos con nombres de
magistrados - C. Plutius, M. Fannius, C. (Porcius)
Cato - corresponden a los años 137-134; los más recientes - Mn. Aemilus Lepidus,
M. Sergius Silus, M.
Fourius Philus, M. Cipius M. f., Q. Fabius Labeo - a los años 110-107 (Sydenham,
67, núm. 529; 68, núms. 534 y
552; 71, núm. 544; 72, núm. 546).
4. Salvacañete (Cabré, AEspA, 35,1936, 155 y siguientes).
Hacia 95 a. C. Monedas ibéricas y romanas del siglo II y con ellas dos denarios
de P. Servilius M. f. Rullus (Sydenham,84, núm. 601).
5. Mogón (Sandars, op. cit.). Hacia 90 a. C. Hace años, Hildburgh, informado
por Mattingly, lo hacía coetáneo del de Molino de Marrubial, pero ha de ser algo
más reciente. Las monedas más modernas son cinco denarios de los atribuidos por
Grueber (Catal. of the Roman Coins in the British Museum, I, 1910, 229 y sigs.)
a los magistrados del año 89, pero que Sydenham (80 y siguientes) incluye en el
primer decenio del siglo I.
17 Idem, en AEspA, XVIII, 1945, 209, figs. 2, 3, 4.
18 Hildburgh, fig. 3.
19 Cabré, AEspA, núm. 35, 1936, 153, lám. IV.
20 T. Gómez Infante, MMAP, 1941, 34, láminas VIII-1. A. Fernández de Avilés,
RABM, 1958, láms. IVVI.
Antonio Blanco Freijeiro: Plata oretana de "La Alameda" (Santisteban del Puerto,
Jaén)
El hecho de que con las joyas y monedas aparezcan a menudo piezas rotas e
incluso plata en bruto ha llevado a ciertos estudiosos a pensar que muchos de
estos tesoros eran escondrijos de plateros. Contra esta hipótesis cabe
argumentar que si uno de estos plateros se veía acosado por bandoleros en Sierra
Morena o en sus estribaciones poco tiempo iba a tener para ocultar su fortuna y
menos aún para que sus asaltantes no dieran en seguida con ella. Tampoco tenemos
prueba alguna de que los orfebres ibéricos llevasen consigo metales preciosos,
sino, en todo caso, de que sus clientes se lo suministraban al hacer sus
encargos (recuérdese la anécdota de cómo así lo hizo en Córdoba L. Calpurnio
Pisón 21.
Fig. 10-Tesoro de Arcisate, Italia. British Museum. (Según Walters.)
Comoquiera que fuese, la teoría de los plateros y metalúrgicos ambulantes está
hoy desacreditada 22 y mientras no haya indicios en contra ha de suponerse
siempre que el autor de la ocultación era un sujeto que ante el peligro,
inminente o distante, de perder sus bienes escondió aquellos que eran más aptos
para la ocultación y cuyo valor,
entonces y más tarde, estaba garantizado. En el último decenio del siglo II la
alarma que sintió España y que pudo dar lugar al enterramiento de los tesoros de
Pozoblanco, Marrubial y Torre de Juan Abad fue la entrada de los cimbrios en la
península en el año 104. Ya Hildburgh 23 lo había supuesto para el de Marrubial,
y, en efecto, el pánico que entonces sintió España entera debió ser enorme, pues
aún repercute en una de las epístolas de San Jerónimo: ipsae Hispaniae iam
iamque periturae contremiscunt recordantes inruptionis Cimbriae 24; pero también
por entonces el ejército romano sufrió un serio descalabro a manos de los
lusitanos 25, de manera, que no sabiendo en detalle las consecuencias que estos
acontecimientos, de los que estamos apenas informados, pudieron tener sobre la
región de Sierra Morena, donde estaba el límite de las dos provincias
hispánicas, no podemos inclinarnos por ninguno.
Los tesoros de Mogón y Salvacañete parecen también muy próximos entre sí, con el
primer decenio del siglo I como fecha probable. Pero esta data resulta demasiado
alta para atribuir la ocultación a la Guerra Sertoriana. Si ha de buscarse para
ambos una motivación bélica lo natural sería relacionarlos con expediciones de
castigo, como la emprendida por Escipión Násica, de quien consta haber sojuzgado
en 94-93 a régulos demasiado levantiscos, en la provincia Ulterior 26.
Comoquiera que sea, los dos grupos de tesoros tienen fechas tan próximas entre
sí que la homogeneidad tipológica de sus piezas resulta perfectamente
explicable. Si acaso, sería preferible incluir el tesoro de La Alameda en el
segundo grupo o, en términos más generales, en la primera mitad del siglo I por
la presencia en él del jarrito número 1.
Es curioso que en el tesoro de Arcisate (fig. 10) aparezcan con él un mastós
como el del tesoro de Mengíbar (figs. 8 y 9) y un simpulum como el que también
figura en este conjunto de joyas jiennenses 27, El elemento que faltaba en
Mengíbar viene a aparecer ahora en la vertiente norte, ya en la Mancha, de la
gran divisoria de Sierra Morena. Si
no toda, la mayor parte de esta plata salió del dominio de los oretanos (el
tesoro de Pozoblanco, de las inmediaciones de una mina con escorias antigua) y
en ella se aprecia cómo éstos reunían lo celtibérico con lo turdetano y con lo
ibérico-levantino por ocupar precisamente la zona de contacto entre estos tres
grandes conjuntos étnicos de la España antigua.