Aproximación a la historia de Castellar de Santiago
en los textos antiguos

Texto y comentarios por A. García y Bellido
Texto de Strabón

Strabón nació en Amásia, en Asia menor hacia el año 63 a.c. En su azarosa vida recorrió casi muchos países y escribió sobre ellos. Entre ellos España que al igual que escribe sobre otros lo hace también sobre nosotros sin habernos visitado nunca. Lo que no quita mérito a este gran transcriptor de otros autores y que gracias a su erudición han llegado tantas cosas a nosotros.

Entre todo lo que escribió se encuentra un libro llamado " Geografía" en el que dedica y apartado totalmente a España.

Aunque por su nombre lo parezca no es un tratado de geografía puramente sino que mezcla todos los temas y habla lo mismo de noticias históricas o de mitos de la época que en la actualidad nos pueden parecen disparates.

 

1). .........La primera parte de ella es, como decíamos, el Occidente; es decir, lbería (2); ésta, en su mayor extensión, es poco habitable, pues casi toda se halla cubierta de montes, bosques y llanuras de suelo pobre y desigualmente regado. La región septentrional es muy fría por ser accidentada en extremo, y por estar al lado del mar se halla privada de relaciones y comunicaciones con las demás tierras, de manera que es muy poco hospitalaria. Así es el carácter de esta región. La meridional casi toda ella es fértil principalmente la de fuera de las Stélai (3).
Tal es lo que hemos de destacar en cada una de las
descripciones siguientes, ateniéndonos en primer lugar a la forma y extensión. 


(4)...........Se parece [Iberia] a una piel. tendida en el sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire al Oriente, y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía.
Tiene seis mil stadios de longitud; pero su latitud, allí donde ésta es mayor, alcanza los cinco mil stadios, aunque en ciertos lugares desciende a menos de tres mil, especialmente hacia el Pyréne, (5)que forma el lado oriental. Esta montaña, en efecto, extiéndese sin interrupción de Sur a Norte, limitando la Keltiké (6)de la Iberia. Como la Keltiké y la Iberia son de distinta anchura, y como es en el Pyréne donde se aproximan más ambas países, presentan su menor anchura de las riberas del Mar Nuestro(7) a las del Océano. Tanto, pues, del lado del Océano como del Mar Nuestro, forman golfos.
Los golfos célticos, llamados también galáticos, son mayores, haciendo al istmo más estrecho por la parte de Iberia. En cuanto al lado meridional, está determinado en parte por Nuestro Mar, desde el Pyréne hasta las Stélai, y en parte por el Mar Exterior hasta el Hierón Akrotérion (9). El tercer lado es el occidental, que se extiende en sentido paralelo al Pyréne, desde el Cabo Hierón hasta el cabo de la parte de los ártabroi 10, al cual se le llama Nérion ". El cuarto lado se extiende desde éste a la extremidad septentrional del Pyréne. 

..............Hagamos una descripción detallada, empezando por el Hierón Akrotérion. Este es el punto más occidental no sólo de Európe, sino también excelencias de sus bienes, tanto terrestres como marítimos. Esta región es la que riega el río Baitis ..,(Guadalquivir) que tiene principio en los mismos parajes del Ánas (Guadiana) y el Tágos ( Tajo) y que, por su tamaño, figura entre estos dos. Corre, igual que el Anas, primero hacia el Occidente; después dobla hacia el Mediodía, desembocando en el mar por las mismas playas que aquél. Dicha región se llama Baitiké , del nombre del río, y Tourdetania .., del nombre del pueblo que la habita; a estos habitantes llámaseles tourdetanoí ..y tourdoúloi .., que unos creen son los mismos; mas, según otros, dos pueblos distintos. Polybios (10) está entre estos últimos, pues dice que los tourdetanoí  tenían como vecinos por su Norte a los tourdoúloi. Hoy día no se aprecia ninguna diferencia entre ambos pueblos. Tienen fama de ser los más cultos de los íberes; poseen una «grammatiké» (11).., y tienen escritos de antigua memoria, poemas y leyes en verso, que ellos dicen de seis mil años ...Los demás íberes tienen también su «grammatiké» ; mas ésta ya no es uniforme, porque tampoco hablan todos la misma lengua ". Dicha comarca, sita al lado de acá del Anas, se extiende hacia el Este hasta la Oretanía (12).., y por el Sur hasta la costa comprendida entre las bocas del Anas y las Columnas ..Pero es necesario hablar de ella más ampliamente, así como de las regiones contiguas, y de la cuantía de lo que contiene, con el fin de dar a conocer la fertilidad y la excelencia de sus regiones.
5)
La Tourdetania, a la cual riega el rio Baitis, extiéndese al interior de esta costa por la parte de acá del Anas. Se halla limitada al Occidente y Septentrión por el curso del Anas ; al Oriente, por parte de los karpetanoí ..y algunos oretanoi; hacia el Mediodía, por los bastetanoí, que habitan la estrecha faja costera que se extiende de Kálpe a Gádeira y del Mar Exterior hasta el Anas,
pueden adscribirse a ella los basetanoí, de los cuales dije ya que habitaban en la tourdetanía, así como las gentes que ocupan el otro lado del Anas, y gran parte de sus vecinos tanto en su latitud como en su longitud, el tamaño de esta región no excede de los dos mil stadios 13 Las ciudades son, empero, numerosísimas, pues dicen ser doscientas.

 

(14)Las orillas del Baítis son las más pobladas ; el río puede remontarse navegando hasta una distancia aproximada de mil doscientos stadios desde el mar hasta Kórdyba,15 (Cordoba) e incluso hasta algo más arriba. Las tierras están cultivadas con gran esmero, tanto las ribereñas como las de sus breves islas. Además, para recreo de la vista, la región presenta arboledas y plantaciones de todas clases admirablemente cuidadas. Hasta Híspalis (Sevilla), lo que supone cerca de quinientos stadios .., pueden subir navíos de gran tamaño; hasta las ciudades de más arriba, como Ilipa, sólo los pequeños. Para llegar a Kórdyba es preciso usar ya de barcas de ribera, hoy hechas de piezas ensambladas, pero que los antiguos las construían de un solo tronco.  Más arriba de Kastoulón (16)-el río deja de ser ya navegable. Varias cadenas montañosas y llenas de metales siguen la orilla septentrional del río, aproximándose a él unas veces más, otras menos. En las comarcas de Ilipa y Sisápon 17-, tanto la antigua como la moderna, existe gran cantidad de plata.
Cerca de las llamadas Kótinai (18)..nace cobre y también oro. Cuando se sube por la corriente del río, estas montañas se extienden ala izquierda, mientras que a la derecha se dilata una grande y elevada llanura, fértil, cubierta de grandes arboledas y buena para pastos. El Anas es también navegable, pero no por tanto trecho ni en navíos tan grandes. Su orilla septentrional va también bordeada por montes metalíferos que se extienden hasta el Tágos ...Las comarcas donde hay metales son por naturaleza ásperas y estériles; así son también las contiguas a la Karpetanía 19, y aún más las que confinan con los keltíberes 20...Tal es, igualmente, el aspecto de la Baitouría, cuyas secas llanuras bordean el curso del Anas.
Las ciudades principales de la Oretanía son Kastulón y Oría. ( Kastuón= Cazlona. Oría= Oretum, actual Granatula de Calatrava, donde hay restos ibéricos y romanos en abundancia.

Comentarios aclarativos al texto

 

1). Strábon dedica el Libro III a la Península Ibérica. Los dos anteriores sirven de introducción a la parte descriptiva y monográfica, que comienza por el extremo occidental de España. 

2. El nombre de «Ibería» es el acostumbrado entre los griegos desde tiempos remotos. Procede del de un río Iber, que acaso no fue en un principio el Ebro, sino uno homónimo de la región de Huelva, donde ciertos textos de muy viejo origen citan un río Iberus, y un pueblo, al que llaman Ibero. Tanto los griegos como los púnicos conocieron antes y mejor las costas meridionales de la Península que las levantinas. En las meridionales les atraía la riqueza minera. El nombre latino de Hispania (de donde el actual de España) es, al parecer, de origen púnico; alude a la abundancia de conejos, que tanto sorprendió a los mismos griegos y romanos (Stráb., III, 2, 6, y III, 5, 2) .La voz fenicia i-shepham-im, de la que
se supone derivaría, pudo significar «costa o isla de los conejos». La H de Hispania es añadido romano, como lo es en Hiberia y en Híspalis. Los romanos debieron usar de tal nombre por influjo de sus vecinos los carthagineses. 

(3)Stélai: Columnas de Hércules. Estrecho de Gibraltar.

.(4). De aquí procede la comparación de la Península a una piel de toro, tantas veces repetida. Strábon alude dos veces más a ella (II, 1, 30, y II, 5, 27) .Para el texto que sigue, en el que se dan las medidas fundamentales de la Península, véase el mapa, y téngase en cuenta que cada stadio equivale casi a 185 metros. La orientación de los Pirineos es para Strábon de Norte a Sur, lo que es evidentemente erróneo, así como la anchura del isthmo, que en realidad es de unos 390 kilómetros en lugar de 555. El resto es más exacto.

Nótese que el carácter peninsular está bien apreciado (nota 139). 

5. Pyréne llamaban los griegos (en singular) a los montes Pirineos. En la zona del Cabo de Creus hubo una ciudad
de nombre Pyréne. Los griegos creyeron que derivaba
de «pyr» = fuego, creándose alrededor de esta falsa eti-
mología la leyenda de que una vez se incendiaron sus
bosques, manando de la tierra plata fundida (nota 123) .

6. Keltiké, la región céltica, en este caso Francia.

7. Mar Nuestro y Mar Interior, el Mediterráneo, por
contraposición al Mar Exterior o Mar de Afuera, el
Atlántico (así llamado también algunas veces) .En la-
tín, Mare Nostrum; la designación no tiene, pues, un
valor posesivo, sino locativo
 
(9) Hierón Akrotérion, o Cabo Sagrado, el Cabo de San Vicente, donde termina el Al-

10)Siendo joven fue llevado a Roma, en 166, como rehén. Se conquistó la amistad de Scipio el Menor. Polybios jugó un papel importante en la alta sociedad romana, contribuyendo a su helenización. Cruzó las Columnas, entrando por vez primera en el Océano en 148 ; durante el sitio de Carthago fue testigo ocular junto a su destructor, Scipio (146). Entonces navegó parte de las costas del Marruecos atlántico. Años más tarde vino a España en el séquito de Scipio, cuando éste se hizo cargo de la dura guerra numantina, presenciando la caída de la heroica ciudad (133). De la Meseta, que entonces pudo conocer directamente, debió de trasladarse al Mediodía, estando en Gádeira y recorriendo la Turdetania y quizá también el Algarve, y desde luego la región de Cartagena, cuya mejor descripción procede de su pluma. La presencia de Polybios en España marca una fecha decisiva en nuestra historiografía. El verdadero conocimiento de nuestra Península, incluso de su interior, data de estas visitas. El libro XXXIV de sus Historíai debía de ser un tratado geográfico y etnográfico escrito como introducción al siguiente, dedicado a las guerras celtibéricas y lusitanas (153-133) , de las que, en parte, fue testigo ocular. Murió hacia el 120 

(11).( Grammatiké, lengua y escritura; pero también sólo caracteres alfabéticos.
Párrafo importante que demuestra que ni las lenguas ni los alfabetos eran iguales en España, lo que está bien comprobado por la epigrafía (fig. de la página 103). 

(El dibujo está en vertical cuando debe verse en horizontal por necesidades del espacio)

 

(12) Oretanía. Una de sus ciudades se llamó Oretum, cuyas ruinas se ven aún en Granátula (C. Real) 

 

1364. Las dimensiones que da Strábon (2.000 stadios de anchura y otros 2.000 de longitud) son, aproximadamente, exactas; es decir, unos 400 kilómetros en ambas direcciones axiales. Comprendía, pues, la región de la Baetica gran parte de la Andalucía actual, más las zonas de Badajoz y Ciudad Real, al sur del Guadiana.
La arteria fluvial principal era el Baítis. étnicamente comprendía no sólo a los turdetanos, que reciben nombres de la región, sino también a parte de los bastetanos y otros pueblos cercanos. 

(14Sobre la navegabilidad del Baítis hablan las líneas que siguen. Híspalis (Sevilla) era puerto donde atracaban barcos de gran calado, a pesar de estar, como dice el texto, a 500 stadios del mar (casi 100 kilómetros). Ilipa (Alcalá del Río) , unos 16 kilómetros río arriba de Sevilla, es aún sensible a la marea ascendente (cfr. III, 5, 9) ; pero ya el río es menos caudaloso. 87. A Córdoba se llegaba, no ya por barcos de comercio, sino por gabarras que los indígenas construían de un tronco de árbol, si bien en tiempos de Strábon, y por influjo romano, se hacían ya, como dice el texto, de piezas ensambladas. Con estas barcazas se podía ir hasta cerca de Cazlona, es decir, hasta la región minera de La Carolina y Linares.

1565. Corduba, es Córdoba. Fue fundada por Marcellus en 152 antes de J. C. Nombre indígena y población mixta; lo brillante de la colonia romana explica que poco tiempo después, en el 74, Metellus tuviese en Córdoba una camarilla de poetas «de rudo y bárbaro acento» (Cicero) , núcleo literario del que luego habían de surgir Lucanus y los dos Sénecas 

 
 (16)Kastoulón, ciudad ibérica importante sita en el Alto Guadalquivir; sus ruinas están en Cazlona (corrupción de Castulona) , al sudeste de Linares, sobre el Guadalimar, afluente del Guadalquivir.
17 Sisápon, la antigua y la moderna; debe de referirse con ello a la ciudad ibérica ya la romana. En todo caso parece poderse asegurar que se trata de Almadén (suroeste de la provincia de Ciudad Real) , cuyas riquísimas minas de azogue eran explotadas ya en la Antiguedad. Una cita de Theóphrastos (siglo IV a. de J. C.) sobre el cinabrio de Ibería debe de referirse al de AImadén. Plinius y otros también hablan de él. Eran y siguen siendo una de las minas de mercurio más ricas del mundo.

(18) No se sabe qué son las Kótinai.

19 Karpetanía, o Carpetania, región habitada por los carpetanos; comprendía casi toda Castilla la Nueva occidental, es decir, gran parte de las provincias de Madrid y Toledo.

20 Los keltíberes, o celtíberos, se decía que era un pueblo resultante de la mezcla de celtas e iberos; habitaban en casi toda Castilla la Vieja, el Alto Aragón y la zona nordeste y oeste de Castilla la Nueva. Su ciudad mejor conocida y más famosa fue Numantia, al nordeste de Soria.


21  En sus cercanías se hallan también los keltikoí, parientes de los que viven sobre el Anas. estos emprendieron con los tourdoúloi una campaña, y dicen que pasado el río Limaía desertaron; y como tras la reyerta adviniese la muerte de su jefe, permanecieron allí dispersos, la que hizo que a este río se le llamase también Léthes. Los ártabroi tienen sus ciudades aglomeradas en la bahía, a la que los marineros que por allí navegan llaman «Puerto de los Artabroi». Hoy día a los ártabroi se les llama también arotrébai En la región sita entre el Tágos y el país de los ártabroi habitan unas treinta tribus. Esta región es naturalmente rica en frutos y en ganados, así como en oro, plata y muchos otros metales; sin embargo, la mayor parte de estas tribus han renunciado a vivir de la tierra para medrar con el bandidaje, en luchas continuas mantenidas entre ellas mismas, o atravesando el Tágos, con las provocadas contra las tribus vecinas. Pero los rhomaíoi, poniendo fin a este estado de cosas, las han obligado en su mayoría a descender de las montañas a los llanos, reduciendo sus ciudades a simples poblados, mejorándolos también con el establecimiento de algunas colonias entre ellos. El origen de tal anarquía está en las tribus montañesas, pues habitando un suelo pobre y carente de lo más necesario, deseaban, como es natural, los bienes de los otros. Mas como éstos, a su vez, tenían que abandonar sus propias labores para rechazarlos, hubieron de cambiar el cuidado de los campos por la milicia, y, en consecuencia, la tierra no sólo dejó de producir incluso aquellos frutos que crecían espontáneos, sino que además se pobló de ladrones  

 

Dicen que los lysitanoí son diestros en emboscadas y persecuciones, ágiles, listos y disimulados. Su escudo es pequeño, de dos pies de diámetro, y cóncavo por su lado anterior; lo llevan ; suspendido por delante con correas, y no tiene, al parecer, abrazaderas ni asas. Van armados también de un puñal o cuchillo; la mayor parte llevan corazas de lino, y pocos cota de malla y cascos
de tres cimeras. Otros se cubren con cascos tejidos de nervios; los infantes usan «knemídes»(perneras) y llevan varias jabalinas; algunos sírvense de lanzas con punta de bronce. Entre los pueblos que habitan sobre el río Doúrios (Duero) dicen que hay algunos que viven al modo lacónico, y usan de aceite (?), calientan sus recipientes con piedras enrojecidas al fuego, se bañan en agua fría y no hacen más que una comida, mesurada y sencilla 22. Los lysitanoí hacen sacrificios y examinan las vísceras sin separarlas del cuerpo; observan asimismo las venas del pecho y adivinan palpando. También auscultan las vísceras de 108 prisioneros, cubriéndolas con «Ságoi».(manto de lana típico y muy apreciado de estos pueblos) Cuando la víctima cae por mano del «hieroskópos», hacen una primera predicción por la caída del cadáver. Amputan las manos derechas de los cautivos y las consagran a dioses 

Todos estos habitantes de la montaña son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y llevan cabellos largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda ...Comen principalmente carne de cabrón; a Ares sacrifican cabrones, y también cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de victima, al uso griego, y por decirlo al modo de Pindaros, «inmolan todo un centenar». Practican luchas gymnicas, hopliticas e hipicas, ejercitándose para el pugilato, la carrera, las escaramuzas y las batallas campales. En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben «zythos»,(?) y el vino, que escasea, cuando lo obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca ,.. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y dignidades; los alimentos se hacen circular de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión. En Bastetania las mujeres bailan también mezcladas con los hombres, unidos unos y otros por las manos. Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría el «ságos», con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan de vasos labrados en madera, como los keltoi'... Las mujeres llevan vestidos con adornos florales. En el interior, en lugar de moneda practican el intercambio de especies o dan pequeñas láminas de plata recortadas. A los criminales se les despeña, y a los parricidas se les lapida, sacándolos fuera de los límites de su patria o de su ciudad. Se casan al modo griego. Los enfermos, como se hacia en la Antigüedad entre los assyrioi, se exponen en los caminos para ser curados por los que han sufrido la misma enfermedad Antes de la expedición de Broútos, no tenían más que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aún es raro.

 

Es de creer que las emigraciones de los héllenes a los pueblos bárbaros tuvieron por causa su división en pequeños estados y su orgullo local, que no les permitía unirse en un lazo común, todo lo cual les privaba de fuerza para repeler las agresiones venidas de fuera. Este mismo orgullo alcanzaba entre los íberes grados mucho más altos, a lo que se unía un carácter versátil y complejo.
Llevaban una vida de continuas alarmas y asaltos, arriesgándose en golpes de mano, pero no en grandes empresas, y ello por carecer de impulso para aumentar sus fuerzas uniéndose en una confederación potente; así, pues, si hubieran logrado juntar sus armas, no hubieran llegado a dominar la mayor parte de sus tierras ni los karchedónioi,23 (cartagineses)ni antes los tyrioi,(fenicios de Tiro) ni los keltoi, los mismos que ahora se llaman keltiberes y bérones ..o, ni el bandolero Ouriathos,24( En griego Viriato) ni Sertórios 25 ...tras él, ni ciertos otros celosos de ensanchar su poder. Luego vinieron a combatir a los iberes los rhomaioi y venciendo una a una a todas las tribus, y aunque tardaron en ello mucho tiempo, acabaron, al cabo de unos doscientos o más años, por poner al país enteramente bajo sus pies. y ahora, reanudo la descripción.

 ...................Así me parecer que los que han contado mas de 1000 ciudades. lo han hecho por haber dado nombre de ciudades a aldeas, grandes, pues la naturaleza del país no es apta para dar vida a un gran número de ciudades, siendo como es sumamente mísera, de una situación excéntrica y de un aspecto inculto; por otra parte, ni el género de vida de sus habitantes ni sus actividades (excepto, naturalmente, las ciudades sitas sobre la costa de Nuestro Mar) dan pie para ello. Los pobladores de las aldeas son salvajes y así son también la mayoría de los íberes; las ciudades mismas no pueden ejercer su influjo civilizador cuando la mayor parte de la población habita los bosques y amenaza la tranquilidad de sus vecinos.26
 ......... Tras los keltíberes, y en dirección Sur, siguen los pueblos que habitan la Orospéda y las tierras que baña el Soúkron Estos pueblos son los edetanoí , hastaKarchedón, y los bastetanoi y oretanoí, hasta cerca de Málaka.

 Los íberes, en sus guerras, han combatido, pudiéramos decir, como «peltastaí», (27 porque luchando al modo de bandoleros, iban armados a la ligera y llevaban sólo, como hemos dicho de los lysitanoí,28 jabalina, honda y espada. La infantería llevaba también mezcladas fuerzas de caballería; los caballos están habituados a escalar montañas ya flexionar rápidamente las manos a una orden dada en momento oportuno. Ibería produce un gran número de rebecos y de caballos salvajes; en sus lagunas abundan también aves, como cisnes y otras especies análogas, o como avutardas, que son muy numerosas. Los ríos crían castores; pero el castóreo de Ibería no tiene las mismas excelencias que el póntico, pues las propiedades medicinales no se hallan sino en el póntico, como acaece en otras muchas cosas más.
Así, Poseidónios dice que el cobre chipriota es el único que da la piedra cadmía, el vitriolo azul y el «spóndion). Poseidónios añade, empero, que es sólo cosa propia de Ibería que las cornejas no sean negras, y que el pelo de los caballos de los keltiberes, que es atabanado, cambie de color al llegar a las zonas costeras de Ibería; agrega que se parecen a los caballos párticos, teniendo incluso mucha más velocidad y una más bella carrera 

272.
............ Las raíces tintóreas abundan; el olivo, la vid, la higuera y otras plantas semejantes crecen 164 cuantiosas en las costas ibéricas que bordean Nuestro Mar, y también en las del Exterior. En cambio, las costas septentrionales ribereñas del Océano carecen de ellas a causa del frío; en el resto del litoral faltan, más que por negligencia de los hombres, que viven sin preocupaciones, porque dejan transcurrir su vida sin más apetencia que lo imprescindible y la satisfacción de sus instintos brutales. Si no se quiere interpretar como un régimen confortante de vida el que se laven con los orines guardados durante algún tiempo en
cisternas, y que tanto los hombres como las mujeres de estos pueblos se froten los dientes con ellos, como hacen, según dicen, los kántabroi y sus vecinos. Esto, y el dormir en el suelo, en común, es propio de los iberes y de los keltoi ...,
Según ciertos autores, los kallaikoí son ateos; 29mas no asi los keltiberes y los otros pueblos que lindan con ellos por el Norte, todos los cuales tienen cierta divinidad innominada, a la que, en las noches de Luna llena, las familias rinden culto danzando, hasta el amanecer, ante las puertas de sus casas .

30..... Los ouéttones, que fueron los primeros que compartieron con los rhomaioi la vida de
campamento, viendo una vez a ciertos centuriones ir y venir en la guardia, como paseándose, creyeron que se habían vuelto locos y quisieron llevárselos a sus tiendas, pues no concebían otra actitud que la de estar tranquilamente sentados o la de combatir.

........... También podrían tenerse como formas bárbaras los ornamentos de algunas mujeres, ornamentos que describe Artemidoros. En ciertas regiones -dice- llevan collares de hierro con garfios que se doblan sobre la cabeza, saliendo mucho por delante de la frente; en estos garfios pueden, a voluntad, bajar el velo, que al desplegarlo por delante sombrea el rostro, lo que tienen por cosa de adorno. En otros lugares se tocan con un «tympánion» redondeado por la parte de la nuca y ceñido a la cabeza por la parte de las orejas, el cual disminuye poco a poco de altura y anchura.
Otras se depilan la parte alta de la cabeza, de modo que resulta más brillante que la frente. Finalmente, otras se ciñen a la cabeza una pequeña columnilla de un pie de altura, alrededor de la cual enrollan sus cabellos, que luego cubren con un manto negro31. Junto a estas extrañas costumbres, se han visto y se han dicho muchas cosas acerca de todos los pueblos ibéricos en general, en particular de los septentrionales, y no sólo sobre su bravura, sino también sobre su dureza ; y su rabia bestial. Se cuenta, por ejemplo, que en las guerras de los kántabroi, las madres mataron a sus hijos antes de permitir cayesen en manos de sus enemigos. Un muchacho cuyos padres y hermanos habían sido hechos prisioneros y estaban atados, mató a todos por orden de su padre con un hierro del que se había apoderado. Una mujer mató a sus compañeras de prisión. Un prisionero que estaba entre guardianes embriagados, precipitose en la hoguera. Todos estos rasgos se cuentan también de los pueblos keltikoí, thrákioi y skithai; como es cosa común entre ellos, la valentía, no sólo en los hombres, sino también en las mujeres. Éstas cultivan la tierra; apenas han dado a luz, ceden el lecho a sus maridos y los cuidan. Con frecuencia paren en plena labor, y lavan al recién nacido inclinándose sobre la corriente de un arroyo, envolviéndole luego. Dice Poseidónios ' que en la nación ligura oyó referir a un cierto Charmóleos, ciudadano massalliota, huésped suyo, que habiendo tomado para cavar un campo a hombres y mujeres a jornal, una de éstas, que había sentido los anuncios del parto, por no perder el salario, se apartó cerca del lugar donde trabajaba, dio a luz y se volvió al punto a su tarea. [Charmóleos] se dio cuenta de que trabajaba con dificultad; pero no sospechaba la causa, hasta que lo supo luego de la jornada, y entonces la pagó y la despidió. Ella llevó al niño a la fuente, lo lavó, la envolvió en lo que tenía y lo llevó a su casa salvo 210.
18......... No es costumbre privativa de los íberes la de montar dos en un mismo caballo, de los cuales uno, llegado el momento del combate, lucha como peón. Ni tampoco es cosa exclusiva de ellos la plaga de ratas y las enfermedades epidémicas que por la regular las siguen. Esto fue lo que advino a los rhomaíoi en Kantabría; hasta tal punto, que hubieron de dar a aquellos que las capturasen una prima a tenor del número de ratas presentadas, y aun así escaparon del peligro difícilmente. Ocurrióles también escasez de otras cosas, principalmente de trigo, teniendo que proveerse del de la Akyitanía "(Gascuña, en Francia)", la que se hacía penosamente por las dificultades del terreno. Se cuenta también de los kántabroi este rasgo de loco heroísmo: que habiendo sido crucificados ciertos prisioneros, murieron entonando himnos de victoria . Tales rasgos denotan cierto salvajismo en sus costumbres; mas otros, sin ser propiamente civilizados, no son, sin embargo salvajes. Asi, entre los kántabroi es el hombre quien dota a la mujer, y son las mujeres las que heredan y las
que se preocupan de casar a sus hermanos; esto
constituye una especie de «gynaikokratía», régimen que no es ciertamente civilizado.. Costumbre ibérica es también la de llevar un veneno obtenido de cierta planta parecida al apio y que mata sin dolor, con lo que tienen un remedio siempre pronto contra los acontecimientos imprevistos; igualmente es costumbre suya el de consagrarse a aquellos a quienes se unen, hasta sufrir la muerte por ellos.32

33Los   males que afectan a la tierra son raros; excepción hecha de unas liebrecillas que agujerean la tierra ya las que algunos llaman «leberídes». Estos animales, como se alimentan de raíces, destruyen plantas y semillas. Así ocurre en casi toda Ibería, extendiéndose el mal también hasta Massalía (Marsella), e incluso las islas. Cuentan que en cierta ocasión los indígenas de las Gymnésiai enviaron legados a los rhomaíoi pidiéndoles otras tierras, pues se veían expulsados de las suyas por estos animales imposibles de combatir, dada su multitud. y en verdad tal recurso puede ser útil cuando -10 que no siempre acaece- una invasión de este género sobrepasa sus proporciones habituales y se propaga como la peste, al modo de las plagas de serpientes o de ratas de los campos. Mas para los casos normales se han descubierto diversos modos de caza, como el de la comadreja salvaje, que, acostumbrada a este menester, produce la Libye. Para ello dichas comadrejas, una vez atadas, son colocadas en las bocas de las madrigueras; entonces, sus uñas extraen alas liebrecillas para que las apresen, o, en otros casos, las obligan a huir buscando una salida, donde los cazadores allí apostados las capturan. 


 21En la España antigua resultó frecuente la práctica de una vida aventurera, en la que los hombres se reunían en pandillas y vivían del saqueo de las tribus vecinas o de las ricas ciudades. Tal régimen de vida era frecuente entre los lusitanos y, en menor grado, entre los celtas de la meseta y los iberos de la costa. Donde menos se daba, al parecer, era en la región andaluza y levantina, y ello no sólo por ser más rica, sino además por estar más fuertemente romanizada.
La misma riqueza de la Bética hizo de ella la víctima predilecta de los depredadores lusitanos o celtas. Durante las guerras de independencia, los bandoleros sirvieron de núcleo para la recluta de gentes de todas clases, ansiosas de oponerse a la injusta dominación romana. Así, hubo momentos en que estas bandas crecieron hasta formar verdaderos ejércitos, a veces de más de 10.000 hombres, que pusieron en durísimos aprietos a los romanos y sus aliados indígenas. Viriato fue uno de los jefes más destacados. Los romanos llamaban a estas tropas aguerridas «bandoleros», y siguiendo sus textos se ha solído hablar del bandolerismo español de la Antigüedad como ejemplo vetusto de una modalidad de nuestro carácter; pero ello no es cierto. Los ejércitos lusitanos no iban animados, en tiempos de las guerras de independencia (Viriato, por ejemp]o) , por un ansia de saqueo, sino que iban impulsados por una noble rebeldía contra las traiciones, matanzas, saqueos y desmanes de todo orden con que ]os romanos querían imponerse a gentes indómitas por naturaleza. En tiempos de paz estos bandoleros surgían espontáneamente
de entre las clases menesterosas o de los segundones y desheredados, en virtud de una injusta distribución de la tierra o de los bienes paternos. 
En tiempos de la conquista romana, a esta calamidad endémica se unieron pronto los insultos a la dignidad, las traiciones a la palabra dada, los saqueos, las matanzas en masa, las confiscaciones y robos cometidos por los mismos romanos; desmanes que afectaban a todas las clases sociales por igual, dando origen a que las bandas de salteadores profesionales se convirtiesen en receptoras de todos los demás descontentos o enemigos del invasor, convirtiéndose lo que antes eran sólo pandillas en verdaderos ejércitos, con jefes conscientes y dignos, como lo fue Viriato y otros menos conocidos. Que en su origen este bandolerismo no era sino una consecuencia de desigualdades sociales, lo dice bien claro el hecho frecuente de que los romanos, cuando querían remediar el mal en su raíz, no dudaban en ofrecer a estos "bandoleros" tierras de labor en propiedad para reducirlos a la paz.
Estas ofertas eran eficaces en extremo, y ante ellas llegaron a deponer su actitud y hasta a entregarse inermes; rasgo éste de crédula confianza que más de una vez pagaron con la muerte. En 150 a. de J. C. Galba concertó una paz con los lusitanos, sobre la base de darles buenas tierras para que no necesitasen robar por hambre. Los lusitanos se comprometieron a concentrarse en tres puntos. Galba fue a uno y les pidió entregasen las armas, y cuando lo hicieron, los cercó y mató sin piedad. Luego fue a los otros dos campos de concentración e hizo lo mismo. Sólo unos pocos, entre ellos Viriato, pudieron huir.

22La vida al modo lacóniro o espartano; una vida austera, sobria y de ejercicios continuos, para endurecer el cuerpo y el ánimo. 
Los líquidos contenidos en recipientes de madera (vide número 192) eran calentados echando dentro piedras candentes. 187. 

23Los héllenes son los griegos. Es exacta la apreciación straboniana de que la causa principal que determinó la conquista romana fue la división interior de los pueblos peninsulares; no obstante, como dice el geógrafo, estas luchas duraron unos doscientos años, prueba de la admirable capacidad defensiva de los pueblos hispánicos. Los karchedónioi son los cartagineses; los tyrioi, los fenicios de Tyros, y los keltoí, los celtas. Los primeros llegaron a dominar efímeramente gran parte de la Península a fines del siglo III a. de J. C., para abandonarla luego en manos romanas durante la segunda guerra púnica. Los fenicios no hicieron propiamente conquistas militares, sino establecimientos comerciales, pacíficos en general (Gádir ante todos). Los celtas vinieron en dos oleadas principales, una hacia el siglo VIII y otra hacia el VI antes de J. C., estableciéndose en la meseta principalmente, dando lugar acaso a su fusión parcial con los iberos .Los bérones, que aquí cita ala par de los keltíberes, como si unos y otros constituyesen el total de los celtas inmigrados, habitaban hacia el sur de la provincia de Santander.

24 Ouríathos en griego es lo que en latín Viriatus. Le llama bandolero. Las guerras de Viriato fueron un episodio de las Guerras Lusitanas (155-136) , en gran parte coetáneas de la guerra numantina (154-163). Viriato mantuvo a raya a los romanos durante ocho años (147-139). Los mismos historiadores antiguos han alabado de él su fuerza persuasiva y la honradez de su carácter. Era diestro y ágil, en la guerra como en toda clase de ejercicios; era frugal y liberal, dando todo a sus partidarios sin reservarse nada para sí mismo. De su indiferencia ante la riqueza habla la curiosa anécdota de la boda: habiéndose casado con una joven de gran posición, despreció las ofrendas de su suegro, y tomando su lanza y su caballo, sentó en él a su mujer y partió para la sierra, dejando a los asistentes a la ceremonia en pleno festín. Viriato era de origen humilde; según se dice, pastor, acaso de la Sierra de la Estrella. 

 25. Sertórios (latín Sertorius). Las campañas de Sertorius en España (82-72) tienen su origen en la guerra civil que estalló en Roma por la rivalidad entre Marius y Sulla (Sila) .Sertorio, de ideales democráticos, tuvo que buscar refugio en España huyendo de las persecuciones de Sulla. Aquí supo captarse las simpatías de los indígenas por su buen trato con ellos. Aprovechóse de su ascendiente para moverlos en favor de sus ideales y en frente de la Roma de Sulla, contra la que luchó ventajosamente en casi toda la Península (Metellus) , hasta que la llegada de Pompeius le acarreó la derrota y el asesinato a traición, llevado a cabo por algunos romanos de su facción en Huesca (Osca). Parte importante en esta conjura hay que achacarla al despecho de los generales romanos,
que veían con disgusto cómo Sertorius confiaba más en los iberos que en ellos. 

26 Viva descripción de la Meseta y sus habitantes. Nótese que el mismo autor hace la salvedad de las tierras de Levante y Andalucía, ya fuertemente romanizadas. Esta relación debe de venir de Polybios, citado líneas atras, pues se contradice en el fondo con lo dicho luego por el propio Strábon en III, 4, 20. 271. 

27«Peltastaí, guerreros ligeramente armados, cuyo nombre procede de la «pélta~, escudo pequeño. 

28272. En contra de lo que dice Strábon, al hablar de los lysitanoí (III, 3, 6) no cita entre sus armas la honda. Aquí se refiere Strábon a los íberes en general, y más concretamente a los de la España interior y oceánica. 

29 Que los kallaikoí fuesen ateos es una apreciación falsa, sin duda debida a que no solían representar ni simbolizar
sus divinidades. Los celtiberos y sus vecinos por el Norte tenían, como se deduce del texto, una divinidad lunar, a la que no podían mencionar por ser, sin duda, un nombre prohibido: «tabú~. 

 

30  Curiosa anécdota a la que se le ha querido sacar más de lo que en realidad es: una graciosa historieta de campamento, pues
la guardia o centinela es universal por ser elemental.

 

31 No se han podido identificar claramente estos peinados, que afectan a varias regiones de la España antigua. Acaso el último es el que vemos en las figuritas de bronce y en las estatuas y bustos pétreos de los santuarios ibéricos del Mediodía y del Sudeste (figuras 3).

 

 

 

32  De no poco interés es también la costumbre a que alude Strabón cuando habla de la fidelidad al jefe, fidelidad que llega hasta la muerte. Es la institución de los soldurii, en virtud de la cual un jefe de prestigio reunía en su torno a una guardia mas o menos numerosa conjurada a defenderlo y seguirlo hasta la muerte. De estos se valieron Marius el Baleárico, Pompeius, Petreius, Sertorius, Longinus, Iuva, y sabemos que Caesar y también Augusto tuvieron una guardia pretoriana formada por españoles enteramente dedicados a la defensa de sus jefes. En latín esta institución se llamaba devotio. Era corriente entre los iberos, aquitanos y germanos, pero no entre los galos. Por Strábon sabemos que se practicaba también entre los pueblos del norte de España. 


33 La comadreja salvaje es también animal desconocido para los griegos y típicamente líbyco, como el texto dice. Es sin duda el hurón nuestro, y su modo de empleo coincide, en general, con el actual.

 

 

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