INCIDENTE ROSWELL

El 2 de Julio de 1947 en medio de una tormenta eléctrica se habría estrellado un ovni que es conocido hoy a mas de 50 años como el Incidente Roswell del cual se sospecha mas de lo que se sabe. Horas después del primer choque, se hallaron los presuntos restos de un ovni que había caído en la Planicie de San Agustín. Varios testigos dicen haber visto cuatro criaturas no humanos (tres de ellas muertas), que fueron retiradas del sitio por soldados, pertenecientes a la base militar de Roswell. Ese es el escenario donde se desarrollaron los hechos.

El 3 de julio de 1947, un pastor del lugar, llamado William Mac Brazel, salió a recorrer el campo en busca de posibles daños producidos por la tormenta de la noche anterior. Reviso las cercas y los molinos de viento y encontró que todo estaba en orden. Cuando ya casi regresaba a su casa vio detrás de una pequeña colina una serie de extraños objetos esparcidos sobre una gran extensión de terreno. Como estaba en compañía de un chico vecino (Dee Proctor), entre los dos recogieron algunos de estos objetos y los guardaron en el cobertizo de las herramientas. El día 6, Brazel fue a Corona a efectuar algunas compras y aprovecho el viaje para contarle al sheriff del condado, Geoge Wilcox, lo que había visto. El alguacil le había dicho que quizá se tratara de los restos de un avión accidentado, dio aviso a la fuerza aérea del singular hallazgo.

Después de haber examinado algunos objetos que Brazel había llevado en su camioneta, el jefe de seguridad de la base, el mayor Jesse Marcel, se dirigió en su Jeep a la zona señalada por el pastor en compañía de un oficial de inteligencia de apellido Cavitt. Como los caminos estaban casi intransitables, llegaron cuando ya anochecía. Comieron las provisiones que llevaban, encendieron un fuego y se acostaron en sus bolsas de dormir. Antes de salir el sol ya habían llenado la parte trasera del vehículo con una gran cantidad de objetos encontrados por Brazel y que Marcel no pudo identificar.

Mientras tanto, en el pueblo ya se había corrido la noticia del curioso hallazgo y comenzaron a tejerse las hipótesis más diversas. Hasta la radio local se hizo eco de los rumores. Cuando Marcel llego al cuartel, una decena de personas (entre ellos los periodistas del Roswell Daily Record) esperaban en la puerta de entrada. Pero el Jeep paso sin frenar y se perdió en medio de oficinas y hangares.

Un rato mas tarde, el oficial de relaciones publicas Walter Haut (por orden del coronel William Blanchard jefe de la fuerza en Roswell) difundió un comunicado en el cual se decía textualmente, "que la Fuerza Aérea había recuperado los restos de un plato volador". La noticia dio la vuelta al mundo.

Al día siguiente se realizo una conferencia de prensa donde el mismo Marcel mostró a los cronistas y fotógrafos los ya famosos restos, asegurando que eran partes de un globo meteorológico que se había estrellado cerca del rancho de Brazel. De esta forma los militares desmentían lo que habían afirmado el día anterior. �Por que cambiaron su primera versión? �Que había pasado? Algunos afirman que simplemente no ocurrió nada, que simplemente los materiales desconocidos habían podido ser identificados y que no existía contradicción alguna entre el comunicado que hablaba de un ovni y lo que se dijo en la conferencia de prensa.

Muchos en cambio sostienen otras hipótesis. Los escépticos, lo explicaron en aquella época de la siguiente manera. En esos años, al gobierno norteamericano le interesaba saber si los soviéticos habían desarrollado ya alguna bomba nuclear. Con ese fin, el presidente Harry Truman puso en marcha el proyecto Mogul, que consistía en el lanzamiento de unos globos de nuevo tipo, capaces de remontarse a grandes alturas y que estaban provistos de un sofisticado radar capaz de detectar cualquier explosión nuclear que se produjera en la ex Unión Soviética. El pentágono y el FBI habían clasificado a la operación Mogul como "top secret". Por eso cuando Brazel encontró los restos de uno de esos globos (y que por ser de diseño y materiales secretos no pudo ser identificados por los militares que ignoraban su existencia) el gobierno puso en marcha una maniobra de silencio y confusión. En 1978 Marcel declaro que aquella noche de 1947 había recibido ordenes de decir en la conferencia que las partes encontradas eran de un globo meteorológico. De ese modo lo que había hecho la Casa Blanca era ocultar la circunstancia de que estaban espiando a los soviéticos.

Pero los ufólogos que investigaron este incidente opinan distinto. El físico Staton Friedman da otra versión en su libro "Crash at Corona". Según afirma él, basándose en numerosos testimonios, esa noche del 2 de julio del 47 se produjo otro choque además del de Corona. La segunda nave cayo en la planicie de San Agustín y es allí donde se hallaron los 4 cuerpos extraterrestres.

San Agustín es una meseta formada por el lecho de un enorme lago seco, muy cerca de donde esta la Cueva de los Murciélagos. Este sitio es muy frecuentado por arqueólogos, ya que en esa caverna se desenterraron los primeros vestigios, de hace 4500 años, de la más primitiva agricultura en suelo norteamericano, conviene recordar este dato cuando se lean los testimonios que siguen.

Casi en el mismo momento que se llevaba acabo la conferencia de prensa en Roswell, un grupo de personas se desplazaba por San Agustín en buscas de ágatas, en especial de una variedad muy apreciada que llama ágata herrumbada y que solo se encuentra en ese sitio. En ese grupo iba el joven Gerald Anderson, su hermano Glenn (mayor que él), su padre, su tío Ted y su primo Victor. Fue este quien vio, en una hondonada, un extraño cilindro, de metal plateado, en medio, de un amasijo de cables retorcidos y otros objetos imposibles de identificar. Friedman recogió, en 1990, el apasionante relato de Gerald Anderson. Lo que sigue es una síntesis de lo que vio aquel día.

"Esa cosa estaba incrustada en el suelo y antes de caer debía haber golpeado contra los árboles, pues muchos de ellos tenían la copa quebrada. Yo quise acercarme, pero mi padre me grito que me detuviera. Durante largos minutos la miramos de lejos y en completo silencio. De pronto mi hermano dijo que era una nave espacial, una nave marciana. En ese momento sentí miedo y me acerque a mi primo. Alrededor del cilindro la tierra estaba calcinada y aun se veía un pequeño fuego en unos de los lados mas aguzados. Cerca de ahí vimos tres extrañas criaturas que estaban sobre el suelo. Dos estaban completamente inmóviles y la tercera respiraba con dificultad. Apoyado contra el cilindro, sentado en la tierra como si estuviese aturdido, había otro de estos pequeños seres. Estaba vivo, aunque herido en un hombro, y nos miro con terror cuando nos acercamos. Los cuatro eran muy parecidos, median alrededor de 1,20m. tenían ojos hundidos, eran pelados y vestían un suéter de mameluco de una tela que parecía metal. Intentamos hablar con el sobreviviente pero no logramos que nos entendiera. Estábamos en eso cuando vimos que se acercaban un grupo de cinco jóvenes acompañados por una persona mayor, después supimos que era el Dr. Buskirk, un antropólogo que exploraba la zona en compañía de algunos de sus alumnos de la universidad de Albuquerque. Intento hablar con el pequeño humanoide en varios idiomas, pero lo único que consiguió fue asustarlo más. En eso oímos que se acercaba una camioneta que llevaba una antena de radio. Era el ingeniero Barney Barnett, que estaba trabajando en ese lugar por cuenta de una compañía petrolera. En realidad ya no sabíamos que hacer, sobretodo porque el herido que respiraba parecía haber muerto. Habría pasado algo mas de una hora cuando llegaron dos camiones de la base de Roswell, al mando de un teniente de color. Un sargento nos hecho a todos de la zona después de haber anotado nuestros nombres y dirección y cercaron el sitio con una cinta amarilla. Nunca mas volví a saber de esa gente hasta que años después leí un articulo sobre este caso en un periódico de Santa Fe."

Todos los testigos dejaron de una u otra forma su relato del extraño acontecimiento que les había tocado vivir en San Agustín aquel día de julio de 1947. Gerald Anderson fue examinado por varios psiquiatras que certificaron que es una persona común y corriente según dice Friedman. Pero eso no es todo. Glenn Dennis encargado de los entierros en la base de Roswell, declaro en 1990, que él había acondicionado los cadáveres de cuatro increíbles hombrecillos, en 1947, que después fueron cargados en un avión que los llevo a la base aérea de Fort Whorth, en Texas, sede de la Octava Brigada. El funebrero Dennis, en 1991, reconstruyo los hechos que le toco vivir y proporciono algunos datos muy discutidos. Reconoce que el no estuvo presente en la celebre disección de Roswell. Pero dijo que la enfermera que ayudo a los médicos le contó con lujos de detalle una supuesta autopsia a unos de los cuatros humanoides en un precario quirófano de la base. Si es cierto lo que opinan los ufólogos, es muy posible que dicha autopsia haya sido a la pequeña criatura temerosa que Anderson recuerda haber visto en San Agustín.

 

 

ENTREVISTA AL UNICO TESTIGO VIVO

Es el único testigo vivo del caso Roswell. Se lama Geral Anderson . Tiene ahora 62 años y vive en Springfield, Missouri, Estados Unidos Durante cuarenta años se mantuvo en silencio por "miedo a las represalias" hasta que en 1989 decidió contar la increíble experiencia que había vivido junto a sus padres, su hermano su tío y su primo.

En 1947 Anderson vivía en Nuevo México, tenia apenas cinco años y medio, y lo que protagonizo le provocó sorpresa y excitación.

Su relato fue sometido a un detector de mentiras y a prueba regresiva bajo hipnosis. Nunca se contradijo.

Su testimonio arroja nueva luz sobre el sonado caso a pesar de un bloqueo coronario, y más allá de miedos, silencios y presiones. Hoy el recuerdo de Anderson prevalece sobre el olvido. Esta es su verdad....

 

Narración de los hechos:

El sol es un manto de fuego. El chico siente que el aire caliente le perfora la nariz y lo sofoca. Detesta este clima, aunque sus padres le habían dicho que ya pronto se acostumbraría. Hacia apenas un mes que su familia se había mudado a Albuquerque, Nuevo México. El clima y el entorno social eran mejores en el norte, donde había nacido y crecido, pero su papa era operador de maquinaria de precisión y soñaba con trabajar en Sandia Corporation, la prestigiosa instalación militar y nuclear de Nuevo México. Los ojos del chico ahora buscan sombra en algún dorado de la planicie, pero no la encuentra.

Escucha decir a su padre que apenas son las once de la mañana, pero que el calor debe andar ya por encima de los 45 grados. De pronto siente una sed irreprimible, pero decide callar. Sabe que no habrá nada que tomar hasta llegar al rancho de unos conocidos de su familia, que viven a treinta minutos en auto de allí. Primero intenta entretenerse tirándoles piedrecitas a Glenn, su hermano mayor, o cruzando sonrisas de complicidad con su primo Victor, también mayor y más travieso que él. Después, se dedico a lo que realmente habían venido a hacer a ese remoto lugar llamado Planicies de San Agustín: buscar Aganta Musgosa, una atractiva piedra de colores que su hermano luego cambiaría por cigarrillos, asegurándole una propina y a veces unas pitadas a él. De pronto, sus ojos quedaron atrapados en un objeto que emitía reflejos de luz como a unos cien metros de donde estaban.

Su papa y su hermano mayor también lo vieron, pero pensaron que provenía de alguna botella rota de vidrio en la que se reflejaba el Sol. A medida que se acercaban al lugar, la intensidad de la luz era mayor y ahora toda la familia se preguntaba que era lo que estaban viendo. Cuarenta metros mas adelante, Gerald (Jerry) Anderson, que entonces tenia cinco años y medio, vio algo que alguna vez imagino de forma similar en alguna revista de historieta o de ciencia-ficción: "Nunca supe si mi sorpresa fue mayor que mi excitación (confiesa ahora sentado en el cuarto de estar de su casa en Springfield, estado de Missouri). Lo único que se es que esa experiencia cambio para siempre mi vida y mis creencias".

Hoy, a los 62 años el recuerdo de Anderson de ese incidente esta tan vivo como cuando era pequeño. Por su vida ya pasaron muchas cosas, buenas y malas: vivió dieciocho años contra su voluntad en Albuquerque, se mudo al norte, se caso y se divorcio, fue sheriff en un pequeño pueblo de Missouri, se volvió a casar. Ahora es director de seguridad en la universidad de Missouri, es un devoto de la iglesia Episcopal, y después de superar un terrible bloqueo coronario que casi le produce un infarto en noviembre de año pasado, siente que "nació de nuevo". Solo que lo que vio en Planicies aquel día lo marco para toda la vida. "Lo peor es que no podía contarle a nadie mi experiencia ni tampoco olvidarla. La lleve toda la vida simultáneamente como una cruz y un orgullo", sigue.

Tiene sonrisa franca y mirada transparente. Cuando habla, su voz ronca, emitida desde casi dos metros de estatura, infunde respeto y seguridad. Siempre tuvo claro que su historia es única. Hoy, con sus familiares de entonces y otros protagonistas del incidente ya fallecidos, Gerald Anderson se levanta como el único testigo vivo del caso Roswell. Curiosamente, fue un accidente lo que motivo que su testimonio sea hoy conocido en todo el mundo: en 1989, tras ver en televisión el programa �Misterios de lo Desconocido� dedicado al incidente Roswell, Anderson decidió llamar al numero de teléfono que aparecía en pantalla, explicando quien era. Habían pasado poco menos de 42 años de aquel episodio. "Me di cuenta de que los protagonistas originales ya habían fallecido y los otros testimonios eran de segunda o tercera mano (comenta). Supuse que mi aporte podía ser muy útil para esclarecer la verdad".

Anderson creyó que ya había llegado la hora de salir de la oscuridad y del silencio, de desafiar las amenazas gubernamentales, de contar la experiencia tal cual la había vivido, sin miedos, presiones ni tapujos. Su testimonio, que se transcribe a continuación, es único y revelador. Un documento histórico.

"El primero que dijo algo fue mi primo Víctor. �allí hay algo raro�. Estabamos como a unos cien metros de un objeto plateado y circular que estaba como clavado en ángulo en la tierra. Alrededor del objeto había vegetación quemada, algunos arbustos que todavía ardían, dos o tres arboles que habían sido como cortados en dos, con el tronco aparentemente quemado en la parte superior. �Aquí se estrello, algo (dijo papa). No sé si es un dirigible o algo así�. En esos momentos, ya estabamos como a unos veinte metros del artefacto y allí fue cuando mi hermano grito: �esto es una nave espacial... son marcianos�, entonces empezábamos a enloquecer, caminando, hablando entre nosotros y dando vueltas alrededor del disco. De pronto, sentí mucho miedo. Sobre todo cuando vi a tres criaturas tendidas en el suelo, junto al disco volador. Otra estaba sentada. Dos de los que estaban tirados, directamente no se movían. Tenían vendas por todos lados y uno llevaba el brazo vendado. Me acerque a uno de ellos, que tenia una venda a la altura de la cintura y otra en el hombro.

El que estaba sentado se puso de pie y estaba como ayudando a los demás con estas vendas que digo. Uno de los que estaba justo al lado suyo respiraba entrecortadamente, de manera inusual. Era obvio que tenia mucho dolor. Los otros dos permanecían inmóviles. El único que se movía, como dije antes, era el que al principio estaba sentado y al vernos se asusto. Comenzó a retroceder, presa del pánico. Al principio mis familiares y yo solo emitíamos exclamaciones de sorpresa.

El mas excitado era mi primo Víctor, que saltaba de un lado al otro, metiéndose por todas partes, entre confundido y temeroso. Mi hermano Glenn estaba mirando el disco y saco del paso a Víctor, quien estaba metiendo la cabeza por la rotura que la nave tenia en el medio, para sentarse sobre la misma, con una pierna adentro y otra afuera del plato volador. Glenn le pidió que no se acercara tanto, no fuera cosa que el disco explotara.

Luego Glenn imito a Víctor, subiéndose a la rotura y sentándose en el centro, con una pierna afuera y otra dentro del objeto. Yo estaba allí mirándolos.

Mientras tanto mi papa, y Ted estaban arrodillados al lado de la criatura que estaba viva y Ted trataba de hablarle en español. La criatura no le respondía. Cuando alguien se movía, la criatura se espantaba, retrocedía y levantaba sus manos al unísono, como temerosa de que le hicieran daño. Parecía estar bien aunque había un par de roturas en su uniforme. En cambio, sus compañeros estaban visiblemente heridos, y sus uniformes estaban destrozados. �Parecía que venían de una terrible guerra! Sin embargo, no vi nada que se pareciera a sangre. Lo que si vi, era una caja de metal cerca del que estaba con vida, dentro de la que vi vendas como las que había sobre los cuerpos. Creo que era un botiquín de emergencias.

El que respiraba entrecortadamente parecía tener una pierna fracturada o algo así. Los demás no mostraban deformidades o algo parecido. Toque a una de las criaturas y no se movió. Por la manera en que tenia los ojos, como mirando al vacío, me pareció que estaba muerto. Recuerdo que cuando lo toque estaba muy frío. Me pregunte por que no había tapado los cuerpos de sus compañeros. Yo creo que cubrimos a nuestros muertos porque nos da miedo mirarlos. Pense que esa costumbre tiene sentido aquí en la tierra pero quizá para ellos no.

En un momento pense que eran muñecos. Había algo que no era real en ellos, aunque uno se movía y reaccionaba. Recuerdo haber puesto mi mano contra el disco y estaba frío, como si estuviera refrigerado. Como estabamos bajo el Sol ardiente, en medio de un desierto, supuse que debería estar caliente pero no!

�Estaba muy frío! Como si fuera invierno y como si uno estuviera tocando un metal. El área adyacente a donde puse mi mano también estaba muy fría comparada con otras cercanas. En realidad, alrededor nuestro hacia mucho calor pero cerca del disco estaba muy frío".

�A que distancia estaba usted del extraterrestre vivo?

-Yo diría que poco menos de un metro. No me acerque tanto como papa y mi tío. Ellos estaban agachados a su lado. En un momento, mi tío Ted toco al que estaba vivo en el hombro, como tratando de consolarlo. A esa altura, la criatura ya no retrocedía con temor, con las manos en alto, como antes.

�Por qué fue usted detrás del disco?

-Porque mi hermano Glenn ya estaba allí, En realidad, quería saber que hacia mi hermano, quien estaba metiendo la cabeza tan adentro que hasta se lastimo la cara. También alcance a ver lo que había adentro. Parecían como componentes eléctricos, electrónicos, de propulsión, que se yo. Estaban todos conectados entre si por cables que colgaban hacia fuera de la rotura. Algunos de ellos volaban al viento como si fueran colas de caballo, y tenían luces por todos lados, que también oscilaban y titilaban. Cuando la brisa las movía parecían ser de fuego.

En el centro de la nave había algo así como jeroglíficos de color rosa, aunque como sellados sobre un fondo marrón. Algunas luces se apagaban y encendían, unas de color verde y otras de ámbar.

�Eran del mismo color que las luces que colgaban fuera de la rotura?

-Algunas eran de color rojo luminoso, otras brillantes pero mas blancuzcas. Algunas, sobre todo las rojas, eran muy brillantes y con intensidad fluctuante, a veces realmente brillantes y otras difusas. Yo nunca llegue a meter tanto la cabeza dentro de la rotura como mi hermano Glenn, quien me dijo que hacia mucho frío allí.

�Cómo de grande era la rotura?

-Yo diría que de unos tres metros. Comenzaba casi desde la parte mas baja del disco e iba casi hasta la cima de la bóveda superior. Estimo que debía tener alrededor de un metro de ancho. La rotura era elípticamente vertical, como un paréntesis gigantesco. La parte mas ancha parecía ser hacia el centro. Parecia como si algo adentro hubiera explotado, abriéndola y doblando su material exterior, dejándole bordes muy filosos. También había un olor muy fuerte, parecido quizás al alcohol o algo así. Esto fue lo que motivo que mi padre le repitiera a mi hermano mayor que no fumara a riesgo de que explotara todo.

Fue en ese momento que un grupo de cinco estudiantes universitarios y su profesor, el doctor Buskirk (no recuerdo su primer nombre), se acercaron al lugar del hecho. Estaban realizando una excavación arqueológica a pocos kilómetros de allí, pero después de ver la noche anterior lo que creyeron era un meteorito que se había estrellado, se largaron a inspeccionar el área. Al llegar y ver lo mismo que mis familiares y yo, sus reacciones fueron muy similares.

Primero se sorprendieron y luego entraron en shock. Recuerdo que Buskirk le dijo a papa que el hablaba varios idiomas y trato de comunicarse con el extraterrestre pero sin éxito. Luego, Buskirk intento entenderse mediante signos, pero también fue en vano.

�Qué paso después?

-Llegó el ejercito y empezó el terror. El que daba las ordenes era un pelirrojo de malos modales, mandón y omnipotente. Lo acompañaba un soldado negro que ejecutaba todo lo que su superior le pedía. Rodearon todo, apartándolos con la culata de sus fusiles y ordenando que no abriéramos la boca. En pocos minutos aquello parecía una invasión. A papa le dijeron que si hablábamos esto con alguien nos enterrarían vivos en el desierto. Como papa estaba por entrar a trabajar en Sandia Corporation, pidió que hiciéramos caso: no quería ensuciar sus antecedentes. Yo dije que me moría de sed y me negaron agua. Nunca lo voy a olvidar.

�Los echaron del lugar?

-Nos ordenaron: "�váyanse por allí, no miren para atrás y no abran la boca!". Mientras nos íbamos en el auto, vimos cientos de soldados en camiones y a pie, y aviones que habían aterrizado en la ruta.

�Nunca hablo de esto con nadie?

-Unicamente con mi hermano y cuando estabamos solos. A veces, mientras jugaba con mis amigos, también se me escapaba algo. Papa y Tío Ted siempre mantuvieron silencio, aunque me consta que cuando se retiro de Sandia, muchos años después del incidente, papa se lo contó a un amigo.

�Alguna vez tuvo sueños o pesadillas con respecto a los ET?

-Nunca.

�Por qué dejo pasar tantos años para hablar?

-Por temor a las amenazas y a que si contaba algo me tomaran por loco. Pero cuando vi en TV que otros testigos también habían salido al frente, opte por el mismo camino.

No busco fama ni dinero con todo esto. De hecho, después de mi problema coronario, me mude y solo unos pocos conocidos pueden localizarme. A esta entrevista accedí por que me lo pidió Staton Friedman, un investigador serio que respeto y admiro porque busca la verdad.

�Hay alguna corroboración científica de que usted dice la verdad?

-Ya me sometieron dos veces a un detector de mentiras. Además, el psicólogo norteamericano John Carpenter también me hipnotizo varias veces. El resultado fue invariablemente el mismo: mi experiencia existió y es autentica. Mi relato no tiene contradicciones.

Obviamente, usted cree que hay vida extraterrestre...

-�Por supuesto! Hay que mirar detenidamente el cielo de noche para darse cuenta de que a la luz del Cosmos todo lo que parece crucial e importante en la Tierra, tiene menos significado y dimensión que la que le damos los terrestres.

 

 

Curiosamente, Anderson jamas volvió al lugar de los hechos hasta 1990, o sea 43 años después. Lo hizo como parte de una comitiva de investigación financiada por el empresario americano Robert Bigelow, junto al especialista Staton Friedman y el psicólogo John Carpenter, quien había realizado ya varias secciones de hipnosis regresivas con Anderson. Llegaron a las Planicies de San Agustín en helicóptero. "Anderson salto tan pronto como tocamos tierra y corrió hacia el lugar donde recordó haber visto el plato volador incrustado y su tripulación de 4 ET (explica Friedman). Su excitación era inocultable y creaba una atmósfera de autenticidad, mientras nos llevaba de un lado al otro, señalando, gesticulando y repitiendo frases textuales de él y sus familiares aquel día".

Anderson recordó que en aquella época en ese lugar solo había planicies, caminos de barro, algún que otro rancho rústico y un molino de viento. En 1990 todo estaba igual, salvo el agregado, un tanto mas al norte, de un grupo de 27 radiotelescopios llamados The Very Large Array, que se extiende a lo largo de unos 20 kilometro, configurándose conjuntamente en un suerte de letra "Y", seguramente el radiotelescopio mas grande del mundo. Después de observar las reacciones de Anderson en el lugar del hecho, el psicólogo resumió: "No hay fundamentos para dudar de su honestidad ni de sus motivaciones. Además, tanto en el relato que hizo in situ como en los previos que realizo bajo hipnosis durante un año no hay contradicciones. Estoy convencido de que dice la verdad tal cual la vio y la vivió".

 

Resumen de lo sucedido:

Posiblemente el incidente Roswell pudo ocurrir así:

En la noche del 2 de Julio de 1947 una fuerte tormenta azota la zona de Roswell (Nuevo México), casualmente un objeto volante no identificado que sobrevolaba esta área, es alcanzado por un rayo procedente de la tormenta (o coincidiendo con esta) que provoca una explosión en pleno vuelo destruyendo el sistema de propulsión de dicha nave, se abre pues una gran tronera en su estructura de tres metros de alto por uno de ancho, los restos caen esparcidos en un lugar donde el pastor William Mac Brazel los haya al día siguiente.

Instantes después la nave cae empicada sin control y se estrella en las Planicies de San Agustín incrustándose en el terreno, aunque el sistema de energía eléctrico y de refrigeración continúan funcionando la nave no es operativa y los cuatro ocupantes sin posibilidades y mal heridos salen al exterior, uno de ellos el de menor gravedad se ocupa de auxiliar a sus tres compañeros y a el mismo, los dos que estaban peor fallecen pronto y posiblemente días mas tarde el tercero con fractura en la pierna y dificultad en la respiración fallece en presencia de Gerald Anderson y de su familia que se acercan al lugar atraídos por el brillo de la nave. Dicha familia intenta ayudar y trata de comunicarse con el que estaba mejor pero sin éxito, entonces llega el doctor Buskirk con cinco estudiantes e intenta comunicarse también, pero no lo consigue, mas tarde los militares de la base de Roswell llegan al lugar y se hacen con la situación expulsando a todos, amenazándolos y acordonando la zona, se llevan a los seres, la nave y todos los restos a sus instalaciones para su estudio.

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