Principal Comentarios Contenido

Que es
Lectura de cartas (Tarot, española, cartas del Karma, etc.), Compatibilidad zodiacal, Cartas Natales, Horóscopos, numerología, todo disponible por E-mail en formato PDF y PPS (Power Point)

 Origen del Tarot

 

Principal
Novedades
Wallpapers
Productos
Que es
Servicios
horoscopos

Origen de la Astrología...

Algo que deberías saber

Los 12 signos zodiacales tienen un origen tan antiguo que es difícil de precisar. Se supone que se originó en Babilonia, aunque de acuerdo a otros autores fue en Grecia. Algunos, sin embargo, apoyan el origen de la astrología en una piedra monolítica que supuestamente fue grabada por Adán al principio de los tiempos y después del destierro del paraíso, y que debía señalar el punto donde se salía o entraba al Edén.

Indistintamente de su origen en el tiempo y el espacio, las bases sobre las cuales se erigieron 12 representaciones para medir el comportamiento humano se basan y resumen en lo siguiente:

En varias culturas se tenía por cierto que existían cuatro elementos básicos que constituían el mundo: Tierra, Agua, Viento y Fuego. Eran de tanta importancia para explicar la formación de todos los seres vivos que llegaron a darles forma divina creando así cuatro divinidades principales que, al juntarse, originaron la vida, para después dispersarse por los cuatro vientos y puntos cardinales. Cuando ocurrían desastres físicos tales como maremotos, terremotos, huracanes, tornados, erupciones volcánicas, se tenía por cierto que estos elementos o dioses estaban disgustados y habría que calmarlos ofreciendo sacrificios y ofrendas en alguna forma.

Empezó a temerse que estos "seres" destruyeran la tierra si se desataban juntas sus furias provocando grandes males al hombre. Creencia en la que se teme que vuelvan a reunirse para destruir lo que han originado en la forma de 4 grandes maldiciones. Por otra parte, la observación de los ciclos de la luna promovió calendarios lunares de 12 repeticiones al año a las que conocemos como meses. Al notar que había cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), y que cada una duraba un promedio de tres meses, las multiplicaron por 3 y notaron que el resultado coincidía con los 12 meses lunares; se llegó a concluir que cada una de las deidades podía a su vez multiplicarse por tres, para así explicar la transición entre las estaciones que equivalían las manifestaciones de los cuatro elementos en el planeta y a su vez percibir la presencia de los dioses en el transcurso del año: a cada estación correspondía una deidad.

De acuerdo a estos antiguos razonamientos se originaron intermediarios o dioses menores que auxiliaban a los principales en su desempeño. Entonces, al multiplicar cada elemento o dios por tres quedaron en 12 partes, compuestas por 4 dioses principales o elementos naturales y 8 auxiliares. Debido a que se encontraron también 12 constelaciones estelares para representarlos en el firmamento, sólo quedaba terminar su explicación con sus nombres, formas, características, propiedades y movimientos. Después se buscó, a través de los años, encontrar los ciclos de las sequías y tormentas con la observación del movimiento de los dioses, es decir, de los astros. Analizando entonces, los 12 signos zodiacales representaban así las fuerzas de la naturaleza aplicadas a la vida en la tierra. Debido a la ausencia de más especies inteligentes en el planeta, se hizo natural que los humanos recibieran bendiciones y dones de estos dioses mayores y menores en alguna proporción. De ahí se derivaron las misiones a cumplir para cada individuo a partir del momento del día de nacimiento y la coincidencia de la presencia de una constelación determinada en el firmamento, y ésta a su vez originada en la explicación de las fuerzas y manifestaciones de la naturaleza, atribuyendo las cualidades de la deidad ó manifestación a la persona que fuese señalada en esta forma.

Debemos entender con todo esto que los astros no influyen en nuestra vida en forma alguna; empero, los conocimientos derivados de estas observaciones reflejaron la necesidad de mantener un equilibrio en el aprovechamiento de recursos y oportunidades, mismos que hacen evidente que cada una de las manifestaciones de vida necesita de las otras para mantenerse en armonía. Puede decirse que el empleo de los astros a la vida cotidiana equivale a usar un gigantesco reloj. La forma en que a cada persona se aplica deriva de sus hábitos, costumbres e influencia del mundo que le rodea. De esta forma podemos decir, a modo de ejemplo, que si una persona come a las dos de la tarde, de acuerdo a su costumbre, cada que dé esta hora le será conveniente ponerse en situación de buscar alimento; pero a otra persona que come a las 6, comer a las 2 de la tarde será en contra de su hábito y perturbará su digestión y actividades el hecho de cambiar sus costumbres. Entonces, en la astrología podría decirse que, si una persona nace bajo la presencia dominante de Júpiter en el firmamento, le será propicio emprender cualquier actividad cuando este planeta se presente de nuevo, y a una persona que haya nacido con otro planeta en circunstancia similar, no le será igual de favorable la presencia de Júpiter en otro momento de su vida como lo sería para aquel que nació con este planeta rigiendo su carta natal.

Las antiguas culturas desarrollaron conocimientos astronómicos paralelos, pero con diferentes aplicaciones religiosas: a venus se le llamó Afrodita o Eros; a Saturno se le llamó Kronos; a Neptuno se le llamó Poseidón, etc. Existían principalmente tres de ellas que sobresalían en ámbitos muy diferentes: El imperio egipcio, el romano y el griego. El choque cultural de un imperio a otro a consecuencia de las guerras y las conquistas, mezcló sus religiones y sus conocimientos astronómicos (ó astrológicos, que es origen de esta ciencia), de modo tal que hubo necesidad de encontrar un punto de encuentro donde todas estas equivalencias convivieran convenientemente. De esta manera, la cultura egipcia, que no contaba con signos zodiacales propiamente dichos, pero tenía un panteón con abundantes dioses, hubo de designar una posición equivalente a éstos para conciliar los conocimientos y las creencias. Es de esta forma que los razonamientos de unos y otros fueron perdiendo fuerza y vigencia al pasar de los siglos, haciendo casi imposible separar la ciencia de la religión.

Con el crecimiento de las religiones monoteístas, que separaban desde su origen la vida espiritual de las limitaciones humanas, de modo que cada persona pudiera alcanzar las recompensas más grandes sólo después de vencer las barreras que los placeres de la carne oponen, fue posible que el conocimiento se dividiera de la fe y tomaran derroteros diferentes. Así pues, hasta nuestros días, aquellas personas que buscan encontrar una explicación de las cosas más allá de los esfuerzos humanos, centran sus esfuerzos en retomar, muchas veces parcialmente, los conocimientos más antiguos, a partir del punto donde se abandonaron; es decir, en la mezcla de la religión y la ciencia.

Existe una cierta aura de misterio sobre todo aquello que rodea la astrología y las adivinaciones de cualquier índole, debido a que durante milenios el conocimiento de estas actividades sólo era transmitido a aquellas personas que, después de una gran preparación y disciplina, eran iniciadas en los arcanos de la vida espiritual. Es por esta razón que las pocas noticias que de esto se tenía originaron mitos, leyendas y supersticiones propias de la ignorancia de la gente sobre estos temas. Entre estas creencias estaba el que sólo se podía consultar un oráculo o adivinación los días martes para los hombres o los viernes, para las mujeres. Esto se originó en el hecho de que muchas personas que pretendían dedicarse al ocultismo o la magia negra tenían culto a dioses paganos derivados de culturas antiguas y desaparecidas, y dedicaban sus ritos según el día en que la presencia de la divinidad era más fuerte. Debido a que estos dioses estaban relacionados con los diferentes planetas de nuestro sistema solar, y a que existían barreras para la observación de los astros para las personas incultas, y a que el calendario romano originó en cada día de la semana a los diferentes cuerpos celestes, era obvio dedicar los ritos según esta equivalencia, quedando como sigue:

Lunes, para la luna; martes para Marte; miércoles para Mercurio; jueves para Júpiter; viernes para Venus; sábado para Saturno y; domingo para el Sol.

La luna simbolizaba el misterio, la magia, el misticismo, así como la oscuridad de la muerte. Mercurio era el Hermes griego, que llevaba los mensajes de los dioses y era protector del comercio y la medicina. Marte era el dios de la guerra para los Romanos, y símbolo de la masculinidad. Venus era la diosa del amor y la sensualidad, y equivalente de las mujeres y la feminidad. Saturno o Kronos era el dios del tiempo y símbolo de la experiencia. Júpiter era muchas veces visto como el dios de dioses, y era equivalente de la sabiduría. El sol para muchas culturas fue el principal de todos los dioses ya que brindaba la vida con sus emanaciones y era señal de dominio.

Debido a que la astrología y las adivinaciones eran ligadas a las deidades paganas, la religión católica de desentendió poco a poco de estos conocimientos que antes abrazara y fueran parte de su sabiduría, quedando al fin por completo distanciada de cualquier asociación con otras religiones o cultos vinculados con el politeísmo. Entonces, y debido a la mala costumbre del ser humano a venerar todo lo desconocido, se continuó, fuera del contexto original del conocimiento, relacionando los días con los planetas y éstos con divinidades obsoletas e inútiles, promoviendo el escepticismo de todos aquellos cercanos ya a las ciencias o a la religión católica, de tal suerte que sólo aquellos que conservaban el verdadero saber de las disposiciones humanas y su relación con los equivalentes planetarios en el inmenso reloj del universo, fueron los que consiguieron superar las dudas, temores y persecuciones de que fueron objeto por causa de la ignorancia y la superstición.

Aprovechar la sabiduría originada en la búsqueda del mejoramiento y conservación de la vida, y aplicarla de forma que nos comprometa a unirnos con nuestros semejantes en la integración con el mundo en forma responsable, es el objetivo principal que se busca con este conocimiento de la naturaleza llamado astrología, mismo que hacía las veces de las virtudes aún antes de concebirlas como tales.

Las cualidades que se atribuían a las constelaciones variaban según la función o misión que cumplía para mantener el mundo en equilibrio, quedando su explicación actual aproximada a las propiedades que exponemos en cada Signo Zodiacal.

Origen del Tarot

Desde tiempos remotos el ser humano ha deseado obtener el control de su propia existencia. Para conseguir estos fines, ideó y creó herramientas que le hiciesen fácil adaptar el medio ambiente que le rodeaba con la única finalidad de encontrar supervivencia, que es el medio que utilizó para desentrañar su conflicto existencial de vida. Esta es la principal razón por la cual, a través de los siglos, para conocer el medio ambiente, mejorar el estilo de vida y preconcebir los resultados de las acciones -- que son el resúmen de las experiencias aadquiridas --, haya sido necesario desarrollar símbolos que expliquen o señalen los caminos a seguir para abreviar los esfuerzos.

Entre estas necesidades se encontró acomodo para el intercambio de bienes -- trueque, que después se convirtió en moneda --; hubo razón para crear la escritura -- que "guarda las ideas" para un uso posterior --; y de la misma forma se desarrollaron las leyes y las ciencias. Simultáneamente y por causas no menos útiles y prácticas, todas las culturas crearon métodos para usar los conocimientos desarrollados para hacer "prediciones" o especulaciones sobre el éxito o fracaso del esfuerzo invertido en la búsqueda de mejores formas de supervivencia y armonía y así abreviar el tiempo y el sufrimiento.

La cultura egipcia desde hace ya muchos siglos desarrolló un conocimiento muy amplio sobre todas estas necesidades del ser humano, plasmando su sabiduría en un libro en que se vierte su religión, su cultura y sus costumbres. Thot se llamó su autor, y así tambien su libro, mismo que ha originado una variante moderna para nombrarlo, y que se conoce actualmente como Tarot.

Diremos que el Libro de Thot es una síntesis de cuanto la humanidad como especie ha podido conocer o intuir, resumiendo en símbolos las enseñanzas morales y metafísicas que los Libros Sagrados de todas las religiones han acumulado a lo largo de los siglos. Con tal síntesis, abarca por igual lo relacionado con el hombre y el Universo, y si bien desde que se escribió a la fecha en lo extrínseco se han hecho numerosos descubrimientos respecto al uno y el otro que el libro no tiene en cuenta, en lo fundamental, como dijo Salomón, "no hay nada nuevo debajo del sol", pues los mismos conocimientos que nosotros consideramos como feliz hallazgo de nuestros días, tienen en los símbolos de hace millares de años los principios que los explican y anuncian. Siendo la civilización egipcia la más antigua de que hay noticia, y desarrollándose las posteriores a base del caudal que recibieron por herencia, se explica por sí solo que lo que es segundo proviene forzosamente de lo que es primero, y cualesquiera que fueren los símbolos creados después de Thot, no pueden ser otra cosa que un derivado de los contenidos en alguno de los 78 Arcanos, constituyéndose así la serie completa en lo que podemos llamar Libro del Saber, y ese libro en el compendio que tiene cifrada la sabiduría que explica todo lo demás.

Libro de irse alejando en el día, llamaban los egipcios al que hoy denominamos Libro de los muertos por referirse sus enseñanzas al viaje del alma al abandonar el cuerpo y su existencia en el más allá. Sabiduría por tradición, dicen los hebreos a La Cábala por considerarla doctrina hermética, transmitida de viva voz por Moisés a unos pocos y legada después por éstos en la misma forma. Ambos libros son muy posteriores al de Thot, y los dos están formados con elementos de los Arcanos, el primero conteniendo las invocaciones mágicas que es necesario recitar para hacerse acreedor al paraíso de Osiris, y el segundo las fórmulas matemáticas que es preciso conocer para interpretar los Libros Sagrados y hallar gracia en ultratumba, los dos temas únicamente partes distintas de la doctrina general expuesta en las láminas que millares de años antes fueran confiadas al lecho del Nilo, y cada autor utilizando en la exposición los signos que dan valor aplicativo a los Arcanos, el del Libro del los muertos, fonogramas que representan los sonidos y se combinan en palabras, y el de La Cábala, números que representan ideas o su raíz. Para resumir lo concerniente al mundo visible y las fuerzas que influyen en las condiciones de vida del hombre que lo puebla, es preciso, sin embargo, agregar al contenido de esos dos libros el tercer elemento que poseen los Arcanos, o sea las grafías que representan emanaciones primarias y declaran el significado de esas condiciones por medio de mapas planetarios. Aunque sólo son un ínfimo destello de los alcances que tiene el simbolismo del Libro de Thot, lo dicho sirve para dar una idea de su trascendencia en cuanto a su valor metafísico (Recordemos que la Metafísica parte de la filosofía, que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras. --Aristóteles la llamaba filosofía primera---).

Thot era una deidad egipcia que, habiendo morado en la tierra, enseñó a los hombres la escritura y la división del tiempo y les reveló los misterios cifrados en las medidas. Con ser de inmenso valor lo que este maestro enseñó de viva voz, la tradición le asigna mayor importancia a un libro que Thot dejó escrito, y que, a juzgar por las referencias que hay sobre el mismo, contenía "aquella cosa que da el conocimiento de todo lo demás".

Conocedor Thot de que el tiempo no había llegado para que las enseñanzas en tal modo cifradas cumplieran su misión, encerró el libro en una caja de oro, metió la caja de oro en una de plata, ésta en una de marfil, que a su vez metió en una de bronce, misma que se encerró en otra de hierro, y ésta última, conteniendo el libro y las demás cajas, la depositó en el fondo del Río Nilo. Hay indicios de que entre los vasos de oro y de plata que dice moisés sacaron los israelitas de Egipto, estaban algunas de las láminas que componían las páginas de ese libro, y que dado a conocer su contenido a los sacerdotes más allegados del legislador hebreo, fueron más tarde el fundamento de La Cábala.

Muchas veces a lo largo de nuestra vida nos llegamos a preguntar ¿cómo he de aprender a vivir si no hay libro alguno sobre mi vida? Podemos aprender de lo que antes alguien ya ha experimentado. Podemos incluso planear sobre la base de esa enseñanza o experiencia, pero ¿cómo hacerlo con nuestra propia vida? Para poder desentrañar ese misterio debemos de reconocer que todas las cosas pueden representarse en símbolos y que éstos son auxiliares que, al igual que las señales de tránsito, nos anticipan los peligros, situaciones y recomendaciones para llegar a nuestro destino con la menor cantidad de sobresaltos e imprevistos. Señales que este libro del conocimiento nos facilita resumiendo todas las experiencias y vivencias del ser humano en virtudes humanas, que no son otra cosa que los conceptos a que cada individuo recurre para conservar su vida.

El buey (o búfalo) del horóscopo chino

El signo del Buey (o Búfalo) representa la prosperidad, alcanzada a través de la fortaleza y el trabajo. Una persona nacida bajo este signo será digna de confianza, tranquila y metódica. Trabajador paciente y esforzado, el Buey es rutinario, sabe escuchar y es muy difícil hacerle cambiar de opinión, porque es obstinado y con prejuicios. Pese a ser muy introvertidos, su férrea naturaleza puede convertirles en excelentes oradores cuando la ocasión se presenta. Suele moverse bajo esquemas fijos y respeta la tradición. Sabe que sólo haciendo las cosas como es debido se alcanza un éxito duradero. Jamás confiará en su suerte. El Buey logrará las cosas a través de su tenacidad y dedicación. Es absolutamente digno de confianza, siempre cumple la palabra empeñada. La opinión pública no cuenta para él. Se entregará de todo corazón a la tarea que esté haciendo, y no dejará nada por hacer. En las cosas del corazón, el Buey puede ser muy ingenuo. No puede llegar a valerse de estrategias de seducción para ganar una causa romántica. No se puede esperar de él poesías ni serenatas. Incluso es probable que sus regalos sean objetos sencillos y sin pretensiones.

Como además son muy tradicionales, serán proclives a noviazgos largos, porque necesitan tiempo para llegar a una relación de suficiente intimidad. Son lentos para reaccionar y revelar sus verdaderos sentimientos. El hombre de este signo puede ser un verdadero caballero pero es capaz de convertirse en un torpe jovenzuelo a quien se le traba la lengua cuando se trata de conquistar a una chica. Pero si te casas con él, jamás te decepcionará, le tendrás a tu lado durante toda la vida. Tal vez no te llene de grandes obsequios pero jamás pasarás necesidades.

La muchacha Buey será una esposa ideal. Te corresponderá a ti tomar la iniciativa. Después de todo, seguramente una persona nacida bajo este signo estará haciendo más de lo que le corresponde.

Son muchas las cosas maravillosas que vienen envueltas en un papel marrón y sin gracia, y una de ellas es el Buey. Ni se te ocurra despreciarlo por la envoltura porque seguramente vale su peso en oro.

El Buey alimenta durante mucho tiempo sus resentimientos. Su memoria es capaz de registrar hasta el último detalle de una ofensa por demasiado tiempo. El Buey insistirá en pagar las deudas hasta el último centavo. Jamás se perdonaría el no demostrar su gratitud de manera tangible. No saldrán de él grandes palabras de agradecimiento. Considera lo que hay que hacer con las acciones más que con las palabras.

Ten cuidado con la paciencia del Buey, porque cuando una persona de este signo pierde los estribos, no pasa inadvertida. No habrá manera de razonar con él. Pero en general, es muy raro que llegue a tal agresividad. Tiene un enfoque materialista de la vida y aunque suele tener exagerado afecto por su familia, también les exige mucho. Usará los logros personales para medir su amor por ellos.

En su peor forma, el Buey es de mentalidad estrecha. Con ninguna consideración por los demás. Sin embargo, se le respeta y quiere por su sinceridad, su falta de pretensiones y la firmeza de sus principios.

Estos nativos concienzudos, hacen las cosas hasta terminarlas. La tenacidad que el Buey lleva en sus genes se extenderá a las generaciones siguientes, aunque no hayan nacido bajo el mismo signo. Su excelente carácter hace de él un constructor de imperios, que tomara todas las precauciones para asegurar la prosperidad y la supervivencia de su linaje. Como jefe de familia, no tolerará ninguna rebelión juvenil. Su vida está construida en torno a su hogar y su trabajo, y preferirá siempre las inversiones estables y a largo plazo. Como es una persona de hábitos conservadores, la poca seguridad le desalienta.

El Gallo será una espléndida pareja para él. Ambos son eficaces y dedicados. Igualmente buena será la unión con la Rata, o la Serpiente, ya que ambas se interesarán profundamente por el valioso Buey.

No le interesará mucho la compañía de la Cabra, la del Tigre, ni el Perro, quienes a su vez no se sentirán bien ante su excesivo formalismo.

 

Principal ]

Envíe un mensaje a con preguntas o comentarios sobre este sitio Web.
Hosted by www.Geocities.ws

1