Carta Política Nº 8

CONDICIONES, CONDICIONADOS Y CONDICIONANTES

1.- El dilema de abstenerse o votar pudiera tener solución mediante la cuestión shakesperiana, en el sentido de que para tomar una decisión nos preguntemos si nos impulsa el “deber ser” o el temor de lo que se intuye “será” y se quiere evitar. Existen consideraciones preliminares que deben revisarse, tal como lo es el mito del pensamiento “comunista” del régimen; nada mas lejos de la realidad. Hugo Chávez no encabeza un movimiento ideológico sino una cúpula militaroide que se agarró de la imagen del socialismo sensiblero porque todo lo demás le resultó mas o menos incomprensible y difícil de estudiar después de viejos. Lo que mas destaca es su ignorancia absolutamente evidente de la teoría del socialismo. Las bravuconadas ideológicas del régimen son una máscara de su tendencia fundamental autoritaria de carácter bonapartista tropical, lo que se traduce en un caudillismo populista que devendrá indefectiblemente en dictadura militar tradicional. Por ahora es una semi-dictadura anárquica donde los atados al régimen no lo perciben como dictadura porque juzgan todavía que es ejercida “contra los demás”.

2.-  La oposición es una masa muy heterogénea acostumbrada a responder con los reflejos de un estado de derecho mas o menos formal donde también había sido posible plantearse tácticas de final predecible dentro de una estrategia compartida de nación . El mayor costo de una mala táctica había sido si acaso perder unas elecciones o una posición en la correlación de fuerzas del Estado. Pero esto ha cambiado, de la misma manera que antes en la historia venezolana también hubo de cambiar frente a regímenes que no admiten ser cambiados sino por la fuerza aplicada en el momento de su agotamiento. El problema en estos momentos es precisamente que no se puede afirmar que el modelo bonapartista se haya agotado al grado que pudiera permitir el acceso pacífico al poder de nuevas fuerzas políticas, pero se encuentra suficientemente aferrado como para impedir, mediante la manipulación electoral, la generación de condiciones para una insurgencia popular.

Con relación al hecho electoral esto se traduce en que no existen, como todos sabemos, condiciones de garantía del voto popular, pero tampoco existen visibles condiciones para que la abstención induzca un rápido desplazamiento del poder de la camarilla militar y los secuaces que provenientes de la izquierda han sido seducidos por el hedonismo del poder y la corrupción administrativa.

3.- Como consecuencia, el dilema ante las elecciones no depende de condiciones objetivas propiamente, y es una banalidad intentar cifrarlas y apostar a ellas. Depende de las condiciones subjetivas; depende de aquellas transformaciones inmediatas que deben intentarse en el ambiente social, económico y política. No debe disfrazarse lo que unos u otros quieren hacer por afecto positivo o por temor, con la máscara de lo que supuestamente son objetivamente las cosas. En este sentido no tienen razón ni abstencionistas ni electoralistas. Los hechos futuros en la política, por otra parte, no dependen de una enteriza estrategia, sino que a veces pequeños hechos o situaciones poco pensadas emergen para cambiar las condiciones objetivas. Contra la posición electoralista opera toda la evidente maquinaria de fraude electoral que está montada y el acorralamiento que ha hecho la dirigencia del régimen de sus propios seguidores, al presentarles la opción de derrota electoral como una tragedia mortal que los está induciendo a hacer cualquier cosa que se le pida. Contra la abstención opera la seria amenaza de que pese a una abstención masiva el régimen continuará, con una mayor actividad de represión, persecución, y despojo de los intereses mas elementales de quienes se le opongan. Frente a estas opciones no parece existir alternativa inmediata, y lo mismo da ir a elecciones que abstenerse. El miedo dirige el “horror a la abstención”. Hay horror entre los afectos a Chávez porque saben que deberán transitar hacia un régimen de mayor evidencia autoritaria, y horror en la oposición que sabe que deberá soportar presiones y represiones hasta ahora no conocidas. Pero lo importante es considerar que el problema actual no es ganar o perder las elecciones, sino aprovechar la campaña electoral para organizarse, reunirse, unificarse en torno a objetivos populares y objetivos políticos. Esto es lo que hace y estará haciendo el régimen.

 4.- Si algo se verifica hasta hoy es el estancamiento de la confianza electoralista. A solo 90 días del hito que reputan de importancia histórica los bandos contendientes, la campaña electoral transcurre como una pesadilla en cámara lenta. Tanto Chávez como Rosales y Rausseo empujan cada uno por su lado a una pesada carreta hundida en el fango. Tienen una pesada carga compartida, que es un fardo de problemas económicos y sociales insolubles a corto o mediano plazo, amenazados con una casi probable fase descendiente de los precios petroleros como producto de las silenciosas políticas energéticas de las grandes potencias que han hecho aumentar considerablemente las reservas estratégicas junto su posicionamiento en las fuentes del recurso, incluyendo la vertiginosa carrera por desarrollar una adaptación óptima del motor de combustión a un combustible diferente al hidrocarburo, lo cual se ha comenzado a experimentar con éxito no solo en las ciudades de los EE.UU donde el gobierno subsidia una muy numerosa red de los nuevos automóviles en todo su territorio, sino en nuestro muy cercano vecino Brasil. Cada uno tiene a la vez una carga no compartida, ya que Chávez se tambalea con el peso de la corrupción política y administrativa y la disposición de muchos partidarios a “dejar el pelero” de una buena vez para disfrutar de las cuantiosas fortunas que ya tienen, mientras que Rosales no halla donde colocar tanta gente inútil y viejos corruptos que se le ha pegado, y mucho menos halla como repartir los puestos públicos, que aún no dispone, entre tanta gente que se bate a cuchillo por una pre-selección que deja de lado el hecho de que primero hay que tener el poder. A su lado ya algunos se hacen llamar ministros, jefes, y reparten órdenes a los gorrones de siempre que no sirven ni para pegar propaganda. Rosales no arranca porque la masa silenciosa y mayoritaria de votantes no ha dado la menor señal de querer cambiar la decisión que ya tomó en el 2.005 de abandonar la mentira electoral, aunque le digan que eso es no hacer nada, que es inmoral, ilegal, o que engorda.

5.- No es culpa de Chávez o Rosales, no, sino que el sistema político, por encima de las consideraciones partidarias, está colapsado, y ni siquiera alguien tan simpático como El Conde del Guácharo puede ya levantar alegrías mas allá de lo que hizo los primeros días, como le pudo ocurrir al cómico en cualquiera de sus giras en una localidad donde luego de varias presentaciones su show deja de tener asistentes. Las condiciones sociales, económicas, políticas, son casi una copia de aquellas existentes en 1998 cuando el histrión Chávez asumió todo discurso que gustara a la gente para conquistar votos con promesas que sabia no iba a cumplir. Un poder inmoral, perverso, persecutor, empobrecedor, entregado a las empresas transnacionales, ajeno a las necesidades de las mayorías, caracteriza el ambiente para desarrollar la campaña electoral sobre la base de esconder las realidades lo mejor que se pueda y enseñar promesas nuevas y viejas, a como de lugar, porque nuevamente alguien caerá en la trampa. Chávez lo sabe y por eso se le ve dispuesto a montar el mismo guión sensiblero, humildón, campechano, pero ya no le salen bien las frases populosas y su lenguaje muestra el duro desdén de quien ya se siente muy por encima de sus pobres compatriotas. 

6.- En las próximas semanas es muy probable que una ola de presiones populares se levante contra los dirigentes de la oposición y contra sus candidatos, para desconocer el enmascarado ambiente electoral. Los ilusos caerán en cuenta que la crisis es mucho mayor de lo que se ve. Podrían recuperar la tensión necesaria para que acudir a las elecciones tenga sentido, pero no en la situación laxa y bobalicona que actualmente existe. Quizá si deciden ya mismo tomar las plazas, colocar aparatos de sonido en cada plaza, convocar el pueblo a debatir la candidatura y confrontar con el chavismo en la calle y no en la TV, se podría saber lo que verdaderamente quiere ese pueblo y habría tiempo de tomar una decisión acertada de votación o de abstención. Por ahora seguiremos viendo el mismo formato: Insultos a los alcaldes, verborrea contra el Imperio, inspecciones a Globovisión, cosas así para entretener…acciones quirúrgicas, localizadas, focales, porque el chavismo ya no existe como pueblo y sabe que no puede confrontar excepto con la camisa de fuerza de una falsa legalidad  y mas falsa aún institucionalidad.

7.- Un muy numeroso sector de la sociedad que enfrenta al régimen actual es de carácter socialista. Esto puede ser un hecho que inquieta a algunas personas que consciente o por intereses muy particulares se muestran afectos a una posición ultraderechista. Debo decir sumariamente que el socialismo es una teoría acerca de la sociedad, no es el comunismo. Este último es un movimiento político, un partido concreto, y así fue concebido desde sus inicios como una supuesta vanguardia ilustrada, destinado a recoger las distintas formas de lucha política. El socialismo, por el contrario, es un conjunto inicialmente de objetivos sociales de justicia y equidad social, y luego un conjunto de teorías científicas de carácter económico y humanista que coloca a los trabajadores manuales e intelectuales como el centro o esencia del desarrollo de la sociedades. Las formas de lucha y las formas de Estado, han sido objeto de debates definitorios dentro del campo del socialismo, y en nuestro tiempo el socialismo ha dejado de lado toda tendencia que niegue la democracia o que niegue el desarrollo de la individualidad dentro de una sociedad abierta y plural. Los partidos comunistas en la historia han fracasado como movimientos políticos porque donde han triunfado políticamente han desarrollado una forma de Estado que degeneró en cada caso en dictaduras de grupos minoritarios que devinieron en una nueva clase social dominante y plutocrática en perjuicio de las mayorías. Muchas veces estas formas de Estado se han implementado en razón de las presiones internas y externas de factores de la ultraderecha, la reacción mas regresiva y los intereses económicos de las grandes potencias económicas.

8.- En nuestro caso venezolano, los socialistas venezolanos en buena medida se oponen al régimen de Hugo Chávez porque lo identifican como un modelo militarista, plutocrático, demagógico, que ha tomado ciertos símbolos del socialismo como una falsa bandera. También identifican sin género de duda la falsedad de sus connotaciones nacionalistas, cuando se ve que ningún gobierno en la historia venezolana ha dado tantas concesiones a los factores de dominación económica internacional, principalmente los sectores financieros y las transnacionales del petróleo. Simultáneamente se ha determinado que el grupo bonapartista en el poder se ha convertido en una nueva clase que habla de socialismo mientras vive como capitalistas a expensas del erario público, por lo cual ha requerido descender en una actividad abominable de corrupción administrativa.

9.- Pero los socialistas sostenemos la necesidad de que la sociedad avance hacia modelos de justicia social. Nos diferenciamos de otros opositores que no llegan a concebir sino el objetivo de reponer un estado de privilegios ilícitos que poseían y que algunos han perdido. Nos diferenciamos también de quienes piensan que lo que tenemos es un problema “técnico” y que mediante una gestión adecuada dentro del marco del capitalismo se dará solución a la pobreza y la desigualdad social. No es cierto. En ningún país capitalista esto ha sido una realidad, al contrario, el modelo capitalista genera ciertamente en algunos casos situaciones de bienestar a expensas del malestar de otras mayorías o a expensas de la depauperación de otros países. Aunque el capitalismo no tiene una teoría que lo respalde, es una práctica que incluso ha recibido en los últimos tiempos el aporte de humanistas que han luchado o están luchando por aspectos de ética y responsabilidad social que los diferencian de quienes piensan que la sola furia individualista debe prevalecer en la sociedad, manteniéndola como una moderna selva donde unos y otros se devoran.  Por tanto, efectivamente sostenemos según algunos, una utopía, pero hoy por hoy no es la utopía decimonónica, sino una utopía concreta en la medida que los miembros de esta sociedad actual, mas avanzados, estudiados, técnicos, que han experimentado las potencialidades de la solidaridad social, avancen en una práctica concreta de distribución equitativa del excedente económico de la sociedad en medio de una forma de Estado y de gobierno democrático, plural, capaz de elevar la conciencia del ser humano, y hacer posible el estado de hermandad del hombre libre.

 

 

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