Nº 30(03/05/07)

LISTO EL MODELO DE SIMBIOSIS CON LAS TRANSNACIONALES PETROLERAS

Hugo Chávez celebró otro sainete ruidoso para aturdir a unas mil personas reunidas en el Complejo Criogénico de Oriente, con motivo de lo que el gobierno ha insistido en llamar una  nueva nacionalización petrolera, que consistió en la negociación con las transnacionales para la conformación de empresas mixtas donde la estatal PDVSA poseerá alrededor del 60% de la propiedad accionaria.

Por supuesto, el gobierno ha venido requiriendo banderas pseudonacionalistas que animen a sus mas fieles seguidores en la mascarada que ha venido protagonizando desde hace ocho años. La Faja Petrolífera del Orinoco fue el escenario escogido para tales fines, aunque a pesar de la griteria antiimperialista, pocas personas en el país se tragan como antimperialistas los negocios hechos con las transnacionales en esa zona petrolera.

Primero, porque las empresas que ya estaban en la Faja, poseían participaciones en asociaciones estratégicas y esquemas de ganancias compartidas, mediante similares empresas mixtas donde PDVSA poseìa proporciones inferiores accionarias, alrededor del 40%,  pero designaba los presidentes de las empresas y poseía la llamada acción dorada, que le permitìa vetar las decisiones que pudieran tomar la mayoría. No se conocen los textos constitutivos de las nuevas empresas mixtas, pero habría que ver si la acción dorada pasó ahora a manos de las transnacionales. El aumento de la proporción accionaria no introduce un cambio estructural significativo, excepto como oportunidad de mayores ingresos para PDVSA, si es que no disminuyen los precios del crudo. Pero, sin embargo, la estatal petrolera quedará mas obligada con el volumen no despreciable de inversiones necesarias e inminentes para incrementar las operaciones de las nuevas empresas mixtas. En cualquier caso, lisa y llanamente se hubiese podido hacer modificaciones a los estatutos de las anteriores empresas mixtas para alcanzar las mismas condiciones de la parafernalia que está siendo pasada como una nueva nacionalización. Hugo Chávez quiere ser comparado con un Lázaro Cárdenas que en Mexixo tomó militarmente las instalaciones petroleras por la resistencia de las transnacionales que se negaban a entregarlas, a principios del siglo pasado cuando el poder colonialista estaba en su apogeo y era un auténtico acto de valor enfrentarlo.  Es la mascarada habitual del gobierno de Hugo Chávez, valiente solamente para mandar a subalternos a atropellar inermes masas civiles o silenciar a los asistentes a sus peroratas de cadena nacional.    

Segundo, las empresas mixtas pasan a ser empresas basicas concesionarias, de manera que por donde se vea, se ha regresado al esquema concesionario que se creía ya superado en Venezuela. La regalìa de estas empresas, que deberá ser cancelada en forma directa al Fisco Nacional sin ingresar a PDVSA, se sitúa en un nivel del 33% de las ganancias netas, lo cual es una previsión destinada a alimentar el gasto fiscal centralizado que hoy dia es el desagüadero mas grande de fondos públicos para la corrupción que ha existido en la historia venezolana, sin control ni rendición de cuentas. Si tenemos en cuenta que PDVSA poseerá e  60% accionario de las empresas mixtas, es fácil darse cuenta que es la propia PDVSA la mayor obligada en el pago de las regalìas, lo que significa en otras palabras sacar dinero de un bolsillo para metérselo en otro, resultando perjudicado el patrimonio asi como el flujo de Caja de PDVSA. Es decir, PDVSA pagará 19,8% de regalías al Fisco, que corresponden a su 60% accionario,  mientras que los socios transnacionales pagarán el 13,3%, que corresponde a su 40% accionario.  

Tercero, en el caso de los Contratos de Servicio, que eran negocios que PDVSA sostenía con las transnacionales para recibir tecnologìa y otros servicios a cambio de pagos en petróleo crudo por dichos servicios, las transnacionales no poseìan carácter ninguno de propietarias de concesiones petroleras, pero ahora han sido convertidas en socios de PDVSA en la explotación de esas concesiones. De esta manera, las transnacionales saltan de gozo opr su nuevo status. Ciertamente los contratos de servicio poseìan clàusulas que debian ser revisadas para aumentar las ventajas o eliminar las desventajas de PDVSA en esos esquemas, sin necesidad de convertir en socias a las empresas transnacionales.

Como resultado de esta negociación, Hugo Chávez se ha  empleado en intentar demostrar que se trata de una Nacionalización, y ha usado la nociòn de que ahora si se ha puesto punto final al dominio de las trasnacionales sobre la riqeueza petrolera. Pero es falso. En realidad a Hugo Chávez siempre se le chispotea algo porque habla mucho y mucho yerra. El argumento apunta mas bien a la realidad de que el gobierno ha puesto a punto una simbisios con las transnacionales que le permite neutralizar toda presiòn internacional sobre sus planes de implementar un modelo autocrático, personalista, bonapartista, que ha venido haciendo avanzar con la complicidad mas deshonrosa de los movimientos de izquierda oportunista que le apoyan. No hay duda, la oposición democrática tiene con este entendimiento definitivo con el Imperialismo en el tema de la Faja del Orinoco, una guillotina puesta en el cuello. Bush y las transnacionales ya han logrado lo que querían, y dejarán tranquilo a Chávez que haga con los venezolanos lo que quiera. Esa es la situación verdadera y no hay que llamarse a engaños. El modelo de simbiosis con las transnacionales ya está completo por cuarenta años.  

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