Cada “revolución” tiene sus notas curiosas,
y en el caso de la llamada “revolución bolivariana”, resalta el hecho de que
los fervorosos revolucionarios que son nombrados en cargos públicos, a los
pocos días se hacen con un vehículo último modelo, preferentemente una
camioneta 4x4. Se dirá que es propio de todo venezolano comprar un carro
apenas logra reunir un dinerito, es verdad. Pero también es verdad que el
automóvil es el mas genuino símbolo del modelo capitalista, no en el sentido
técnico sino en el sentido de ser aquella mercancía cuya historia concentra
la exacción de excedente económico a la clase trabajadora en una infinidad
de ramas productivas, desde el caucho hasta la silicona, desde el aluminio
al vidrio, desde la goma al cobre, el cuero, los textiles, etc. El carro es
una mercancía donde se emplean una o mas centenas de mercancías de otras
ramas o industrias, localizadas en variados paises del tercer mundo
subdesarrollado. Si hay una mercancía a la que los proletarios unidos
pudieran hacer un boicot mundial con gran impacto sobre los centros
capitalistas, es el automóvil. Pero en la mente de los pseudorevolucionarios
bolivarianos de Venezuela no cabe ese pensamiento. A diferencia de esas
recientes tendencias de revolucionarios que plantean la franca necesidad de
hacer la revolución sin tomar el poder, los venezolanos que siguen a Hugo
Chávez prefieren tomar el poder aunque no hagan revolución alguna. Los
autodenominados chavistas son el mejor ejemplo de lo que el anarquista
Holloway escribe en su querida Chiapas acerca de que el capitalismo existirá
mañana porque hay quienes con su conducta harán que exista mañana. El
capitalismo subdesarrollado y mediocre de Venezuela se reproduce día tras
día desde la mente de los funcionarios pseudorevolucionarios “bolivarianos”
que hablan de socialismo pero se afanan y ufanan de vivir como capitalistas
a expensas de los dineros públicos. Para muestra, el recién nombrado
Vicepresidente de la República, el siquiatra Jorge Rodríguez Gómez, a quien
Hugo Chávez premia con el elevado cargo luego de haber presidido el Poder
Electoral que organizó varias elecciones de dudosa legitimidad. El siquiatra
el año pasado fue hospitalizado tras un accidente de tránsito, pero la
noticia fue que el automóvil de su propiedad que venia manejando era marca
“AUDI”, un vehículo fabricado para personas de mucha capacidad económica. En
general los altos funcionarios gozan del mismo mal, y son afectos a adquirir
los costosos vehículos Humear, que les da una sensación de poder. Toda la
revolución vehicular de los chavistas ha dado como resultado que por varios
años la venta de carros lujosos en Venezuela ha roto sus records históricos.
Esto es una nota muy curiosa para una revolución, con excepción de la
“revolución” nazi, durante la cual se rompieron los records de ventas de los
lujosos Mercedes-Benz. No se puede negar, entonces, que la revolución
bolivariana va sobre ruedas, mientras su gran timonel de cartón, Hugo
Chávez, para diferenciarse viaja en costosos aviones… |