El 23 de diciembre de 1972 se celebró un partido de playoffs entre los Pittsburgh Steelers y los Oakland Raiders. A falta de 22 segundos para la finalización del partido los Steelers estaban en su propia yarda 40 y perdiendo por 7 a 6, a punto para iniciar la que sería la última jugada del partido.
El quarterback de los Steelers, Terry Bradshaw, inicia la jugada y retrocede buscando un receptor abierto, finalmente decide lanzar el balón a John Faqua, pero el safety de los Raiders, Jack Tatum, se dirige como un cohete hacia Faqua dispuesto a impedir la recepción. ! EL MEJOR RECEPTOR JAMAS VISTO De niño en la pequeña ciudad de Crawford,
Mississippi, Jerry Rice no tenía mucho interés en el
fútbol americano. Y si el director de la escuela secundaria Moor (Moor
High School) no lo hubiera pescado un día, faltando a clases, una de las
carreras más exitosas de campo de fútbol americano nunca hubiera
comenzado. “Yo estaba en tercero de secundaria cuando
comencé a jugar fútbol americano,” dice Rice. “Un
día estaba faltando a clase y el directo me sorprendió.
Llegó por detrás y me asustó.” Comenta Rice. “Y lo único que pudo ver el
director, fue una chamarra roja corriendo, volteando la esquina,”
recuerda el. “Pero me reportó al entrenador y dijo,
‘Este muchacho, es muy rápido. Creo que debería estar
jugando fútbol americano.’ Así es como
comencé.” Rice se convirtió en un receptor abierto de toda la
conferencia en la escuela secundaria Moor, y de ahí fue a
División II en la Universidad del Estado de Mississippi Valley, en donde
ganó más de 1,000 yardas de receptor en tres temporadas
consecutivas. Fue el Jugador Mas Valioso (MVP, por sus siglas en inglés)
en el juego de estrellas de la Universidad Blue-Gray, y fue seleccionado por
los 49ers. de San Francisco en la primera ronda del reclutamiento de 1985. Pero no todos en la NFL (por sus siglas en inglés) estaban
convencidos de su talento. Casi ninguno de los equipos lo tenían
clasificado en primer lugar de su lista de reclutas. Muchos reclutadores no
estaban impresionados con los otros equipos universitarios con los que se
había enfrentado en la Conferencia Atlética del Sureste,
División II. Y algunos pensaban que Rice era muy lento como para ser mas
que un receptor común de la NFL. “Nunca me dejé llevar por eso,” explica
Rice. “Cuando me dijeron que era muy lento, que no podía jugar en
la NFL, pienso que les he comprobado a todos los que dijeron eso, que no era
así.” Rice ha hecho más que eso. Ha sido uno de los mejores
jugadores en más de 16 años con los 49ers., y más de dos
temporadas con los Raiders. Ha establecido un récord de recepciones y
fue una pieza clave en tres equipos ganadores del Super Bowl. Entre sus marcas
récord: las marcas record de todos los tiempos por recepciones, yardas
recibidas, anotaciones y anotaciones en el Super Bowl. INSPIRANDO A OTROS Fue en 1993. Ahí estaba Jerry Rice alcanzando,
estirándose entre dos defensas y atrapando un pase con una mano. El defensor de atajada de los Raiders Dana Stubblefield
recuerda esa jugada muy bien. Stubblefield era un novato con los 49ers., viendo
desde la línea lateral cuando Rice hizo la atrapada en contra de los
entonces Los Angeles Rams. “Fue como ‘WOW!’” dice Stubblefield.
“Y nuestro entrenador George Seifert dijo, “El es uno de tus
compañeros de equipo. Ahora ve y has que diga lo mismo de ti. Solo
moví la cabeza y me sorprendí. Solo de verlo atrapar la pelota en
ese juego, me subió el nivel de mis expectativas.” No ha cambiado mucho desde esos 10 años. Aunque tiene
41 años, Rice aún es un receptor eficiente para los Raiders. Eso
es porque los domingos puedes verlo haciendo atrapadas y ganándole a
defensores traseros que a veces son 20 años menores que el. “Es fenomenal. Es implacable, y en mi opinión,
no tiene edad,” dice Rick Gannon, mariscal de campo para los Raiders.
“No da señales de aflojar el paso.” “Aporta una contribución valiosa a nuestro
equipo, no solo en el campo, sino en los vestidores. Su comportamiento, todo lo
que hace, la manera en que practica, la manera en que se prepara, la manera de
jugar, la velocidad y la intensidad con que hace las actividades normales de
cada día y las de tipo que das por hecho, es único. Creo que los
jóvenes aprenden de eso, y los veteranos también.” TRABAJANDO MÁS QUE NADIE Rice estudia mas películas que muchos receptores. Su
entrenamiento fuera de temporada, que comienza casi al terminar la temporada
agotaría a cualquiera. Estando en la mejor condición le ha permitido ser tan
bueno por tanto tiempo. Tanto compañeros de equipo como contrarios usan
el ejemplo que el pone como motivación. “Siempre me impresionó la manera en que
practicaba, la manera en que llegaba al juego, y la manera que se
cuidaba,” dice Stubblefield, quien regresó con los Raiders como
agente libre antes de esta temporada, en parte porque quería jugar con
Rice otra vez. “Es una lección para todos los que juegan
fútbol.” “Mira, es uno de los receptores más grandes que
han jugado el fútbol, y siempre está tratando de llevarlo a otro
nivel. A su edad todavía está tratando de subir de nivel.” Hay una simple explicación para eso, según
Rice. Todavía tiene bríos para jugar fútbol. “Creo que lo que amas de este deporte es solo la
competencia,” dice Rice. “Sabiendo que tienes un contrario
determinado a detenerte de llegar a tu premio ahí en el campo de
fútbol americano, de hacer una atrapada espectacular o de meter esa
anotación o de solo ganar el partido.” REHUSÁNDO A RETIRARSE Esta clase de determinación es por la cual Rice
todavía está jugando hoy. Los 49ers. lo dejaron libre
después de la temporada del 2000 para liberar dinero bajo su “tope
de salario.” El tope de salario es la cantidad total que un equipo puede
pagar a sus jugadores. Los 49ers. habían decidido que los mejores
días de Rice quedaron atrás y querían usar su salario para
pagar a otros jugadores. Trataron de que Rice se retirara como 49er.,
ofreciéndole $1 millón para que dejara de jugar. El único
problema era que Rice no creía que estaba acabado. Así que
rehusó la bonificación de $1 millón y después de
ser puesto en libertad, cruzó la Bahía de San Francisco para
jugar con Oakland. Todo lo que ha hecho desde entonces es ayudar a los Raiders
a ir al Super Bowl la temporada pasada y convertirse en el receptor abierto
más viejo en la historia del NFL que ha llegado al Pro Bowl. “Nunca dejes que nadie te diga lo que no puedes
hacer,” aconseja Rice a los jugadores jóvenes, como resultado.
“Si es algo en lo que pones todo tu corazón y tu tiempo, puede ser
efectivo para ti.” Bill Walsh, quien siendo el entrenador de los 49ers.,
contrató a Rice, pero también tomó parte en su despido del
equipo como gerente general 16 años después, dice que está
sorprendido del éxito continuo de Rice con los Raiders. “Sabías que tendría un carrera larga
debido a su ética de trabajo y porque estaba dotado
físicamente,” dice Walsh. “[Pero] esta ha sido una revelación
absoluta, verlo hacer esto. Todavía tiene energía, empuje y el
enfoque que se necesita. Se diría que este es su último
año, pero nunca se sabe.” Rice ni siquiera está pensando de cuanto tiempo
jugará mas. Mientras siga pisando el campo para participar en un juego,
estará buscando maneras de mejorar. Y eso no ha cambiado en esta
temporada. “Creo que soy un mejor jugador de fútbol
americano este año,” dice. “Y creo que si mejoro
ayudará al equipo. Estoy corriendo mis rutas tan fuerte o más
fuerte que antes. Estoy atrapando el balón, siendo más explosivo.
Estoy haciendo las pequeñas cosas, los detalles, y creo que me
harán un mejor jugador.” ¿Quien le puede discutir?
Los dos jugadores chocan violentamente y el balón sale despedido hacia delante, Bradshaw lanza su casco contra el cesped decepcionado, los Raiders saltan celebrando la victoria y el entrenador de los Steelers abandona el campo camino de los vestuarios cabizbajo......pero la jugada no habia finalizado.
Franco Harris, corredor de los Steelers, logró atrapar el balón antes de que tocara el suelo y corrió 60 yardas para anotar un touchdown y dar la victoria a los Steelers.
Los Raiders protestaron aireadamente a los arbitros ya que en aquella época el reglamento prohibía que dos jugadores ofensivos tocaran el balón sucesivamente, pero no sirvió de nada, los arbitros consideraron que Faqua no había tocado el balón y dieron como bueno el touchdown.
A esta histórica recepción se la conoce popularmente como la ''inmaculada recepción''.
HISTORIA DE UN PATEADOR.
Para el pateador de los Ravens de Baltimore, Matt Stover, el
momento decisivo de su carrera no fue cuando su equipo ganó la
Súper Copa en el 2000. No, el momento de la verdad llegó durante
el descanso de un partido de los Cowboys de Dallas en el estadio Texas, cerca
de donde vivía, cuando Stover tenía 11 años y participaba
en las finales de la competición de Despeje, Pase y Patada de la NFL.
Stover tenía que ganar ocho competiciones regionales para
poder llegar a las finales. El 2 de diciembre de 1979, después de haber
pasado y pateado un balón para las pruebas de distancia y
precisión, que son las dos primeras partes de la competición,
Stover iba bien encarrilado hacia la victoria del campeonato. Durante el
descanso del partido entre los Cowboys y los Gigantes de Nueva York, los
finalistas entraron al campo para la prueba de la patada de despeje.
Stover tomo el balón con seguridad, se preparó e
inmediatamente metió el empeine en el balón dándole una
patada de despeje. Terminó clasificándose en segundo lugar, pero
más importante que haber alcanzado la victoria fue la valiosa
lección que aprendió. "Yo sabía que era bueno, y
sabía que podía ganar a cualquiera. El problema era simplemente
mi bajo rendimiento, lo cual no significaba que no fuera bueno. De modo que
seguí trabajando en las patadas. Algunas veces, tienes la
sensación de fracaso, cuando en realidad estás triunfando,"
comenta Stover. "Algunas veces fallas un tiro crucial, uno que de verdad,
de verdad, era importante en el partido. ¿Tendrás la suficiente
entereza para seguir adelante y aprender del fallo para mejorar como jugador?
Desde los 7 años de edad, cuando se dedicaba a vender
programas para los partidos de los Cowboys, Stover parecía destinado a
la NFL. De niño jugaba al fútbol americano en una liga infantil
del YMCA. En la secundaria Lake Highlands de Dallas, Texas, destacó como
despejador, pateador y receptor abierto. En la universidad siguió como
pateador con los Tech de Louisiana y en 1990 fue fichado por los Gigantes de
Nueva York. Pero se pasó toda la temporada de debutante en el banquillo
por una lesión, sin poder jugar ni un solo intento en la final del
campeonato de la Súper Copa.
Diez años después, Stover estaba de nuevo en la
Súper Copa con los Ravens jugando contra los Gigantes. "Puede que
no fuera yo quien hiciera el tiro ganador de patada a gol, pero mi papel fue
fundamental para que nuestro equipo pudiera jugar la Súper Copa,"
comenta Stover. "Fue algo que nunca olvidaré. Desde que era
debutante tenía el sueño de que algún día
saldría del campo con mis hijos de la mano habiendo ganado la
Súper Copa, y el sueño se hizo realidad"
Stover dice que la diferencia entre los jugadores que llegan a la
NFL y los que no, no es sólo de talento. Es también de voluntad.
"Nadie debería tener que decirte nunca que tienes que ir a
entrenar. Si no tienes la voluntad dentro de tu corazón de entrenar por
tu cuenta, para mejorarte a ti mismo, para aumentar tu rendimiento y para
llegar al nivel que quieres llegar, lo más probable es que no llegues."