Historias de

Carminati y Fleco

La casa del horror

 

Era un día apaciguo en el barrio de Fleco. Carminati y Cacho se encontraban jugando al golf callejero. Cacho estaba lanzando al hoyo número 12, desde el techo de Cacho´s Fas Fud hasta la canaleta de la casa de la abuelita embustera, todo un tursito. Cacho sacó un hierro 12 que pensó que podría hacer el trabajo pero al sacudirlo para atrás, Cacho revoleó la mitad del palo para atrás paralizándole la nuca a Matienzo Cocainozo que pasaba por la calle y obligándolo a hacer ¿Quién sabe qué? De maneras impetuosas.

Cacho le pidió a Carminati sus palos de repuesto que usualmente cargaba con el pero Carminati los había cambiado a Jazzy Mel por una bolsita de polvos convulsionistas chinos que hacen convulsionar con Pokemón y curan la soriasis (Todos sabemos que es harina, tiza, calcomanías de Pokemón, bla, bla, bla.) Pero sí tenía un palo todo uso para emergencia, un plutonio 16.

Cacho golpea con el inestable palo la bastarda pelotita, que como un proyectil rompe la ventana de la casa vecina a la abuelita. Eso iba a terminar de forma estrepistuosa además de que el handicap de Cacho se iba a ir a la mona, el vecino de la abuelita Embustera era el terror del vecindario desde épocas coloniales, se rumoreaba que el que entraba... nunca salía. Aunque luego no se valoró tanto cuando empezó conocer a la otra, como La Abuelita “Te Apapiyo” Embustera.

Cacho necesitaba esa pelota porque se la había firmado Babe Echecopar “El tremendo” en sus días de gloria, calculaba que dentro de dos semanas iba a valer 50.000 lucras (Moneda corriente en los pueblos Naranjalandicos.) Carminatti y Cacho mandaron a Tito, (Que le metieron una correa y lo pusieron de Caddy.) a entrar a la embrujada casa pero el no salió, esperaron horas y horas pero no salía, se fueron a la casa del Enzo a esperar mientras tomaban un mate cocido pero no...

Cacho y Carminati se animaron a entrar a la demoníaca mansión para recuperar la fortuna de Cacho... Y bueno a su buen amigo Tito. Al entrar, el ambiente del lugar era confuso, de aroma nocivo y ciertamente imposible de mantener la estabilidad mental(Además del horrible olor a la bañadera no se usa acá, se estaba escuchando canciones de Cacho Castaña en el hogar.) Carminatti olió un aroma a PallMall Rustic desde detrás de una puerta en la oscura y mal empapelada casa. De un tremendo palazo con el plutonio 16 voló en pedazos la puerta, mostrando dentro a la Chola, la mismísima abuelita del Babe y todos sus hermanos, jugando al Monopoly con Tito, el Burrito Ortega y Fleco que lo había secuestrado la Chola hace unos días. Como la Chola pensó que le vinieron a cobrar los impuestos de hace casi 70 años, sacó un mazo de madera a lo Gallagher y de un golpe fallido contra el rompe puertas, destrozando la toma de luz y de un corto circuito, haciendo caer la poca iluminación del lugar. La chola furiosa, recatada dice “Lios agáarro... i lis hágo il orto reverendos hijos di piu” Y antes de poder terminar su chuzeo de italianosa forma, el timbre se escucha sonar, el Burrito hace una finta elusiva enseñada por el Enzo en sus buenos días en River Plate, y evade con una voltereta que ni Mahadma Gandhi haría y abre la puerta en medio de la hecatombe. Era Julián Weich que venía a retarlos al desafío del blanco Ala, la Chola corre al Burrito a un lado sin importarle la majestuosa finta y le dice “Acepto il diuelo, mejor que comprobar il blanco, lio reto a un diuelo de pistolas ail amanecier” Weich quedó atónito por la proposición de la señora mayor y como veía que la cosa se ponía seria, tiró el sobresito de Ala que llevaba a la mierda y dijo “Disculpe señora pero no puedo aceptar su desafío, la reto yo a un duelo de banjos al amanecer” “Saca tu banjio, hijo” Digo seriamente la ancianita de poca lucidez.

Como ya era de mañana la Chola y Julián estuvieron 3 días corridos tocando Folklores en la puerta, Carminati le terminó ganando por casi 10 puntos a Cacho en el golf callejero, Fleco cobró el mismo su rescate y ahora está libre para hacer ¿Quién sabe que? Por las praderas, Ortega se fue a demandar a Blanca Cotta por la única razón de que Fleco le dijo que era una experiencia inóvativa. Como a Weish tenía que ir a “laburar” entre comillas, comillas, decidió usar su arma secreta, una melodía mágica y deslumbrante usando todas las notas graves y agudas, algunas escuchables solo por los animales, tonos y pulsos divergentes entre si de forma virtuosa enseñada por Nino Bravo en persona. Este lo tocó desenfrenado con la sola excusa de que le saltaba por que se le rompió una bolita, lo que llevó a la Chola a agarrarle un arrecate y a partirle su “banjio” en la nuca a Julián Weich, el viejo de los pirulines que fue el único que presenció el crimen se fue huyendo a la comisaría a acusar a la Chola por su delito contra el hombre de los maletines millonarios.

A los cinco minutos salen 25 patrullas rodeando el lugar, que desde un altavoz le decía “Anciana venga con las manos en alto y deje al petizo en donde estaba” La Chola que ya se iba a los actos de violencia no se espero ser parado por el Babe en persona y todos sus otros nietos, el Wabe, el Puabe, el Muabe, El Escuabe, el Tuabe, el Juabe, Carlito', en fin todos sus nietos. Los Babinos detuvieron a la policía de usar violencia ilícita contra su loca abuelita. El Tuabe para tranquilizar a su abuela que parecía que tenía café expreso inyectado en las venas, le dio media pastilla de Dexotanil y cayó al piso mansamente, el Babe les dijo a los canas que iban a irse a vivir con ella como cuando eran chiquitos para cuidar de ella y que no cause más inconvenientes a nadie (El Babe tenía 5 años de edad.) Cacho vió al Babe y sus hermanos y de rodillas les pidió si podían firmar sus pelotitas de Golf las cuales cobró en total 7 mil millones de lucras, 7 billones de palos verdes en pesos con lo que le fue justo de plata para comprar Microsoft, la Serenísima y Mc Donalds Argentina, antes de eso invitaron a Julián Weich para disculparse por las acciones de la Chola, a ser juez en Cacho's Fas Fud para decidir quien es el que mejor se come el sapito.

 

Tito al escapar se encontró con un ropero en el cual había un portal mágico en el cual lo llevó a rondar y hacer ¿Quién sabe que? Con Frodo, Gandalf, Legolas, Harry Potter y Silvio Soldán en innumerables aventuras.

El maestro

Weich después de darle mucho al sapito

Autor Leonardo A. Pizzio

 

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