Las Historias De

Carminati y Fleco

 

“Cadorchas y pirulines”

 

Era un día normal en la vida de Fleco, había olor a basura por todas partes, Momo atado al semáforo, lo usual.

Fleco saltó la pared que lo separaba de su vecino Carminati. Al entrar solo vio a su hermanita haciendo ¿Quién sabe que? En el living. Al preguntarle de la ubicación de su vecino, la nena le dice que hace ya dos semanas se había ido, que en Cacho's Fas Fud se había ganado una promoción en una lata de cadorcha light™: Un viaje de tres semanas en Naranjalandia – Fleco atónito dijo – Eso explica porque no se oyen los grañidos de las pesadillas de Carminati por la noche, pero… ¿Naranjalandia? ¿No es donde viven los duendes y el mejor equipo de fútbol del mundo? – La niña lo mira y le dice – Ajá – Fleco solo respondió - Ah, esta bien – y abandonó la casa sin antes no agarrar una bolsita de polvo blanco fosforescente que se encontraba en una bandeja.

Al estar fuera se dijo a sí mismo – Y dale, vamo a lo de Cacho y a ver si yo también me gano una promoción y me encuentro Carminati en Naranjalandia

Al caminar dos cuadras, solo faltándole, solo un cruce de calle más para llegar al restaurante de Cacho el boliviano indocumentado, se detuvo al ver pasar a Matienzo Cocainozo en calzones, en llamas y en una motocicleta llendo a 150 km. por hora siendo perseguido por todos los pájaros del mundo y gritando como una nena en terror. Luego de 20 minutos de un desfile de aves de todos los colores y de importarle muy poco el final de Matienzo, retomó su camino al restaurante. Ya una vez dentro, salduó a todos y pidió para empezar a buscar la lata ganadora 50 cadorchas™ y una HªOH dios, para probar ya que era una nueva línea de Cadorcha Express. Luego del festín de gaseosas y de vomitar la HªOH dios, se indignó por haber solo recibido 50 latas que decían “Seguí participando, boló” y de ganarse un premio Grammy que no valía la pena ya que debía pagar unos 10 centavos por este, y era un desperdicio de plata.

Fleco pidió otras 50 cadorchas™, y siguió pidiendo y pidiendo y pidiendo hasta que cuatro días más tarde Fleco se encontraba en el piso de Cacho's Fas Fud haciendo ¿Quién sabe que? Después de haber tomado la desubicada cantidad de trescientos mil ochocientos trillones de cadorchas™, desapareciendo esta del mundo y debiéndole unos cien mil millones de euros a Cacho. A Fleco se indignó por solo obtener “Seguí participando, boló” y Grammis y por eso le agarró 38 infartos seguidos más allá de la alta concentración de gas en su organismo, y se quedó convulsionando allí. Rápidamente preocupándose de su amigo Cacho y Maria Juana que estaba haciendo mates en la cocina, lo llevaron al hospital. Los médicos acostumbrados ya a tratar las convulsiones de Fleco, lo llevaron a una sala pero cuando nadie se lo esperaba, Fleco gritó un eructo que se escucho a 3 km. a la redonda, al examinarlo luego de la increíble estruendo dijeron que eso le hizo bien, y con unos mates que Maria Juana preparó con gusto, con una receta especial de ella estaría perfecto, y así fue.

Fleco al despertarse juró venganza a Cadorcha Express por el último inconveniente, pero antes de poder hacer nada, Cacho, que estaba a su lado, le informó que el Enzo estaba hospitalizado en la sala de al lado, ya que tuvo un conflicto con el viejo de los pirulines, que o había maldito ya que este enojó porque el Enzo le ganó por una exorbitante cantidad en el metegol a este, y por envidioso de su habilidad con tener que hablar aun más lentamente. A esto lo interrumpió le interrumpió Fleco indultando – Pero, ¿Cómo puede hablar más lentamente? – Sí replicó Cacho – Al parecer el Enzo, con esto excedió la barrera del lentitud del habla y llegó a la menos lentitud, lo cual le dio un espasmo cerebral severo, que casi lo mata – Fleco quedó mudo por unos minutos y luego pidió por ver a su ídolo, la enfermera que estaba en el lugar lo dejó y este salió con suero, cama y todo. Al entrar al cuarto Fleco encontró una espeluznante y repulsiva mancha verde fosforescente, a Juanmerzz colgado del ventilador, revoleando la patas y haciendo ¿Quién sabe que? Peligrosamente y a su héroe yaciendo en una cama de segunda con un respirador artificial. Tan solo verlo supo que debía vengarlo del viejo de los pirulines, y para esto debía reunir a todos en Cacho's Fas Fud inmediatamente.

A la media hora ya había todo un conglomerado de guerreros y misceláneos en el lugar que buscaban venganza por su amigo, Cacho que era el que estaba más sereno en ese entre todos, agarró el micrófono que se había robado de un boliche junto a un karaoke y todo el resto del bar, e inició la sesión – Señores, señores – Dijo Cacho – Parece que estamos todos, bueno, salvo Carminati que está de viaje, Momo que sigue colgado del semáforo y bueno el Enzo que es la razón por la cual estamos hoy reunidos – Cacho dijo poéticamente olvidando a propósito de no nombrar a Matienzo Cocainozo, ya que a nadie le importaba – Teniendo en cuanta que todos los planes como este los dice el Enzo esta vez lo tendrá que idear… - Y de eso Tito el paraguayo invertebrado se abalanza al micrófono interrumpiendo y tirando a Cacho a un lado, y empezó a gritar sandeces y mitos paraguayos por este. La abuelita Embustera sin dudarlo un momento, le agarró un impulso violento como solo a ella le agarra, y le hace una doble Nelson a Tito, y luego le encerró en una caja de verdulería que Cacho tenía por si acaso. Cacho prosiguió como si nunca hubiese pasado y le dejó a Fleco el micrófono, sin antes no susurrarle en la oreja cuando adiestraba a tomar el micrófono, la deuda que le debía. El plan que originó Fleco recordando experiencias de planes pasados del Enzo fue este:

Pegarían con golosinas a Momo que seguía atado al semáforo, atrayendo a el viejo de los pirulines a la primera avenida donde Cacho y Tito saldrán de la nada arrebatándole su bastón con los cual le cortarían sus poderes, la abuelita y Fleco serían los únicos poderosos aun para vencer a este, y Chabo Calamar, Chin Chan Chuan, Maria Juana, etcétera, deberían estar en los edificios lanzando molotovs, asistiendo médicamente y haciendo ¿Quién sabe que? Como más le gustara, todos se tomaron unas Tentalight la cual les daría fuerzas. Fleco antes que nada, corrió a su casa para buscar en su garaje su vieja y fiel motosierra, que sonaba un poco mal, ya que días atrás, Carminati la había utilizado para ver si podía con ella dividir átomos y crear una explosión atómica, pero solo logró partirla un par de veces.

El plan fue como esperado, excepto que no le pudieron robar el bastón y el viejo venció al equipo enterito, enterito. Un poco antes que el viejo le diera el golpe de gracia a la abuelita que la consideraba su peor problema, Fleco le escupió en un ojo, dejándolo medio ciego de un ojo, pero estupidizándolo y haciéndolo hacer ¿Quién sabe que? Extravagantemente por ahí. Esto les dio el sufriente tiempo como para correr y esconderse en los tubos del jardín de Fleco, allí luego de un leve descanso, decidieron hacer lo mismo que antes pero esta vez consumiendo una dosis ligera cada uno, de un polvo extravagante, el polvillo locomotor, el cual era un extracto de las espinacas que comía Popeye salvo que más ricas y más convulsionistas. Antes de poder siquiera sacar la bolsita Fleco, un ruido a lata abollada, se oyó de por donde estaba supuestamente estaba el anciano malvado. Fleco espió por sobre el muro que los separaba y allí se asombró al ver a una figura esplendorosa: Era Carminati que ya había vuelto de sus vacaciones, salvo que ahora con anteojos de sol, shorts, alpargatas brasileras, una remera que decía “I Love My Naranja”, y una descomunal hacha de cómo 2 metros de largo, que amenazaba el cuello del anciano de los pirulines. Carminati estaba maldiciendo a los cuatro vientos, sobre que se va un rato y maldicen a el Enzo o como que se iba a vacacionar unas semanas y Fleco se acaba el suministro mundial de cadorcha™. Obviamente estaba ebrio pero insinuaba con decapitar de una vez al viejo de los pirulines, Fleco lo paró y le dijo que podían llegar a un acuerdo. Este fue que Carminati, Fleco y todos los otros le perdonaran la vida a el viejo pero este deberá revivir a el Enzo de su espasmo cerebral y lanzar un bombardeo misilístico a Cadorcha Express, así no alargarían aun más la historia, y así fue.

El viejo se volvió amigo y para celebrar, todos se fueron a cazar patos pero como recordaron que estaban todos persiguiendo a Matienzo por alguna peculiar razón, se fueron a cobrar los grammis en el quiosco de Osqui y lo cambiaron por una super cargamento polvo blanco, el cual Blanca Cotta horneó como una casa la cual Fleco le regaló a Cacho para compensar sus deudas, pero como sabía horrible Cacho enjuició a Fleco y a Blanca Cotta por intoxicación.

 

FIN

Autor Leonardo A. Pizzio

 

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