GENEALOGÍA :

Ofrecemos aquí los datos genealógicos de nuestra familia, los que hemos recopilado, ya fueran, por ejemplo, los ancestros de nuestros hijos Julián y Mariana Drake y Selva, o bien los descendientes de Gabriel Drake ( father ) ( ¿Abail, Abiel? ) padre de nuestro inmigrante Gabriel ( ¿Abial, Abail, Abiel?) con una advertencia : están en inglés.

Acompañamos también, para mejor graficación, descarga e impresión, en dos archivos pdf ( www.adobe.com ), el listado de los descendientes de Gabriel Drake (father) en Argentina, así como los ascendientes de nuestros hijos Julián y Mariana Drake y Selva.

Asimismo, acompañamos el archivo general Drake.ged que puede ser abierto, leído o incorporado por la mayoría de los programas especializados, tales como Personal Ancestry File ( www.familysearch.org/paf ) Legacy Family Tree ( www.legacyfamilytree.com ), Roots Master 2.3 ( © Robert K. Summers ), etc. Éste archivo aún está bastante incompleto, sobre todo en las generaciones más actuales.-

Quizás algún día podamos seguir profundizando nuestra investigación para saber, por ejemplo, si éste Gabriel Drake de orígen holandés (De Raet) es el Gabriel Drake (father) que mencionamos en el párrafo anterior, aunque, como –casi- demostraremos más adelante, pareciera que no es tanto así, al menos “haplogrupamente” hablando.

 Mi interés por la genealogía se activó a fines de diciembre de 1965, cuando con mi pequeña familia (padres y hermana) concurrimos a una fiesta de cumpleaños de un tío abuelo en la localidad de Quilmes. Allí conocí, con mis nueve años, una parentela nueva relacionada a mi apellido Drake, que debe haber disparado algo en mí, porque en nuestra ciudad éramos los únicos que llevábamos ese apellido ya que mi abuelo y el único hermano de mi padre habían fallecido antes de mi nacimiento. La reunión fue bastante multitudinaria reuniendo a varios tíos abuelos, tíos segundos, primos segundos y allegados.

Recuerdo haber regresado rumbo a Dolores arrodillado en el asiento trasero del auto, apoyando un papel en el respaldo y escribiendo una especie de árbol familiar con los datos que mi padre me refrescaba.

 

Hurgando un poco en la memoria recuerdo que mi abuela paterna hacía crucigramas que contenían definiciones de personajes bíblicos: “hijo de...”, “nieto de...”, y haber consultado viejas enciclopedias recorriendo parentescos (“Lo sé todo”). Tiempo después también nos hemos interesado por el enrevesado árbol familiar de “Cien años de soledad”.

 

Algo más tarde nos enteramos que una tía segunda también se interesaba por el tema y nos hizo llegar una copia de su esquema, con el que pudimos intentar el completar ese enramado, aportándole nuestros datos. Naturalmente nos fuimos extendiendo por nuestros otros ancestros, por los otros apellidos, haciendo preguntas e inquisiciones familiares a nuestros mayores.

 

El habernos despertado temprano en la investigación nos hizo gozar de datos que por el natural devenir de los tiempos probablemente se hubiera perdido, si no hubiésemos sido nietos, hijos o sobrinos curiosos. En algunos casos, la edad prolongada de algún pariente querido nos ayudó para apreciarlo, y mucho.

 

Por otros lares otra prima de mi padre se encontraba haciendo su trabajo por otro camino de las parentelas, lo que nos resultó bienvenido y de mucha utilidad.

 

Hallé similar disposición en mi hermana, a medida que le hacía saber de mis resultados, por lo cual se convirtió en una socia valiosa, con variados contactos.

 

Hemos visitado los archivos eclesiásticos y registrales (de Estado Civil y de Tribunales) de nuestra ciudad, y también nos les hemos animado a los de otras comarcas, hemos desempolvado muchos diarios antiguos en sus lugares de conservación..

 

Alguna colaboradora nos envió fotocopias de viejos expedientes del Archivo Histórico Provincial, de donde extrajimos profusa información.

 

Más tarde hemos enviado cartas a distintas bibliotecas y parroquias, incluso a algunas fuera de nuestro país, con distintos ecos, buscando datos para nuestra arboleda.

 

Un paso adelante fue el lograr eludir el papel ingresando nuestros hallazgos en un ingenio informático. Primeramente en un programa para MSDOS, en la edad de piedra computadoril, y más tarde migrando sus datos hacia algo más avanzado y práctico. Luego la elevación a la red (Internet) para su consulta por cualquier interesado, ya que si nadie conoce nuestro trabajo, el mismo carecería totalmente de importancia. Por esta vía hemos iniciado nuevos contactos con “brotes” de nuestra profusa vegetación. No nos sentimos agotados hurgando en nuestra sangre, sino que nos lanzamos decididos en la de nuestros hijos, por lo cual se duplicó la tarea al desempolvar los archivos del flanco materno.

 

Han ido apareciendo sorpresas relativamente cercanas, matrimonios ignorados, hijos desconocidos, desapariciones inesperadas, hallazgos impensados, historias vergonzantes. También hemos “cruzado el charco” visitando al menos una vez la “tierra de nuestros abuelos”, germen de una de las ramas inmigratorias.

 

La universalización de la red virtual fue un decidido paso adelante. La digitalización de muchas bases de datos de nacimientos, matrimonios, decesos, inmi y emigratorios, en todo el orbe, aún cuando no está completa, ni nunca lo estará, ha ampliado el espectro en menuda forma. Incluso nos hemos aventurado en obtener un análisis de YDNA para comprobar nuestra similitud con antepasados varones de rama paterna, pudiendo confirmar científicamente nuestro parentesco con cinco y diez generaciones hacia atrás.

 

Quizás uno de los errores principales cuando se aborda con curiosidad estos temas, es adentrarnos con demasiada insistencia en la investigación de “nuestro” apellido, el paterno, como si fuésemos mucho más, y sobre todo, eso. Un pequeño ejemplo nos hace ver el error: si nos fijamos en nuestros 16 tatarabuelos, veremos que, salvo ocasional repitición, tenemos 16 apellidos distintos, y en ese escalón del estudio, cada uno de los apellidos es 1/16 de nuestra existencia; es decir que sólo somos 1/16 “nuestro” apellido, el que usamos todos los días, sólo un 6.25 por ciento. Y sólo hemos analizados hasta nuestros tatarabuelos, una rama más y se dividiría nuevamente nuestra sangre (1/32; 3,125%). Por otro lado hay culturas que usan más el apellido materno, o el de su tribu, mientras que otras van creando el apellido de los hijos con el nombre de los padres, por lo cual un hijo no goza del mismo nomen o cognomen del progenitor.

 

Llevamos cerca de 7000 nombres incorporados a nuestro bosque, muchos de ellos colaterales o casi injertos en nuestro ramaje, pero no por ellos poco apreciables. La tarea sigue y no desmaya. Una vez iniciada no es fácil detenerla.

 [(c) dic/2020 – ago/2022].

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No obstante lo dicho en los párrafos que anteceden (en el año 2003), con posterioridad hemos profundizado algo en nuestra búsqueda, y con la ayuda de la ciencia, en 2006 nos hemos acercado a comprobar nuestra conexión sanguínea por la rama masculina en exclusividad (Y Dna [Y Adn]), o sea sólo los ascendientes masculinos Drake, lo que nos ha permitido bucear en los antecedentes generacionales anteriores a nuestro inmigrante Gabriel Drake, lugar donde tenemos ejemplares con identidad de haplogrupo (K2 o T) y una probabilidad altísima de ser nosotros descendientes de ellos.

De aquí hemos podido deducir que nuestro Gabriel debe encontrarse, necesariamente, entre los descendientes de aquellos, con lo cual nos hemos arrimado a la posibilidad de que el padre del mencionado (con su mismo nombre) y el mismo, pudieran haberse llamado en realidad Abial, Abiel o incluso Abail, y el error en la pronunciación extranjera de una persona que no sabe leer ni escribir, aunado a la poca cultura del funcionario que recibe la información, indujo a producir errores en la poca documentación existente –en nuestro conocimiento- pasada en vida de Gabriel Drake (¿Recgh?) y Lare (¿Sare?) (Abial o Abiel Drake y Sadd [¿Ladd?]).

Y como muestra basta un botón, les arrimamos las “pocas” diferencias que hemos encontrado en las partidas inscriptas en las parroquias argentinas, respecto de nuestro apellido de origen DRAKE; vemos que, entre un extranjero que pronuncia raro, le cuesta hacerse entender y no sabe leer ni escribir, y varios descendientes con poca mano para los papeles, y un sacerdote con buena voluntad pero poca paciencia, del otro lado, se van produciendo algunos errores en la grafía; estos son las que hemos encontrado y recordamos (más de 40 !), dejando aclarado que pueden hallarse otras varias. Vemos, pues, que la tarea genealógica no es fácil, ni mucho menos.

Variantes de utilización del apellido encontradas en los libros de bautismos, matrimonio y defunciones de Ensenada, Quilmes, Magdalena y Buenos Aires :

Blake, Darque, Drac, Drace, Drach, Drache, Drack, Dracke, Drague, Dragus, Drahe, Drak, Drake, Drakes, Draque, Draques, Draqui, Dratck, Drates, Dratis, Draz, Drecke, Droch, Meke, Neguit, Orach, Oraque, Rabi, Raque, Rec, Recgh, Regui, Reguit, Rei, Reic, Reke, Roig, Trek, Treik, Wac.

 

A su vez, nos hemos remontado hasta la desaparición (mejor digamos aparición) de los propios apellidos (surname), en nuestro caso, digamos que en Drakenage Farm, encontrándonos dos posibilidades de origen de la rama masculina, una flamenco-gala y la otra varego-rus .

Afortunadamente, ha existido mucha investigación previa en referencia a la genealogía del apellido Drake, por lo cual nuestra tarea ha sido más sencilla ( En lo particular hemos averiguado ciertos parentescos lejanos con figuras conocidas, tales como Sir Francis Drake, Sir Walter Raleigh, Winston Churchill, Diana Spencer de Windsor e incluso William Shakespeare, pero al elevarnos –atrasarnos- tanto en el tiempo no podemos tampoco descartar la posibilidad de serlo respecto de un Neanderthal, un Cromagnon o bien –eventualmente- de un Adán ).

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Recomendamos especialmente, en referencia a la familia Drake, las siguientes páginas : www.wyverngules.com ,  www.xroyvision.com.au/drake/drakepage.htm ,   http://www.familytreedna.com/public/Drake/default.aspx?section=yresults  , http://freepages.genealogy.rootsweb.ancestry.com/~drakerobinson/DNAPages/DrakeDNA.htm  , entre las principales.

En lo que hace a la búsqueda general, es insoslayable –entre otras- la página : https://www.familysearch.org  ; asimismo, ud. puede organizar su propio árbol genealógico con diversos programas, tales como ya hemos mencionado ( www.familysearch.org/paf , www.legacyfamilytree.com ), o directamente en internet –por ejemplo- en www.myheritage.com , www.genetree.com , etc.

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