Monte San Lorenzo, segunda cumbre mas alta de la patagonia.
Primera gran aventura patagónica.
Texto y fotos : Carlos Anabalón.

Integrantes :
Pablo Arrué (Jefe expedición)
Patricia Ramírez
Wally Schlechter
Jorge Díaz
Carlos Gatica
Osvaldo Tejeda
Carlos Anabalón

Nos juntamos en la casa de Carlos Gatica alrededor de las 21:00 hrs. del lunes 05-09, poco a poco fueron llegando todos para ordenar nuestros bultos (empezamos a reducir la cantidad de comida por primera vez) en los 2 autos que nos servirían de transporte durante la travesía. Partimos un día martes a las 02:00 AM rumbo a Osorno.
Luego de manejar toda la noche turnándonos, llegamos a Osorno a eso de las 16:00 hrs. a comprar los seguros automotrices para poder transitar por Argentina, aprovechamos de comer algo al borde de la carretera (el típico pollo asado con papas fritas) y seguimos camino al paso fronterizo. Cuando llegamos vimos que ya era tarde por lo que no pudimos cruzar así que dormimos en una galpón que nos facilitaron los pacos.
Al otro día partimos temprano pasando por Villa La Angostura (donde compramos unos panes, jamón, queso y jugos), Bariloche (me trajo recuerdos del curso de seguridad en parapente de hace unos años), El Bolsón (mas recuerdos de parapente), Tecka (un pueblo horrible) y Gobernador Costa al anochecer donde comimos en "El Petiso". Luego del pollo, la carne, la sopa y el vino seguimos hacia Río Negro donde cargamos mas bencina y enfilamos rumbo a Perito Moreno. Ya entrada la noche y sin saber a que distancia estabamos del pueblo decidimos dormir en una heladísima noche (algunos vivaqueamos y otros dentro del auto). Al día siguiente veríamos que estabamos a la entrada de pueblo.

Un nuevo día y otro desayuno en una bencinera ahora en Perito Moreno desde donde seguimos hacia Los Antiguos y luego hacia Chile Chico, donde otra vez volvimos a controlarnos (ni en la entrada/salida nos controlaron el equipaje). Pasamos por Mallín Grande, Puerto Guadal, y en el sector de Los Maitenes en dirección a Cochrane, PUM,PAF,CRASH... nos volcamos y casi nos matamos.
La camioneta hecha mierda, la carga toda desparramada entre la rosa mosqueta. Wally, Paty y Osvaldo revueltos en el interior y yo como tuna salgo del auto (andaba sin cinturón de seguridad pero al ver que nos accidentaríamos me agarre a la camioneta y no me solté hasta que paró la coctelera), aparecen los del otro auto y ayudamos a salir al resto, al salir vimos unas rocas y un árbol gigante a los cuales estuvimos a punto de chocarlos, solo el susto y algunos machucones, la carga ya parcialmente ordenada (a todo esto ya había llegado la ambulancia y los pacos) y los machucados se fueron a la posta de Puerto Guadal mientras con Carlos terminábamos de ordenar la carga al costado de la ruta. En ese momento pensábamos que hasta ahí habíamos llegado (recién 3 días de salir de Santiago) y que todo se había ido a la mierda. En Puerto Guadal la Paty se consiguió un camión para sacar la camioneta del barranco mientras toda la "familia miranda" miraba como lo hacíamos. Luego nos juntamos en Puerto Guadal donde dormiriamos, nos "limpiamos el polvo de la ropa" y decidimos continuar como fuera...

Al otro día llegamos a Cochrane gracias a la ayuda de un particular que no recuerdo su nombre, contactamos a Lucy Gómez, esposa de Luis Soto el arriero para la carga, y en la 4x4 de Elvis Ormeño, arrendado, nos adentramos por el valle del río Tranquilo. Acampamos cerca de la laguna Corazón, ordenamos nuestro campamento, a comer, fogata y a dormir.
A la mañana siguiente reorganizamos nuevamente la comida y posteriormente nos fuimos con Luis Soto hasta su casa. En el camino divisamos asombrados la belleza del valle y particularmente del cerro Torre Feruglio y del Ventisquero del Río Tranquilo, el patio de la casa de Luis Soto, increíble... Harta conversación, acampar y a dormir.

Nos esperaba un nuevo día, ordenamos nuestras cosas y emprendimos camino adentrándonos por otro valle, que no recuerdo su nombre, mirando hacia el cerro Pico Aguja en Argentina con, a los costados, el cerro Cortadas y una cascada a medio camino para enfilar por el valle que nos llevaría en dirección al refugio Tony Rohrer, nuestro campamento base. Debido a la cantidad de nieve aun sin derretir los caballos no pudieron seguir avanzando así que tuvimos que empezar a portear cuando aun no lo teníamos presupuestado y las supuestas 3 horas a caballo (la carga, nosotros íbamos a pie) se multiplicaron. Empezamos a caminar, ahora sin caballos, por un bosque nevado llevando algunos de nosotros nuestros trineos (eran bidones con skies reciclados ideados por Carlos Gatica) pero la cantidad de ramas, raices y troncos botados hacían imposible arrastrarlos comodamente. Nos perdimos del sendero lo que hizo que llegáramos de noche al refugio mas cansados de lo que pensábamos. El refugio era bastante bueno, algo helado, pero la cocina-estufa a leña calentaba lo necesario.
La encendimos luego de ordenar nuestras cosas, comimos y empezamos a escuchar la planificación del jde, que a mi entender dejó bastante que desear en líneas generales (ya en los días anteriores había demostrado los primeros signos de soberbia que lo caracterizarían el resto de la expedición).
La conversación no fue muy agradable porque ya habían comenzado los primeros roces entre algunos de nosotros por la desatinada, desde mi punto de vista, actitud del jde.

Al día siguiente algunos fueron a buscar parte del equipo (los bidones) que había sido dejado a medio camino en el bosque y los otros, luego de reorganizar nuevamente la comida, porteamos algo de equipo y comida a nuestra "bodega" remontando la primera ladera camino al paso del comedor, donde un condor nos regaló unos vuelos rasantes muy cerca nuestro, para volver al refugio a dormir nuevamente.

A la mañana siguiente, Carlos, Pablo y yo partimos hacia el col del comedor, como había mucha nieve decidimos usar las raquetas pero los 3 pares se rompieron en las taloneras durante el ascenso hacia nuestra "bodega", así que echamos unas puteadas y nos sacamos las raquetas dejándolas en la nieve para buscarlas a la vuelta. Seguimos rumbo a la "bodega", sacamos parte de la comida y equipo porteado el día anterior, dejamos algo con la idea de volver a buscarlo ese mismo día y dejar el resto para el grupo que saldría del refugio el día siguiente. Remontamos la primera ladera y seguimos por un valle nevado con vistas espectaculares (900 mts. con respecto al refugio), descansamos un rato y seguimos la marcha sin tener clara la ruta (teníamos una arista a nuestra izquierda y un par de portezuelos al frente a un par de kilómetros) por lo que nos equivocamos de ruta (luego la bautizaríamos como el "paso de los huevones"), tuvimos que rapelear desde unas rocas para volver a la ruta encontrando en el segundo portezuelo el "famoso" paso del comedor siendo ya muy tarde para volver a nuestra "bodega" a buscar el resto del equipo y comida que dejamos en el porteo hecho el día anterior. Armamos una terraza al lado de la piedra que caracteriza al paso del comedor (justo en el segundo portezuelo) con una vista espectacular de los primeros glaciares nevados que tendríamos que cruzar a partir del día siguiente. Nos comunicamos con el refugio informándoles de nuestra situación y del viento infernal típico de los portezuelos y de la patagonia. Era tan fuerte el viento que durante la noche, en un momento en que estaba despierto, el techo de la carpa baja hasta toparme la cara.
Tomamos un pobre desayuno, por no poder volver a la "bodega" no teníamos suficiente desayuno, y seguimos hacia la brecha de la cornisa encordados hasta el último día. Una vez remontado este valle y ya en la brecha de la cornisa pasamos a otro valle rodeado de glaciares (no estábamos acostumbrados a ver tantos glaciares juntos) avanzando lo mas rápido posible hacia nuestro próximo lugar de campamento por sobre el glaciar Calluqueo. Mientras tanto Wally, Paty, Osvaldo y Jorge iban desde el refugio hacia el paso del comedor. Instalamos el campamento rodeado de glaciares y mucha nieve por lo que teníamos la incertidumbre de no saber si estábamos sobre grietas. Otra vez la misma historia... armar terrazas, campamento, ir al baño, comer y a acostarse.

Al día siguiente otro pobre desayuno, solo un vaso de leche, por lo que en mi la energía ya no era suficiente. Pablo y yo volvimos encordados hacia el paso del comedor para ayudar a portear parte del equipo y comida. Se estaba empezando a abrir una grieta en la ruta. Cargamos las mochilas y retornamos encordados junto con Wally y Paty, mas atrás vendrían Jorge y Osvaldo. Yo iba muy cansado así que al llegar al campamento empecé a comer lo que fuera, cereales, barras de yogur, chocolates... Nos quedaríamos otro día más en este lugar, así que paleamos la terraza para las otras carpas y luego que Jorge y Osvaldo llegaron, el mismo rito de siempre, comer y a dormir.

Al día siguiente partimos en 2 grupos Pablo, Wally y yo, mas atrás Jorge, Carlos, Paty y Osvaldo. Las grietas no estaban abiertas, algunas se podían detectar fácilmente y otras a la suerte de la olla. Llegamos a una que parecía muy grande, la cruzan Pablo y Wally sin problemas pero yo me caigo en ella. El puente de nieve (el interior de las grietas no tenían nieve) ayudó a soportar el peso y la mochila me sirvió de freno por lo que la caída fue muy lenta hasta quedar con ambas piernas colgando y solo mi cabeza fuera de ella. Ahora si, a poner a prueba tanta teoría y horas de práctica de rescate en grietas. Anclajes, poleas y a tirar con fuerza. Costo bastante pero salí de ella sin mayores problemas. Llegó el otro grupo, nos juntamos, un poco de blabla y a seguir caminando, teníamos que seguir cruzando grietas. Seguimos subiendo, mas grietas, Wally se tropieza y se pega con el piolet en la boca partiéndose el labio, botiquín, parche y seguir. Remontamos en medio de glaciares fracturados llenos de seracs, el glaciar Calluqueo bajo nosotros y gran cantidad de nieve, llegamos al plano bajo la cascada de seracs descrita por Pablo Besser en su relato (nuestra única referencia) y decidimos armar nuestro último campamento antes de intentar la cumbre.
Aquí era distinto, mucho hielo en el suelo, tuvimos que asegurar las carpas con algunos tornillos y la vista era aún mas espectacular que otros días. A lo lejos se divisaba el San Valentín... Armamos el campamento y conversamos acerca de la ascensión por los seracs definiendo una ruta a seguir. El jde decide que las mujeres no van a la cumbre por lo que seríamos 5 en intentarla. Otro problema mas, decidir como se haría. Iríamos en 2 grupos, Jorge, Carlos y Osvaldo y luego Pablo y yo. La levantada sería a las 05:30 a.m. para empezar a caminar a las 07:00 a.m. (con los primeros rayos de sol) ya que ir y volver a la cumbre sería alrededor de 13 horas.

Al despertarnos al día siguiente no se veía nada por una densa neblina así que decidimos esperar, yo pensaba que con ese clima y en la patagonia era mejor abortar (yo era el único que conocía esa zona a través de mochileos por la carretera austral) y esperar por otro día, pero solo Carlos y Paty pensaban como yo... ya a las 11:00 a.m. (yo había decidido no subir) el jde decide subir a vivaquear (el clima había mejorado un poco) para intentar la cumbre el siguiente día así que subió Pablo, Jorge y Osvaldo con nuestra oposición, pero cada uno sabe donde le aprieta el zapato, (el jde seguía demostrando soberbia)... El clima no mejoraba (los días hasta llegar a nuestro último campamento habían sido muy buenos y parece que eso ya estaba cambiando) y nuestros compañeros seguían subiendo.
Si mejoraba para el día siguiente, Carlos y yo subiríamos a la hora planificada.Durante el día mejoramos las pircas de nieve ya que el viento por la noche era demasiado fuerte. En uno de los tantos ir y venir con la pala, de repente cede el suelo y meto el pie a un hoyo al lado de las carpas, entonces con la pala empecé a remover la nieve (que momentos antes parecía hielo) y se abrió la entrada a una caverna con estalactitas, en ese momento comenzó la incertidumbre de no saber que tan seguro era el terreno donde estábamos, incluso ir al baño al lado de las carpas era peligroso. Demarcamos el lugar para evitar que alguien cayera en la caverna(fin verificar). Al rato, luego de varias comunicaciones radiales poco claras nos informan que buscarían lugar de vivac y con Carlos les confirmamos que subiríamos a la mañana siguiente.

Despertamos y el clima era malo nuevamente, decidimos no subir, eran las 05:30 a.m. y el clima no mejoraba, al rato nos informan que "Osvaldo sigue estable", ¿estable? ¿de que? ¿qué le pasa? ¿qué pasa arriba?, demasiada incertidumbre, ojalá que tanta soberbia de una persona no nos pase la cuenta, en ese momento lo único que queríamos era volver todos a Santiago. Les informamos constantemente del clima para que, en una primera ventana de buen clima, pudieran bajar, la cumbre ya no era importante. Después de unas horas nos avisan que vienen bajando pero no se ven por ningún lado. Luego de unas horas los divisamos bajando por los seracs, pero con alguien que parecía estar en malas condiciones.
Luego de un rato, Jorge nos avisa por radio que necesitan que subamos a encontrarlos ya que Osvaldo estaba con avanzados síntomas de hipotermia. Con un poco de tensión en el cuerpo nos preparamos con Carlos para subir al encuentro mientras Paty y Wally preparaban manta térmica, sopas, ropa seca y saco de plumas. Luego supimos que el cubresaco gore-tex de Osvaldo no dio para mas y se pasó por lo que durmió mojado.

En la mañana el clima era mejor asi que levantamos el campamento, nos encordamos nuevamente (2 cordadas de 3 y 4 personas) y a descender hacia el campamento 2, el 1 y luego hacia el refugio. En el campamento 2 nos juntamos y recogimos algo de comida y combustible de reserva que dejamos enterrado en la nieve. El clima seguía bueno pero apuramos la marcha ya que nuestra idea era llegar el mismo día al refugio. Antes de llegar a la brecha de la cornisa la Paty andaba con serios problemas para respirar (una costilla fracturada en el volcamiento de la camioneta a la salida de Puerto Guadal) lo que significo demora en la caminata. Nos juntamos nuevamente en el portezuelo de la brecha de la cornisa y enfilamos hacia el otro portezuelo, el paso del comedor. En este punto nos desencordamos (por fin!!) pusimos una cuerda fija (corto el tramo pero mucha pendiente y mucho peso en nuestras mochilas).
Ya que no nos unía ninguna cuerda nos empezamos a separar (a algunos tampoco los unía la misma amistad que existía antes de salir de Santiago), unos caminando mas rápido que otros hasta que finalmente apareció ante nosotros nuestro destino, un valle y un bosque con un refugio.
La última bajada en una ladera con nieve algo mas blanda que durante la subida días atrás y también algunas piedras que esquivar.
Ya en el valle el último tramo fue interminable, miles de hoyos entre las piedras nevadas y un cansancio acumulado que nos demoraba cada vez mas mientras la noche estaba cada vez mas cerca. Como podía pesar tanto la mochila...

Ahora teníamos un nuevo y pequeño problema, encontrar el refugio de noche. Llegué primero y empecé a buscar... hasta que lo encontré y a gritos fui guiando a mis compañeros. Ya dentro de él, encendimos la cocina-estufa, nos cambiamos de ropa y a comer. Habíamos terminado la parte mas difícil, una extenuante jornada desde el campamento alto por la mañana hasta la noche en el refugio.
Ahora hay que volver a Cochrane, Pablo y Wally parten primero al día siguiente y el resto un día después.

Ya era el día de abandonar el refugio, atrás estaba quedando una gran expedición que no pudo lograr la cumbre pero no por eso deja de ser exitosa.
Teniamos que volver con los bidones llenos de equipo nuevamente, un gran trabajo entre el bosque nevado lleno de raices, mas que un gran trabajo una gran molestia, demas esta decir que al encontrar botado el bidón que llevaba Pablo el día anterior no nos dio gran alegría, pero no podíamos dejarlo botado.
Hasta que llegamos al punto de encuentro con Luis Soto, nuestro arriero. Con esto nos alivianamos la carga una enormidad y ahora nos tocba el relajo.
Nos encontramos con Pablo cerca de la laguna Corazón (nuestro primer campamento antes de adentarnos hacia el refugio) y partimos de vuelta hacia Cochrane, no sin antes desangrarnos con lo que nos cobró Luis Soto (el error de no haber negociado desde Santiago, en el Jeep que quedaba vivo y la camioneta de Elvis Ormeño, nuestro improvisado y caro transporte.

Ya en Cochrane, cabaña, ducha, asado y vino, POR FIN!!!.

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