Bebe y lucha!!??

Por: Ricardo
"Colectivo libertario José María Vargas Vila"

Cuando nos preguntamos sobre la validez o no de estas palabras, de este precepto, cuando nos interrogamos sobre la seriedad de una lucha de este tipo vienen un montón de interrogantes.

La cuestión yo la enfoco desde el derecho, el deber y la necesidad de la lúdica. Básicamente tenemos derecho a divertirnos donde, cuando y como queramos.

En ese punto podrás preguntar: ¿Es tan necesario que para que haya "diversión" tenga que haber alcohol? creo que estás acomodando las cosas. No fue eso lo que dije, hablé de cualquier forma de diversión popular y como desde siempre se ha bebido, pues imposible hacer el alcohol a un lado.

Al alcohol se le interponen tradicionalmente un montón de peros: por ejemplo se nos dice que es un negocio del gobierno y que consumirlo es hacerle el juego. Yo ante eso tendría varias cosas que anotar:

Primero: listo, paga impuestos, hace parte de un mercado, las camisas también y?... Esa no es una manera eficaz y seria de acabar con el sistema, creyendo encabezar boicots de uno solo, más para calmar mi sentimiento de culpa que para intentar lograr un cambio radical en las estructuras verticales, profundamente jerarquizadas, autoritarias y alienantes que le dan lógica al hecho de que un Estado pueda en un momento dado apoderarse de algo que es de todos como la alegría, el entretenimiento (no sólo el alcohol paga impuestos: los estadios, las canchas donde cada quien practica lo suyo, los locales para conciertos, los teatros, etc.). ¿Tengo pues que esperar el advenimiento de mi utopía para salir tranquilo a la calle?

Por otro lado, el Estado falla también en ese intento de controlar a un grupo social. Se me ha dicho un montón de veces: ¿se da cuenta que el sistema nos fuerza a beber?

Pues a mí no me fuerza nadie, y no lo digo en términos de niño rebelde que dice "a mi usted no me manda", sino en los siguientes términos: en lo poco que aprendí cuando estudie sicología, recuerdo algo que se me menciono de Freud, un concepto que él llamaba determinismo psíquico. Según esto había un montón de cosas en nuestra cabeza que determinaban nuestras decisiones y nosotros, a la hora de la verdad, de libres no teníamos ni forro, o sea, no podíamos decidir por nosotros mismos sino que una cantidad de determinaciones nos llevaban allá. Según Freud, la cosa esta de la libertad era un cuento chino.

No sé cuál sea tu opinión, pero yo creo que la cosa esa no es ningún cuento chino y que el cuento chino está más bien por el lado de Freud. El ser humano es responsable por lo que hace, con mucha presión social, política, familiar, lo que sea, pero sólo partiendo de esa base se haría pensable un discurso libertario.

Los discursos autoritarios (de izquierda o derecha) han considerado al pueblo siempre un menor de edad, por eso necesita ser dirigido por una vanguardia o por un presidente o por un partido o por lo que sea, yo como libertario creo que la libertad es, básicamente, posible: siempre el ser humano es el dueño de su decisión y puede decir no. Que no se hayan mostrado otras opciones, que le dé miedo echarse en un proyecto revolucionario por ejemplo, es otra cosa, que prefiera malo conocido que bueno por conocer, es otra distinta, pero la decisión es sólo suya y no del gobierno, me parece que es victimizar al pobrecito ser humano que no puede hacerse cargo de sí mismo.

Si le echaron ese cuento y se lo tragó y por eso espera que alguien le diga qué hacer o cree que tiene lo que se merece o lo que sea, es otra cosa. El Estado (del tipo que sea) se ha equivocado siempre y ha fallado en su misión (otra razón más para derrumbar su mentira) o en su pretensión de hacerse al control absoluto del orden (el asunto este del monopolio de las armas por ejemplo) al interior de la sociedad (no olvidar que no son lo mismo).

La sociedad no es una entidad mecánica y manipulable como si se tuviera un control remoto, la sociedad es una entidad dinámica, un sistema inestable que se organiza de "x" o "y" manera respondiendo a una cantidad de alteraciones que se dan dentro de esa dinámica de fuerzas. Algunas son predecibles (hasta cierto punto) pero otras son totalmente impredecibles.

Por ejemplo, se puede trabajar para desbocar en un momento dado un proceso revolucionario pero predecir el rumbo que va a tomar el grupo social a partir de ese momento es un absurdo que sólo se le puede ocurrir a algunos socialistas autoritarios con afanes vanguardistas y miopía dogmática. Si no se puede controlar algo así, como pretende el Estado controlar la explosión de efusividad que es el júbilo, pretender regular la bebida (por ejemplo) es absurdo, a un punto así solo se llega por un proceso de consenso al interior del grupo social como el que se ha dado en la selva Lacandona en donde de forma asamblearia, y por iniciativa de las mujeres, se empezó a trabajar en ese sentido, no es a punta de decretos que algo así cambia.

Tampoco voy a caer en la tontería de negar la existencia de la adicción, pero es otro cuento distinto. Una persona es adicta porque está enferma y es "dependiente estructural". Eso es un término que me acabé de inventar para decir que su forma de relacionarse con el mundo es dependiente y si miras a los rehabilitados de Alcohólicos Anónimos, no son menos adictos, simplemente son socialmente más aceptables porque, entre otras cosas, vuelven a ser "productivos" y "útiles a la sociedad", pero ser adicto a la heroína o a un grupo de apoyo de Alcohólicos Anónimos (a nivel psíquico) no es muy distinto, tal vez se queman menos neuronas pero no más, dependencia es dependencia y ésta, en buena medida, es un producto social, ¡¡¡quién no sea adicto a nada que tire la primera piedra!!!.

Echarle la culpa al alcohol por la dependencia es como echarle la culpa a un revólver por un asesinato, ahora, el alcohol no es como una especie de demonio metido en una botella que te posee y te convierte en algo que no sos. Si le pegas a tus hijos, a tu compañera o a quien sea, tal vez eso lo haya facilitado el alcohol por disminuir los niveles de represión psíquica, pero que estabas dispuesto a hacerlo antes del primer trago, estabas dispuesto.

Vivimos en un mundo enfermo, la muerte tiene una lógica. Por ejemplo en mi ciudad, cuando matan a alguien en la calle, el culpable no es el asesino sino el muerto: "algo debía" dice todo el mundo. Es una sociedad donde se manejan unos niveles de agresividad tales, en buena medida por la estructura vertical y jerarquizada que la soporta y que legitima cualquier abuso y cualquier agresión por parte del que detenta el poder. No podemos decir que nos volvemos agresivos por el alcohol, es lavarnos las manos de una manera facilista.

Por último creo que es importante recordar que nada es bueno o malo "per se" así como el alcohol tiene ese lado oscuro (un primo mío murió de cirrosis y mucha gente muere de SIDA pero no voy a gritar en contra el sexo por eso) también tiene otro lado que a algunos poetas trajo inspiración, ayudó a crear algunas de las más grandes canciones que el rock and roll recuerda (porque esa baja en la represión síquica no es sólo para la agresividad) y a algunos, como a mí, nos divierte y nos ha ayudado en ciertas ocasiones a hacer grandes amigos (yo nunca tomo solo).

Hablar de consumo de drogas o alcohol no es lo mismo que hablar de adicción, eso es importante tenerlo en cuenta, y si mantenemos ese tipo de prejuicios metidos en la cabeza y alimentamos con ellos el policía que el sistema educativo nos ha metido entre ceja y ceja, vamos a estar cada vez más lejos de lograr ese sueño tan ansiado: la revolución social.

Por último quisiera señalar como revolucionario (no del todo pero con unos tintes evidentes) la defensa que se hace del derecho a la diversión y a la alegría (no necesariamente etílica o sicotrópica, hacer el amor con la mujer que querés en la calle es supremamente divertido, el cine o un buen libro también lo son, un concierto o un equipo de sonido con buena música, etc.) es el hecho de desobedecer a aquellos que nos quieren decir cómo divertirnos, dónde, cuánto pagar y a quién por hacerlo.

Quien desobedece piensa por sí mismo, mal o bien -no sé- pero piensa, y eso siempre es un acto revolucionario y, lo más importante, se está llevando la revolución a lo cotidiano. Nunca he sido bueno para las citas pero Emma Goldman decía algo así como "si en su revolución no se puede bailar, no quiero participar en ella".

El anarquismo siempre ha sido un abanderado del derecho al ocio, en este tiempo es cuando el hombre deja de ser una máquina de producir y empieza a ser hombre y si quiere divertirse así, es libre de hacerlo, si hay un problema de dependencia, no es por la sustancia que esta consumiendo, es que las formas de relación social que vivimos al interior de un sistema alienante, deshumanizador y absurdo como el capitalista son enfermizas y producen enfermos, si queremos encontrar la cura a esto, no señalemos y juzguemos a nuestros hermanos, destruyamos el sistema capitalista.

Salud y anarquía

 

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