Origen de la actual división provincial

La Constitución española de 1978 fue la llave que permitió la creación de las Comunidades Autónomas. Como queda recogido en la Ley, las Comunidades Autónomas españolas se forman mediante la unión de provincias ya existentes. No hay excepción a esta regla. Pero, ¿y las provincias? ¿Desde cuándo las provincias españolas son tal como las conocemos actualmente?

La palabra provincia era ya empleada por los Reyes medievales en ciertos casos para referirse a alguno de sus territorios, principalmente antiguos reinos. Así, en el siglo XIII se habla de la provincia de Galicia. Pero la palabra provincia es de origen romano, y quiere decir "para los vencidos". Cuando los romanos salen de la Península Itálica, llaman Provincia al primer territorio que conquistan. Con el transcurso de los siglos, tal territorio se pasa a denominar Provenza.

En cuanto a España, las divisiones administrativas han sido diferentes conforme a las épocas, y en muchos casos no existía uniformidad en todo el reino, sino que distintas estructuras administrativas rellenaban la geografía. Un intento serio de acabar con estas diferencias es realizado por Fernando VI con la puesta en marcha de las Intendencias en 1749, estructuras administrativas que gozaban de escaso poder y atribuciones, y que también recibían el nombre de Provincias.

Las intendencias son esencialmente una copia del modelo francés, que hasta cierto punto se desentienden de las estructuras administrativas anteriores. En nuestro caso, la Cantabria Histórica pasa a formar parte de tres intendencias independientes. La mayor parte del territorio formará parte de la intendencia de Burgos. La Merindad de Campoo formará parte de la intendencia de Toro (que estaba dividida en tres pedazos sin conexión entre sí). Las comarcas de la Pernía y Aguilar de Campoo, es decir, la zona occidental de la Cantabria Alta pasa a formar parte de la intendencia de Palencia.

Pero los montañeses ya habían alcanzado en esta época un claro sentimiento de pertenencia a un mismo pueblo. Y, sin embargo, se encontraban ante una división administrativa que les era totalmente ajena. Una división que aspiraban a superar.

No faltan testimonios que prueban este deseo por parte de los cántabros de emanciparse de la estructura administrativa que les tocaba vivir y construir un espacio propio en que todos los montañeses quedaran englobados. Por ejemplo, un enigmático J. M, al final de su trabajo Estudio de las fábricas, comercio, industria y agricultura en las Montañas de Santander, escribe lo siguiente: "Sobre todo haria el colmo de la felicidad de este Pais su separacion de la provincia de Burgos, segun la Naturaleza la señala por una cordillera de Montañas elevadisimas que tienen su direccion de oriente a poniente o tomando por limites el Rio Ebro desde su nacimiento conforme esta delineado para el districto que ha de tener la sociedad Cantabrica. Efectivamenteparece que la Naturaleza ha marcado de un modo el mas evidente, y sensible esta separacion. (...) Las producciones rurales de Castilla son unicamente el Trigo, la Cebada, y el Vino; y las de Cantabria el maiz, frutas, Legumbres, Pastos, y Arboliza. (...) aun las costumbres, y opiniones de sus naturales parece que se hallan tambien en contradiccion. La politica no se interesa menos en esta separacion, por que la Yntendencia de Burgos tiene una extension irracional que no puede seguir un solo sugeto: a saver, cerca de 40 leguas S. N. desde el Corregimiento de Aranda de Duero hasta Santander: de modo que aunque se cercenasen de ella las 12 leguas poco mas o menos que hay desde el Ebro a la Mar para exigir la Intendencia de Cantabria, quedava todavia la primera con sobrada extension, y esta con 25 leguas de longitud desde Vizcaya a Asturias, sobre las 12 su latitud que se señalan entre los dos puntos del rio Ebro, y la Mar."

No es el único autor que se manifiesta en este sentido. Años después, el Contador General de la provincia de Burgos, Pedro García Diego, natural de Espinosa de los Monteros, realizó un trabajo en el que se analizaban las posibilidades de creación de una provincia en ambas Cantabrias. En particular, escribe: "Todo es diverso en Castilla y La Montaña, y hasta en nuestra legislación, desde el tiempo de los Reyes Católicos, la parte del Ebro al mar, que son las Montañas de Santander, se ve considerada como un distrito que pide independencia y gobierno particular."

El carácter particular del pueblo montañés no era únicamente percibido en toda su extensión en la propia Cantabria Histórica, sino que, allende nuestros límites, autores de la talla de José Cadalso lo ponían de manifiesto al singularizarlo entre los pueblos hispánicos. En sus Cartas Marruecas, escribe: "Aun dentro de la española hay variedad increíble en el carácter de sus provincias. Un andaluz en nada se parece a un vizcaíno; un catalán es totalmente distinto de un gallego; y lo mismo sucede entre un valenciano y un montañés. Esta península, dividida tantos siglos en diferentes reinos, ha tenido siempre variedad de trajes, leyes, idiomas y monedas... De esto inferirás lo que te dije en mi última sobre la ligereza de los que por cortas observaciones propias, o tal vez sin haber hecho alguna, y sólo por la relación de viajeros poco especulativos, han hablado de España.". Hay que tener en cuenta que Cadalso pasó su infancia en Cádiz, ciudad donde la presencia de montañeses siempre fue numerosa, y donde entraría en contacto directo y en conocimiento del carácter de este pueblo.

Todo este ambiente propicio para la gestación de una entidad política o al menos administrativa que englobe a todos los territorios cántabros se verá en cierto modo satisfecho y en cierto modo frustrado con la creación en 1833 de la moderna Provincia de Santander. Satisfecho porque las aspiraciones de un gran número de montañeses a contar con su propia provincia se verán materializadas. Frustrado porque una gran parte de los montañeses quedarán fuera de la recién creada provincia. Se trata ésta de la última división provincial que afecta a todo el Estado. A la hora de establecer las divisiones provinciales, un papel sobresaliente fue desepeñado por los mapas confeccionados por Tomás López en la segunda mitad del siglo XVIII. En cuanto a la Cantabria Histórica, su geografía queda recogida en tres mapas diferentes, cada uno de ellos como parte de una de las distintas intendencias en que estaba dividido, es decir, Burgos, Toro y Palencia.

Recogemos a continuación el texto que determina los límites de la moderna Provincia de Santander (1833):"Esta provincia confina con el N. con el Océano Cantábrico, por el E. con Vizcaya y Álava, por el S. con las de Burgos y Palencia y por el O. con la de Oviedo. El límite N. es la costa del mar desde el punto divisorio actual de Asturias hasta el río que pasa por Onton. El límite E. es la actual línea divisoria de Vizcaya y Alava hasta encontrar el de la provincia de Burgos. El límite S. empieza en la Calera, y sigue por el límite actual del valle de Mena y Tudela, que quedan para Burgos, y el de Soba hasta el mojon de Retuerto, desde donde sigue por la línea divisoria de las merindades de Castilla, dejando éstas para la provincia de Burgos hasta encontrar el límite actual de Reinosa, que pertenece á ésta. El límite O. es el que tiene actualmente con Asturias, quedando para esta provincia Peñamellera y Ribadedeva con sus términos."

Hubo otros intentos de división provincial no mucho antes. Por ejemplo, en la llevada a cabo en diciembre de 1821, la Comisión encargada de su elaboración había decidido la creación de la provincia de Santander, cuyos límites quedaban establecidos de acuerdo a los siguientes términos: "Confina esta provincia, por el Norte, con el Océano Cantábrico; al Este, con las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa; al Sur, con la de Castilla y Palencia, y al Oeste, con la de Asturias. Sus límites son: Por el Norte, el océano cantábrico, desde el Deva hasta el punto medio de la costa, entre Cerdigo y Castro-Urdiales. Desde este punto empieza el límite oriental, que va por el este de Agüera a buscar el origen del río Sámano, de modo que la jurisdicción de Sámano pertenece a Vizcaya, busca luego el antiguo límite que continúa hasta Romaña, sigue por el río Agüera hasta los montes de Tejada y por la divisoria de aguas hasta el río Asón, que baja a Laredo y a otro río que desagua en Povena, quedando el valle de Carranza en esta provincia; continúa por los montes de Urbilla, de Angulo, Puerto y Peña del Aro, dirigiéndose por lo montes a buscar la sierra de Eran, y quedando los valles de Mena, Tudela y Relloso en la provincia de Vizcaya, y las jurisdicciones de Berberana, San Martín, San Zadornín y algunos pueblos de Losa en la de Guipúzcoa. Al sur el río Ebro desde San Martín de Don hasta el puente que hay al este de Cereceda, de donde viene a buscar la sierra de San Quirce, o de San Cristóbal, hasta el puente de Ramplaiz; de aquí va a tomar el antiguo límite del partido de Reinosa, todo el cual queda incluido en esta provincia, y sigue por Sierras Albas la gran cordillera divisoria de aguas al Pisuerga y al Deva, que es su antiguo límite."

En este párrafo vemos esencialmente un marco muy similar al formado por la Cantabria Baja prácticamente al completo (salvo el actual Valle de Mena y la parte occidental del actual municipio de Castro Urdiales, que en aquella época formaba municipio separado con el nombre de Junta de Sámano), a lo que hay que unir todas las Merindades, con la excepción de algunos pueblos occidentales de la Merindad de Losa y el pequeño territorio detrás de la Sierra de Herrán, donde se encuentra en particular Valpuesta, sede episcopal desde el año 804, y que tanta trascendencia tendrá en la historia del Oriente del País Cántabro. A esto hay que añadir como fuera de la provincia el pequeño territorio al sur del Ebro que va desde el Valle de Valdivielso hasta el límite actual con Álava. En particular todo el Partido del la Sierra en Tobalina quedaría excluido de la provincia. En cuanto a la zona suroccidental de la Cantabria Alta, esta tampoco pasa a formar parte de la provincia. De este modo, queda compuesta más o menos por toda la Cantabria Baja más las partes central y oriental de la Cantabria Alta. A ello debe añadirse el Valle de Carranza, que tradicionalmente no había tenido ninguna relación política ni administrativa con el País Cántabro. Por el contrario, no sólo Carranza, sino todas las Encartaciones de Vizcaya formaban parte en esta época del Obispado de Santander.

Para acabar esta sección, mencionemos también un intento anterior, y que tiene la característica de que el ente administrativo del que formará parte Santander estará formado por prácticamente toda la Cantabria Histórica. Se trata de la división creada en tiempos de José I, es decir, tras la invasión napoleónica. Al principio, el Reino se dividirá en prefecturas, y posteriormente, en departamentos, en lo que parece constituir una copia del modelo francés vigente.

La división en prefecturas hacía por ejemplo que desapareciera Vizcaya absorbida en la Prefectura de Álava, que era con la que limitaba la de Santander por el Este. Las otras prefecturas con las que limitaba eran las de Burgos, Palencia y Oviedo. Los límites de Santander con Vitoria eran como sigue: "los pueblos y parages de esta provincia limítrofes con la dicha de Vitoria son los siguientes: el río Sámano desde su nacimiento hasta su desembocadura en el mar; desde el dicho nacimiento del Sámano, Enales, Matanza, San Antonio, El Solar, Candabo, Mollinedo, vertientes occidentales de los montes de Tejada, La Calera, Salduraño, Zezura, Monteñano, Pando, Lanzas Agudas, vertientes occidentales del Monte Ordunte, Partearroyo, Mantranilla, Nuestra Señora de Trasagua, Entrambasaguas, Villasana de Mena, Mercadillo, Covides, Ubilla, Cilieza, Peña de Ubilla, vertiente occidental del Puerto de Igaña, Relloso, vertientes occidentales del puerto y peña de Angulo, Quincoces de Yuso y desde aquí al río Gerla hasta su desembocadura en el Ebro."

Notemos que la mayor parte de los topónimos de la descripción anterior se encuentran en los valles de Carranza y Mena, que es por donde pasan el límite entre anbas prefecturas. En cuanto a los límites por la parte sur, son los siguientes: "Sus límites el Ebro desde la confluencia del Gerla hasta Cubillo; desde aquí el arroyo Mardancho, que pasa al sur de Villanueva de la Nía, Susilla, Lastrilla, hasta Quintanilla; desde aquí Cabria y Aguilar de Campó (incluidos estos pueblos), el río Pisuerga hasta donde desemboca en él el río Rabanal de la Fuente, al qual sirve de límite hasta su nacimiento cerca de Rabanal de las Llantas, incluso este pueblo, y desde aquí el río Carrión hasta su nacimiento."

En cuanto a la división con la prefectura de Oviedo, dice que sus límites son los mismos que separan las Asturias de las Montañas, y a continuación lo explica. La explicación es confusa y parece incluir la Peñamellera en las dos prefecturas. Como ya dijimos, este tipo de divisiones se basaban en los mapas disponibles en la época, en especial los elaborados por Tomás López. El hecho de que la palabra "Peñamellera" esté algo desplazado a la izquierda en el correspondiente al Principado de Asturias es responsable de la confusión.

Como se ve, en este caso, prácticamente todo el País Cántabro esta contenido en la Prefectura de Santander. Por supuesto, la coincidencia no es total. En particular todos los territorios de las Merindades al este del río Jerea están incluidos en Vitoria. Sin embargo, es sin duda la división administrativa en que la Cantabria Histórica, heredera de las Merindades medievales del Norte, está más próximo a alcanzar una unidad que abarque todo el territorio, y que colme las aspiraciones de sus habitantes.


[La página de la Cantabria Histórica]


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