El
torneo
Hasta
el observador menos perspicaz notará que este mundial dista
bastante de contar con la espectacularidad de los Mundiales
de Fútbol y de los Juegos Olímpicos. Pero tiempo al tiempo,
ya valdrán nuestros pases los millones de dólares que merecen...
Las
imágenes de las instancias de competición son muy similares
a las de la prueba del 5 de julio realizada en el edificio del diario
La Nación. Ochenta individuos sentados en sus respectivas
mesas (a dos personas por mesa), todos mirando en las pruebas
individuales hacia el frente del salón, donde se encontraban
siempre una gran cronómetro indicando el tiempo restante hasta
el momento de entregar nuestras soluciones a lo problemas
a resolver, más algún miembro del jurado, amén de los demás
que se paseaban por la sala cuidando que no nos vayamos a
copiar ni hacer trampa ni usar una serie de adminículos extra
(fichitas, calculadora, ...) no permitidos, y lo hicieron
cumplir. Alguna de nuestras estrategias de resolución se basaban
en un uso intensivo de la goma de borrar, lo cual casi deriva
en un conflicto internacional... ¡¡¡nada menos que un británico!!!
Afortunadamente el hecho no pasó a mayores, pero el compartir
mesas tuvo su peso.
|
El
equipo argentino |
La
mayoría de los mortales tuvimos ocho rondas de resolución,
a la que se agregaba una novena para aquellos que tuvieran
los diez puntajes más altos. Los enunciados de los problemas
estaban escritos en un correcto inglés que, claro, no
era el idioma materno de la mayoría de los nosotros.
Estos enunciados nos fueron entregados el miércoles
11 de octubre, día previsto para la llegada de todas
las delegaciones, a fin de que podamos desmenuzarlos
convenientemente, traducirlos cada uno a su idioma preferido
y hacer las consultas del caso en una sesión el jueves
12 por la mañana especialmente prevista para ello.
|
|
Los
problemas
Todos
los problemas del Torneo, junto con sus soluciones y el tiempo
permitido para su resolución, están disponibles aquí.
Los problemas eran de muy buena calidad.
El
término inglés "puzzle" no remite estrictamente
a "juegos de ingenio". La mayoría de los puntos
en juego se conseguían mediante problemas en los que una lógica
deductiva estricta garantizaba una solución, aunque esa garantía
requería de un esfuerzo considerable y de una maquinaria deductiva
bien aceitada. Algunas veces se podía cortar camino entrando
por el lugar correcto (i.e., alguno de los datos desencadenaba
más deducciones que otros). Y otras veces, para qué negarlo,
el azar venía en nuestro apoyo.
Otros
pocos problemas escapaban a esa resolución lógica y sí apelaban
a algún tipo de ingenio. El objetivo podía ser cortar y/o
armar una figura, descubrir una propiedad compartida por un
grupo de nombres de personas, u optimizar alguna cosa.
Y,
por otro lado, estaban los problemas de resolución grupal.
Acá no estuvieron muy acertados en el diseño, ya que no eran
en general problemas de resolución colectiva sino individual,
con lo que no sólo no se aprovechaban las posibilidades de
interacción de los miembros de un equipo, sino que en algunos
casos se entorpecía el trabajo al tener que estar todos manipulando
un mismo objeto.
(Mr.
Potato Head es un bicho de plástico con forma de papa y al
cual se le agrega ojos, pelo, patas y demás extremidades insertándolas
en unos agujerillos ad hoc)
La
partida de nuestro vuelo a Nueva York, prevista para el martes
10 cerca de la medianoche, se demoró hasta el 11 a las 8:00
de la mañana ya que el camión proveedor de alimentos chocó
contra la cola del avión, pese a lo cual Aerolíneas Argentinas
no dejó de alimentarnos. Consecuentemente, no pudimos contar
con ese día tan necesario no sólo para imbuirnos de los enunciados
de los problemas y marcar los aspectos difusos de los enunciados,
sino también para planear estrategias de resolución, recordar
y resolver problemas semejantes cuyo conocimiento pudiera
contribuir a resolver los del torneo presente, etc.
La
sesión de consultas fue uno de los eventos más interesantes
del torneo. Es una pena que no sea parte de la competencia
ni otorgue puntos a los equipos, ya que hubiéramos avanzado
un par de puestos antes de empezar. Cada vericueto que los
enunciados dejaban dudoso fue preguntado y repreguntado sistemáticamente
por alguno de los picapleitos presentes: algún húngaro, algún
holandés, y nosotros mismos. Y tanto fue así que hubo que
desdoblar la sesión en dos.
|
En
la novena ronda, los diez participantes con mayores
puntajes individuales debían resolver ocho problemas
en unas pizarras que se encontraban frente a todo el
público, contando para ello con 30 minutos el que había
quedado en décimo lugar, y todos con un tiempo proporcional
al puntaje que habían acumulado en las ocho rondas anteriores.
Todos se encontraban fuera del escenario. Comenzaba
el primero, a su tiempo comenzaba el siguiente, y así
seguían entrando hasta el décimo. Cada vez que alguien
resolvía un problema, se lo entregaba a alguno de los
ayudantes que rondaban el área, los cuales anotaban
el momento en el que recibían la respuesta. Se podía,
además, presentar más de una solución a cualquiera problema,
contando en ese caso sólo la última respuesta. El orden
final se establecería en función de la cantidad de problemas
bien resueltos y, en caso de paridad, según quién haya
presentado antes su última respuesta correcta. Finalmente,
éstos fueron los resultados individuales y éstos los grupales.
|
Ulrich
Voigt
|
|
Stamford
Marriot Hotel
|
La
organización
La
organización de un torneo como éste requiere mucho trabajo.
Los responsables no dejaron detalles librados al azar,
y se prestaron a resolver asuntos extra con la mayor
voluntad. Fuera de la competencia, hubo actividades
surtidas, como un paseo a Nueva York con pub por la
noche incluido, y un asado de despedida en casa de Ron
Osher (miembro del equipo de EEUU).
Aprovechando
el torneo, se organizó y presentó en el Museo de Arte de Katonah
la exposición The Art of the Puzzle, en la que
se exhibían montones de rompecabezas mecánicos de todo
tipo y época, en su mayoría de la colección personal
de Jerry Slocum.
El
alojamiento y la competencia tuvieron lugar en el Stamford Marriott
Hotel, con sus cómodas habitaciones, sus amplios
salones y sus fastuosos desayunos.
¡Que
se repita!
|
|
|
|