Petroglifos del ejido Huizachal.
 HUIZACHAL
Un centro ceremonial de los grupos del desierto.
 
A 52 kilómetros de Monclova, sobre la actual carretera numero 30, en lo que fue el viejo camino real de la misión de la Candela, se encuentra un interesante lugar en el que se localiza uno de los sitios con mayor concentración de grabados con motivos de las antiguas etnias que recorrieron la región y que lo constituye en un importante centro para adentrarse en el mundo cosmogónico y cotidiano de los primeros pobladores de Coahuila.

Muchas son las versiones que escuchamos sobre su origen, tal vez la más tajante sea decir que su origen nos será siempre desconocido, pero dando un vistazo a las expresiones graficas de los antiguos pobladores desde la Arizona, Sonora, Nuevo México, Chihuahua, Coahuila y Texas, nos encontramos con imágenes con una interesante similitud, lo que nos hace suponer sobre la base de los innumerables grabados y pinturas que han llegado hasta nosotros, que se trata fundamentalmente de expresiones de las creencias de aquellos andantes del desierto:

Un grabado que recogió Carl Lumholtz, un etnólogo noruego que recorrió la sierra madre occidental, en el área de Chihuahua, consistente en una serie de círculos a modo de aros sobre puestos, representa al peyote, siendo este un interesante comienzo para estudiar todas las representaciones de Huizachal.

Ante el conocimiento que tenemos de que en el área se encontraba un copioso manantial hoy desaparecido, podemos partir de que el lugar constituía un espacio de estancia para las jornadas de recolección y caza que hacían los muchos grupos de la región, los que en ese valle abierto hubieron de realizar sus mitotes y fiestas relacionadas con los elementos naturales los que representaron en los cerros de Huizachal.

Ahí grabaron  animales, astros, figuras antropomorfas y muchos otros grabados que fueron fruto de sus trances con el peyote y la tradición oral de sus chamanes y viejos los que dieron una explicación sobrenatural a los fenómenos naturales que observaron y experimentaron durante varias centurias.

Hoy el grupo Huichol, asentado en la sierra madre occidental, es el que conserva con cierto grado de conservación las antiguas costumbres llevadas al sur desde el norte que les sirvió de paso a tierras mejores.

Algunos cronistas les llaman a los Huicholes, “Chichimecas”, señalando su origen norteño, y aun hoy dia ellos mismos vuelven cada año a Real de Cataroce, “a donde nacieron los dioses”, para recordar el origen de su cosmogonía, vale aquí mencionar, que tal tesis la fundo en las crónicas que Alonso de León hizo sobre las fiestas y costumbres de los indios de Coahuila y Nuevo León que el muy bien conoció,  relatos que con mucho asombro vi representados en las costumbres Huicholas por dos años.

En Huizachal los Coahuiltecos, por usar un nombre genérico, dejaron la huella de su religiosidad o expectación por lo que ellos no comprendían de la naturaleza, los chamanes, jefes de familia y guerreros reconocidos del grupo, influidos del peyote, plasmaron sus sueños, la caza del venado, el alimento de la tierra, las grandes hazañas y sustancialmente, como algunos grupos lo siguen haciendo: para obtener buenos resultados de sus correrías, de sus guerras, de su cacería, de los temores a su entorno.

Huizachal es cerca de Monclova un sitio importante para el estudio de las formas de expresión de los primeros pobladores de Coahuila.
 

   Ver fotografias de Petroglifos del Ejido Huizachal

  Ver dibujos de algunos de los Petroglifos encontrados en el Ejido Huizachal.
 

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2 de Octubre de 2002
 

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