Quienes somos
Lo que nuestro Fundador querÃa era devolver a los pueblos la fe por medio de las misiones populares, procurar que las zonas rurales se nutrieran de los fervorosos misioneros. Para realizar esta ingente obra, el querÃa dotarse de sacerdotes comprometidos que llevaran una vida exigente, disciplinada (por una regla), que destacaran por su radicalidad, su renuncia, su olvido de sà mismos asà como modelos de pobreza y desprendimiento.
Donde estamos
"Estamos Siempre cerca de la gente con la que trabajamos, los oblatos prestarán constantemente atención a las aspiraciones de la misma y a los valores que posee..." (Const. 8). Cercanos, es la palabra que la gente emplea a menudo cuando habla de nosotros.
No somos complicados. Se ve en nuestra forma de recibir a nuestros huéspedes. El P. de Mazenod tenÃa un corazón grande, gran capacidad de afecto; algo nos ha quedado probablemente.
El P. Gérard, al que citamos ahora, escribÃa en uno de sus retiros: "... el secreto con los basutos es amarlos, amarlos siempre, amarlos a pesar de todo." ¡HabÃa conocido al Fundador de joven! Esta cercanÃa nos ha movido a aprender las lenguas de los pueblos y a ser uno más entre ellos; nos ha llevado a hacer nuestra la causa de los trabajadores en América latina o en Francia, acompañar a los inmigrantes, construir escuelas, hospitales o emisoras de radio; nos ha preservado del riesgo de convertirnos en funcionarios; hace que la gente nos quiera y sienta que nos vayamos...Vivimos en comunidades apostólicas, trabajamos con los más necesitados, y estamos cerca de todos los que sufren, a los que consideramos nuestros hermanos. No somos para nada, elitistas, trabajamos con todos, pero especialmente dedicados a los que no cuentan, a los despreciados, o considerados en menos por los demás .