P.O.M.
(PARTIDO DE LA OBRA MAGNA)

Primer boletín on line mariano y argentino

BOLETÍN Nº 12

25 de Diciembre

NATIVIDAD DE

NUESTRO SEÑOR

JESUCRISTO

“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre; porque no había para ellos lugar en la posada”

   
   “No hubo para Cristo recién nacido ni un cubículo de fonda. Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos este obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio: no es “el misterio”. El misterio inconmensurable es que Dios haya nacido. El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el Universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y verdad: ese es el misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la fe”

                            Th. Dr. Leonardo Castellani

Reflexionemos:

   Ante este misterio de amor, tanto amó Dios a los hombres, que les dio su Hijo Unigénito, no para que los juzgue sino para que los salve, se nos sobrecoge el alma de solo pensar lo ingrato que somos y lo poco que hemos honrado ese amor; en efecto: ante nuestra indiferencia Cristo ha sido desterrado de la Patria, del gobierno, de la familia, de la escuela y hasta de la inocencia de los niños. Su lugar lo ocupó cómodamente el enemigo trayendo todas las formas de corrupción y decadencia que hoy sufrimos. No son los enemigos los culpables de la  situación  del país. Cada uno de nosotros, católico aburguesado, cómodo y pusilánime, somos  responsables de este estado de cosas, por ello, solo nosotros, con oración y sacrificio, podremos rescatar de la humillación a esta Argentina postrada que no quisimos deliberadamente pero que merecemos. Solo nos preocupamos por los bienes exteriores y una vida menguada, claudicante y sin compromiso. Aceptemos la culpa. Ha llegado la hora de la expiación  y de la reparación; del coraje y del sacrificio personal para que Cristo vuelva a reinar en nuestros corazones y en todos los ámbitos de nuestra Patria. A Él y a su Purísima Madre estamos consagrados y solo en Ellos está nuestra salvación. Rectifiquemos nuestra conducta y proclamémolos sin retaceos; defendamos sus derechos sin hacer concesiones, aún a costa  de nuestra fama.

¡Por Dios y por la Patria hagamos la cruzada de la oración continua y de la palabra verdadera!  

El pesebre criollo:

   En 1253 San Francisco de Asís, celebró la Misa de Navidad en una gruta que evocaba el relato bíblico del Nacimiento. Desde allí comenzó a propagarse la tradicional costumbre del pesebre navideño que en Argentina tiene características propias:

   “ una Virgen de cera y un Niño Dios de madera, tallado a punta de cuchillo. Seibo o quebracho es lo mismo.

   San José lleva un chambergo que tiene ala de alero.

   Los pastores visten bombacha paisana y una rama de espinillo es el cayado.

   En pañuelos anudados llevan sus pobres ofrendas. No es carga que los doblegue a la tierra como sería sin duda, una bolsa de monedas.

   Hay una estrella que tiene una punta despegada. Faroles descoloridos y guijarros en el camino.

   Se escuchan los villancicos de mi tierra. Son sus versos manantiales de las cumbres, limpios de oscuro fango; agua, solamente agua pura, cristalina, intacta: ”Todos le llevan al Niño – yo no tengo que llevarle – le llevo mi corazón”

   Pesebre pobre y criollo como un Rosario enhebrado con semillas.

   Ante la Virgen de cera y el Niño Dios de madera, me arrodillo.

   Les pido por nuestra tierra que levanta estos pesebres al llegar la Nochebuena.

   Saben las gentes sencillas que el Salvador ha nacido. Los defiende de los doctos, cuya ciencia es necedad porque reniegan de Cristo, una fe que es más fuerte que el dolor y que la muerte.

   Que miren estos pesebres los hombres que nos gobiernan.

   El pesebre de la puna con coyitas. Los gauchos que hicieron la guerra gaucha ante los mismos pesebres con Güemes se arrodillaron.

   El pesebre de la sierra con el Niño sobre un lecho de hierbabuena y tomillo. Hombres de las montoneras, lanzas libres, en otro tiempo rezaban a este Niño.

   El pesebre de la pampa alfombrado con gramilla. Gauchos con corazón de reseros que se hicieron granaderos, ante estos pesebres se postraban.

   El pesebre en la montaña sobre un cuero de guanaco. Los soldados de los Andes se han hincado ante el Niño resguardado del frío cordillerano con el cuero de guanaco.

   El pesebre del litoral sobre juncos enlazados: punta de caña tacuara que hizo Patria, al Niño Dios custodiaba.

   Que miren estos pesebres los hombres que nos gobiernan.

   Que abran los ojos y vean.

   Mucho antes que armamentos y mesas electorales hubo en nuestra tierra pesebres.

   Al llegar la Nochebuena, en el solar argentino, siempre habrá pesebres, ¡siempre!

   ¿Qué pasa esta Navidad? La estrella del pesebre parece no brillar y los ojitos del Niño tristes están.  Hay que confortar y arropar más al Niño en el Divino Portal.

   Si los que mandan olvidan ”al que lleva sobre sus hombros el principado”, está nuestro poncho gaucho, el poncho del entrevero, que cubrirá al Niño en esta triste Navidad”.

María L.Losada (1960)

“Gloria a Dios en las alturas
y paz en la tierra 
a los hombres de buena voluntad”

Deseamos a todos nuestros lectores
una Santa y Felíz Navidad

CRUZADA DEL ROSARIO PERPETUO POR LA SALVACIÓN DE LA PATRIA

NTRA. SRA. DE LUJÁN 

SALVA A LA PATRIA

BOLETÍN Nº 13

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