CLASES DE HILOS

            - Muestra u oro liso, se trata de un cabo de seda, cubierto con láminas de plata dorada; supone la base para la distinta tipología de hilos. Es el que otorga a la pieza un mayor brillo, debido a la superficie lisa que lo conforma: También es de los menos manejables, doblándose o alterándose con facilidad. (Fig. 1)

            - Camaraña, cuando nos referimos a este hilo, hablamos de un hilo de muestra, extremadamente fino; también está compuesto por un hilo de seda en el interior recubierto de plata dorada.

            - Torzal, junto con el muestra, se trata sin duda alguna de uno de los hilos más utilizados en el bordado. Hablamos de varios cabos de muestra trenzado, de menor brillo que este y con un aspecto rugoso. También y de menor grosor pueden ser varios cabos de camaraña trenzados (Fig. 1).

            - Peñasquillo, tomando como base el muestra, a este se le realiza un trenzado aumentando la densidad y consiguiendo así una espiral muy marcada, que hace que el hilo parezca realizado mediante pequeños cortes diagonales. Su brillo se encuentra a medio camino entre el muestra y el torzal (Fig. 3).

            - La Hojuela u Hojilla, se trata de una lámina plana de plata dorada; el ancho de esta lámina se encuentra entre 1’5 mm y 2 mm. Es el hilo más vistoso y de mayor coste a la vez que el de mayor brillo (Fig 4).

            - Caracolín, hebra de seda cubierta por un hilo muy compacto y fino. Su tonalidad es mate, debido a lo compacto de su estructura. Resulta un hilo muy complicado para bordar. De este hilo, o a partir de este, se consiguen los hilos mates, que junto con este son el torzal mate y el peñasquillo mate.

            - Giraspe, no se trata de un hilo concreto realizado por un tirador, sino que es una mezcla que lleva a cabo el bordador, uniendo y trenzando hilos de muestra junto con hilos de seda, conformando unas tonalidades de brillo y color muy necesarias para la realización de fondos, ropajes o sedas.

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            - Agua o Moteado, nos referimos a una muestra al que se le infiere un pequeño ondulamiento en su forma.

            - Briscado, al igual que el agua se trata de una muestra, pero en esta ocasión mucho más ondulada, se utiliza sobre todo en la labor de perfilado de la pieza, pudiendo ser usado para bordar, pero en contadas ocasiones. Se puede colocar simple (un sólo hilo de oro) o doble (dos hilos).

            - Canutillo, este es un caso especial en los hilos que encontramos para el arte del bordado. Se trata de un hilo sin  alma de seda, es decir, solo plata dorada en forma de espiral, redondo y con el interior hueco. Lo encontramos en tres modalidades.

                        - Mate liso

                        - Brillo liso

                        - Rizado

            - Canutillo “inglés”, de la misma composición que el anterior, pero de mucho más grosor.

Conjuntamente con las distintas clases de hilo que hemos podido analizar, encontramos en el bordado una serie de elementos que lo complementan, realzan y que se incluyen en éste, según el diseño o el criterio del bordador[1]. Así  podemos encontrar entre estos elementos los siguientes:

            - Lentejuelas, son pequeñas piezas esféricas y planas de plata dorada, finas, o de cobre dorado, entrefinas, poseen un orificio circular en su parte central, utilizado para fijarla a la tela o pieza. Se utilizan para marcar los nervios de la pieza de carácter vegetal, para formar las líneas del contorno de los bordados e incluso unas sobre otras, para formar una pieza (flor, tallos, caracoles y hojas), a la que infiere un dibujo o forma de escamas.

            Es difícil encontrar lentejuelas de oro fino, hoy en día solo realizadas por el tirador barcelonés Monforte. Se utilizan las entrefinas ya que en una presumible y futura restauración, es un elemento que se puede cambiar o sustituir fácilmente. Hay noticias de su uso tal y como hoy las conocemos en el siglo XVIII[2].

            - Puntilla o Blonda, realizada a mano con oro fino o entrefino con la técnica de bolillo, es una composición a modo de malla y dibujo de pequeñas conchas realizado mezclando torzales, muestras y hojuelas. Se utiliza para decorar los perfiles de la pieza de bordado tanto en mantos, sayas o tocas (Fig. 5).

            Existe también una puntilla realizada a máquina con hilos sintéticos, de mucha menor calidad y riqueza. La utilización de este hilo sintético, es debido a que las máquinas rompen el oro fino, por lo que no es posible su realización.

            - Pedrería, utilizada como adorno adicional al bordado, encontramos perlas de oro o cuajadas, piedras finas, piedras brillantes, espigas, mostacillas[3] y espejuelos[4].

            - Flecos, dentro de este elemento encontramos diferencias en sus tipos, a saber:

                        - De morillera, realizados en oro fino o entrefino, éste último el más común para este elemento decorativo; son como unas especie de cuentas de rosario de madera, cubiertas con oro y unidas entre sí, utilizadas para la finalización de las caídas de bambalinas y estandartes, las vemos en tocas y mantos de décadas pasadas, así como  en algunos ejemplos actuales en Antequera[5].

                        - De gusanillo, se utilizan para la realización de este tipo de flecos dos cabos de canutillo de mayor grosor al habitual, estos cabos se trenzan formando un solo cuerpo; normalmente este canutillo aparece rizado. Utilizado para decorar el perímetro de caídas de bambalinas, estandartes, paños de bocina, senatus[6].

            - Borla, cuerpo circular en forma decreciente y que termina en gusanillo[7] o morillera; también las encontramos con el cuerpo superior en forma de una campana alargada cubierta con oro y malla y cuerpo inferior de flecos, llamada borla tocón. Aunque la incluimos en este apartado, esta labor de pasamanería conjunta el fleco de los dos estilos anteriormente mencionados, con el cuerpo o estructura cubierta por hilos de oro.

            Se utilizan en los estandartes decorando sus salientes, en las bambalinas unidas a un cordón, en las barras de palio, (en su parte superior entre la macolla y la barra), en los guiones, senatus, paños de bocina, etc. También son muy utilizadas en el remate de los cingulos nazarenos.


[1] Nos referimos al crietrio del bordador en elementos como piedras o lentejuelas.

[2]  FERNÁNDEZ DE PAZ, E.: Los Talleres del bordado de las cofradías. Editorial Nacional, Madrid, 1982.

[3] Ibídem, pág. 83

[4] A.A.V.V.: Patrimonio artístico... op. cit. p. 154

[5] Ibídem.

[6] Ibídem.

[7] Ibídem.

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