06 de Agosto de 2005
Las joyas del Primer Mandatario
El bastón de mando lleva hoy una
cabeza de cóndor. De éste y otros símbolos habla el
presidente
Carlos Mesa
( 06 de Agosto de 2005 )
El sol violenta la espada del Mariscal
Andrés de Santa Cruz. El arma blanca responde y el filo parte el
haz de luz en mil destellos. Ni el astro rey puede
mellar la historia que aún late desde la empuñadura a la
punta de esta reliquia que estuvo en 11 batallas
libradas en nombre de la libertad. Mas sólo el que la
mira puede entender el valor de este objeto cargado de
historia. O el de los símbolos presidenciales, descritos
al detalle para Escape por el propio presidente
Carlos Mesa.
La joya más resguardada
"Es mi
voluntad que la medalla que me presentó el Congreso de
Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se
lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en
mis últimos momentos conservo a aquella República", reza
el sexto deseo expresado por el Libertador Simón Bolívar en su testamento. Hoy, la medalla continúa siendo el
símbolo presidencial más importante.
Su historia
empezó cuando la Asamblea de 1826 como una de sus primeras resoluciones- encargó la pieza para homenajear
al Libertador. "Era un reconocimiento a su aceptación de
la independencia de Bolivia", relata el presidente
Carlos Mesa
en el Despacho Presidencial, flanqueado a su derecha por
un estandarte de impecable bordado.
El encargo lo
hizo el entonces prefecto de La Paz, el Mariscal Andrés
de Santa Cruz. Un orfebre, del que no se conoce el
nombre, la trabajó en oro, brillantes y cuarzo, con un
valor de 8.002 pesos.
Y le fue entregada al Libertador un año
después de que dejara el país. "Bolívar la recibió con
agradecimiento a través de una carta y antes de morir
decidió legarla a Bolivia en agradecimiento a la patria;
de modo que el albacea que la tenía en Jamaica la
devolvió".
Pero luego el Congreso Nacional decidió
otorgársela al presidente
Andrés de Santa Cruz en
carácter vitalicio, como reconocimiento a sus méritos.
Cuando Santa Cruz fue derrocado en 1839, un
contingente de soldados le arrebató la joya a su esposa,
doña Francisca Cernadas, para ser convertida en símbolo
presidencial. Así lo decidió el presidente
José Miguel
de Velasco mediante un decreto que data del 28 de
octubre de ese año.
Son 60 los presidentes que
portaron la joya, protagonista de más de un incidente.
Por ejemplo, el presidente
Mariano Melgarejo la habría
hurtado durante su Gobierno y la recuperación la logró
Agustín Morales en 1872.
Y del conjunto de
presidentes hay algunos que no la han usado. Por
supuesto no la llevó
Sucre porque no era símbolo
presidencial durante su mandato, ni
José María Pérez.
Tampoco
Urdininea,
Pedro Blanco
ni
Sebastián Agreda, que
fueron mandatarios antes de que la medalla se
considerara joya presidencial.
José María Linares, por
ejemplo, no pudo portarla porque el general
Córdova que
fue derrocado por él se negó a entregársela bajo el
argumento de que la pieza no era digna de un presidente
de facto.
Tampoco la usó Néstor Guillén, que fue
presidente por muy breve tiempo. Ni don Tomás Monje, que
gobernó después de la caída de Villarroel y consideró
que sólo los presidentes constitucionales debían
llevarla. Don Alberto Natusch no tuvo tiempo de usarla y
Celso Torrelio no la llevó, tildándola de q'encha.
Una de sus anécdotas memorables la protagonizó el
presidente
Siles Suazo, a quien le colocaron la medalla
al revés y "en mi caso -recuerda don Carlos Mesa- no
pude llevarla en el acto de posesión presidencial,
porque cuando la pedí eran más o menos las 18.00 y me
dijeron que había que llamar al presidente del Banco
Central. Él me explicó que no me la podía dar porque hay
una clave electrónica que impide que la bóveda se abra
después de las seis de la tarde".
La última tasación
de la medalla se hizo el 23 de enero de 2002 por encargo
del presidente
Jorge Quiroga. El documento que se guarda
en el Palacio Quemado coincide con el de 1926, por lo
que los rumores de que perdió piezas no tiene
fundamentos. Ese año el análisis lo hicieron dos
joyerías especializadas, que constataron que la joya se
mantiene intacta y que aquellas piedras que no son
brillantes sino cuarzos, probablemente son los que se
colocaron originalmente, a deducir por su tipo de corte.
Si existe alguna pérdida quizá sea de pequeñas chispas
de brillante de los laureles, de menos de 0,10 kilates
cada una, atribuible a la manipulación.
Su belleza, sin embargo, no
permanece inalterable a la original. La cadena, por
ejemplo, era más corta, pues estaba diseñada para el
cuello. Para que cuelgue del pecho, como lo hace ahora,
se le añadió una cadena. En 2002 se encargó la
prolongación en 34 centímetros, trabajada en oro de 22
kilates. La cadena tiene hoy un peso adicional de 66
gramos.
Otro cambio lo sufrió en el círculo de oro
que lleva al centro, donde está la imagen de Simón
Bolívar en la cumbre del Cerro Rico de Potosí. Señalando
una fotografía de su libro Presidentes de Bolivia: entre
urnas y fusiles, el Primer Mandatario muestra la leyenda
que llevaba la joya original: "La república Bolívar
agradecida al héroe cuyo nombre lleva". Pero con el
tiempo esa inscripción desapareció y en su lugar se
podía ver algo así como un Illimani. Entonces Jorge
Quiroga decidió que se colocara el reverso original y
ahora lo tiene, en mérito a su valor histórico que es
mucho más que el económico: 284.815,20
dólares.
La cabeza del cóndor
Carlos Mesa toma el estuche de terciopelo de una gaveta ubicada al frente
de la puerta de su despacho. Una cinta tricolor asoma
por una esquina y deja ver una réplica del bastón de
mando, un símbolo militar otorgado al gobernante en su
carácter de capitán general de las Fuerzas Armadas. El
objeto casi se pierde en sus manos, pues no ha de medir
más de 50 centímetros. De su puño cerrado sobresale la
cabeza de un cóndor con los ojos colorados.
A partir de este mandato el ave engalanará
el bastón que hasta ahora llevaba una cabeza de águila,
como es tradición internacional. "A mí me pareció lógico
que la cabeza del bastón del mando debía ser un cóndor,
que es el ave nacional y que está en el escudo nacional.
De modo que a partir de mi presidencia he establecido la
cabeza del cóndor como distintivo".
El uso del
objeto que se trabaja en los talleres de las FFAA fue
reglamentado durante el gobierno de
Andrés de Santa Cruz, el 9 de diciembre de 1829. A diferencia de la
medalla, no se trata de un elemento único; cada
presidente tiene su propio bastón y va inscrito con su
nombre. Es dado por el Alto Mando Militar y tiene las
cinco estrellas que se le asignan a su Capitán General.
La banda más larga
"Si vamos a hablar
de la banda presidencial dice el Primer Mandatario hay
que señalar que la bandera es el símbolo patrio más
importante. Y en ese contexto es que incluye sus
colores. Está referida a la nación: es para la máxima
autoridad de la nación y por eso lleva los colores de la
bandera nacional".
Como el bastón de mando, hay una
banda hecha a la medida de cada presidente. "La que yo
utilizo es un trenzado muy bonito, no es una banda de
seda como antes se estilaba, sino trenzada y con el
escudo bordado. Es un trabajo que hace una congregación
de monjas en Cochabamba; son las únicas que lo hacen y
que tardan entre un mes y medio y dos meses en hacerla.
Yo encargué una más larga por mi estatura".
El
símbolo pesa algo menos de un kilo y los bordados son de
pan de oro. Una ejemplar se expone en la Galería de los
Presidentes, el salón en el que se encuentra la espada
de
Andrés de Santa Cruz de Calahumana
cuya empuñadura lleva grabadas las 11
batallas en las que fue blandida, el crucifijo y la
Biblia sobre la que los ministros hacen su
juramento.
La silla presidencial
Don
Carlos Mesa esboza una sonrisa cuando quien le entrevista le
pregunta por la silla presidencial. "El concepto de
silla presidencial es más bien simbólico", dice. "En mi
caso yo utilizo cuatro sillas". Una de ellas es la que
se ubica en la testera del Salón de los Espejos, que
ciertamente es un juego de muebles muy antiguo. "Yo he
identificado fotos de los años 40 de esa silla. Es decir
que por lo menos en Palacio de Gobierno la han utilizado
presidentes desde
Peñaranda hacia adelante", explica el
Presidente antes de mostrar el Decreto Supremo 27630,
que reglamenta la imagen oficial de los símbolos patrios
a partir del 19 de julio.