Por
Mario Rojas
Era día domingo, el párroco del pueblo estaba de cumpleaños. En la
Parroquia, el Comité de Obras Parroquiales, le organizó un pequeño
cóctel a la salida de la misa, y, cuando estábamos en pleno festejo,
aparecieron Brisa Céspedes y Arcadio Carrasco para proponerle al Padre
y a nuestro grupo la posibilidad de regalarle al Papa, una casulla
tejida a telar en su venida a Chile.
Se aprobó la idea y
entre todos los grupos católicos cooperaron con aportes en dinero para
comprar los hilos que se ocuparían en el tejido, luego la tejedora
doña Julia Peralta comenzó su obra. Primero ideó y programó los
colores y los dibujos, colores de preferencia, los del Vaticano o del
Papa: amarillo y blanco, para las espigas de trigo, un color castaño y
para las hojas el verde.
La tejedora se dio a
la tarea de poner los hilos en los quilvos del telar, y a urdir el
tramado con los tonones y luego con la paleta de madera de corazón de
espino da comienzo al tejido. Centímetro a centímetro, respira
entusiasmo, contagia con su alegría, su pensamiento vuela a Roma, se
imagina que la casulla ya la viste el Papa, que el aroma de los hilos
de la prenda sacra ya está en la persona máxima del catolicismo, que
las espigas de trigo de la Casulla le dicen al papa, de nosotros sale
la harina con que se amasa la Sagrada Hostia de los comulgantes.
A medida que pasaba
el tiempo, la tejedora daba paletazo tras paletazo, las espigas y sus
hojas iban creciendo en el campo amarillo y blanco de la casulla. Eran
espigas que crecían como las sembradas y regadas por el agricultor en
el campo. Y así como el agricultor acompaña su trabajo con canciones
mitad cantadas y mitad silbadas, la tejedora también, al compás de sus
paletazos apretando el tejido, tararea y canta sus canciones.
La casulla es
terminada con la perseverancia creyente de la tejedora y cuando vino
el Papa a Chile, el Párroco y la Tejedora viajaron a Santiago a
entregarle esta inimitable prenda tejida en un telar de Doñihue del
barrio Camarico.
El viaje se hizo el
día 30 de marzo de 1987, salieron 7 buses muy de madrugada acompañando
al vehículo del Padre Salvador Moreno Silva y la Tejedora Sra. Julia
Peralta.
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Bibliografía:
Y… Vivimos la magia de las letras…: Taller
literario Biblioteca Pública Municipal de Doñihue. Rancagua: Fondo
Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, 2001. 73 p.