LA CASULLA PARA EL PAPA TEJIDA A TELAR EN DOÑIHUE

Doñihue, 14 de abril de 1985*

Por Mario Rojas

     Era día domingo, el párroco del pueblo estaba de cumpleaños. En la Parroquia, el Comité de Obras Parroquiales, le organizó un pequeño cóctel a la salida de la misa, y, cuando estábamos en pleno festejo, aparecieron Brisa Céspedes y Arcadio Carrasco para proponerle al Padre y a nuestro grupo la posibilidad de regalarle al Papa, una casulla tejida a telar en su venida a Chile.

     Se aprobó la idea y entre todos los grupos católicos cooperaron con aportes en dinero para comprar los hilos que se ocuparían en el tejido, luego la tejedora doña Julia Peralta comenzó su obra. Primero ideó y programó los colores y los dibujos, colores de preferencia, los del Vaticano o del Papa: amarillo y blanco, para las espigas de trigo, un color castaño y para las hojas el verde.

     La tejedora se dio a la tarea de poner los hilos en los quilvos del telar, y a  urdir el tramado con los tonones y luego con la paleta de madera de corazón de espino da comienzo al tejido. Centímetro a centímetro, respira entusiasmo, contagia con su alegría, su pensamiento vuela a Roma, se imagina que la casulla ya la viste el Papa, que el aroma de los hilos de la prenda sacra ya está en la persona máxima del catolicismo, que las espigas de trigo de la Casulla le dicen al papa, de nosotros sale la harina con que se amasa la Sagrada Hostia de los comulgantes.

     A medida que pasaba el tiempo, la tejedora daba paletazo tras paletazo, las espigas y sus hojas iban creciendo en el campo amarillo y blanco de la casulla. Eran espigas que crecían como las sembradas y regadas por el agricultor en el campo. Y así como el agricultor acompaña su trabajo con canciones mitad cantadas y mitad silbadas, la tejedora también, al compás de sus paletazos apretando el tejido, tararea y canta sus canciones.

     La casulla es terminada con la perseverancia creyente de la tejedora y cuando vino el Papa a Chile, el Párroco y la Tejedora viajaron a Santiago a entregarle esta inimitable prenda tejida en un telar de Doñihue del barrio Camarico.

     El viaje se hizo el día 30 de marzo de 1987, salieron 7 buses muy de madrugada acompañando al vehículo del  Padre Salvador Moreno Silva y la Tejedora Sra. Julia Peralta.


* Bibliografía: Y… Vivimos la magia de las letras…: Taller literario Biblioteca Pública Municipal de Doñihue. Rancagua: Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, 2001. 73 p.

 

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