EVOLUCIÓN
1. LA EVOLUCIÓN DE LOS SERES
VIVOS
Una vez que la vida surge sobre la Tierra la vida se nos plantea un nuevo interrogante: ¿cómo a partir de una sola célula han podido aparecer todas las especies tan diferentes que existen hoy día? Es evidente que la contestación a esta pregunta ha variado mucho de la época en que se aceptaba la teoría de la generación espontánea a cuando esta teoría fue rechazada.
Hasta el s. XIX se pensó que los seres vivos eran
inmutables y que habían existido siempre de la misma manera, fijos, sin sufrir
cambios, lo cual originó una corriente de ideas agrupadas bajo el término fijismo.
G. Cuvier (1769-1832), estudiando una gran cantidad de fósiles dedujo que había especies que desaparecían, se extinguían, lo cual implicaba cambios que contradecían al fijismo; como él era fijista, pensó que las especies aparecían sobre la Tierra y se mantenían durante mucho tiempo sin sufrir ningún cambio hasta que se producía una gran catástrofe que las hacía desaparecer, tras lo cual aparecían nuevas especies que volvían a desaparecer en otra catástrofe y así sucesivamente, surgiendo una variante de las ideas fijistas que constituyó el catastrofismo.
En la misma época, J.B. de Lamarck (1744-1829) estudiando también fósiles llegó a deducciones completamente opuestas al fijismo y que suscitaron gran controversia con Cuvier y la mayor parte de naturalistas de la época; según Lamarck las especies actuales provenían de especies primitivas, hoy extinguidas, que habrían sufrido modificaciones sucesivas; esta nueva idea recibió el nombre de evolucionismo. Para Lamarck estas transformaciones se debían a que cuando cambiaban las condiciones ambientales, los seres vivos desarrollaban caracteres que les ayudaban a vivir mejor (adaptación al medio) y luego esos caracteres se transmitían a sus descendientes, apareciendo especies nuevas; es lo que llamaba la herencia de los caracteres adquiridos.
La variabilidad nos explica que en una población perteneciente a una especie determinada hay una gran variedad de individuos diferentes, cada uno de los cuales se adapta de diferente manera a un ambiente determinado, de tal forma que unos se adaptan mejor (viven mejor) que otros, y esto repercute en la cantidad de descendientes que pueden tener, de forma que los que viven mejor tienen más descendientes, es decir, son “seleccionados por la naturaleza” para vivir y tener más hijos. Este proceso que permite prosperar a los mejor adaptados al tiempo que elimina a los inadaptados se llama selección natural.
La
selección natural, ayudada por otras fuerzas evolutivas tales como las mutaciones
genéticas, provocan cambios graduales en los individuos que terminan por
dar lugar a la aparición de nuevas especies, pudiendo desaparecer la especie de
la que provienen. Este proceso de transformación gradual de una especie en otra
nueva recibe el nombre de evolución biológica o darwiniana.
Darwin
y Wallace se encontraron con el problema de explicar por qué existía esa
variedad de individuos y por qué había rasgos que sí se heredaban, ya que
cuando publicaron sus obras no se conocían aún los trabajos de G. Mendel sobre
la herencia de los caracteres.
Hoy en día la teoría más aceptada es el neodarwinismo propuesto por T. Dobzhanzky, que es la idea de evolución darwiniana vista a la luz de la genética, lo cual permite explicar que la variedad de individuos en una especie se debe a que poseen diferente información genética, y por eso se pueden heredar ciertos caracteres, ya que se transmiten a través de los genes de una generación a otra.
Algunos
biólogos y, sobre todo, los paleontólogos suelen discrepar de las ideas
neodarwinistas en el aspecto de la velocidad a la que se producen los cambios en
las poblaciones que terminan dando lugar a especies nuevas; ellos, al estudiar
los fósiles, lo que observan es que esos cambios parecen producirse mucho más
deprisa de lo que indica el neodarwinismo y el evolucionismo en general: el
registro fósil no nos habla de cambios graduales a lo largo de muchas
generaciones, sino de cambios mucho más rápidos, en muy pocas generaciones,
que convierten a unas especies en otras como respuesta a los cambios en el
medio, es como si la evolución avanzara a saltos: es la denominada teoría
saltacionista o teoría del equilibrio puntuado. También hay otras teorías.
2.
PRUEBAS DE LA EVOLUCIÓN
Podemos tener una mayor certeza de
la existencia del proceso de evolución en el pasado, ya que según lo que
acabamos de ver, la evolución no se puede demostrar en la actualidad por su
extremada lentitud; esta certeza, sin embargo, la podemos obtener a partir de
una serie de hechos que nos van a probar su existencia.
Pruebas biogeográficas
Las
encontramos repartidas por todo el planeta, y consisten en la existencia de
grupos de especies más o menos parecidas, emparentadas, que habitan
lugares relacionados entre sí por su proximidad, situación o características,
por ejemplo, un conjunto de islas, donde cada especie del grupo se ha adaptado a
unas condiciones concretas. La prueba evolutiva aparece porque todas esas
especies próximas provienen de una única especie antepasada que originó a
todas las demás a medas que pequeños grupos de individuos se adaptaban a
condiciones de un lugar concreto, que eran diferentes a las de otros lugares.
Son
ejemplos característicos de esto los pinzones de las islas Galápagos que
fueron estudiados por Darwin, las grandes aves no voladoras distribuidas por el
hemisferio sur, los ñandúes sudamericanos, las avestruces africanas y el emú
australianos, entre otros.
Pruebas paleontológicas
El estudio de los fósiles nos da una idea muy directa de los cambios que sufrieron las especies al transformarse unas en otras; existen muchas series de fósiles de plantas y animales que nos permiten reconstruir cómo se fueron adaptando a las cambiantes condiciones del medio, como las series de erizos de los acantilados ingleses, el paso de reptiles a aves a través del Archaeopterix, o la evolución de los caballos para adaptarse a las grandes praderas abiertas por las que corrían.
Pruebas anatómicas
En
muchos seres vivos existen órganos atrofiados, no funcionales, que aparecen en
antepasados antiguos perfectamente funcionales, pero que con el transcurso de
las generaciones dejaron de ser útiles; a estos órganos se les denomina órganos
vestigiales.
Por otro lado, el estudio de la anatomía de distintas especies nos enseña que existen muchas que se parecen mucho, ya que son especies evolutivamente próximas, separadas por una diferente adaptación a medios distintos, es decir, que poseen órganos y estructuras orgánicas muy parecidas ya que tienen el mismo origen evolutivo, son lo que denominamos órganos homólogos.
La
aleta de un delfín, el ala de una ave, el ala de un murciélago, el brazo
humano y la pata de un caballo, son órganos con la misma estructura interna,
pero desempeñan funciones diferentes. Representan la divergencia adaptativa,
por la cual los seres vivos modelan sus órganos según su modo de vida, el
ambiente en que están, etc.
Al mismo tiempo, existen también especies muy separadas evolutivamente que se tienen que adaptar al mismo medio, y por lo tanto desarrollan estructuras similares, los llamados órganos análogos, que son patrones anatómicos que han tenido éxito en un medio concreto y por eso varias especies lo imitan. Representan un fenómeno llamado convergencia adaptativa, por el cual los seres vivos repiten fórmulas y diseños que han tenido éxito. Un ejemplo de órganos análogos serían las alas de las aves y de los insectos, tienen la misma función pero su estructura interna es totalmente distinta porque provienen de líneas evolutivas diferentes.
Pruebas Embriológicas
Relacionadas con las pruebas anatómicas, el estudio de los embriones de los vertebrados nos dan una interesante visión del desarrollo evolutivo de los grupos de animales, ya que las primeras fases de ese desarrollo son iguales para todos los vertebrados, siendo imposible diferenciarlos entre sí; sólo al ir avanzando el proceso cada grupo de vertebrados tendrá un embrión diferente al del resto, siendo tanto más parecidos cuanto más emparentadas estén las especies. Esto es lo que Haeckel resumió diciendo que la “ontogenia resume a la filogenia”.
Pruebas bioquímicas
Por último, las pruebas más recientes y las que mayores posibilidades presentan, consisten en comparar ciertas moléculas (proteínas y ADN sobre todo) que aparecen en todos los seres vivos de tal manera que esas moléculas son tanto más parecidas cuanto menores diferencias evolutivas hay entre sus poseedores, y al revés.
3. MICROEVOLUCIÓN Y MACROEVOLUCIÓN
A
veces la selección natural actúa favoreciendo alelos que dan lugar a mayores
cambios en las poblaciones, por lo que con el tiempo pueden surgir especies
nuevas parecidas a las anteriores, lo que llamamos microevolución, o
grupos de seres vivos nuevos, completamente diferentes, pudiendo incluso
extinguirse las especies anteriores, lo que llamamos macroevolución;
todo depende de que las mutaciones originen alelos o genes nuevos, que impliquen
la existencia de caracteres muy diferentes a los preexistentes, y que estos
caracteres diferentes sean seleccionados por implicar una mejor adaptación al
medio.
Concepto de especie
Se
han ido dando, a lo largo de la historia, numerosos conceptos de especie, todos
ellos válidos en el momento en el que fueron enunciados, pero que han ido
quedando desfasados por paso del tiempo o están actualmente en discusión.
Actualmente
la definición más aceptada de especie es la que dice que especie es el conjunto
de individuos que pueden reproducirse entre sí y originar descendientes fértiles;
es decir, comparten un mismo sistema de fertilización, de reconocimiento entre
individuos de distinto sexo y de compatibilidad ente los genes aportados por
cada uno.
Esta
definición se basa en el “aislamiento” entre especies, algo muy aceptado en
teoría pero con numerosas excepciones en la práctica. Además, presenta unas
limitaciones, como por ejemplo que sólo se refiere a los individuos con
reproducción sexual y que no es aplicable a las especies fósiles.
Especiación
El
proceso evolutivo por el cual a partir de una especie preexistente aparece una
nueva especie se llama especiación. Este proceso es lento y gradual, según
los darwinistas y neodarwinistas, o es rápido y brusco, según los
“saltacionistas” del equilibrio puntuado. El estudio entre las relaciones
evolutivas entre especies de una línea se llama filogenia. Según las
causas, se distinguen dos tipos de especiación: especiación por aislamiento o
gradual y especiación cuántica o rápida.
La
especiación por aislamiento se produce cuando un grupo de individuos de
una especie queda aislado del resto de individuos de su especie. Entonces no hay
flujo de genes entre las dos poblaciones, y cada una evoluciona de forma
diferente hasta llegar a constituirse como especies diferentes.
El
aislamiento puede producirse al encontrarse con una barrera geográfica
(un río, un glaciar, un mar originado por el ascenso del nivel del agua, una
fractura debida a la deriva continental, etc...) o también puede ser debido a barreras
biológicas, es decir, impedimentos para que la reproducción se realice
correctamente entre los individuos de la especie (que unos individuos florezcan
en una época del año y otros en otra, que unos individuos hagan movimientos
para atraer a las hembras y otros hagan otros movimientos que no son reconocidos
por todos, que unos individuos sean demasiado grandes para el apareamiento, que
los gametos de unos no puedan sobrevivir en el cuerpo de algunas hembras,
etc...).
La especiación cuántica o rápida se produce a causa de las mutaciones en el número de cromosomas de la especie. Por ejemplo: si en una planta diploide aparecen por mutación gametos 2n, después de la fecundación aparecerán organismos 4n, que ya no se podrán cruzar con los anteriores.