La
oscuridad muchas veces se ha comparado con la confusión y la ignorancia. Cuando
leemos en esas condiciones no entendemos las palabras, la vista se nos cansa y
al poco tiempo desistimos de nuestro propósito. Por el contrario, el evangelio
de Jesucristo siempre se ha identificado con la luz que da sabiduría, la llama
que disipa el temor, la claridad que hace nueva todas las cosas. Esa
iluminación fue reunida pacientemente en distintos libros a lo largo de siglos
y en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más
conscientes.
Mis queridos hermanos, si bien en He
4:12 dice: “...porque
la palabra de Dios es viva”, a
partir de hoy trataré de acompañarlos en una forma muy reducida pero con el deseo de ampliar vuestros
conocimientos con temas vinculados a UN LIBRO llamado BIBLIA. Estos temas nos
llevaran a saber “DE QUE SE TRATA TODO ESTO” para lograr que ella forme
parte de tu vida,
ya que no se trata de un libro más sino que es la revelación escrita de
la voluntad de Dios hacia los hombres. Más allá de ese Libro, está el Dios
del Libro, por que la Biblia trata de Dios, y en especial de Su Hijo,
Jesucristo.
Aunque es toda una biblioteca, la Biblia es también “el libro” por
excelencia. Cuenta una historia, grandiosa, acerca del amor de Dios por su
pueblo, y del precio que estaba dispuesto a pagar para restaurarnos en perfecta
comunión con ÉL. Es al mismo tiempo una historia divina y humana. El
pensamiento es divino, mientras que la expresión de la comunicación es humana.
Así, pués, se trata de un libro como ningún otro. El libro es una
revelación divina, una revelación progresiva, una revelación de Dios al
hombre, comunicada a través de los hombres, y que se desarrolla sin trabas,
desde su principio hasta su grandioso final. Detrás de cada suceso está Dios,
el constructor de la historia, el creador de los tiempos. La eternidad marca los
límites de uno y otro extremo, y el tiempo fluye entre los dos. Podemos
estudiar el detalle más pequeño, en cualquier lugar que se encuentre, y ver
que hay sólo un gran propósito a lo largo de los siglos: el plan eterno de
Nuestro Dios Todopoderoso para redimir un mundo en ruinas y dar a cada uno de
nosotros, a ti y a mí, la salvación eterna.
El Antiguo Testamento es la narración de las relaciones de Dios con una
nación: los israelitas. El Nuevo Testamento es la narración de la relación de
Dios con un Hombre: Su Hijo. Dios se convirtió en hombre a través de Su Hijo
para que pudiéramos conocerlo. Si quieres saber como es Dios, basta conque veas
a Jesucristo, pues Él es la revelación perfecta de Dios. Su presencia sobre la
tierra aún representa el acontecimiento central de toda la historia. Incluso
los calendarios que empleamos actualmente, parten de ese momento tan especial.
El Antiguo Testamento preparó el escenario. El Nuevo Testamento describe el
drama.
¡Y que increible y hermoso es ese drama! Dios es el autor. Jesucristo el
protagonista. El Espíritu Santo es la fuerza detrás de cada uno de los
personajes, incluyendo al Hijo de Dios.
La perfección de Jesucristo como hombre, fue profetizada para luego
suceder el más grande de los milagros: ¡Jesucristo resucitó de entre los
muertos y hoy vive! No es una simple figura histórica, sino una Persona
viviente. Sus amigos y discípulos querían que se quedara en la Tierra después
de resucitar de entre los muertos, pero dijo que tenía que irse para poder
enviar su Espíritu Santo y afirmó que ese Espíritu Santo, el mismo que le
confirió el poder para resucitar de entre los muertos, llegaría para llenar a
todo cristiano desde ese momento en adelante.
Cristo es el gran tema. El
debe llenarte la memoria, gobernar el corazón y guiar los pies. Lee la Biblia
lentamente, frecuentemente y en oración. Ella es una mina de riqueza, un paraíso
de gloria y un río de placer. Aprovéchala por que fue dada a ti en vida, será
abierta en el juicio y recordada para siempre. Ella encierra la responsabilidad
más alta, recompensará la labor más grande y condenará a todos los que
menosprecian su contenido sagrado.
De esta forma y gracias a responsables religiosos de Israel, se pudieron
recibir, escoger y acreditar todos estos pasajes, en distintos libros que
reunidos integran “LA ESCRITURA” o “LAS ESCRITURAS” cuyo compendio
es la bella y hermosa
palabra de Dios que se llama “LA BIBLIA”