EDIFICIO BAANANTE



La casa Baanante, la casa del �Rico, del Pobre y del mas Elegante�, con tradici�n de toda una vida, funcionaba en el edificio Baanante, en la esquina de Gamarra y Bolivar y con frente a la Plazuela Bolivar, vend�a telas, casimires y especialmente, sombreros, de propiedad del Sr. Enrique Baanante Alva, era tambi�n un hito en la ciudad de Trujillo, ya que serv�a como un punto de orientaci�n inconfundible, pues bastaba con decir, te espero frente a la Casa Baanante, para que cualquiera supiera, sin lugar a dudas, de cual era el lugar de reuni�n, como sucedi� despu�s cuando se convirti� en el BANCO NOR PERU, CONTINORTE.

Es aqu�, que el BANCO NOR PERU, CONTINORTE, comienza a funcionar, el 02 de Mayo de 1961, luego de ser remodelado para adecuarlo a las funciones de un Banco, por la firma, Risco y Torres, S.A. (o fue Paco Jimeno) y especialmente decorado, por la Sra.Rachell Cavaleira de Velit y ten�a entonces un z�tano y tres pisos, por lo que, el Banco al poco tiempo y conforme al contrato de alquiler, construy� los pisos mas, el cuarto y quinto.

La entrada principal, era por el Jir�n Gamarra, m�s otra en la misma esquina y por Bolivar, se entraba al s�tano. En el primer piso, funcionaba la Secci�n Caja, con los Recibidores y Pagadores y la m�quina Nacional, que concentraba todo el movimiento de Caja, apodada �El Palomar�, porque ten�a 20 cont�metros y 20 casilleros, que se asemejaban a nidos de palomas, cada uno de los cuales resum�a el movimiento, de cargos o abonos, de todas las cuentas posibles, que se hubieran movido por Caja, de modo tal, que al final del d�a, al cerrarse la m�quina se ten�an los saldos de cierre de las cuentas, con los que ten�a que cuadrar cada Recibidor, Pagador o Auxiliar de Caja. La m�quina era moderna, desconocida y espectacular, para el p�blico y la competencia; y como, lo nuevo infunde temor, que unido a la envidia , no permiten reconocer el progreso en los dem�s. De all�, los casos anecd�ticos siguientes:

Como la m�quina m�gica, le permit�a al Banco Nor Per�, enviar el canje a las 11.00 a.m., y luego, algo mas a la 1.00p.m., los dem�s Bancos, lejos de apreciar la bondad del sistema que les permit�a adelantar su movimiento, se negaron a recibir la primera remesa, diciendo que todo debe ir a la 1.00 p.m. como estaba acordado. El beneficio se lo perdieron ellos.

Lo curioso, es que cuando el Banco fue tomado por el Banco Continental, sus operativos, como se hac�an llamar, lejos de tratar de entender como funcionaba �El Palomar�, la arrinconaron y volvieron a la antigua, ya que el sistema automatizado vino diez a�os despu�s.

En el primer piso tambi�n se instal� la Sub-Gerencia General. En el s�tano se instal� la Secci�n de Ahorros y la Secci�n Valores.

En la parte frontal del segundo piso, se ubic� la Gerencia General y la Sala del Directorio, la Secretar�a de la Gerencia General, La Oficina Legal, la Secci�n informes, la Secci�n de Cobranzas y la Oficina del Contador General.

En el tercer piso se instalaron la Secciones de Contabilidad, Personal y Cobranzas y la Oficina del Sub-Contador.

Al terminarse construir los pisos cuarto y quinto, se instalaron en ellos, las Secciones de Cobranzas y de Economato o Proveedur�a. Cuando se instal� Cobranzas, en este nuevo lugar, lo hizo con su nov�simo sistema �Unisys� de IBM, compuesto por sus gigantescas m�quinas: dos codificadoras, una clasificadora y una impresora, con lo que tambi�n sorprendimos a Trujillo, comenzando con la inmensa gr�a que vino para subir las m�quinas por el balc�n del tercer piso, con una gran concentraci�n de p�blico que no quer�a perderse el espect�culo.

 

COSAS DEL RECUERDO Y PERSONAJES

* La Cafeter�a.- Desde el primer d�a el Banco Nor- Per�, puso al servicio de su personal, en su tercer piso, una linda cafeter�a, amoblada y decorada, al mejor estilo, con una preciosa combinaci�n de colores, blanco, rojo y anaranjado. Los pecios eran simb�licos, ya que el Banco la subvencionaba y aunque el tiempo de permanencia all�, no deber�a ser muy largo, no se pod�a evitar que se dieran algunos encuentros no muy cercanos, pero con orden. La primera y �nica persona que atend�a la cafeter�a fue Panchita


* El Banorpe Club.- El Banco pidi� que fuera el propio personal que encontrara la forma de administrar la cafeter�a, de modo que, un d�a a eso de las siete de la noche, un grupo de empleados se reuni� en un Restaurante del frente, llamado �Trocadero�, de don Alfonso Chong y con unos traguitos de Pilsen Trujillo, para pensar mejor, y a eso de las dos de la ma�ana, por fin hubo humo blanco y qued� fundado el Banorpe Club, como un Club Deportivo, Social y Cultural. El objetivo inmediato fue administrar la Cafeter�a, a cuyo efecto se contrat� a Panchita (Francisca Velarde). A partir de entonces, todas las celebraciones como la Pascua, A�o Nuevo, Fiestas Patrias, etc., fueron celebradas por el Banorpe Club.


* El Golf y Country Club.- En 18 hect�reas de la Hacienda la Encalada, se construyeron la cancha y el edificio del Club, �ntegramente con dinero financiado por el Banco Nor Per� y al inaugurarse, en Febrero de 1968, la deuda era cuantiosa y no pudo cubrirse con las letras de S/. 20,000.00 que firmaron los socios de la Immobiliaria que fue primero, cuando el d�lar se cotizaba, aproximadamente a S/.26.82, quedando saldada s�lo en 1975, cuando el Banco ya estaba intervenido, pero, evidentemente, es un legado a la ciudad de Trujillo, porque lo hizo posible en sus momentos mas dif�ciles.


* Don Victor Chavera.- T�cnico de la Nacional Register Company (NCR), con residencia en Trujillo, que nos daba servicio casi exclusivo con la mayor�a de nuestras m�quinas que eran de esa marca, incluida El Palomar, por su puesto.
* Don N�stor Rojas San Rom�n.- El maestro �Rojas�, que fabric� todos los muebles y mostradores de la Oficina Principal y las principales Sucursales.


* Don V�ctor Sagard�a Morillas.- Nuestro principal Chofer, siempre a disposici�n y dispuesto a todo, en cuyo pecho unos asaltantes en los ca�averales de Cartavio, usando como pincel una chaveta, dibujaron un tablero de ajedrez , sin que podamos olvidar la vez en que se bati� a tiros en la Agencia Primavera, evitando el robo del dinero que en esos momentos descargaba de su camioneta �Doche�, como �l dec�a.


* Don Mario Lecca D�valos.- Estaba a flor de labios de todos, para cualquier problemita, como que esta m�quina hay que moverla de aqu� para all�, o de all� para ac�; o bien, me antoj� un pancito pero con pavo, o con chicharr�n, o con queso, a ver como lo haces�aye, aye, Sir. Y todo lo hac�a.


* Nuestras primeras camionetas.- Una Mini Morris y una Dodge.


* Nuestros primeros fantasmas.- Trabajar hasta altas horas de la madrugada, era cosa de rutina, sobre todo en los primeros a�os. Felipe V�squez L�pez, quien a la saz�n se encargaba de ingresar todo el movimiento del d�a en la m�quina Nacional Mod. 50, en una ocasi�n, a eso de las dos de la ma�ana, cuando muy pocas personas est�bamos en el Banco, baj� corriendo desde el tercer piso, al primero y jadeante se sent� en el primer escal�n de la escalera y con palabras entrecortadas, le explic� a Enrique Tello C., que hab�a ido al ba�o un momento y cuando regresaba a su puesto de trabajo, la m�quina estaba escribiendo sola escuch�ndose una voz de ultratumba que lo llamaba por su nombre. El consejo de Kike que se calmara, se fuera a su casa y que viniera el d�a siguiente, mas temprano que de costumbre a terminar el trabajo. Fue al d�a siguiente, que nos enteramos que el consejo de Kike, para que Felipe se retirara a esa hora, fue para tener tiempo de retirar los hilos de pescar que hab�a atado a las teclas de la m�quina y que a trav�s del tragaluz, iban al segundo piso de donde �l manipulaba las teclas y lanzaba las voces de ultratumba. Pocas personas nos enteramos y la leyenda de los fantasmas qued� por mucho tiempo.


* El bautizo de los empleaos nuevos.- Hab�an, cuando menos dos clases de bautizo, a los que casi ning�n empleado nuevo, pod�a escapar. 1) Era cuando al empleado nuevo, no importa donde se hallara, se le indicaba que, por orden del Contador General, deber�a ir al s�tano y llevara el Libro de Control de Ahorros, (que era muy grande y grueso), y lo llevara al cuarto piso, junto con una m�quina Nacional de sumar. Cuando llegaba el pobre empleado a la Oficina del Contador, todo jadeante y agobiado por el peso, se daba con la sorpresa que nadie hab�a dado semejante orden, ante la mirada de muchos que sab�an lo que estaba pasando y que . 2) Alguien entregaba al empleado nuevo, un paquete de cheques de d�as pasados, con la indicaci�n de que, por orden del Contador General, deb�a sacar doble wincha de los n�meros de los cheques y que apenas ambas winchas estuvieran cuadradas, ese mismo d�a y a la hora que fuera, deber�a dejarlas en la Oficina del Contador. Nadie hab�a ordenado eso, y menos de los n�meros de los cheques, que no sirven para nada.

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