Foto Archivo Luis Ginocchio Feijó  

Historia


HOMENAJE A GRAU

Grau, vigente y vigilante[1]

por Luis Ginocchio Balcázar

Distinguidas autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Señoras y Señores.  La Asociación Nacional Pro Marina del Perú – Filial Piura nos permite el alto honor de pronunciar estas palabras de homenaje en el mes más emblemático de Piura, Octubre.

Por eso debo agradecer la oportunidad de acceder por unos minutos al altar donde mora el piurano más insigne, que reúne las más altas virtudes cívicas y que encarna a una de las instituciones tutelares de la Patria, la Marina de Guerra del Perú, elevada mediante su genio militar a las epopeyas y gestas de fundación de los tiempos, y que mañana cumple 181 años de fundación.

Convocado por la Patria, una mañana de Octubre de 1879, un marino piurano partió la historia del Perú en dos. Antes y después de Miguel Grau Seminario.  Su aporte fue más allá de la defensa de la integridad de nuestro territorio pues se inmoló para salvar el honor nacional y consolidar nuestra identidad, más allá de su generación.     

Angamos

Hay una trinidad patriótica a la que se ofrece un recuerdo reverente cada 8 de Octubre: Grau, Angamos y el Huáscar.  Por eso, con fervor leemos lo que dijo el diario El Peruano del 9 de Octubre de 1879, despacho desde Arica, 4:20 de la madrugada:  “Ayer a las 8:30 de la mañana, regresando el Huáscar y La Unión, encontraron dos divisiones de la escuadra enemiga.  La Unión perseguida por tres buques se retiró. A las 10 a.m. combaten el Huáscar, el Cochrane y el Blanco Encalada en Mejillones de Bolivia... Así como hemos recibido con moderación las noticias de varias victorias, aceptemos con firmeza el inesperado revés que anuncian las líneas anteriores. Si el Huáscar ha perecido, lo habrá hecho heroicamente. El solo, débil, con dos cañones, contra una escuadra poderosa y crecido número de bocas de fuego: combate desigual y sin ejemplo, que enaltece hasta lo sublime el valor peruano”. 

Paradigma

El Gran Almirante Grau es paradigma de peruanidad pues testimonia los valores que nos unen. Paradigma son los patrones de comportamiento, sentimiento y pensamiento de un grupo humano y constituyen una forma de percibir o concebir un asunto, así como de pensar y actuar. Los paradigmas son esenciales para la vida organizada y la interacción social. Al mismo tiempo, los valores que la vida de Miguel Grau refleja son un conjunto de principios que dan consistencia y coherencia a las acciones de un grupo humano en el tiempo. Son las raíces profundas que mantienen al grupo estable en un contexto de cambio generalizado, como el que precisamente estamos viviendo ahora. De esos valores, de la correspondencia y consistencia entre el discurso y la acción, se nutren y fortalecen las instituciones.  Sin ellos no hay futuro para esas entidades.

Heroísmo

Si analizamos el heroísmo de Grau constataremos que surge de su elevada motivación, unida a los valores de actitud que forjó desde la infancia. Recordemos algunas de sus reflexiones más decidoras, que nos permiten ver que su heroísmo no es de impulso sino de convicción. Conocedor de su menor potencial bélico no duda en afirmar: “A pesar de todo, si llegase el caso, el Huáscar cumplirá con su deber aún cuando tenga la seguridad de su sacrificio”. Si bien esas palabras son todo un cuerpo de pensamiento y acción, Grau no nos dejó un mensaje o palabra de despedida. Sin embargo, nos dejó mucho más: su ejemplo de amor a los colores de nuestro inmaculado Pabellón. Su hoja de vida diáfana y austera. 

La persona

Mediante la lectura de su correspondencia podemos acercarnos a la persona tras el héroe. Como buen piurano don Miguel Grau gusta del dulce, hecho que menciona en varias de sus cartas.  Como ser humano se contraría al no hallar  carta de su esposa en el vapor Rímac, según el Gran Almirante afirma en su misiva signada frente a Iquique, el 30 de Septiembre de 1879.  Usa el verbo idolatrar repetidas veces al expresar el amor que siente por su esposa Dolores, lo que denota sus sentimientos y afectos.   

Evocaciones

Basta leer las prosas y rimas del alma especial de los literatos, que cantan el indómito coraje del héroe. El Canto a Grau del dramaturgo y poeta Juan Ríos es una marcha triunfal tanto al bravo guerrero como a la mano cordial, la suave sonrisa. La Oda Pindárica a Miguel Grau de José Gálvez expresa cómo se hizo de sangre todo el horizonte, pero el mar, como nunca, fue color de laurel. El historiador tacneño Jorge Basadre nos dice que “...hablar de Grau es evocar una figura que poco a poco va perdiendo para los peruanos su ligamen exclusivo con los acontecimientos dentro de los cuales se desenvolvió, para tomar los caracteres de un arquetipo”. El Dr. José Albán Ramos en su libro “Grau, Bolognesi y las piuranas gentes” ofrece en la “Apología del Caballero de los Mares” catorce citas, la mayoría de medios extranjeros, sobre el combate de Angamos, que expresan la admiración surgida hacia nuestro héroe por doquier.  

La vigencia

La vigencia de Grau, no obstante que en unas horas conmemoramos ya 123 años de su partida, es innegable. Su insistencia en carta a su esposa, a bordo del monitor Huáscar, en la educación de sus hijos nos permite precisar la visión del héroe respecto a la preparación intelectual y los conocimientos. Su brillante carrera es fruto no sólo de su valentía sino de sus conocimientos como  marino experto en los secretos de los siete mares, de las naves y sus armas, conocedor de las gentes y los puertos del comercio mundial. Su compromiso visible con Paita, que lo llevó a representarla en el Parlamento Nacional, en cuyas sesiones resuena hasta hoy su acerado nombre. El esposo cálido y el padre afectuoso asi como tantos otros matices de su personalidad lo convirtieron en el ciudadano del milenio.  A este ser humano tan completo estamos recordando en estos breves párrafos, plenos de agradecimiento y fascinación.          

Siglo 21

Ya en el siglo 21, el Perú y el mundo atravesamos tiempos de profundas modificaciones. Se dice que más que una época de cambios lo que confrontamos es un cambio de época, con marcadas transformaciones en lo ideológico, tecnológico e institucional.

Llega la era de la información. Quienes tengan acceso a ella podrán desarrollar mejor los conocimientos nuevos que se necesitan para competir en todos los ambientes,  sean la ciudad, la región o las naciones.  Ingresamos a la tercera revolución industrial, “del conocimiento”, en la que personas e instituciones compiten con intensidad creciente basadas en su capacidad para generar, aplicar y administrar el conocimiento, y desarrollar las ventajas que las distingan de sus competidoras y antagonistas.

El aumento de la producción y productividad ya no dependerá sólo del aumento cuantitativo del capital, trabajo y recursos naturales sino de la aplicación de conocimientos e información a la administración, producción y distribución, tanto en procesos como mercancías. La curiosidad, el impulso a explorar, la voluntad de aprender y el deseo de construir son actitudes personales que producen nuevos conocimientos serán promovidas.

Ahora la diferencia entre personas, regiones o países se basa en sus actitudes frente al conocimiento. Se estima que desde la época de Cristo pasaron 1750 años para que se duplicaran los conocimientos entonces existentes. Ya hay sectores productivos en que los conocimientos se duplican en el presente, cada 4 años.  Así, nunca más que ahora estamos compitiendo con base a las capacidades y actitudes de nuestra gente.  Por eso, la constante preocupación de don Miguel por la educación y preparación de sus críos es otra de las razones de su permanencia en el pensamiento colectivo.

Marina de Guerra

Una mención especial para la institución que perfiló a este peruano simpar, la Marina de Guerra del Perú. El tomo II de la Historial Naval del Perú destaca que pasadas las 9 horas del 8 de Octubre de 1821 se produce la fundación oficial de la Marina de Guerra del Perú mediante la Juramentación de su Estatuto de Gobierno, por decreto de José de San Martín, Bernardo Monteagudo y José Guise.  Desde entonces han transcurrido 181 años de servicio al Perú.    

¡Qué inmenso orgullo para esta institución el haber tallado el temple bravío de Grau,  su dominio del arte y tecnología naval y, por sobre todo, inspirado los más altos motivos que lo guiaron junto a sus hombres hacia tan glorioso destino, no obstante contar con pocos equipos y material bélico!

Lecciones

El sacrificio consciente del Gran Almirante nos enseña muchas lecciones. Nuestro país no debe olvidar que son fundamentales las tareas de la Defensa Nacional, para proteger la integridad de la Patria, el legado de nuestros padres. Y como hemos visto, los conocimientos, que toman la forma de las deslumbrantes tecnologías, se renuevan cada vez en menos años. Hacemos votos para que las autoridades nacionales tengan la visión y talento para aquilatar la importancia de la defensa de nuestras costas, y proporcionen los recursos y herramientas para el constante fortalecimiento y modernización de la institución. Tendremos por principal maestra a la historia.        

Piuranos

A punto de culminar estas líneas leídas en este recinto de piuranidad, el Centro Piurano, no podemos dejar de expresar el legítimo orgullo de sentirnos coterráneos de Miguel Grau Seminario, cuyo legado crece con el tiempo y se renueva como la cristalina agua del mar.   

Epílogo 

Por eso citamos las palabras de Basadre cuando se incorporó al Instituto de Estudios Histórico Marítimos, el 24 de octubre de 1977: "Cuando vivimos en medio de una crisis honda y universal en este país olvidadizo, evocar a Grau en su significado más profundo, implica nada menos que provocar esa actitud por los griegos llamada catarsis, o sea una limpieza o descarga"

Como ya se escribió con gran fortuna, “... de la negrura de la guerra surgió la limpia estela de Miguel Grau, cuyo espíritu ronda el mar que lleva su nombre, y permanece vigente y vigilante en el corazón de cada peruano.

¡Gloria a Grau!

Muchas gracias.

[1] Discurso de Orden pronunciado el 7 de Octubre del 2002 en el Centro Piurano conmemorando el Combate de Angamos y la fundación de la Marina de Guerra del Perú..

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Empresas de ayer


Evolución. Muchas cosas diferencian el paisaje comercial de la Piura de los años sesenta con la de los últimos días del siglo veinte. Haré un vuelo rápido sobre la memoria para evocar negocios que dejaron huella.

Don Eugenio.
Recordamos a Eugenio Pérez, caballero español avecindado en nuestras tierras, cuyo almacén reunía una extensa gama de productos textiles y otros para el hogar, con un surtido que no se encuentra en un solo establecimiento comercial de la Piura del presente. La esquina de las calles Huancavelica y Lima acogía a este concurrido local en paso obligado hacia la vecina Castilla.

Amplios almacenes.
Los Almacenes Romero, que en la estratégica esquina de las calles de Arequipa y Huancavelica contaba con aireados salones de exhibición de mercadería. Automóviles, fertilizantes y herramientas se ofrecían en una amplia mezcla. Asimismo, la firma de Gaspar Augusto, con su moderno local de las calles de Arequipa y Callao ofertaba muchas mercancías, desde las más tradicionales, las de aplicación industrial, ropa, armas y municiones. También, la Sociedad Mercantil del Norte con su emblemática línea de automóviles Volkswagen y la ferretería de Juan Manuel Balcázar en la esquina de Cuzco y Huánuco.

La pluma de oro.
Quienes tuvimos la oportunidad, a muy corta edad, de recorrer las tiendas del antiguo mercado de abastos de la plaza Pizarro, en el terreno que ocupa hoy la sede del Poder Judicial, ingresamos tantas veces a la librería de Juan Changman, otro lugar íntimamente vinculado a la historia mercantil de Piura. En su tiempo fue una completa papelería, diligentemente atendida por sus propietarios. A mediados de los sesenta surge Lapicero de Oro, otra de las buenas librerías que ha tenido Piura y que es recordada por su excelente servicio. Estaba especializada en suministros para la oficina y el colegio. El empresario Antonio Nakasaki fue su fundador.

Emily y Vives.
Ambos negocios ubicados en la avenida Grau. Bazar Emily ubicado frente al monumento a nuestro máximo paradigma. Vives comercializaba libros y su anciano fundador, Señor Vives, dejó paso a don Evaristo Aramburu, gran conocedor del mundo editorial, quien condujo el negocio con su proverbial don de gentes por muchos años.

Juguetelandia.
Especial mención nos merece esa tienda de juguetes. Para los niños de ese entonces el nombre de Alfredo Chunga era sinónimo de navidades y fiestas. Y en los carnavales, la tienda en pleno convertía sus interminables pasadizos en una mezcla de confetti y máscaras. Era el rincón más feliz de Piura.

El Brasil.
¡Quién no recuerda al Brasil! Cafetería y restaurante que además vendía deliciosos bizcochos. Su rockola acompasó las alegrías y las penas de varias generaciones. Más adelante, sobre la misma acera, la joyería Gájate que junto a la Joyería Alcedo de la Plazuela Merino marcaron época. El Cine Variedades, el diario La Industria, las emisoras Radio Progreso, Radio Grau y Radio Sudamericana. Discolandia e Impacto Musical, las dos mejores tiendas de discos (de vinil) y luego de cintas cassete que ha tenido Piura.

Muchos más.
El restaurant Torino (en calle Ica), el Berlín (Avenida Grau) y el Orión (Plaza de Armas). La Farmacia San Alfonso, la Guzmán Rodríguez y la Central (en calle Junín). La óptica Waldo Olivos. Las tiendas Pysa de Pedro Yapur Chijani. Las telas de Manuel Romero Toledo, también en la Plaza Pizarro. La tradicional peluquería de Darío Miranda al costado del Hotel de Turistas (hoy Los Portales), que sirvió con esmero y simpatía a varias generaciones. La peluquería Lozada de Cuzco e Ica. Los transportes Roggero y Línea Mora, la pequeña peluquería para damas cerca de la casona de don Enrique López Albújar (donde se ubica hoy el banco Continental), la bodega de Luis Kai, el famoso chifa Oriental y La Bombonera, fresco salón de té casi al frente de Catedral. Un poco de nuestra historia empresarial que nos trae buenos recuerdos [Agosto 22, 1999]

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