En la década del 50 , época de oro de los talleres
mecánicos en el país , era muy habitual que los jóvenes , al no haber disponibilidad de autos para comprar ,
decidiesen construírselos ellos mismos. Siguiendo las pautas de Mecánica Popular en que se indicaba hasta
el mínimo detalle constructivo , cualquier persona que no se ensuciase la frente tomando helados , podía
sentirse émulo de Louis Renault , Henry Ford ó Karl Benz. Cuando además la persona en cuestión era mecánico ,
era obvio que deseaba que el auto que preparase fuera de carreras (era la época en que correr era la mancomunión
de los esfuerzos de grupos de amigos en "peñas") y si era chapista , las inquietudes se dirigían a emular
a Pininfarina, Bertone o Ghia...
Pues bien , es en ese contexto que en una automotora Ford de la calle San Martín esquina Vilardebó , llamada
Rossi , Pieri & Campomar , uno de los mecánicos de apellido Civetta se construyese para propio uso un interesante deportivo en un
material nuevo en esos años (fines de los años 50) llamado .... fibra de vidrio. El autito , con carrocería roadster,
obviamente para dos personas estaba equipado con la mecánica del Ford Prefect que si bien no era muy rápido lo hacía
económico y confiable. Poco después la pequeña "voiturette" recibiría un techo duro tipo hard top. Sin embargo ,
posteriormente se perdería el rastro del Civetta Sport.
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