El verso con métrica y rima

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     PACO DE JAÉN     

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DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 1

su obra 2

                 SU OBRA 2          

    En esta página encontrarás las siguientes poesías:



      ESCRIBIÉNDOTE

Portando realidad y fantasía,
se posan en mis versos, generosas,
las huellas de tus manos poderosas…;
pues tú eres la verdad de mi poesía.

Pero: —¿qué pasará llegado el día,
confusos ya los nombres y las cosas,
que en mis vacíos dedos no haya rosas?
—dices—; ¿me harás sonetos todavía?

Yo te contestaré que mi poema,
como otros que he de darte en el futuro,
derecho al corazón, lleva por lema.

Y por borrar las dudas te aseguro,
si la parca me pone en tal dilema,
que moriré escribiéndote, lo juro.





           YO ESCRIBO

Yo escribo porque busco al Dios poeta
que mitigue mi angustia cotidiana;
con los versos combato la desgana.
Si al prójimo ayudé, logré mi meta.

Declaro ser adicto a la libreta
que es el surco, y el verso la besana;
la rubia mies la segará mañana
quien halle en el armario mi carpeta.

Escribo para hablar conmigo mismo,
tratando de domar la bestia inmunda
que convierte mi vida en un establo.

Mi poesía es doctrina y espejismo,
es torrente de luz que mi alma inunda
y a tierra me derriba, como a Pablo.





       TARDE DE OTOÑO

Semicadencias gualdas del otoño
violenta, cruel, la tarde traicionera.
Expira el aire, invertebrado y roto;
sollozan cien tejados de canela.

Calles color laurel: el polvo ha muerto.
Llueve tristeza Dios: lloran las piedras.
Los niños pisan charcos satisfechos
y el sol, en el exilio, inspira pena…

Blanco y piramidal vuela mi vaho,
sediento de humedad insatisfecha;
muere al instante, sucio y maculado
por mil lanzas de lluvia que lo acechan.

Con risa esdrújula, un borracho pasa,
bebiendo a sorbos la última tristeza;
sus blancos dientes serios, la nostalgia
van rumiando del humo y la taberna.

Luego, su tos, en infinito espasmo,
se pierde entre la espuma de la niebla…
La mirada indecisa, torpe el paso,
pasan catorce abriles por mi puerta.

Es otoño en este espacio breve
—descuidos del azar— donde naciera
un día, y donde sueño que la muerte
vendrá a buscarme viejo... Afuera nieva.





            EMPIRISMO

Antaño mi maestro suspendía
del techo, atada a un hilo, una pelota;
así el inteligente y el idiota
captaban por igual la astronomía.

A punta de tijera aquel problema
palpé de los catetos al cuadrado,
y al verlo en cartulina recortado
Pitágoras amé, y su teorema.

Yo aprendí de memoria "La pedrada"
de Gabriel y Galán, y oí un "Embargo",
recitado en "castúo", tan amargo,
que en el alma clavóme la aguijada.

Las partes de la flor en la amapola
toqué una tarde al sol, celoso el trigo;
pasó ya medio siglo y aún las digo:
el cáliz, los estambres, la corola…

Están los institutos hoy repletos
de cables, monitores y teclados;
los niños de Internet son licenciados
mas salen de la escuela analfabetos.





             DIME

Dime cuál es el secreto
de tu boca, siempre cálida,
dónde tus ojos cogieron
el azabache y la llama.

Dime dónde está ese fuego
que hace tus labios hogazas,
dónde se hornean tus besos,
que queman igual que brasas.

Explícame dónde fueron
tus padres para lograrlas,
tanta belleza en tu cuerpo
e igual bondad en el alma.

Porque si a Dios acudieron,
tendré que darle las gracias,
y han de tener, siendo ateo,
doble valor mis palabras.






        CAro DAta VERmibus

Quien puso en una tumba esas versales,
no importa si patricio o de la plebe,
bien supo que la muerte es algo leve
y lo plasmó en palabras inmortales.

Vocablos que sin ser originales
—jamás un epitafio fue tan breve—,
que es honroso demuestran, y no aleve,
devolver a la tierra a los mortales.

Por eso tuvo la inscripción fortuna,
y hoy llamamos cadáver a un difunto
sin saber que es palabra de romanos.

Amor, yo añadiría sólo una
si algún día me viera en tal trasunto:
"amada carne dada a los gusanos".





                LLAMADA

Si, cuando tú me llamas, estoy cerca,
oigo en el aire un cálido estampido,
y llegan los fonemas de mi nombre
puros a mis oídos
como un leve trinar de golondrinas
trayéndome en el pico
el barro del aliento de tu boca
hecho al instante nido.

Mas si viene de lejos tu llamada,
vestida de visillos,
alterada por muebles y paredes
—porque andas en mil sitios,
hablando a los geranios
o sugiriendo aromas a los lirios—,
apenas la conozco
resonante al lamento del auxilio.

Por eso a veces corro a preguntarte
si en tus labios mi nombre ha florecido,
porque temo que pueda quedar presa
tu voz en los pasillos,
y tú me necesites,
y yo no esté contigo.





      ESPUMA ENAMORADA

Mira esas altas rocas, imponentes,
besadas por el agua, ennegrecidas;
cómo lamen las olas sus heridas,
y ocultan en la espuma fieros dientes.

Pronto, hacia el mar irán los continentes:
las ondas surgirán embravecidas,
y en ellas las haciendas y las vidas
descenderán a piélagos rugientes.

Los yunques cesarán, una galerna,
abisal de tritones y sirenas,
fundirá los anhelos en la nada.

Tú quedarás, porque eres eviterna
y en tus senos construyen las arenas
pirámides de espuma enamorada.





          VIVIR

El secreto del poeta,
siendo ilusión la poesía,
es escribir cada día
y hacer del verso su meta.

Pero el misterio del mundo
no es la meta, es el camino;
y hasta el rey es vagabundo
al ser la muerte destino.

No hay futuro ni presente,
y en la bruma del pasado,
como es cargo paniaguado,
el cronista siempre miente.

Vivir, seguir adelante,
la vida en cada pisada,
es la ley del caminante,
nunca volver la mirada.

No hay más receta ni ciencia:
jamón curado y buen vino,
no alzar muros al vecino
y del rencor, abstinencia.




        CRISTAL

Piensa en una fogata,
sobre una playa incierta
del mar Mediterráneo,
y a una mujer fenicia
que la llama alimenta
con tablas de un naufragio;
y sobre el fuego, hirviendo,
apoyado en tres piedras,
un puchero de barro;
añade algunos niños
que cerca corretean
tras un balón de trapo…
Para el más bello invento
que imaginarte puedas
tendrás ya el escenario.

Mezclado entre los niños,
provoca que en las piedras
se haga el cuenco pedazos,
y que la cal y el agua
se mezclen con la arena;
así ocurrió el milagro
de ese fósil de lágrimas,
junto al fuego y la rueda,
el tercer gran hallazgo
en la historia del hombre,
pues lo pone en la mesa
y lo besa a dïario
y es testigo en su alcoba
que su rostro refleja
sin prestarse al engaño.

 

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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