El verso con métrica y rima

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   CARMEN GUZMÁN   

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DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 1

su obra 2

     

        SU OBRA 2  

       En esta página encontrarás las siguientes poesías:



            TEMPORAL

Un ulular de locos arlequines,
un galopar salvaje de corceles,
una danza macabra de bateles
y una orgía de lúbricos delfines.

La tormenta retumba sus clarines
y hace vibrar los viejos capiteles,
un arabesco, un giro de papeles
arrasando la tierra en los jardines.

Atraviesan sus notas sibilinas
el recio maderal de la techumbre
como viejas de lenguas viperinas.

Llega el viento feroz desde la cumbre,
semejan odaliscas las cortinas
y vuelan las pavesas de la lumbre.




            ESTACIONES

Por las cuatro estaciones de la vida
pasa el tren de la rauda primavera,
del verano la tórtola viajera,
del otoño la flor desfallecida.

Del invierno la gruta donde anida
la memoria salvaje dulce y fiera.
Trenes de viento, fuego, de madera,
y de plácida nieve derretida.

Trenes de ritmo, música y sonatas
de Vivaldi. Paradas, terminales,
paseos por la playa, caminatas.

Estaciones de auroras boreales,
de tardes borrascosas, cataratas
y de amarillos lagos invernales.




             PESADILLAS

Hace ciento cincuenta pesadillas
que intentas en mis sueños ahogarme.
No me importa una higa ni un adarme
que me pongas furiosas zancadillas.

Esto será una guerra de guerrillas
y no tendrás más chance que dejarme.
Ha llegado el momento del desarme.
No me claves diabólicas horquillas.

Me punzas con un nido de alfileres,
con dientes de vampiro en la garganta
y con puñal de tábano me hieres.

Resucito debajo de la manta
cuando llega la luz de amaneceres,
y el Sol, ángel flamígero, te espanta.




SONETO DE ANDAR POR CASA

En bata, delantal, por los pasillos,
en medio de una olla y un cacharro,
mientras lavo, cocino, limpio y barro,
este humilde soneto a lo sencillo.

Al inseguro mástil del cepillo
como náufrago terco yo me agarro.
Nadando en este mar de polvo y barro
quiero dar a mi verso limpio brillo.

Es fácil componer un buen poema
cuando el silencio borra la premura
y las musas te ayudan sin problema.

¿QuiÉn puede hacer un himno a la hermosura
cuando el guiso en la olla se te quema
o no cabe en el cubo mÁs basura?




               ESCUELA

Aquel nogal del patio, centinela
de alegres y ruidosos desconciertos
armoniza en ramajes entreabiertos
un tremolar de viva cantinela.

Meriendas olvidadas de la escuela
picotean los pájaros hambrientos
mientras vuela en océanos inciertos
el pájaro de ayer que ya no vuela.

La yedra, el alhelí, la buganvilla,
jinetes en las tapias como niños
y todo en la mañana bulle y chilla.

Heroínas y héroes lampiños
ya no me ven varada en esta orilla
y el nogal, que lo sabe, me hace guiños.




                   MESA

Se cree que soy un pájaro en la rama
y piensa que es un árbol todavÍa.
Se acuerda de su olor cuando llovía
cuando mi pena en ella se derrama.

Me sirve como atril y pentagrama
para facer mester de juglaría,
sueña que soy un pájaro que pía
y que me lleva el viento cuando brama.

No me quites la mesa donde escribo,
no te lleves mi amiga solidaria,
que en su espalda me apoyo y sobrevivo.

Es mi musa mi mesa visionaria
y piensa que es un bosque donde vivo,
pero yo no le llevo la contraria.




              TELÉFONO

Navegando en el tiempo y el espacio
llegó tu voz de musgo y meteoro,
tu voz, abrazo cálido y sonoro,
metal tu voz de cobre y de topacio.

Fluyó tu voz de agua, muy despacio,
de río y catarata, estanque moro,
libélulas nostálgicas que añoro
cuando el cable se queda inerte y lacio.

Tu voz, saloma, nana y cantinela,
himno, mantra, de fuego y de campana,
aria, romanza, tango y tarantela.

Tu voz de hierro, seda y porcelana,
gota que se estremece y se congela
sobre la piedra gris de mi ventana.




               SALÓN

Para llenar el ánfora de plata
de la memoria alada, de vivencias
el salón, tan repleto de presencias,
donde el tiempo se encoge y se dilata.

Envolviendo mis huesos en la bata
olvido el desamor. Las trasparencias
de las cortinas cantan confidencias,
recuerdos de pasadas serenatas.

Me mira de través, con gesto adusto,
desde la esquina incierta de la sombra
el contorno sin límite de un busto.

Hay una voz oculta que te nombra,
pero de los fantasmas no me asusto
al calor confortable de la alfombra.




                 PUERTA

Me siento a meditar junto a la puerta
en el plano silencio de la estancia
del vestíbulo gris. Su vigilancia
es como un cancerbero siempre alerta.

La calle, más atrás, está desierta
y sólo un perro ladra en la distancia,
la lluvia en el portal su llanto escancia
y no quiero dejar la puerta abierta.

Me protege del frío y de los vientos,
de la traición, los celos y el estío
que pretenden morder con gesto hambriento.

La puerta permanece en desafío
y tiemblan de pavura los cimientos,
pero resiste fuerte el temple mío.




                   LECHO

Entre las cuatro esquinas de tu entorno,
rectángulo paciente, vieja nave
que me lleva flotando hasta la clave
donde encuentro la fuga y el retorno.

Los ojos se rebelan. Los entorno
con un sueño tenaz, cálido y suave,
y en el vuelo fantástico de un ave
me confundo, me pierdo, me trastorno.

Pequeño hogar y campo de batalla,
principio y fin del ciclo de la vida,
cándido manantial, última playa.

Cuando toda la casa está dormida
se libera mi ser y libre ensaya
a cabalgar sin rémora y sin brida.




            LA CAMPANA

Bostezo de metal en la mañana
¡Que se rompan los sueños! Las colmenas
despiertan agitando sus antenas
saludando al doblar de la campana.

La ciudad nuevamente se engalana
para bailar al son de las sirenas,
ciudad que me seduces y envenenas,
igual que yo, mendiga y soberana.

Cuna, tálamo, fiesta, fuego, dalle,
la llamada de un pájaro que expira
argentinos lamentos en la calle.

La campana es heraldo, ronca lira,
la campana es latido sobre el talle
de la mística torre que suspira.




                   FUEGO

¿De qué galaxia esquiva vino el fuego
condensado en la estufa y en la entraña
profunda de la Tierra? ¡Con qué saña
quema la madreselva y el espliego!

Crepita en el bochorno veraniego
y te muerde la piel como una laña,
conforta en el invierno y acompaña
en las noches de azul desasosiego.

Se sienta sobre el ritmo del poema
y cambia de color, y en un segundo
destruye los pinares, mata y quema.

Avanza por el prado furibundo
y en el débil rescoldo con que trema
la luz de una cerilla, gime el mundo.




               OXÍGENO

Antes que tiemble el último latido,
antes que venga el ángel de febrero,
despejadme la nieve del sendero
y abridme las ventanas del olvido.

Ayudadme a salir. Me desoxido.
Quiero ser la cigarra y el jilguero,
empezar otra vez, partir de cero,
gritar con un magnífico alarido.

No quiero ser hormiga, dulce abeja
ni zángano. Segando en el verano
me quemé bajo el sol sin una queja.

Rompedme los barrotes de la reja.
Antes que llegue el viento tramontano
quiero ser golondrina que se aleja.

 

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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