El verso con métrica y rima

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    MARI CRUZ AGÜERA   

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 comentarios a su obra

DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 1

su obra 2



       SU OBRA 1  


             En esta página encontrarás las siguientes poesías:




          LA OVEJA DESCARRIADA

Vuelvo como la oveja descarriada y perdida
al redil de tus brazos, que es mansa cobertura,
sé que ansiabas sanarme, tú, pastor de mi vida,
esta piel revestida de torpe encarnadura.

En el costado llevo el resto de una herida
que supura silente la hiel de la amargura.
Me fui y aún no sé cómo estando recogida
pude saltar la verja teniendo tanta altura.

Sólo sé que un fue un viento, levante o tramontana,
de esos locos airosos que turban voluntades,
quien me llevó en volandas a una extraña ventana

que guardaba paisajes de tristes soledades.
Pero hoy vuelvo al rebaño en busca de mi calma...
Haz que suene esa flauta, que es la paz de mi alma.




      DUDA RAZONABLE

Sé qué me esperará cuando se acabe
mi carrera veloz por esta vida
para cerrar mi corazón con llave.

Y sé que al fin me quedaré dormida
en un sueño profundo y solitario
donde no escucharé la despedida.

Sé que al final mi pobre itinerario
habrá sido un caudal de riachuelo
y no me salvará ningún rosario.

Sé que las puertas del profundo cielo
estarán precintadas a mi paso
y no bendecirán mi desconsuelo.

Sé que la gloria sufrirá un retraso
para mi alma de eterna pecadora
cuando llegue el momento del ocaso.

Y aun sabiendo que en esa postrer hora
todo lo que viví será enterrado
por qué esta duda honda me devora;

por qué tener el pecho entusiasmado
si sé el destino que tendrá mi suerte
cuando llegue el final desesperado.

Acaso mi tormento le divierte
a quien tiene respuesta a mi pregunta,
a quien sabe qué espera tras la muerte.

Mientras yo brego y voy de punta a punta,
recorriendo las calles de lo incierto
entre una intensa y torpe marabunta.

Pero y si lo que sé no fuera cierto…
y al llegar el momento del zarpazo
encontrase que el cielo estaba abierto...

y aguardasen con un primer abrazo
un coro de querubes armoniosos
con un trozo de amor en el regazo.

Y cubriese mis ojos sudorosos
una mística luz clara e intensa
que envolviese sus brillos perezosos.

O si la paz también en recompensa
en el borde vital de mi desquicio
dejase a la cordura ser la tensa

cuerda que me amarrase al precipicio.
O si cuando estuviese ya acusada
en ese instante crítico del juicio

encontrase su voz o su mirada
y que su mano fuese apoyatura
a la que asir mi alma condenada.

Que en la ignorancia vil de la locura
de este ser y no ser tan vacilante
me rindiese a su dulce dictadura.

Todo sería distinto en ese instante,
otro principio extraño y renovado
aguardaría dócil mi semblante.

El sol sería un astro abandonado
eximido por fin de su jornada,
oculto entre las sombras, olvidado.

Y sería la intensa llamarada
de un nuevo clarear de sentimientos
la que haría brotar mi madrugada.

Cuando me asaltan estos pensamientos
soy yo la que renazco, la que venzo
en la batalla de los sufrimientos.

Pues mi final sería mi comienzo
y empezaría donde había acabado
a pintar el boceto de mi lienzo.

Y ese lugar que estaba despoblado
sería más preciado que el tesoro
de vivir una vida de pecado.

¡Oh! si fuese veraz esto que ignoro,
si me arrastrase tan sutil cadena
a los brazos del Dios que tanto añoro…

Si lejos de sufrir una condena
desertara silente la bandera
atea que enarbola mi alma en pena...

Si siendo no creyente al fin creyera
rodeada como estoy de la evidencia
que más allá del fin algo me espera...

O tal vez se amansara mi conciencia
si fuese él mismo, en su bondad extrema,
quien le pusiera fin a mi sentencia
firmando con su mano este poema.





         TÚ SABES QUE NAVEGO

Tú sabes que navego cual barco a la deriva,
cuando no estás conmigo, cuando padezco sola
y que tan solamente puedo saberme viva
cuando siento el empuje de tu potente ola.

Voy como esos marinos novatos de experiencia
que dejan su aventura en manos de corrientes,
que ignoran de la brújula su potestad de ciencia
y frente a los peligros se arriesgan imprudentes.

Temo que en la tormenta un vendaval extraño
le rasgue a mi cadete su pobre vestidura
y sienta de la ausencia la maldición y el daño
y no volver a verte marque mi singladura.

No me dejes perdida sin timón ni marea,
porque yo ni dormida de tu amor me desprendo,
tus labios son la brisa que mi bandera ondea
por eso sin tu aliento ni me hallo, ni me entiendo.




  A QUIEN CORRESPONDE

Yo sí quiero tu amor, dámelo ahora
que tengo juveniles los panales,
que la piel de mis labios boreales
aún destila la miel más seductora.

Dame la paz silente y protectora
de tus ojos, profundos manantiales
y deja que tus cantos celestiales
consuelen a mi alma cuando llora.

Yo sí quiero cobijo en tu morada,
que defienda mi vida del invierno
cuando de esto que soy no quede nada.

Yo sí te quiero a ti, secreto tierno,
que mantienes tu llama iluminada
como una zarza de calor eterno.




       ESTE ES MI AMOR

Este es mi amor y a mí me pertenece,
puedo gritarlo con mi acento grave,
cerrarlo entre mis pechos bajo llave
o avivarlo si siento que decrece.

Este es mi amor, amor que se estremece
al roce del impacto más suave,
un párvulo aprendiz que nada sabe,
tan sólo ser de ti, viento que mece.

Este es mi amor, semilla que cultivo
esperando un mañana que presiento
del ayer que en el hoy vive cautivo.

Este es mi amor, mi único alimento,
el sueño misterioso en el que vivo
o me muero también si no te siento.




          MI SECRETO

A menudo preguntan mi secreto,
en qué lugar recibo mi poesía,
si me asalta la musa en pleno día
o en las noches me dicta mi soneto.

Si mis versos suponen algún reto,
si mi numen es sólo fantasía,
a qué destinos viaja el alma mía,
si van mis besos a un lugar concreto.

Tratan de ver así más de mi fondo
cuando tan simple es ver en lo evidente,
no es preciso indagar hasta tan hondo.

Si quieres descubrir cuál es mi fuente
con gusto a tus cuestiones le respondo:
me nutro del Amor, sencillamente.




OTROS SÓLO BUSCARON

Otros sólo buscaron de mi boca
un pedazo del beso que me dieron,
y aunque por ese instante me quisieron
no me quisieron cuando estuve loca.

Hubo quienes diamantes de la roca
trataron de extraer y se perdieron
y algunos hasta incluso se sintieron
Pigmalión que se esfuerza y se equivoca.

Todos vieron en mí lo más visible,
ninguno mi cordero, ni mi rosa,
ninguno mi planeta inaccesible...

Vuelvo a ti,  soledad, la silenciosa
compañera de ocasos apacibles,
estrella renaciente que me acosa.




           PRONÓSTICO

Habrá un día en que el sol no sea figura
furtiva que nos deja en el ocaso,
que heraldos del amor a nuestro paso
anuncien de la dicha su ventura.

Ese día vendrá con la dulzura
de un céfiro a la grupa de Pegaso,
un viento alado para un cielo raso
que fecunde el paisaje de hermosura.

Yo sé que ha de llegar tan grato día
que tocarán a flores las trompetas
de nuestra siempre ardiente sinfonía;

que Dios conspirará con los planetas
y para unir tu alma con la mía
nos enviará un diluvio de violetas.





      TENGO UN DOLOR

Tengo un dolor tan peculiar y mío,
fuego mortal que el corazón fecunda,
herida más de soledad profunda
que de órgano vital en desvarío.

Y este dolor parece desafío
cuando muestra su imagen iracunda,
y con pasión clara y brutal inunda
de su calor mi tempestad de frío.

Y es un dolor que llevo por divisa
adherido al puntal de mi costado
huérfano de dintel y de cornisa.

Tengo este duelo sin piedad clavado
en el lugar que me latió la risa,
hoy desierto de oasis olvidado.





    ME DEBES UNA FLOR

Me debes una flor, no se te olvide…
que yo tengo un ojal donde prenderla,
que es la flor de tu amor como una perla
y un nácar voy a ser para que anide.

Y aunque el amor se da y no se pide,
yo no ansío ya más que poseerla,
déjame como quiera retenerla
como el que su fortuna la decide.

Es única tu flor, por eso vive,
dentro de mí, tan libre… tan cautiva,
y mi alma en su aroma se concibe...

Por eso al aspirarla estoy más viva
como el que a Dios sin miedo lo recibe
cuando le da su luz  para que escriba.



             DISTANCIA

Distantes son las luces de mi vida
porque distancia es la palabra mía,
yo la llevo en mi boca protegida
como lleva la noche el claro día.

Y no la digo como la utopía
lejana e inaccesible que se sueña,
la digo con amor, pues soy su dueña
cuando alimenta así mi fantasía.

Hay quien sufre tan honda astronomía
temiéndola vestida de imposible
y desespera y sufre la agonía
y sin querer la vuelve irreversible.

Yo en cambio la libero en mi poesía
y la nombro cristal, dócil espejo,
donde mi alma es el virtual reflejo
de tu alma de sol, diáfana guía.



        TE VI DE LEJOS

Te vi de lejos como golondrina,
llevabas en las manos luz de olivo,
en la boca un tropel de fuego vivo
y un algo de Machado en la retina.

Como un papel que el viento lo domina
se alborotó mi corazón esquivo
y hoy tus aires de amante fugitivo
acechan a mi pluma en cada esquina.

No te busco, te encuentro entre mis cosas
como parte del nuevo mobiliario,
en un arcón cubierto por las rosas.

Y hoy descubrí al hacer el inventario
que en mis versos también tu alma reposas
llenando de dulzor mi diccionario.

 

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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