El verso con métrica y rima

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    HERIBERTO BRAVO  

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 comentarios a su obra

DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 1

su obra 2

     

        SU OBRA 1  

     

    En esta página encontrarás las siguientes poesías:

 

   IMPOSIBLE QUE VIVA

Entre lánguidas lianas del boscaje
que a los troncos se adhieren, retorcidas
bajo agrestes florestas y tupidas
frondas húmedas que abren su follaje;

en sombrío aquelarre so el ramaje,
fieras brujas de fúnebre presencia
maquilladas de pus y pestilencia,
dando gritos preparan un brebaje.

Gesticulan, maldicen con coraje
conjugado a estridentes carcajadas
que entre danzas de piernas alambradas,
manifiestan escuálido ensamblaje.

A Belial le presentan homenaje
con chillidos horrendos que semejan
a las hienas con las que se emparejan
por sus gibas que no les cubre el traje.

Las tinieblas cooperan al encaje,
al salaz ajetreo de su gresca
de macabra visión casi dantesca.
Un deforme bufón usan de paje.

Un cadáver exento de ropaje
es la víctima exangüe de las brujas
que en un lóbrego cazo de burbujas
a las que une ruidoso maridaje,

condimentan, hurtadas del paraje,
con distintas, variadas alimañas:
escorpiones, murciélagos, arañas,
sin ninguna atención al porcentaje.

Tal error no permite que les cuaje
la malévola pócima siniestra,
o tal vez con su pértiga no diestra
invaliden del líquido el viraje.

¡Que no brille la luna, que no baje!
que el espeso follaje no la deje,
que a su claro fulgor no se despeje
que el cadáver aquél es de linaje.

Es de aquella mujer cuyo peaje
no le bastó para quererme un poco,
una mujer que por juzgarme loco
cerró su corazón a mi mensaje.

Si me rendí en humilde vasallaje
de sus encantos siempre fascinado,
¿por qué entendió mi amor como un pecado
y siempre lo asumió como un ultraje?

¿Por qué pensó que todo era un chantaje
sentimental de un vate alucinado
y siempre me juzgó como a un tarado
iluso, mentecato, un necio, un maje?

Si sorda a mi clamor puso el blindaje
infame en su desdén tan sensitivo
y muerta está ¿por qué, Señor, yo vivo?
¿no basta mi dolor como pasaje?

Aún así su amor es mi vendaje,
sus ojos cancelados mi tormento;
su muerte, desazón del pensamiento...
¡vergüenza debe ser que me aventaje!

¿Acaso un brujeril, turbio brebaje
podrá lograr lo que mi amor no pudo?
¿renacerá la que le puso escudo
a un sentimiento fiel y sin doblaje?

¿En qué cabeza cabe, en qué rodaje
que el mal a las ingratas resucite?
Si no hay amor, por Dios, que no se invite
nuevamente a vivir a la salvaje.





         PENSARÉ QUE ME QUIERES

Pensaré que me quieres en tanto que me duermo
porque quiero dormirme con la sonrisa franca,
como una flor que nace sobre el árido yermo,
como un niño que goza de una conciencia blanca.

Pensaré que me quieres. Acaso tenga el sueño
de un príncipe que duerme ceñido a su princesa
y dormiré dichoso sintiéndome tu dueño,
besando entre mis sueños tus labios de frambuesa.

Pensaré que me quieres con la frescura ingente
del hombre que descubre su amor por vez primera
y te amaré fogosa, profunda, tiernamente
como aman los canarios el sol de Primavera.

Pensaré que me quieres y que somos el uno
para el otro, lo mismo que las olas al mar
y sabrás que de todos los varones ninguno
te amará como quiero que me enseñes a amar.

Pensaré que me quieres y luego ya dormido,
conjugaré de todos los verbos sin dudar
el verbo amar en todos sus tiempos tan urgido
de amarte, que ya nunca me querré despertar.




        DIOS TE SALVE, MARÍA

Dios te salve, María, por hermosa y por blanca,
la que el sueño me quita, los suspiros me arranca,
toda llena de gracia, de exquisito candor.
Tu belleza alborota, desbarata mi amor.

Dios te salve por esa tu ternura de espuma
que enardece el deseo y da luz a mi bruma;
por tus labios de un rojo de granada o sandía
donde se anclan las naves de mi melancolía.

Dios te salve por linda, Dios te salve por bella,
porque estando tan cerca, más pareces estrella,
una blanca paloma o una diosa de Grecia
que tal vez ame a alguno; pero a mí me desprecia.

Otro amor hay contigo. Quizá sea por eso
que te niegues a amarme, que me niegues tu beso
y también es por eso que bendita tú eres
entre tanta ternura que hay en tantas mujeres.

Dios te salve, María, que te has vuelto una cruz
donde estoy tan clavado que perdí ya la luz
y la sangre que alienta. El camino, la fe,
esa fe tan menuda que sin ti nunca fue.

Sólo resta que ruegues con fervor por el vate
que renuncia a su espada, que abandona el combate
hoy y siempre en la hora de su trágica suerte,
al que tanto Dios ama que te amó hasta la muerte.






    POEMA AL VIENTO

Silencio viento... calma tu furia,
corta las alas de tu lujuria,
no te conviertas en tempestad.
¿No ves que espantas las avecillas
y que destrozas las florecillas
cuando procedes con liviandad?

Cálmate viento que en el camino
con tu violencia de torbellino
todo lo enturbias y lo enrareces
y desatinas al más valiente
con esos aires de prepotente
con que te adornas y te enfureces.

Hasta las aguas del mar agitas,
te haces borrasca cuando les gritas,
te vuelves caos, miedo les das.
Haces que el alma se me estremezca
con tu impetuosa rabia dantesca;
a fin de cuentas ¿qué lograrás?

¡Nada... ! : destrozos, lágrimas, llanto,
penas, temores, lutos, espanto,
devastaciones y soledad.
Eso es tan sólo lo que consigues...
¿Por qué te exaltas? ¿A quién persigues?
¿A quién diriges tu necedad?

Eres horrible cuando te enojas,
rompes las olas, tiras las hojas,
hundes las naves en alta mar.
Dejas los árboles ateridos
sin sus ropajes y sin sus nidos
Y no lo puedes justificar.

¡Ah viento, viento! ¿Por qué la prisa?
si al menos fueras como la brisa,
si procedieras con suavidad,
serenamente, tranquilamente,
como Dios manda, como la gente,
sin tanta, tanta agresividad.

Tan dulce que eres cuando temprano
con las canoras te das la mano,
cuando comienzan a despuntar
los gratos brillos del sol naciente
que va surgiendo por el Oriente
como plegaria, como un cantar.

O como a veces que te entretienes
cuando furtivo rozas las sienes
de mi adorada con pulcritud,
como si fueras a darle un beso
dulce, exquisito, frágil, travieso
con la elegancia de la virtud.

O cuando agitas su cabellera
como abanico, con placentera
casi romántica sensatez
y logras que ella parezca Reina
con tu caricia que la despeina
con pinceladas de madurez.

¡Ah viento, viento! , ceje tu encono,
a tu energía bájale el tono.
Muestra tu clase y tu distinción.
¿Por qué si puedes mostrarte amable
optas a veces por ser un sable
que sólo causa desolación?

Mira qué bello cuando semejas
como un suspiro. Cuando tus quejas
mueven las almas a compasión;
cuando pausadamente te mueves
y vas y vienes y no te atreves
a darle penas al corazón.

Así te quiero viento, apacible,
sin aspavientos, imperceptible,
ya sé que existes y estás ahí.
No es necesario que patalees,
hagas berrinches y que estropees
todo a tu paso con frenesí.





        PRINCIPIO Y FIN

Tú que ante la vida sólo ves prisiones
de normas, de leyes y de tradiciones
y ya no toleras la absurda presión
de ver que a tus sueños les ponen grilletes
y te clasifican con rancios gafetes
que cuelgan, pesados, de tu corazón;

tú que siendo libre, te encuentras atado
siempre dependiendo, siempre condenado
a seguir los pasos que otro te marcó,
rompe tus cadenas. Abre ya las rejas
e ignora los signos de consignas viejas,
vislumbra horizontes que nadie soñó.

Despliega tus alas, vuela con soltura
y busca la cima, la más alta altura
del monte que nadie jamás escaló.
Vete adonde nacen los ágiles vientos,
limpia los cimientos de tus pensamientos
que una subcultura de ancestros dañó.

Súbete al pegaso del libre albedrío,
lucha sin temores ante el desafío
del opuesto sino. Con sinceridad
en fiero combate bátete en un duelo
contra los infiernos, contra el mismo cielo,
contra la mentira. Busca la verdad.

Hiende con tu espada las espesas redes.
Nunca te permitas decir que no puedes;
corre tras el triunfo dispuesto a vencer.
Atraviesa mares, destruye quimeras,
haz de cada Invierno nuevas Primaveras
y nunca utilices el verbo "Perder".

Peregrina siempre nómada de amores
como mariposa que anda entre las flores
libando del néctar la más dulce miel.
Resiste el elogio de las almas vanas,
el aplauso inútil de las más profanas
y mantente firme siempre, siempre fiel.

Cuando tus hazañas se tornen violentas
y solo te encuentres frente a las tormentas
que a tus aventuras traigan desazón,
busca al Nazareno señor del Calvario,
dobla tus rodillas ante su santuario:
ha llegado el tiempo para la oración.

En Él se termina tu afán de romero
pues Él es el último y es el primero,
el Alfa, la Omega de toda inquietud.
Los confines todos del mundo a sus plantas
se rinden y surgen en tu alma las santas
hondas inquietudes de tu juventud.





    A UNA BELLA ESQUIVA

¿Tú qué puedes saber de mi tristeza
si nunca la revelo ante tus ojos
y me cuido muy bien de echar cerrojos
a cualquier desviación de mi entereza?

Me presento ante ti con la firmeza
de aquél que sólo sabe ver al cielo
y fiada mi confianza asume al vuelo
la dicha que se viste de simpleza.

Al verte sonreír se paraliza
mi frágil corazón y mi denuedo,
después, al enterarme que no puedo
frenar mi desazón escurridiza,

yo me alejo de ti, de tu mirada,
de tu presencia física me ausento;
pero estás en mi sangre y al intento
de zafarme de ti no logro nada.

Cuando escucho tu voz todo se crispa,
la piel, el corazón, los intestinos;
descubro que de amor mis desatinos
se encienden al contacto de tu chispa.

Eres, amor, el aire que respiro,
eres el mismo fuego que me quema,
eres brisa del mar en mi poema,
la adusta soledad de mi retiro.

No sé dónde ni cuándo apareciste,
gnomo, duende, fantasma que me acosas,
sólo sé que los mismo que las rosas
de espinas tu hermosura se reviste.

Es inútil tratar de sustraerme
del hado que a tus pasos me encadena
como inútil librarme de la pena
que me fuerza a intentar el detenerme.

Aferrado a mi instinto y mis sentidos
-pues aquí mi razón ya no interviene-
sin reservas me lanzo a lo que viene
al impulso de arranques atrevidos.

Erguido ante el rigor de la batalla,
mi bandera de triunfo ya se agita.
Algo aquí en mi cabeza "¡vence!" grita
donde mi corazón algo se calla.

¡Qué importa que me acosen los temores
y que provoque envidia en otros tantos!
Degustaré la hiel de mis quebrantos
como si fuera el néctar de las flores.

La enfermedad otrora padecida
cuyo virus creía derrotado,
apareció de nuevo en mi costado
y nuevamente abrió mi vieja herida.

Si es que debo sufrir, si Dios lo exige,
dispuesto estoy para sufrir. Lo espero.
A fin de cuentas por sufrir no muero
¿Lo ves? mi corazón no se corrige.




      FUSIÓN DE AMOR

Si resolvieras desgastar conmigo
todas tus noches y tus alboradas,
si consiguieras ser de mis jornadas
algo más que mi sombra o mi testigo.

Si todos los paisajes contemplaras
a través de mis múltiples sentidos,
si a un mismo amor quedáramos fundidos
y con mis sueños tú sintonizaras.

Si en mis proyectos tú te proyectaras
y mis deseos fueran tus deseos;
si fueran tus sonrisas mis recreos
y viendo que sollozo sollozaras.

Si lejos de tomarnos de las manos
mirando nuestros ojos sin presiones,
hicieras de mis versos tus canciones,
serían mis poemas soberanos.

Si luego navegando el firmamento
hacia la misma estrella camináramos
y locos de placer nos deslizáramos
con una misma fe, sólo un aliento.

Si fuera el Dios que adoro el Dios que adoras,
una oración idéntica rezáramos,
si por las mismas cosas suspiráramos
y yo desconociera lo que ignoras.

Si un mismo pan pudiera sustentarnos
lo mismo que una luna nos alumbra,
si en vez de maldecir a la penumbra
la misma luz lograra iluminarnos.

¡Ah, si pudiéramos compenetrarnos
de la misma inquietud y con tal suerte
que al tiempo de morir, la misma muerte
viniera nuestras vidas a segarnos!

Si en una misma tumba reposáramos,
acaso, por librar la podredumbre,
ardiéramos con una misma lumbre
y lejos del anélido escapáramos.

Si esta inquietud de amor tan lisonjera
nos eximiera del horrendo infierno,
si nuestro amor mi Dios hiciera eterno
para vivir de eterna Primavera.

Si después, entre innúmeros querubes
tres veces santo a Dios lo proclamáramos,
si al menos un rincón ambos lográramos
arriba de la cima de las nubes.

¡Qué sueño más hermoso! ¡qué utopía!
¡qué ensoñación tan de verdad extrema!
¡qué lástima que sólo en un poema
pueda caber tan sacra fantasía... !





     DE TU AMOR YO QUIERO

De tu amor yo quiero solamente un poco
porque demasiado puede hacerme daño;
puedo en mi delirio parecer un loco,
todo me trastorno, para qué me engaño.

Dame pues poquito, como a cuentagotas,
como no queriendo, como por descuido.
Haz como que vuelas con las alas rotas
como el avecilla cuando deja el nido.

Dame sólo un poco, por favor. No excedas
voluntariamente toda tu energía.
Dame lo que quieras, dame lo que puedas
para que se marche mi melancolía.

Cerraré mis ojos, retendré el aliento,
guardaré silencio, dejaré llevarme
como quien perdiera todo movimiento,
como no queriendo nunca despertarme.

Dame sólo un poco de tu amor. Con eso
sentiré que alcanzo la lejana gloria.
Háblame al oído, dame sólo un beso
que me roce apenas y sin trayectoria.

Deja que se pierdan sin sentir las horas.
Ámame, solloza, gime, canturrea
como cuando a veces solitaria lloras,
como quien no sabe ni lo que desea.

Pálpame lo mismo que esas mariposas
que sin rumbo vuelan silenciosamente
y que se detienen hasta ver las rosas
donde se solazan placenteramente.

Cuando el alba llegue, cuando el firmamento
poco a poco vaya despidiendo estrellas,
abriré los ojos del entendimiento.
Tú te irás de mi alma. Yo me iré con ellas.





         ¿QUÉ ES EL AMOR?

¿Cómo estará mi corazón de herido
siendo como es tan tierno, tan sensible,
cómo estará que pienso que es posible
que hasta de amar se sienta arrepentido?

Siendo el amor, como es tan conocido,
el eje en torno al cual hemos girado,
yo vivo como herido enamorado
e igual de enamorado como herido.

Pero... ¿qué es el amor a fin de cuentas?
¿una rosa, un clavel, beso furtivo?
¿una oscura prisión donde cautivo
he de sufrir pasiones turbulentas?

¿Es por fortuna el débil paliativo
que se nos da para dopar las penas?
¿qué es el amor? ¿acaso son cadenas
que atraparán mis sueños mientras vivo?

Dondequiera que voy, agazapado
me persigue, me acosa, me rastrea;
por doquiera que voy me zarandea
el pecado de amar que es mi pecado.

Si no dentro de mí siempre a mi lado
el amor, el amor como una plaga
me desvela, me duele como llaga
que supura sin ser jamás curado.

No lo puedo evadir. Adonde vaya,
mucho antes de llegar él ha llegado.
Si dirijo mis pasos a la playa
ya me espera en cualquier acantilado.

Confundido en la luz de una mirada
o en la dulce sonrisa de una niña,
el amor, el amor me desaliña,
me traspasa el amor como una espada.

Si mis ojos desplazo al firmamento
en las noches de luna iluminadas,
él se burla de mí con carcajadas
que me estrujan sin un remordimiento.

Hay semillas de amor por dondequiera,
en el suelo fecundo o en el yermo.
Me contagio de amor, estoy enfermo,
no distingo entre Invierno o Primavera.

Yo lo llevo conmigo a cuentagotas,
me trastorno de amor poquito a poco.
Una dosis de más me vuelve loco,
o quizá ya lo estoy ¿no me lo notas? .





          ¿POR QUÉ VIVO?

Quiero vivir porque la vida es bella,
porque puedo pensar que estoy sintiendo,
porque quiero alcanzar alguna estrella
que permita olvidar que estoy sufriendo.

Quiero vivir porque viviendo espero
contemplar paso a paso, poco a poco,
la lenta evolución de lo que quiero
y gritar a los vientos que estoy loco.

Quiero vivir por más que me atormente
saber que estoy pensando como un necio,
por más que el alma ignore lo que siente
quiero vivir despacio; pero recio.

Descubrir la bondad que el hombre encierra,
escrutar los rincones más sagrados
de los hombres que pueblan esta tierra
y sus sueños de amor deteriorados.

Siempre habrá algún "por qué" y dos mis razones
por las que el hombre viva y se convierta.
Siempre alguna ilusión, bellas canciones
que llamen jubilosas a su puerta.

¿Por qué vivir? ¿Por qué seguir viviendo?
¿Qué es lo que me sostiene o me mantiene
dudando si tal vez me esté mintiendo?
Frente a la muerte, en fin, qué me detiene?

¿Dónde está el manantial por el que brota
el ansia singular que me renace
un día y otro día, gota a gota
y la energía que al final rehace?

Quiero vivir por más que no comprenda
la vena que sostiene el dinamismo
y me rompa los sesos y no entienda
que entre vida o morir hay un abismo.

Dios me invitó al banquete de la vida,
me sacó de la nada. Me propuso
escalar un amor que sin medida
yo debo conquistar. Él lo dispuso.

Y nada que su luz intensa cubra
Puede vivir ajena a los sentidos.
No hay misterio que el hombre no descubra
cuando amor y razón marchan unidos.

Y la vida es así, como cascada
de colores y luces que ilumina
la verdad de mi todo, de mi nada
donde el alma se eleva saltarina.

Es en este banquete suculento
donde Dios nos ofrece sus manjares,
donde encuentran las almas su contento
como ungüento que alivia sus pesares.

Es en este planeta misterioso
tan escaso, tan mísero de dichas,
donde quiero vivir porque es hermoso
develar la razón de mis desdichas.

Quiero vivir porque no encuentro nada
atractiva la idea de la muerte.
Quiero vivir porque me desagrada
el pensar que el morir fuera mi suerte.

Quiero vivir porque amo a mis hermanos
que en medio de sus luchas se desviven
como amantes. Después de todo, humanos...
Quiero vivir también porque ellos viven.

Quiero vivir pues quien me dio la vida
me brindó su amistad antes que todo,
una amistad tan grande, sin medida,
capaz de separarme de mi lodo.

Yo no puedo subir sin que Él bajara,
yo no pude nacer sin que Él naciera
ni lo podría amar si Él no me amara,
ni podría morir sin que Él muriera.

"El verbo se hizo carne" misteriosa
razón que tuvo Dios de enamorarme:
una oruga trocada en mariposa,
Dios que baja para divinizarme.

Dios muriendo en la Cruz para atraerme,
sufre a cambio de que yo no sufriera,
resucita para resucitarme,
sube al cielo para que yo ascendiera.

Y después de este amor ¿No es osadía
-razón de más para seguir amando-
el que yo me pregunte todavía
por qué vivir mientras estoy cantando?

¿No es gran atrevimiento que interrogue
por qué seguir viviendo cuando el mundo
me invita a que sublime o desfogue
un amor invitado a ser profundo?

Amo a la flor y el agua y amo al viento,
amo la luz del sol, amo la brisa.
Amo tal vez mi propio pensamiento.
Amo mis lágrimas como a mi risa.

Amo al niño que duerme acurrucado
en brazos de su madre protegido.
Amor el sueño de amor divinizado
del que empieza a vivir enternecido.

Amo a los ríos que por la llanuras
formando van corrientes cristalinas,
amo la dicha, la buenaventura
y la sombra sutil de las encinas.

Por eso vivo, porque Cristo me ama,
porque hay amor disperso a borbotones
encerrado en el hielo o en la llama,
en el latir de nuestros corazones.

Vivo para el amor. Vivo por eso,
por las parejas que se quieren mucho
en cuyo fresco palpitar de un beso
vive el amor. Por eso mismo lucho.

Vivo porque mi madre me ama tanto
que compartió su vida con la mía,
porque a pesar de todo existe encanto
en la nostálgica melancolía.

Vivo porque los niños nos esperan
sedientos de ternura, de canciones
y no quiero que en ellos se nos mueran
nuestras más interiores ilusiones.

Y cuando ya cansado Dios me llame
a gozar de un amor eternizado,
entonces que la tierra me reclame
porque morí de amor enamorado.

 

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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