El verso con métrica y rima

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   OSVALDO J. SCHIAVONI  

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DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra



       COMENTARIOS A SU OBRA      


La poesía de este  ocurrente y jovial argentino no es un encumbrado canto de lirismo que sube hasta una irreal nubecilla y transita por una mullida senda de algodones;  es más bien una poesía para que nos acompañe por el cotidiano andar a ras del suelo.  Para que nos describa en clave poética, el cotidiano vivir.  Es una poesía realista, valiente, descriptiva, como el mejor exponente de la lógica mente de su autor.
Y a través de toda ella, no es muy difícil descubrir la simpatía y el buen humor que rezuman de la pluma de este creativo poeta.

Osvaldo Julio es un poeta popular, de los de andar por casa, y a través de sus bien construidos versos, nos explica con naturalidad, sin rimbombancias pero de manera magistral, lo que él siente, lo que opina, lo que le gusta y lo que le desagrada de ese tiempo en el que le ha tocado vivir.

A poco que nos detengamos a libar en sus armoniosas composiciones de versos casi todos dotados de una perfecta rima de calidad suprema, —casi siempre endecasílabos—, llegaremos a comprender con facilidad cual es el universo que abarca el vivo y ardiente espíritu poético de Osvaldo.

A este poeta de la lógica y del realismo, que para vivir con intensidad el mundo de la poesía, no se le ocurrió mejor cosa que inventar un genial artilugio cibernético, para que sirva de eficaz bastón a todo poeta que más tarde o más temprano, le llegarán a faltar las musas de la inspiración ante la rima.

Pasemos ya a comprobar todo lo que de verdad se contiene entre estos  apretados renglones.
 

       SU OBRA      

 

DIFERENCIA

         Dedicado a los hipócritas.

Por matizar un poco la jornada,
un demonio, sintiéndose aburrido
de hacer maldades, de ser tan jodido,
empezó una obra bienintencionada.
 
Desplegó materiales y herramientas
y estaba entusiasmado en su trabajo,
cuando un ángel, mirando para abajo,
de novedad tan grande cayó en cuenta.
 
Contentísimo, dijo "¡Es de admirarlo!"
y bajó la escalera en cuatro saltos;
al poco rato compartía los altos
propósitos del diablo, al ayudarlo.
 
Tomó el martillo el ángel, con más gana
que habilidad, es justo declararlo;
tan poco tino tuvo, que al bajarlo
no le quedó ni media mano sana.
 
Al sentir en el dedo el martillazo
se le escapó una frase un poco dura;
el diablo se rasgó las vestiduras
pero, al dolor del otro, no hizo caso.
 
Ahí saltó a la luz la diferencia:
el ángel tuvo voluntad de sobra
para ayudar a hacer la buena obra;
al diablo, importan más las apariencias.
 
Fíjate bien a quién seguís el tranco:
este hecho nos enseña, analizado,
que al lado del demonio bien hablado
es mil veces mejor el ángel manco.
 
Y si vas a elegir, jamás lo dudes:
nunca pretendas parecer perfecto,
que bondad no es ausencia de defectos
sino, más bien, presencia de virtudes.

         Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
                 
        enero-marzo de 1998.

 

      PROPÓSITO DE VIDA

 Dedicado a los cómodos.

Me propongo ser útil a la gente,
ayudar cuanto pueda a mis hermanos,
brindarme todo, no negar la mano,
y vivir siempre noble y dignamente.
 
Mas para eso, es muy verdadero,
que debo ser bien frío, y en la mente
grabarme como plan, primeramente
el procurarme un poco de dinero.
 
Me afianzaré en la vida socialmente
para ser entre todos aceptado,
y saberme así bien calificado
para prestar apoyo sabiamente.
 
(Durante ese período, es obvio,
no podré servir tal como deseo.
Incluso, tal vez, según lo veo,
me ganaré rechazos y algún odio).
        
 
El mundo me ha premiado; prontamente
estaré en condiciones de pagarle;
¡Con cuánto anhelo espero que al mirarle
el rostro, pueda levantar la frente!
 
Me falta solo conseguir alguna
sabiduría de enfrentar la vida
para poder brindarme ya, enseguida,
a todo el mundo, sin duda ninguna.
         
 
Si tan sólo pudiera desligarme
de este molesto malestar del pecho,
comenzaría a deshacer lo hecho
y empezaría ya mismo a enderezarme...
 
Ni bien salga de acá, del sanatorio,
estoy dispuesto a comenzar mi vida
según la meta antaño prometida.
¡Pero...  están preparando...  mi velor...!

            Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
                          enero de 1998

 

MATRIMONIO (Retrospectivo)

"Marido y mujer", dictó la jueza
aquel febrero del sesenta y nueve:
yo empecé a ser marido, y no es tan leve;
pero vos, mujer ya eras, ¡qué viveza!
 
Pasamos
-valga la perogrullada-
horas hermosas, horas regulares,
y también hubo (no las recordares),
las que, de bueno, no dejaron nada.
 
No tuvimos la vida regalada
pero tampoco vimos la miseria.
Alimentamos hijos, cosa seria,
que después, lo demás, no importa nada.
 
Siempre conmigo, siempre mi maestra,
me enseñaste a vivir, a ser tu esposo,
y me educaste, en fin, a sentir gozo
de proveer la subsistencia nuestra.
 
Pero yo soy un duro, me doy cuenta.
No como Schwartzenegger: duro en serio,
tanto, que para mí es un misterio
que todavía por mí cariño sientas.
 
Vos tenés mis defectos asentados
en un montón de libros y cuadernos:
y yo a los tuyos, que me son tan tiernos,
en un ticket del tren los he anotado.
 
Escribiste mis buenas cualidades
en una hojita de tu calendario:
yo voy llenando, con trabajo diario,
en papel tus virtudes y bondades.
 
Y cada día varias hojas lleno,
y la tarea nunca se termina.
Me he convencido de quesos la mina
que le haría bien a cualquier hombre bueno.
 
Debo cuidarte más. He comprendido
que un gran tesoro así, no se regala.
Pocas cosas del mundo son más malas
que lamentarse por el bien perdido.
 
Una cosa nomás, esposa mía,
te pido hoy, por lo que vos más quieras:
no seas perfecta, porque si lo fueras,
yo, estoy seguro, no te merecería.

   Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
              
enero de 1998.

  
LA MEJOR POESÍA

Dedicado a los hombres rudos que por suerte abundan, y también a
los que tienen la humildad de pedir ayuda cuando realmente la necesitan

 
El hombre rudo se propuso un día,
mientras afuera se escuchaba el viento,
poner sobre el papel su pensamiento;
decidido, se dijo: "haré poesía".
 
Juntó palabras de medidas varias,
las pesó y ordenó con gran destreza,
y como piezas de un rompecabezas,
con ellas describió su vida diaria.
 
Sobre la choza el vendaval rugía
pero poca atención él le prestaba,
pues su mente se hallaba concentrada
en la gran obra que escribir quería.
 
Las palabras venían a sus labios
como las cuentas de un collar de perlas;
inspirado y tenaz, al releerlas
el hombre rudo se sentía sabio.
 
Ya era noche, y casi concluía
cuando creyó oír que alguien llamaba;
¿quién molestarlo de esa forma osaba?
pensó, mientras la puerta abría.
 
Era el vecino, el que en tiempos idos
altanero lo había despreciado,
y le pedía ahora, acongojado,
que le ayudase a hallar el buey perdido.
 
Estuvo a punto de volver la cara
y seguir la tarea interrumpida,
pero cambió de idea, y enseguida
decidió ir con aquel que le implorara.
 
Horas bajo la lluvia caminaron
hasta aclarar, helado, el nuevo día.
El sol vio a dos hermanos que volvían
arreando el buey que juntos encontraron.
 
No hubo palabras de agradecimiento:
un abrazo bastó, y de ese modo
los dos amigos se dijeron todo,
sin reproches, promesas ni lamentos.
 
Al llegar nuestro hombre a su cabaña
la puerta estaba abierta. A la ventana
la tormenta, temprano a la mañana,
la había destruido a furia y saña.
 
El cuaderno no estaba ya en la mesa:
por la noche, el viento huracanado
violentamente se lo había llevado.
"Mala suerte"  —se dijo— y con presteza,
 
se acostó a descansar. Desfallecía.
Soñó que Alguien, sonriendo, lo miraba
con mucho amor, mientras le señalaba:
"Hoy has creado tu mejor poesía".

            Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
                         
          enero de 1998.

           

¡POBRE, EL RICO!

Pobre José, quedóse sin pasaje
para viajar a playas del Caribe,
pues las acusaciones que recibe
le desarman de a poco el andamiaje.
 
Se quedará en su casa, ¡qué congoja!
más aburrido que un día de lluvia;
no va a poder llevarse ni la rubia,
ni la morocha, ni la pelirroja;
 
Su mujer le reprocha que le falta
dinero para renovar la alfombra;
A él le preocupa más ir a la sombra
(que es probabilidad bastante alta).
 
Que tanta mala suerte lo persiga
le puede provocar hasta epilepsia;
Para colmo, lo ataca la dispepsia
de haberse atiborrado la barriga.
 
Menos mal que le sobran los amigos
para arreglar la cosa en la justicia,
y que no tiene rastros de pudicia
que le impida apretar a los testigos.
 
Mientras tanto, el imbécil del vecino
hace un tiempo ha quedado sin trabajo,
y aunque se viste como un estropajo,
no quiere renegar de su destino.
 
Ese sí que no tiene ni un centavo
para dar de comer a la familia,
y no le sirve para hacer tortilla
el haber trabajado como esclavo.
 
Qué tonto ha sido, no robó ni un cobre,
se ocupó solamente de ser útil;
la decencia, caray, ¡qué cosa fútil!
tiene bien merecido ser tan pobre.
 
(Pero aunque esté vacía la cuchara
y los zapatos tengan agujeros,
el tipo es duro, y con o sin dinero,
puede mirar los hijos a la cara).
 

 
Por ahora, la historia continúa.
El vecino, tal vez halle un trabajo;
nuestro amigo, tal vez se irá al carajo,
o tal vez va a parar a la cafúa.

            Buenos Aires, ARGENTINA
                    setiembre 1999

           

  
ASTIZ, hermano...

        Dedicado a los centenares de astices
        que quedan en este país.

 ¡Qué bajo que caíste, hermano Astiz!
no sé si alguna vez vas a hallar calma;
más que tu cuerpo, prostituiste tu alma,
y lo más grave: no te arrepentís.
 
Tu cara de galán, y esa mirada
que a muchas minas sacará de quicio,
el día que tengas que enfrentar El Juicio,
creo que no te servirán de nada.
 
A mí, juzgarte no me corresponde:
oro por vos, como enseñó el Maestro;
vos, para siempre, sos del todo nuestro:
si querés escapar, no tenés dónde.
 
(Ni Paraguay, ni Canadá, ni España,
ni menos Suecia, ni tampoco Francia;
donde Interpol perciba tu fragancia,
¡ahí te agarrará de las pestañas!).
 
Y para terminar, te la hago corta:
antes te odiaba, hoy sólo me das pena.
Gracias a Dios, hay tanta gente buena,
que aunque haya tipos como vos, no importa.

            Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
                       
          enero de 1998

         

         AQUEL SUEÑO

Por un pasillo largo yo avanzaba:
cada tanto, cruzaba alguna puerta.
Iba con la mente bien despierta
pues no sabía lo que me esperaba.
 
La ansiedad me impulsaba hacia adelante
y me impedía detener el paso;
sin embargo, de a ratos
-por si acaso-
miraba sobre el hombro, vacilante.
 
Precavido, ponía buen cuidado
de no obstruir un eventual regreso:
tenía temor, y era nomás por eso
que el camino hacia atrás había guardado.
 
Y fue una sensación indescriptible
cuando al cabo de un trecho, al darme vuelta,
mi desesperación dio rienda suelta:
tocadas por manos invisibles
las puertas, tras de mí, se iban cerrando.
 
¿Fue una advertencia que me dio la vida,
o solo fue un exceso de comida?
 
... La verdad, todavía lo estoy pensando.

            Villa Elisa (Buenos Aires, ARGENTINA)
                     
           Abril de 1998

           

LA VIEJITA

Ah, por fin, ha llegado ya la noche.
El día le causó muchos dolores,
pesar y cansancio abrumadores,
pero ella no tiene ni un reproche.
 
Siente un dolor punzante en la cintura,
los tobillos hinchados, y los brazos
pesados, ya sin fuerza, y un pinchazo
en los ojos, como lastimadura.
 
Sin embargo, se esmera al aprestarse
para dejar en orden la casita:
arregla todo, sin pensar su cuita
y se dispone al fin para acostarse.
 
El descanso es un bálsamo a su pena:
cuando el sueño la invade lentamente,
poco a poco la calma de su mente
va transportándola a una nueva escena.
 
Pero de pronto, y en un arrebato,
se ve despierta, la mirada atenta,
y se levanta, pues se ha dado cuenta
que no le ha dado de comer al gato.

          Buenos Aires, ARGENTINA
                       24/02/99

 

                MEMORIA

(más acá de la vida eterna, o preguntas tontas sin respuesta)

A veces pienso que los muertos mueren
únicamente si se los olvida;
mientras tanto, prosiguen esta vida
acompañando a quienes bien los quieren.
 
Y también creo que en nosotros quedan
para resalte de sus cualidades:
Van aumentando entonces sus maldades
o sus virtudes, si en la mente hospedan.
 
No hay diferencias que el corazón lime
sino al revés, las hace más notables:
el "no tan bueno" se hace miserable,
y el bondadoso, casi un ser sublime.
 
Igual nos pasa con los que dejamos
de ver por siempre: es como si murieran
a menos que, de tanto que nos quieran,
nuestro espíritu sienta sus reclamos.
 
¿Bastará con guardar en la memoria
un lugarcito a mis afectos de antes?
¿Alcanzarán recuerdos tan distantes
a quitarle a la muerte su victoria?
 
Expresado esto así, es tan escueto,
árbol que está ocultando un bosque mío.
Me pregunto, con un escalofrío:
¿Viviré tanto yo como mis nietos?

            Buenos Aires, ARGENTINA
                     setiembre 1999

 

Milmen y Unasóo La historia de siempre
                         (Seudocódigo)
 
Environment:
 
Milmen era una dama muy taimada
cuya fama era pública y notoria,
y debido a su mala trayectoria
era por todo el pueblo mal mirada.
 
Mientras tanto Unasó, joven amable,
era apreciada y todos la querían
por las virtudes que en ella veían,
pues su conducta era inmejorable.
 
Un poderoso del lugar, un día
las llamó para darles un encargo;
les estuvo explicando un rato largo
lo que de ambas damas pretendía:
 
Tenían que llegar a cierta casa,
entregarle un mensaje a tal sujeto,
esperar la respuesta y, muy discreto,
regresar caminando por la plaza.
 
Unasó se dio cuenta que habría lío
si es que no utilizaban la cabeza,
porque para poder lograr la empresa
tendrían que atravesar todo el gentío.
 
Las dos sentían gran incertidumbre
acerca de cumplir su cometido,
hasta que les surgió un plan atrevido
para pasar entre la muchedumbre:
 
La_idea:

Milmen tras de la otra se ocultó
con simulada cara de inocente,
y todos dieron paso gentilmente
al ver tan solo el rostro de Unasó.
 
While MundoExiste Goto La_idea
 
Asombroso es pensar, si bien lo miras,
que a pesar del recelo de la gente
se filtraran, astuta y hábilmente
Unasó La Verdad y Milmen Tiras.

          Buenos Aires, ARGENTINA
              setiembre de 2000

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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