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JOSÉ LUIS MUÑOZ
A MI MADRE
(Musa 1 de arte mayor)
Decir madre es decir amor y vida,
abrir al horizonte la mirada,
sentir que en el silencio y en la nada
su mano va cubriendo nuestra huída.
Es volver a la infancia alborozada,
es tornar brevemente a la cordura,
admirar en un soplo la figura
que desprende su imagen sosegada.
Decir madre es privarse de amargura,
apartar de la mente la agonía
y guardar en el seno la valía
de sentir cada instante su bravura.
Yo que afirmo en el alma la ternura
que brota de su blanco pensamiento,
en la dicha proclamo con el viento
ese gozo que ensalza su armonía
y el orgullo que inflama mi alegría
al decirle a mi madre lo que siento.
23–08–01
A ESTHERCITA
¡Qué bonita entre las rosas
respirando primavera!
Ver tus pupilas preciosas
es afán que mi ansia espera. Hoy, mi pequeña, es tu día,
y tienes tanta ilusión,
que papá, mocita mía,
vivirá con alegría
tu primera comunión.
Y al ser sutil como el mar
tu gracia de perla al viento,
por aprender a esperar,
-de mi largo caminar-
te voy a contar un cuento.
Era una azul madrugada
de frescura angelical.
En su camita dorada
una niñita encantada
soñaba con ser coral.
El aire dormía en la fuente
del jardín; entre las flores,
y en su tímida vertiente
sol y luna, dulcemente,
destellaban sus colores.
Teníacomo sonrisa
una lunita de fuego,
y disfrazando su risa
lucía por grácil divisa
un papá que nació ciego.
Por la mañana despierta,
al toque azul de alborada
se acercó el papá a la
puerta,
y con su sonrisa abierta
dijo la niña asombrada:
¡Hay un hada en mi
ventana!;
una hadita primorosa
que mira la azul mañana
con su carita curiosa.
Tiene una cinta en el pelo,
y en sus manos una estrella,
y lleva, prendido al velo,
un rayo de luna bella......
Parece que tiene frío,
y en sus ojitos dilata
reflejos de agua del río
y farolitos de plata.
Papá, ¡quiero conocerla!,
¡sólo quiero hablar con
ella!
¡Si consigo convencerla
tal vez me deje su estrella!
Dime papá, dime, ¿qué
hago?
¡La percibo tan bonita!
¿Si yo le digo un halago...
me dejará su varita?
¿Para qué la quieres, cielo?
¡Para que alumbre tus ojos!,
y el rayito de su velo
para ocultar tus enojos.
En la fresca primavera
entre emociones de grana,
por dar refugio a la espera
de luna y de azul quimera
la niña abrió la ventana.
El sol andaba el camino
del arroyo; entre laureles,
y un mirlo, con dulce trino,
de oro vistió su destino
sobre rosas y claveles
Dulce, el hada primorosa,
frente a la verde campiña,
mostró su cara orgullosa,
y en vuelo de mariposa
preguntó a la bella niña:
¿Qué tienes niña
adorada
que te siento temblorosa?
¿y por qué la madrugada,
refleja esta luz hermosa?
Si alegre afirmas el canto
del aire que en tu alma veo,
por ser tan puro tu llanto
te concederé un deseo.
Si, si, mi hadita, yo mido
con tu varita mi anhelo,
y eternamente te pido
que mi papá vea el cielo.
Que sus ojitos dormidos
perciban por fin el mar,
y que sueñen en olvidos
temores e inmensidad.
De aquella fuente, las flores
mostraron su rojo carmín,
y en alas de ruiseñores
vio el papá los mil colores
de un bello arroyo sin fin.
Por ser sutil como el mar
tu gracia de perla al viento,
guarda este dulce cantar
que papá en su caminar
te escribió al contarte un cuento.
2-06-01
PALABRAS
(A MI PADRE)
Son palabras certeras y tu boca las nombra,
—las numeran tus ojos entre soles y sombra—
Son palabras sencillas que me narran la historia
de consejos y abriles; del rodar de la noria.
Todavía es invierno, y hasta el alma se asoma
el recuerdo de tardes y el bullir de las notas
que muy trémulo abrazo, convirtiendo en axioma
tus verdades de vida y mis ansias remotas.
Ahora es fácil volver al jardín de la rosa,
comprender lo que fue sin fijarme en las horas,
y decir del ayer que no fue caprichosa
tu sentencia y que sé lo que ves y valoras.
Hoy el tiempo se mira reflejado en las hojas
que el otoño nos cede, y esa luz, tan bucólica,
se me adentra en la mente mientras tú te sonrojas,
y la tarde se queda…. como ayer, —melancólica—
No dijimos ¡te quiero!, no abrazamos las olas
de ese mar que separa de la noche la aurora,
pero sé que se afirma —cuando estamos a solas—
la querencia heredada que la edad atesora.
El reloj, con su ¡TIC!, nos devuelve a la historia
y el cariño se mira, y una lágrima brota.
Ya no existen distancias ni esa línea ilusoria….
no hacen falta palabras; ¡en los ojos se nota!
06-02-03
A CLAUDIA RUIZ MECHANIN
Llanto recorre la angustia
que anuncia la muerte amarga.
Envuelta en negros crespones
llora su pena la danza.
Cruel y dura, franja vana
que coligas vida y muerte;
te has llevado de esta suerte
el arte por la ventana.
¡Madrugada, madrugada,
rasgando aceros de plata
dejaste a un lado la vida
subyugando la esperanza!
Una luz nos ha dejado
¡Llora su pena la danza!
ESTOS DÍAS AZULES
(A la juventud)
Estos días azules y este sol de la
infancia
tras las ventanas tenues, serenas del hogar,
acercan de la nada tu tímida fragancia
como el espejo vuelve reflejos al mirar.
Apenas recordada, sin rubor, ya sumergida,
te yergues y tus alas te alejan de la ausencia,
y dos ríos sencillos, afines, que dan vida
en mis riberas anchas escriben tu presencia.
No hay lamentos, ni canas. A tu visón ceñido,
desde el saber del alma, austero te visito
y encuentro la vereda que dice que tú has sido
amante y compañera, presente e infinito.
Tan clara, tan cercana te siento todavía
que sin quererlo rozo la flor de tu costado,
mas en tu libro aflora la historia que fue mía
y en sus relieves ocres anoto que has pasado.
Tal vez nunca te tuve. Tal vez he desairado
al sueño y la codicia con mi sentido vano.
Sin duda te alejaste. En tu dulzor rosado,
¡oh!, juventud querida,... te fuiste de mi mano.
22–04–03
GUARDAMAR
- A Guardamar del Segura como recuerdo
de los dos escasos pero intensos minutos
que pasé en sus playas
Sol y bruma,
cielo y mar,
blanca espuma,
huele a sal.
Mar abierto
que se teme.
Mil palmeras,
hojas verdes.
Tierra adentro
gris andar.
¡Ya estás lejos
Guardamar!
19-07-01
Otras
poesías de José Luis Muñoz
AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001
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