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GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Los poetas denominados postrománticos, que empiezan a escribir hacia 1850, se apartan de la gesticulación, el patetismo, el arrebato y la grandilocuencia que habían imperado hasta entonces y prefieren, para la expresión
del sentimiento y para la exploración de otros mundos interiores, tonos suaves y poco estridentes y un lenguaje conciso, sugerente y desprovisto de hojarasca retórica.
RIMAS I
a
XI
En sus primeras rimas (I a XI), Bécquer reflexiona sobre la misma poesía y sobre el fenómeno espiritual de la creación literaria. La rima XI podría referirse al ideal poético, pero también, con mayor razón, a la mujer soñada.
RIMAS XII
a XXIX
En estas rimas, junto a la exaltación de la belleza femenina, Bécquer habla del amor en sentido afirmativo y luminoso. En varias ocasiones, la mujer es descrita como algo inalcanzable, ideal, misterioso y extremadamente sutil.
RIMAS XXX
a
LI
Frente al carácter nebuloso de las rimas anteriores, el poeta se ciñe ahora a lo concreto y tangible. La ruptura con su amada, debido al orgullo o a la traición, la evocación del amor perdido y los sentimientos de soledad y abandono se expresan con un lenguaje desgarrado, en el que se incrustan imágenes de gran fuerza expresiva.
RIMAS LII a LXXIX
Cobran ahora espesor las preguntas sobre el origen y el destino de las personas, la monotonía de lo cotidiano, la identificación del mundo con un desierto, los sentimientos de fracaso y la desesperación y la angustia ante la amenaza de una muerte cercana.
OTRAS
RIMAS
AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001
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