El código da Vinci

Crítica, por Ezequiel

Lo primero que uno se pregunta cuado acaba de leer esta novela es… ¿A qué viene tanto follón? La iglesia la ha armado parda, hablando de sacrilegio, de insultos a la religión cristiana y a los sentimientos religiosos de millones de creyentes… Bueno, personalmente, creo que es una reacción exagerada. Sí que es cierto que el vaticano no es tratado con demasiada benevolencia en la novela, tampoco el Opus Dei, pero tampoco vamos a exagerar. El Opus, al final de la historia, acaba siendo un simple y vulgar instrumento del auténtico malo de la película, y el vaticano es pintado como un ente mucho más progresista de lo que es en realidad. Lo que de verdad ha molestado es, en mi opinión, que en esta obra literaria se afirme de forma repetida que Jesucristo fue padre, y que su esposa y madre de sus hijos fue María Magdalena. Pero esa no es una nueva idea, lo cierto es que ya fue publicada en repetidas ocasiones y muy especialmente en la obra “El Enigma Sagrado”. Y yo me pregunto… ¿Y tan grave sería que eso fuera cierto? ¿Acaso cambiaría algo ese hecho, dos mil cuatro años después? Personalmente, considero que mucho más grave sería poder demostrar que  Jesucristo nunca existió, y que las crónicas de Flavio Josefo, escritas teóricamente en tiempos de Augusto y que son las únicas fuentes no cristianas de la época en las que se le nombra, fueron falsificadas en tiempos del emperador Constantino, el primer emperador cristiano. Pero ya hablamos de historia ficción.

 

Hablando del libro en si, se trata de una novela bastante normalita, bien escrita pero que tampoco es nada impresionante. Es bastante adictiva, eso sí. Engancha, y es muy entretenida. Muy adecuada para pasar las tardes de los sábados, cuando los niños se han ido con su madre, a visitar a su abuela, que da la casualidad que es tu suegra. En ese momento, deseas fervientemente que ese retortijón que te entra en el estómago sea una diarrea tremebunda que te impida ir a visitar al cuervo adiposo. Si finalmente es así y te libras de la tortura, mientras pones un huevo tras otro aprovechas para cultivarte. Pues para eso, para leer algo que te haga pensar un poco y olvidar esa teoría que dice que todas las mujeres acaban pareciéndose a su madre, es muy adecuado este tocho de 557 paginas, nada menos. Es muy entretenida, se trata de algo parecido a una historia policíaca con multitud de enigmas, una historia de amor que se adivina desde el primer momento, y un final de lo más previsible pero emocionante. Además, es muy cómoda de leer, con capítulos cortitos en los que siempre pasa algo. Pero no es necesario creerse de verdad que todo lo que se cuenta es cierto. Es una novela, sin más. Quien quiera creerse esa historia, se la creerá aunque le contemos que los historiadores mejor documentados sobre la época de Cristo consideran risible todo lo contado, o que hay, por parte del escritor, una cierta falta de información acerca del Opus Dei. No nos engañemos; a estas alturas, no voy a ponerme a defender al Opus, precisamente yo. De hecho, me resulta muy poco presentable una organización que colocó a varios de sus miembros en los gobiernos de Pinochet, y que fue apoyada por el régimen de Franco. Pero no es eso lo que cuenta este libro, y tal vez debiera. A lo que voy es a que, aunque es cierto que en el Opus hay quienes usan cilicio, y que es una organización muy inmovilista en el interior de la Iglesia Católica, además de tener una estructura exageradamente machista, en la novela hay errores de bulto al hablar de la “obra”, y por poner un ejemplo, los numerarios del Opus no utilizan ningún tipo de hábito. Errores de este tipo llevan a la conclusión que la documentación por parte del autor no es tan cuidadosa ni exquisita como debiera.

 

Personalmente, considero que este libro pasaría al olvido de forma inmediata si no fuera por lo bien que vende el meterse según y con quien en los tiempos que corren, y por la polémica que lo rodeó desde el momento de su publicación. Habría que recordar a los miembros más intransigentes de la iglesia católica, que ya les ha sucedido en más de una ocasión que el libro, la obra de teatro o la película a la que calificaban de sacrílega, pasaba a convertirse en un número uno, simplemente por la polémica. Recordemos al respecto la infumable película “La Última Tentación De Cristo”, que jamás hubiera pasado al recuerdo ni hubiera sido tan vista salvo por la bronca que se armó y por las manifestaciones que se montaron a la puerta de los cines. Mi pregunta es muy sencilla: ¿Merece la pena?

 

En resumen, una buena novelita para pasar el rato, sin más. Si al escribirla se pretendía otra cosa, no se logró.

 

Título: “El código da Vinci”

Autor: Dan Brown

Editorial: Umbriel.

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