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Enfrentar los demonios: la realidad argentina en 1975

Spahr, Adriana
Brock University -Canadá

 

          El argentino Humberto Costantini (1924-1987) es uno de los tantos escritores que entendieron que la literatura es un medio adecuado, aunque por supuesto no el único, para ayudar a un determinado proceso de cambios dentro de una sociedad dada. En el plano nacional, perteneció a una generación que se destacó por su oposición a los cánones literarios y políticos tradicionales y que alcanzó un desarrollo considerable durante la década del sesenta y setenta en Argentina1. Como paradigma de esta época conflictiva en la historia argentina surge De Dioses, hombrecitos y policías2 (1979). La fascinación de esta novela reside tanto en la proyección de la realidad argentina de 1975 como en la utilización del humor como elementos que permiten el descrédito y la desvalorización en el plano textual de valores institucionales y culturales.

          De Dioses nos sitúa en un periódo problemático de la historia argentina. A fines de 1975 la situación política era de una turbulencia inusitada. El gobierno de María Estela Martínez de Perón--tercera esposa del anciano líder Juan Perón--se deterioraba día a día. En el panorama económico, había una inflación sin precedentes; en el plano político-social, las organizaciones guerrilleras accionaban contra del gobierno al que consideraban opuesto a los intereses de las mayorías; las organizaciones gremiales,  aún las que apoyaban las gestiones gubernamentales, se dividían y en muchos casos retiraban su apoyo a la administración. Como contrapartida a esta situación y con el fin de detener la insatisfacción de la gente, un sector importante del gobierno peronista apañaba el accionar de grupos paramilitares que funcionaban con su beneplácito3. Estas asociaciones ilegales, que habían nacido en 1973 con el objetivo de asesinar a los líderes representativos de las organizaciones populares, ahora contaban en sus filas con miembros de los servicios de seguridad--la policía--y las Fuerzas Armadas. Pronto su accionar ya no se circunscribiría a combatir al primer objetivo mencionado sino que se iba a extender sin reservas al conjunto de la población (Rock 363-366).

          En la novela, el espacio y el tiempo están claramente especificados. El espacio geográfico lo constituye la ciudad de Buenos Aires con referencias concretas a calles y lugares como, "Teodoro Vilardebó entre Baigorria y Marcos Sastre" (33), "Moreno 1425, [ex] oficina de la Superintendencia de Seguridad" (217)  Las anteriores referencias se irán repitiendo en el texto a fin de que el lector no pierda la noción de la realidad extra-textual. De esta manera Buenos Aires actuará como un microcosmos en el que se proyectará la situación del país. En lo referente a la temporalidad, la acción se desarrolla en torno al 3 de diciembre de 1975, momento que en la realidad coincide con la muerte del general del ejército y ex comisario de la policía federal, Jorge Esteban Cáceres Monié, ejecutado por la organización Montoneros, opuesta al gobierno (La Nación 4 de dic. 1975; La Prensa 5 de dic.1975) . Como consecuencia de este hecho, un grupo paramilitar autodenominado "Alianza Libertadores de América-pelotón Cáceres Monié" (La Prensa dic 6, 1975) llevaron a cabo el asesinato de doce civiles en distintas partes del país. Desde estos hechos verídicos se teje la trama de la novela, en la que se destaca la utilización de un dispositivo creativo ingenioso: el autor incorpora algunos de los dioses inmaculados de la mitología griega en el centro de una realidad en pleno caos y de desafortunada memoria–ahíta de horror y truculencia--como la que acabo de describir.


          El título del libro, De Dioses, hombrecitos y policías corresponde a los participantes de la acción y a los tres grupos en que la ficción está dividida. El mundo mitológico está representado por Edes, Palas Atenea, Afrodita y Hermes, bajo cuyas influencias están los hombrecitos y policías. El infernal Edes manipula a los policías–y a las agrupaciones paramilitares--para que a través de ellos se concrete su venganza por la ejecución de su protegido, el militar Cáceres Monié. Los otros dioses protegen a los hombrecitos, quienes impensadamente se han convertido en el blanco de los protegidos de Edes.

          La división tripartita antes mencionada se mantiene a lo largo de los cuarenta y seis capítulos que componen el libro. Cada uno presenta al lector uno de estos mundos, los cuales se diferencian no sólo por los personajes sino por una distinta voz narrativa y un espacio diferente.  En este sentido tenemos la voz omnisciente de los dioses,  quienes por su calidad de olímpicos e inmortales, no están supeditados a la noción de espacio. Por otro lado, está la voz en primera persona de José María Pulicicchio, que es el enunciante en el mundo de los hombrecitos. Por último hay un conjunto discursivo compuestos por  memorándumes y prontuarios que se vinculan a actividades de inteligencia realizadas por los policías.

          Los mundos ficcionales interactúan parcialmente ya que los hombrecitos y policías forman parte del mundo de los olímpicos, pero desconocen su existencia. En tanto, los mundos de los hombrecitos y policías se entrecruzan solo a través de un informante  (57). Si bien estos dos mundos no se entrecruzan completamente durante el desarrollo de la acción, el peligro de irrupción del mundo de los policías a través del secuestro y la muerte en el de los hombrecitos es constante4. A pesar de semejante amenaza, Costantini presenta una visión que, sin desconocer el contorno real, busca a través del humor, algo tan humano como la sonrisa. 

          Ahora bien, ¿cómo podemos hablar de humor cuando lo que rodea lo ficcional es una violencia indiscriminada que indefectiblemente termina en la más oprobiosa de las muertes?  El mismo Costantini da la respuesta en la contratapa del libro:

 

Lo empecé a escribir en plena represión, en pleno terror. Lo seguí escribiendo porque sí, por vicio digamos, para hacer algo en una época en que escribir parecía un disparate. Lo cierto fue que, sin quererlo, el primer beneficiado con el libro fui yo; la realidad de la novela me arrancaba de la espantosa realidad de todos los días. (Nota de la contratapa-Edición Bruguera)

          

          Además, en la dedicatoria de su libro refleja el estado de inseguridad a que estaba sometido cuando escribía De Dioses. Debía cambiar periódicamente su domicilio y fue gracias al esfuerzo de varios amigos lo que permitió que tanto el escritor como su libro sobrevivieran. Lo descripto nos induce a ubicar el humor de la obra bajo la óptica del humor de galera. Antonin J. Obrdlik en su artículo ""Gallows Humor"-A Siciological Phenomenon" sostiene que este tipo de humor surge como consecuencia de una situación precaria o trágica en la que la víctima/oprimido trata de transformar su miedo mofándose y riéndose de su adversario5. Como parte de su mecanismo de defensa,  Costantini utiliza el humor para enfrentar sus demonios en la realidad de 1975: desmitifica  a los dioses, les quita credibilidad a su autoridad y muestra que donde reina la injusticia ni siquiera los neutrales están a salvo.

          En  el mundo de los hombrecitos, la voz narrativa de J. M. Pulicicchio acerca al lector a "La Agrupación Polimnia/Poetas Asociados de Villa del Parque" (24). La agrupación cuenta con pocos miembros, alrededor de una docena si incluimos a los acompañantes y a la mujer que hace la limpieza. Los miembros se congregan todas las semanas para compartir sus creaciones literarias. La voz narrativa utiliza vocablos altisonantes para describir tanto a la sociedad, "bella palestra donde ejercitamos y desplegamos nuestra vocación"(25), como a sus miembros, a quienes califica de  "selecto grupo" y "figuras señeras" (24).

          A medida que avanzamos en el texto se ponen de manifiesto las exageraciones del narrador. Por ejemplo, la única profesora, presentada como "la distinguidísima pianista", tiene continuos "ataques de artritis" (113). Con lo que se desacredita como pianista, no porque no lo haya sido sino porque con la enfermedad que padece es improbable que se pueda distinguir. Por otro lado, la "eximia poetisa" (27), creadora de composiciones "bellas, sugerentes y extrañas" (115) presenta creaciones con solo una palabra y con giros esotéricos inteligibles hasta para la voz enunciante (115). El propio narrador se declara autor de sonetos, a los que define como su manera "natural de expresión", con lo cual pone en cuestión  los trabajos arduos del buen sonetista (25).

           Si bien la crítica literaria ha manifestado que los hombrecitos son “parcialmente” culpables por el destino que sufrió el país6, entendemos que la revelación a través de la ironía de este mundo anti-heroico, con sus contradicciones, límites y miserias, ayuda en el texto a ridiculizar el papel de la policía que confunde a Polimnia con un grupo guerrillero. Al mismo tiempo desmitifica el papel de los dioses que son incapaces de defender, a pesar de sus poderes, a sus modestos protegidos. 

          Encontramos aquí otra degradación cómica cuando los dioses están acompañados de policías y "hombrecitos" en lugar de héroes como los descriptos en los libros prístimos de la épica como La Ilíada y La Odisea. Por otra parte, de estos libros se desprende el valor del mito como norma literaria, pero además la ética para la transmisión de un relato ejemplar a través de las hazañas de sus héroes. Aquí el mito no se utiliza para mostrar ninguna norma ética ni tampoco para resaltar las hazañas de héroe alguno, sino como medio de dar una explicación a una situación política incomprensible. Pero así como los héroes no son héroes los dioses distan mucho de comportarse como tales.

          Ejemplo de este comportamiento contrario a la actitud esperada de los dioses, es el hecho de que mientras Edes--dios de los infiernos y rey de los muertos--planea su venganza por la muerte de Cáceres Monié, Palas Atenea, Afrodita y Hermes se enteran a último momento de lo que ocurre a sus protegidos y aceptan sin más sus muertes a manos de Edes, justificados en el hecho de que el mismo Zeus rehúsa enfrentarse con su hermano (81-82). Dentro de estos límites, Hermes--el mensajero--reduce su accionar a la ineficaz tarea de buscar información sobre la causa y el momento en que los protegidos serán asesinados. Las diosas, por otra parte, deponen sus rivalidades momentáneamente y aúnan fuerzas para que los hombrecitos, se liberen de inhibiciones sexuales, y sean felices en sus últimos instantes (83). Ante esta actitud tibia y resignada de los dioses--una voz no identificada-, exclama: “¡Oh Dioses indignos de vuestros nombres,...nada mejor sabéis hacer!”(162). Sin embargo, como expresa la voz narrativa, las quejas no llegan a los olímpicos, y estos continúan “su fútil tarea” (162).

          Esta voz omnisciente no sólo describe sino participa activamente para desacreditar a los dioses: acusa a Edes y sus servidores de sanguinarios (163, 220), a Hermes de mentiroso (187) se burla de las las diosas ironizando sus acciones a través de juicios laudatorios que producen un juicio negativo (Theory of Parody 53)  Así, la enunciación hablará del sabio plan designado por Afrodita en el que ella deberá instalarse en las paletas de un "ventilador de plástico", Palas Atenea se convertirá en una mortal y Hermes se transformará en una mariposa nocturna, mientras esperan la llegada de los portadores de la muerte a la sede de la agrupación (85). Aparte de la inutilidad del plan, no deja de causar comicidad el hecho de que la diosa del amor se instale a derramar sus hálitos amorosos desde un artefacto tan doméstico y ordinario como un ventilador de plástico.

          Al mismo tiempo, existe en la narración una subversión del discurso épico. El paradigma aristotélico basado en la división de los discursos alto y bajo propone un lenguaje culto y elevado "de gran vuelo" (33) para los dioses y héroes y uno más rústico para los representantes de la clase baja. Si bien se intenta imitar este estilo, la comicidad se da cuando se une el contenido rústico al discurso elevado--unido al uso de epítetos y a la forma "vosotros"--particularmente risueña a los oídos rioplatenses–en boca de los olímpicos;

 

Más, sin dejar que Afrodita terminara su acongojado discurso, agitando la cola de caballo de su resplandeciente yelmo habló así la terrible hija de Zeus, Atenea, la de los ojos claros:

"Calla de una vez, charlatana, celestina, ramera. Bien dices que transformada en chistadora lechuza vigilaba...la impúdica lengua de tu protegido, evitándole así a la casta Irene Bengoechea, grata a mis ojos pues es virgen, tejedora de crochet y dedicada totalmente a los quehaceres del intelecto, los trastornos [del] voluble amor". (18)

 

La diosa sigue manteniendo el tono ampuloso que caracteriza a la épica, pero la comicidad se produce en el recurso a un lenguaje corriente en la boca de una deidad y también por la materia que se trata. Atenea, que simboliza la fuerza de la inteligencia y la vivacidad del espíritu creador, se nos presenta aquí vigilando el comportamiento de una mortal para que no se pierda  en indecencias carnales a los treinta y nueve años.

          Por otra parte, y como nota J. L.Gillian, la voz narrativa de "los hombrecitos,"que es susceptible de utilizar un lenguaje bajo, no lo hace  (93). Ellos intentan elevarse a través de la poesía y utilizan un léxico selecto y educado--aunque es engolado y anacrónico y causa más gracia que admiración--que contrasta con la vulgaridad del vocabulario de la diosa, y con el de Edes y "los policías". En el mundo de los opresores, corporación de lo desdeñable, se utiliza siempre una lengua procaz, que se transluce en los diálogos y concuerda con una condición humana ignominiosa (156).

           A su vez, con la intención de causar risa y a manera de hacer constar la inutilidad del poder de los dioses, una ninfa convertida en plantita de menta en el patio de la sede de la agrupación, conseguirá por un chantaje de connotaciones sexuales, que Edes deponga sus propósitos contra los miembros de Polimnia,  "Serán muchos, mortales e Inmortales ...los que conocerán por mis labios lo ocurrido -mejor dicho lo no ocurrido--junto a aquella raíz del susurrante álamo" (215). Desde el punto de vista patriarcal con que los sistemas policiales se manejan, al marcar la impotencia de Edes, se ve la intención de satirizar a los represores. Siguiendo con el accionar de los otros dioses del Olimpo, tampoco Edes defiende a sus protegidos. No pudo proteger a Caceres Monié y tampoco puede con otros policías (108-9) quienes, justicia poética aparte, pagarán por los cambios de planes de Edes (245-6)7.

          El mundo ficcional de "los policías" se compone de  diálogos, memorándumes, noticias radiales y prontuarios policiales. Los diálogos ocupan una parte insignificante del libro y tienen la función de que el lector perciba el accionar de los servicios clandestinos de seguridad y su impunidad (211-12, 221-22). Lo más relevante aquí es el uso de los memorándumes y prontuarios policiales8. Estos papeles oficiales que se utilizan para dejar testimonio "reales" de los hechos que ocurren, sobresalen aquí por su dudosa legitimidad:

 

Frugoni Aníbal (a) El Zurdo. Sin antecedentes registrados...Propietario del bazar "La Flor de Lis". Miembro de la "Unión de Comerciantes de la calle Cuenca" y...de la Cooperadora del Hogar Policial". Todo parece tratarse de una hábil maniobra de cobertura. Informes... lo sindican como traficante de drogas y drogadicto, jefe de la organización extremista declarada ilegal en 1973, contrabandista de veladores y barómetros de pared, ...homosexual,...amigo de Héctor J Cámpora, tratante de blancas, falsificador de cuadros, infiltrado, sádico y poeta Izquierdista confeso. Significativamente firma sus escritos como "El Zurdo Aníbal" (124).

 

Según el informe, el señor Frugoni no tiene antecedentes, pero sus actividades se ponen en tela de juicio con el pretexto de que pueden ser una "hábil maniobra" para cubrir otras actividades aún no comprobadas. Se lo acusa de delitos disímiles, tanto en el plano político, como en el económico y moral: es jefe del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo, proscripto en 1973),  amigo del ex-presidente Cámpora, contrabandista de objetos inocuos como "veladores y barómetros de pared". Al mismo tiempo se coloca como delito tanto a la actividad creativa de ser poeta como la de ser homosexual. Esta información oficial se contrapone con la enunciación de los hombrecitos.


          Pulicicchio repasa los antecedentes de la agrupación con el fin de desechar como infundadas unas amenazas recibidas telefónicamente, a las que todos descartan como equivocación (92). Sólo dos elementos coinciden entre las opiniones y el informe policial sobre Frugoni: el carácter de propietario del bazar y que es "zurdo". En el plano significativo la palabra adquiere doble sentido: físico e ideológico. Para Pulicicchio es cómo Frugone escribe y un halago a su escritura, "la perfilada letra caligráfica de su mano izquierda" (92). Para la policía, su orientación político ideológica, "izquierdista confeso." El texto sugiere con este juego de significaciones demostrar comicidad y exponer la falta de sofisticación entre los policías. En este sentido el texto se deleita con el uso de errores gramaticales (14, 43),  redundancias y una pretendida precisión y objetividad que se rompe cuando los informes, en vez notificar lo que ocurre, especulan. Así, un ciego se convierte en un “presunto ciego” y unos aplausos en proclamas políticas (31). Todos los elementos desvirtúan la validez de "los informes" quitándole su alegada índole fidedigna.     


          El lector debe estar alerta para descubrir las ironías y también para completar la información que no dan los medios de difusión textuales ni los contextuales ya que reproducen las noticias solo confusa y parcialmente:

...conmocionada situación se está viviendo en el país...en el mes de noviembre, el costo de vida ...ayer, otros cuatro cadáveres en el Gran Buenos Aires ...según se supo luego...un grupo de sujetos fuertemente armados...los que se titularon policías...pertenecían a la comisión interna de la fábrica...están ganando River...goles de Pasarella.... (178)

        

          Frente a estas noticias, el lector debe completar lo que no se proporciona y así reconstruir la historia que los medios oficiales no revelan 9.

          Por último y con el propósito de burlar al propio lector, la voz omnisciente informa que la historia narrada por Pulicicchio fue "utilizada sin ningún escrúpulo", es decir robada, por un desconocido novelista y que con ella construyó una historia absurda, y poco creíble (241)10. El lector queda en la posición de dilucidar si la información suministrada, se corresponde o no a la realidad argentina del 3 de diciembre de 1975.

          A través del humor, entonces, se ofrecen nuevos puntos de vista. En el caso del mundo de los hombrecitos se desmorona el arrogante discurso de Pulicicchio, quien se convierte en un ser frágil que solo despierta compasión. En el mundo de los dioses, se ridiculiza la concepción tradicional sobre ellos como seres superiores que interceden, salvan y protegen a sus criaturas. Y en el mundo de los policías se desacreditan las bases jurídicas inscritas para la defensa de todos los ciudadanos y, fundamentalmente, de los débiles.

          En mi aproximación al texto de Costantini intenté argumentar que el humor es un vehículo de comunicación valedero para enfrentar a un enemigo más poderoso y que sirve para explicar una realidad dolorosa y arbitraria. También que a través de él se desvirtúa el discurso oficial y se ofrece un canal de expresión a los marginales cuyas penurias no cuentan entre los dueños el poder. Costantini, como otros autores de la tradición literaria iniciada en la década del 20 (nota 1), entiende que la literatura, además de una instancia estética, es también un arma de transformación y de oposición--especialmente en la época de este trabajo. De dioses, hombrecitos y policías, desde el plano restringidode la literatura, se propone des-sublimizarla y aportar al entendimiento de las circunstancias históricas de su contexto; asimismo desea participar en la construcción de una nueva sociedad. Aunque discutible el propósito, la idea de esta ficción es un componente vital tanto para la literatura de un período como para la historia social. La novela de Costantini--prohibida durante la dictadura--quedará como un registro disonante y de denuncia en un tiempo oscuro para la creación novelística de la historia argentina.

 


NOTAS

1 Luego de la década del treinta la ciudad de Buenos Aires se convierte no sólo en el centro político y económico nacional, sino también en el centro cultural del país. Se abren nuevos diarios, revistas y editoriales en los que se comienza a perfilar las dos tendencias bajo las cuales se puede encuadrar en líneas generales a los escritores argentinos: escritores representantes de la cultura elitista y autores populares o masivos. Entre los primeros se encontraban Leopoldo Lugones (1874-1938), y Jorge Luis Borges (1899-1985) (Franco, 259). Los segundos planteaban que la cultura no tenía que ser propiedad de una élite y asumían que la literatura debía revestirse de un compromiso social. Como cabeza visible de este grupo figuraba Roberto Arlt (1900-1942). Para ellos la escritura era un sitio de combate y proponían un discurso alternativo que incluyera una voz colectiva-popular como expresión de oposición al orden establecido propuesto por la élite (Una modernidad periférica 95-120). Seguidores de estos pasos en el tiempo son los escritores David Viñas (1929), Haroldo Conti (1925-1976?), Rodolfo Walsh (1927-1977?) , Tomás Eloy Martínez (1934), Osvaldo Soriano (1943-1997) y Costantini. En razón de que buscar una alternativa a la tradición cultural no era visto con buenos ojos por aquellos que detentaban el poder político muchos de estos escritores debieron abandonar el país durante los años que siguieron al gobierno de facto que se instaló en Argentina el 24 de marzo de 1976. Costantini, a diferencia de otros escritores como Rodolfo Walsh (1927-1977?), Francisco Urondo (1930-1976) y Haroldo Conti que pagaron con su vida la osadía de rebelarse contra el estado de cosas, emigró a México donde se radicó hasta la instauración de un nuevo gobierno democrático en 1983. 

2  La obra tuvo una amplia difusión. Fue publicada entre otros países en  México, Cuba, Bulgaria, Alemania, Francia, Israel, La ex-Unión Soviética y los Estados Unidos. Sin embargo, salvo el prestigioso galardón que recibiera cuando se le otorgó el premio Casa de las Américas  en 1979, no tuvo buen recibimiento por parte de la crítica literaria. De mis investigaciones surge que sólo tres académicos vieron la potencialidad de la obra. Así, encontramos el aporte de J. L. Gillian quien en su trabajo "Three ways of Re-writing a text: Parody, Translation and Criticism"  analiza el texto desde la óptica de la parodia, posición por otra parte compartida por Elzbieta Sklodowsta. También Adelaida López Mejía en su artículo "La visión satírica de Costantini: De Dioses, hombrecitos y policías",  sin dejar de observar la parodia en el texto, enfatiza además el uso de la sátira.


3 Así por ejemplo, se le atribuye a José López Rega, ministro de Bienestar Social del gobierno peronista desde 1973 a 1976 el patrocinio de un terrorismo de estado que se manifestó en las actividades de la denominada Alianza Anticomunista Argentina, conocida comúnmente como La Triple A (Giussani, 16).

4 La reunión del 3 de diciembre culmina con la salvación del grupo. Pero al final del texto, las fuerzas de seguridad, dirigidas por Edes vuelven a acechar a los hombrecitos. De efectuarse su exterminación,  este hecho representaría en su correlato extratextual los graves acontecimientos que empezaron a ocurrir con más asiduidad en el país a mediados de 1975 y que se intensificaron y refinaron a través la dictadura militar--represión oficial que costó la desaparición y el asesinato en el país de más de treinta mil residentes--.

5 Obrdlik transmite su experiencia con la comunidad checoslovaca luego de la invasión del nazismo. Éste observó que el humor de los checos estaba basado en ridiculizar, satirizar e ironizar a los alemanes y sus colaboradores. Establece el autor que este tipo de humor sirve de mecanismo de defensa no sólo al individuo sino a toda la comunidad.

6 La crítica López Mejía, teniendo en cuenta que Pulicicchio no es crítico ni de su actitud ni del grupo, manifiesta que el discurso de este último "lleva al lector a enjuiciar la clase social que él representa como parcialmente culpable de la política argentina" (95). Parecería difícil disentir con la crítica si partimos–como hemos hecho–de la idea de que existe en el texto la intención de representar la sociedad argentina de mediadios de los 70 del siglo XX, pero es necesario hacer algunas aclaraciones al respeto. No podemos dejar de acordar de que “los  hombrecitos" actúan como lo hizo un sector muy significativo de la población al considerarse que estaban exentos de peligros por no profesar ninguna filiación de índole política (27). Pero en este caso nos referimos a un sector de la población y no a una clase social. Darle la representación política de una clase a los “hombrecitos”, la media presumiblemente, es olvidarnos del tipo de gente que compone este grupo. Muchos de sus integrantes tienen algún tipo de imposibilidades físicas, pero son inocuos tales como Sra. Kisternmacher que se moviliza en sillas de ruedas; como Mastandrea que es rengo y como Pasco que es ciego (27). Es evidente que este grupo de personas, a quienes los dioses del Olimpo tienen como protegidos, distan mucho de ser los héroes de la épica griega. Son todos gente de mediana edad, seres marginales que se reúnen a leer su mediocres composiciones literarias. El más influyente de ellos--si tomamos como parámetro lo económico--es propietario de un bazar en un barrio tan alejado de los centros de poder como Villa Urquiza. En realidad los podemos caracterizar como anti-héroes, cercanos en su caracterización a la gente común propia de cualquier barrio, carente de cualquier tipo de poder pero  similares, por otro lado, a la mayoría de los personajes creados por Costantini (en especial los que encontramos en su colección de cuentos Háblenme de Funes (1970) o en la novela La larga noche de Francisco Sanctis (1985). Varias son las similitudes de La larga noche de Francisco Sanctis y el texto que estamos tratando. El protagonista Francisco Sanctis es un oficinista, inmerso en su rutina diaria del trabajo. Como los miembros de la Polimnia tampoco ignora la situación imperante en el país, pero ésta no representa para él una gran preocupación pues no tiene ninguna participación política. Sin embargo es detenido, cuando por una cuestión de humanidad, va a llevar un recado a la casa de un activista político. Otra similitud en las dos novelas es el corto tiempo de la acción. En La larga noche... la acción se desarrolla en diez horas, y en Dioses si tomamos en cuenta el mundo de los hombrecitos, la acción se desarrolla en algo más de cuatro horas que dura su reunión.

7 Si bien Edes acepta dejar vivos a los doce miembros de la Polimnia, le manifiesta a la plantita que ya no hay tiempo para detener el operativo paramilitar que esta a punto de irrumpir en la agrupación. Hermes que está escondido escuchando la conversación vuela a los altos mandos de los servicios de seguridad. Allí telefónicamente haciéndose pasar por Guso, hace cancelar el operativo. Ante el sorpresivo cambio de planes el jefe de este operativo, acusa a Guso y a sus dos nuevos recomendados: el oficial principal Farías y el cabo Ramírez de estar vinculados con organizaciones guerrilleras (242-246).

8 En el plano literario este recurso fue utilizado entre otros por Manuel Puig en Boquitas pintadas (1978) donde incorpora tanto cartas, notas de revistas mensuales como informes oficiales y también por Julio Cortázar en El libro de Manuel  (1973) donde se recortan noticias de diarios y se pegan en un cuaderno para que, a través de ellos y de la trama de la narración, el niño Manuel--para quien está escrito el libro--conozca la realidad de la época que tocó vivir a sus mayores cuando crezca.

9 Esta clase de lenguaje se registra en otro tipo de narraciones, características de la época militar en que reinaba la censura, como Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia, donde se interponen los discursos y existen fragmentaciones en la enunciación ante lo cual el lector debe participar para llenar estas rupturas. Se presentan personajes cuyas vidas a través de los archivos y cartas serán hechos y vueltos a rehacer de acuerdo a nuevos datos o nuevas lecturas. En este sentido, De Dioses reproduce las noticias de los periódicos de la fecha, donde se da a luz los nombres y la manera atroz en que doce personas fueron asesinadas como consecuencia de la muerte de Cáceres Monié  (228-30; La Nación 5 de dic. de 1975, 1 y 5). A pesar de la utilización de estos medios oficiales, estará en manos del lector encontrar la verdad en las historias que se presentan.

10 Desplazamiento de autoría se observa en  Don Quijote de la Mancha, donde Cervantes infiere que la autoría de su novela corresponde a Cide Hamete Benengeli (I-9), así como en De Dioses la autoría pertenece parcialmente a Pulicicchio. Con respeto a la negación del texto, Mario Valdés en su artículo "The invention of reality" manifiesta que existe negación del texto en la obra de Unamuno Amor y pedagogía(1902) cuando en el prólogo sin firma de este libro el autor es acusado de perder sus sentidos por haber escrito una novela vulgar que ofende a los lectores del mismo (457). De igual forma en La larga noche del propio Costantini, hay una advertencia al lector en donde se le dice que no guarde muchas expectativas porque el libro es de "materia bastante aburrida"(7).


 

OBRAS CITADAS

Aristóteles. Poética. Trans. Alfredo Llanos. Buenos Aires: Leviatan,1984.

Cervantes, Miguel de Don Quijote de la Mancha. Barcelona: Planta, 1980.

Cortázar, Julio. El libro de Manuel. Buenos Aires: Sudamericana, 1978.

Costantini, Humberto. De Dioses, hombrecitos y policías. Buenos Aires: Bruguera, 1984.

--- La larga noche de Francisco Sanctis. Buenos Aires: Bruguera, 1984.

Franco, Jean. The Modern culture of Latino America. New York: Praeger, 1967.

Gillian J. L. "Three Ways of Re-writing a Text: Parody, Translation, and Criticism."  Diss. New

          York University, 1990

Guissani, Pablo. Montoneros la soberbia armada. Buenos Aires: Sudamericana-Planeta, 1984.

"Hallóse un cadáver en San Fernando" Nación [Buenos Aires] 5 dic. 1975: 5.

Holland, Norman. Laugthing: A Psychology of Laughter New York: Cornell University Press,

          1982.

Hutcheon, Linda. Theory of Parody: The Teaching of Twenty Century Art Forms New York-London: Methuen, 1985.

López Mejía, Adelaida. "La visión satírica de Humberto Costantini: De dioses, hombrecitos y

          policías" Chasqui 20.2 (noviembre 1991): 86-97. 

"Mataron al General Cáceres Monié" Nación [Buenos Aires] 4 dic.1975: 1+.

"Mataron en Córdoba a 9 universitarios" Nación [Buenos Aires] 5 dic. de 1975: 1+.

"No se confirmó la existencia de un comunicado terrorista" Prensa [Buenos Aires]  5 dic. 1975:

          8.

Obrdlik, Antonin J. "Gallows Humors"-A Sociological Phenomenon. The American Journal of

          Sociology 47 (1942): 709-716.

Piglia, Ricardo. Respiración artificial. Buenos Aires: Sudamericana, 1988.

Puig Manuel. Boquitas pintadas. España: Seix Barral, 1978.

Rock, David.  Argentina 1516-1987 From Spanish Colonization to Alfonsín. Berkley: University

          of California Press, 1987.

Sklodowska, Elzbieta. La Parodia en la Nueva Novela  Hisponoamericana.

          Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins Publishing Company, 1991.

Valdés, Mario J. "The invention of reality: Hispanic Postmodernism" Revista canadiense de

          estudios hispánicos. 18.3  (Primavera 1994).

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