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La ciudad como problema.  Sobre Maldición eterna a quien lea estas páginas, de Manuel Puig desde sus manuscritos.

Romero ,Julia
U.N.L.P

Entre 1963 y 1967 Manuel Puig residió en Nueva York, con una cotidianeidad que acompañaba  la guerra de Vietnam y el fenómeno del “hippismo” . Esa experiencia distó de la que el escritor transita cuando en 1976 vuelve a la ciudad, que la percibe conservadora e individualista. El conflicto con la ciudad dio lugar a la novela Maldición eterna a quien lea estas páginas que pone en la escena de la escritura los juegos de intimidad y memoria, lengua y experiencia a partir de la consideración de los papeles previos a la publicación de la novela, escritos en inglés, español y francés. La carta robada de la narración, la carta del padre y del hijo fueron no sólo cifradas sobre la novela Les Liaisons dangereuses, de Choderlos de Laclos, sino escrita originalmente en francés. La lengua, la patria y el padre son los tópicos de los conflictos centrales que pone de manifiesto la vivencia con la ciudad-

 

 

Que la necesidad de comprender la ciudad y el encuentro con un vecino que parecía encarnarla le sirvieron a Puig para tratar de comprender Nueva York es solo el comienzo de la génesis de la sexta novela del escritor, el pretexto y la excusa para desentrañar el conflicto entre padre e hijo y entre la Patria y su “hijo” Manuel Puig.

M.P.: Fue en 1976 que empecé a pensar en esa novela, en el comienzo de la dictadura militar.

A.B: -Había desapariciones.

M.P.: -Sí, ya todo había comenzado con el gobierno de Isabel Perón, no hay que olvidar, los problemas comienzan allí. Y se recrudecieron con los militares. Nueva York se me presentaba como una posibilidad de radicación, una ciudad realmente fascinante, pero que de algún modo no me convencía, había una lucha en mí por aceptar o no esa ciudad para una radicación larga, había cosas de Nueva York que yo no comprendía y que no estaba dispuesto a aceptar ¿comprendes?, había cosas desagradables que yo no estaba dispuesto a perdonarle a la ciudad, pero también había otras que...

-¿la suciedad, las cucarachas, las pandillas, toda la porquería que aparece en tu novela?

M.P.: -Eso es lo de menos...

-¡La soledad!

M.P.: -Sí, hay una imposibilidad de diálogo, ¿no? con cierto tipo de gente que me asustaba, y de todos modos yo quería comprender mejor la ciudad, la idiosincrasia de ese pueblo. Se me cruzó entonces un personaje, un vecino que parecía realmente encarnar mi conflicto con la ciudad. Si yo lograba comprender a ese personaje, comprendería Nueva York, comprendería todo lo que sucedía, y le propuse trabajar, discutir...

(Entrevista a Albert Bensoussan incluida en Romero: 2006)

 

 

 Puig anotaba –entonces- fragmentos de ese diálogo en sesiones de conversación sobre las que luego trabajaría. A esas sesiones intercaló, de forma paralela, otros pasajes de naturaleza onírica, compuestas sobre la base de imágenes y alucinaciones. El personaje que compone es el de un exiliado que –sin llegar al absurdo con el que roza El extranjero de Albert Camus, tiene, sin embargo, un parentesco: en su vida casi afásica, sin significados del lenguaje adoptado, se encuentra con la posibilidad de replantear sus prioridades, incluso al lenguaje mismo, para descargarlo de contenidos inútiles, “como una especie de purificación”, como expresa en la conversación con Bensoussan.  Larry es el personaje norteamericano que abunda en sentimientos de fracaso, marginal respecto de su sociedad, ex profesor marxista. Ambos descubren, de manera progresiva, los beneficios de la relación: mientras Larry va descubriendo su interés en el pasado del Sr. Ramírez –pasado que lee la historia argentina de la última dictadura militar- el personaje argentino, redescubre, ya en su ancianidad, los sentimientos de vida terminada en la amnesia y en la parálisis, el mundo del afecto que había negado en actividad, en el  pasado. Por otra parte, el exilado con quien Puig se identifica tiene es nombrado como “Ramírez”, a su vez es el nombre del personaje de su novela anterior: el abogado sindical Pozzi, de Pubis angelical, cuando vuelve a Argentina cambia de identidad con ese nombre. De este modo hay un continuum  en la construcción del personaje. El Sr. Ramírez, en Maldición eterna... aparece en primer lugar con sentimientos de persecusión, ahogado, asfixiado por el pasado, pero encontrará la posibilidad de recuperar el tiempo perdido en el contexto familiar, en su realidad más devastada.[1]

 

 Larry descubre que ese pasado perdido –el del Sr. Ramírez- se encuentra cifrado en las notas escritas -sobrescritas- en clave sobre Les liaisons dangereuses, novela epistolar de Pierre Choderlos de Laclos y que son la causa de la amnesia. La verdad en la realidad del anciano era incomunicable para sí mismo, ya que lo convertirían en su propio enemigo. En una anotación pretextualde la etapa pre-redaccional se lee –frente a variantes descartadas-  la siguiente anotación manuscrita:

Algo interesante: viejo rechaza notas porque las supone escritas por el enemigo. Curioso: aunque estén escritas por él mismo, si es su parte culposa da lo mismo que el enemigo la haya escrito.

 

 

También Puig es el exiliado de Maldición eterna cuando declara a Rosa Montero en 1988, después de 40 años de ausencia en su país: “... yo querría volver como una mirada sin cuerpo. Como cuando ves una película. Quedar reducido a una mirada, ser un par de ojos, de oídos... Más allá del alcance del dolor.” (Anexo II: 249). La “mirada sin cuerpo” que Puig deseaba en la declaración, negaba su inclusión en el cuerpo nacional, pero mantenía una característica: la presentificación de su interés político y social  por los acontecimientos de Argentina, como también por su público. Esa circunstancia ostenta la interiorización de la historia de lo social a la historia del mundo afectivo. Ramírez muere luego de la discusión con su enfermero, donde confluyen la toma de conciencia de “la verdad” de cada uno de los personajes: el interés de Larry por el pasado histórico, el interés de Ramírez por el mundo afectivo. Ambos, en un ensayo de corrección de sus errores pasados. El personaje joven tendrá una nueva oportunidad después de haber re-descubierto su vocación, en cambio el desencanto del Sr. Ramírez por el verdadero interés de Larry se une con el exceso de verdad que enfrenta en la discusión, que –como un medicamento- debía ser dosificada.

 

 

5.3.1. Carta del hijo, carta del padre

 

 

 El “melodrama de la patria” –la lectura de la historia argentina como melodrama- termina con esta novela, acompañada –al margen de ellas- por otros escritos que son la contracara de la estética central, por la que se consagra el escritor. A la vez,  Puig comienza a ensayar con más experimentación una nueva incursión en el juego de las traducciones. Los dos primeros guiones habían sido escritos en inglés para capturar un público extranjero, pero también para evitar la lengua española, “síntoma de subdesarrollo”, según expresó en la misma entrevista con Mario Szulchman, en Romero, 2006). Esta característica, no notada anteriormente, se inscribe en la misma línea de conflicto de la literatura argentina durante el primer tercio del siglo XX.[2] En el caso de Puig, el deseo de la lengua extranjera provenía de la realidad apetecible, el cine, y la realidad representada en esas historias. Las películas estaban en su original en inglés, y, al terminar la Segunda Guerra Mundial, en francés e italiano. Esos son los idiomas que Puig aprende y utiliza de forma cada vez más diestra, hasta llegar a corregir sus propias pruebas de imprenta en otras lenguas, e incluso hasta escribir directamente en esas lenguas extranjeras. No solamente Maldición eterna  y Sangre de amor correspondido – ya en la etapa de Río de Janeiro - tienen su génesis en el mismo proceso de  traducción, sino también “Vivaldi”, un guión inédito de los últimos años de su trayectoria, fue escrito directamente en italiano y traducido por él mismo a una versión en inglés, para la lectura del productor americano David Weissman.[3] Los textos que publicara el autor en la revista italiana Chorus también tuvieron su génesis en ese idioma.[4]

En el caso de Maldición eterna, este proceso, sin embargo, no fue simple, hay anotaciones  previas  a la redacción de la novela donde aparecen notas en español, o se usan las dos lenguas para transcribir los diálogos que en este caso no fueron grabados. Por tanto, podemos concluir que las conversaciones anotadas en inglés y los pretextos en español hicieron que las dos lenguas estuviesen vinculadas desde la intimidad de la génesis escrituraria de la etapa re-redaccional y redaccional. Como ejemplo, se leen en los manuscritos que pertenecen a la etapa de documentación lo que considero  una de las notas que el autor tomó en uno de los encuentros con Jerry, el personaje americano real que aquí aparece nombrado.[5] Allí están algunas de las preocupaciones: la pobreza, la el trabajo (“repulsive”), sin futuro para la clase trabajadora, la soledad de las personas en la gran ciudad.

 

 

Si la ciudad había significado un problema a resolver a través de la lengua, también el francés fue la cifra oculta que aclara los enigmas. En efecto, este idioma también está involucrado en la génesis de esta novela: la carta que he hallado entre los manuscritos en español –durante el trabajo de archivos- es la génesis de la que el personaje de Ramírez escribe en la cárcel. Esta decisión deliberada es una característica que no fue contada en ninguna entrevista ni fue conocida por ningún crítico y merece toda una consideración. Como pre-texto ofrece la particularidad de estar conservado en cuatro páginas celestes del City College (en el reverso hay un aviso dirigido al Staff del departamento de inglés, con fecha del 26 de abril de 1979)  con un número de página (179) que correspondería a una de las etapas redaccionales de la novela. El manuscrito autógrafo posee enmiendas y agregados, como si se tratara de una versión – por otra parte la única encontrada- realizada al correr de la escritura. En dos oportunidades, dos títulos que encabezan temáticamente una sección del relato: “Le trionphe de mon fils à Paris” y “La prision” en el borrador en francés se transforman en oraciones incluidas en los párrafos en la versión redaccional.

En el traslado a la versión en inglés como a la española se agregaron pocas frases que no cambiaron el sentido del mensaje. El manuscrito remite a la posición de Puig como autor en situación y personaje. Algunos párrafos con partes de relato autobiográfico se evidencian por momentos.[6] En la traducción al código que Larry descubre cuando estudia los papeles y anotaciones del personaje argentino, descubre dos formas de cifrar los mensajes: por un lado la utilización de párrafos enteros –la carta sesenta y siete escrita por Mme. de Tourvel al vizconde de Valmont, en la novela de Choderlos de Laclos- y por otro lado la numeración de palabras que en su progresión permite leer mensajes cifrados, como la carta de un hijo a su padre, que Ramírez había tratado de reproducir –en el nivel argumental de la novela- en la cárcel, antes de que se la arrebataran. La reproducción por el recuerdo, lo que deja al lector otro blanco de ambigüedad: la carta pudo estar mechada por la autoconciencia del personaje encarcelado, los recuerdos de lo que él mismo fue, desde la perspectiva de la distancia y el aislamiento. Si la primera versión, original, de Maldición eterna está escrita en inglés,[7] pues la ciudad a través del personaje era el enigma que se quería develar, la “razón íntima” no deja de ser menos relevante, pues en los roles de padre e hijo, se lee la “novela familiar”. En este sentido, hay un contrapunto con la “carta robada” de La traición de Rita Hayworth, donde en la carta se da lugar a  la verdad. Como he señalado en otro trabajo,[8] en esa instancia el “robo” que comete el narrador de la historia, es la carta del padre, la estrategia una “sustracción” que señala el desencuentro entre padre e hijo;[9] en Maldición eterna, la sustracción está a cargo de quienes son objeto de la maldición con que comienza la escritura de la carta,[10] es decir, quien lea “con ojos de policía” el quiebre de lo familiar, el triunfo del represor, el impacto de la historia en la vida afectiva, relegada a un segundo lugar por la militancia. Pero mientras en La traición de Rita Hayworth la carta del padre también es una carta de hijo,[11] en Maldición eterna, la carta del hijo, reescrita en la cárcel por el padre, da lugar a una respuesta que desconoce sobre la probabilidad de llegar a destino, pero que igualmente ofrecerá a modo de catarsis una purificación y un alivio a la culpa. El “encuentro” se produce en la conciencia del Sr. Ramírez en prisión, pero no de forma surrealista, sino en forma escrita, en el reconocimiento mutuo del deseo de muerte del otro. Retazos de discurso autobiográfico también hacen su paralelo con la primera novela: la ida a Europa por la intolerancia es un tópico que permanece.

Es notable ver en el papel el cambio de perspectiva (se señala entre ángulos en la transcripción diplomática) y por tanto el cambio de emisor: del enunciado en primera persona que expresa los sentimientos del Sr. Ramírez al recibir la carta, y donde se cuenta que le han arrancado la carta del hijo e intenta recordarla. Pasa luego a un discurso directo de lo que le había transmitido la voz escrita –recordada- del hijo. Ese nuevo cambio de perspectiva que continúa en otra primera persona – el emisor sería el Sr. Ramírez en la cárcel, codificando el fragmento, en primera y en tercera persona alternativamente- es luego el discurso directo del hijo que se dirige al padre: “Mon Père, quel soulagement ça serait de savoir que tu as lu cette letre...” donde se da cuenta de las razones del “desencuentro”, [12] de la represión de la intimidad familiar representada en el padre, del miedo de la esposa, del viaje del hijo, de las valoraciones y subestimaciones.

La carta que he hallado redactada y corregida en francés al correr de la frase es la siguiente (adjunto el facsímil y la trascripción diplomática. Los números y letras que aparecen corresponden a la identificación del documento manuscrito, según el lado derecho de la página original o en el reverso):


 

Transcripción

 

Nota: se señalan algunas incorrecciones en el uso del francés que creemos son intencionales o necesarias a falta de palabras suficientes para armar la supuesta frase cifrada en la ficción. Aquí las subrayo, si bien en el original no aparecen de este modo.

 

Documento 59D del manuscrito

Beau début mais ce n’est pas valable en ce cas. Pour répondre à sa lettre. Il est bien possible que lui, ne désir pas une réponse, il est possible qu’il ne la lise pas forcement, s’il la reçoit. Si j’écris une réponse et ne l’envoie pas, comme il est mon cas  <c’est forcémment mon cas =  es una forma incorrecta>  et bien c’est pareil si je l’écris pour mon propre soulagement.

Si j’avais sa lettre devant moi, il serait si facile, ce serait si facile ()  qu’est ce qu’il disait? Même pas le temps d’une deuxième lecture on m’a donné, on me l’a arraché et on l’a remis dans cette grosse boite qu’ils portent. Je la réecris, j’espère ne pas la changer.

Mon Père, quel soulagement ça serait de savoir que tu as lu cette lettre, mais cela je ne le saurai jamais jusqu’au beau jour tu seras remis en liberté. Je dois te parler sincèrement, il est tout nouveau ce sentiment pour toi, je ne suis pas arrivé à  comprendre pourquoi maintenant tu es en prison, je dois t’expliquer d’abord que je suis de retour en Argentine, quand j’ai reçu la lettre de Maman, je suis rentré. 

Elle etait seule, il fallait  s’occuper d’elle, je ne pouvais pas être présent quand tu étais dans la maison aussi. Je ne pouvais pas te supporter. Elle était malade des nerfs et c’était tout de ta faute. Elle ne savait jamais à quelle heure tu allais rentrer à la maison chaque jour, mais elle devait être toujours présente pour t’attendre. Si tu  ne la trouvais pas, tu faisais trembler la maison de tes hurlements. Elle a toujours vécu dans la crainte de tes rages. Je te détestais à cause de cela, j’ai quitté la maison à cause de cela.

 

<En este fragmento cambia la perspectiva a una primera persona – el emisor sería el Sr. Ramírez en la cárcel, codificando el fragmento, y la tercera persona para dirigirse a su esposa y su hijo>

 

Mon fils me détestait aussi, il dit que sa mère le détestait aussi, mais qu’elle avait peur de moi. Mon fils me dit dans sa lettre, que ma disparition a laissé ma femme dans un état lamentable, qu’il souhaitait tout le contraire, de la trouver toute ressourcée, (renouvelée = uso incorrecto) soulagée, mais non ; ma femme m’aime, mon fil dit qu’elle ne supporte pas mon absence, mais qu’il est présent pour l’assister tant qu’il peut.

Mon fils confesse qu’il ne pouvait pas me supporter. Il raconte qu’on ne pouvait même pas respirer à la maison quand j’étais présent. Si je dormais, si j’étudiais, il fallait faire silence. J’entrais dans des rages épouvantables si l’on me dérangeait. Il est parti en Europe quand il avait un peu plus de vingt ans.

 

 

 

Documento 59R del manuscrito

Je ne l’aimais plus, c’est vrai, quand il a grandi, je ne l’aimais plus, il me décevait constamment. Je devais penser comme il etais doux et gracieux comme un Bébé(ou bien autant qu’un Bébé) pour éprouver un peu de tendresse à son égard.

 

 

Documento 60D del manuscrito:

 

J’avais toujours été mécontent avec lui, il  dit que j'exigeais trop, que j'exigeais trop de tout le monde. De sa mère, de lui, de moi-même. Je ne connaissais pas de repos, il fallait toujours étudier, écrire, unir la parole à l'action, arriver au peuple, faire l'union de la masse laborieuse. Mon fils voulait diriger du théâtre, il est parti, il n'y a pas réussi, peut être je n'étais pas,  il n'avait pas les conditions, il ne travaillait pas assez. Il était devenu peintre en bâtiment, ( peintre des murs) après il donnait des leçons d'espagnol dans une école secondaire.

Le triomphe de mon fils à Paris <aparece esta frase, como más abajo “La prison” como título a dos secciones temáticas de la carta>

Il s'est marié avec une fille qui fait du théâtre, de façon pas très auspicieuse. Ils n'ont pas eu d'enfants parce que la vie est trop chère à Paris. Mais il est rentré dans son pays quand sa mère l'a appelé, alors il a changé d'avis. Sans moi sa mère était plus nerveuse que jamais, et j'avais donné le meilleur exemple de dignité à mon pays ; je n'étais pas tomber dans les intrigues mesquines, je n'avais pas accepté les compromis, j'avais lutté jusqu'à la dernière minute.

La prison.

On a même mis en scène une exécution, dans une petite chambre, deux hommes avec des pistolets, ils m'ont tué avec des fausses balles. Trois fois, ils disaient que les balles étaient vraies mais qu'ils avaient manqué leur coup. Peut être que mon fils et ma femme auraient préféré que les balles soient vraies. Mon fils et ma femme  restent finalement tranquilles. Mon fils me dit qu'il se réveille la nuit et ne peut plus Él cuenta que no se podía dormir, il se sent mal, il pense à moi, je suis en prison, vieux, malade, il a peur, il se sent mal, il m'a mal jugé toute sa vie, comment une chose pareille est-elle possible ? une erreur qui a duré toute sa vie, mais maintenant,

 

 

Documento 60R del manuscrito:

Il se rend compte que j'étais vraiment dévoué à une grande cause.  Il regrette son erreur, il se réveille la nuit  en pensant à moi  et ne peut plus dormir. Il se sent coupable de ma mort, il souhaite ma mort. Je le comprends, j'ai été content lorsqu'il est parti, il y'a presque vingt ans, parce que je ne devais plus le voir, médiocre comme il était. Cela signifie que je désirais sa mort. Maintenant tout serait diffèrent, si je pouvais le voir, j'essaierais de découvrir en lui les qualités que je n'ai pas pu voir auparavant. Mais il est très difficile de survivre dans cette chambre obscure, je suis malade, je suis vieux. Seront t-ils contents si je meure ? Il est possible que oui. La vie continue pour eux, une vie nouvelle, on pourrait faire du bruit à la maison, ma femme pourrait sortir, elle ne devrait pas rester enfermée à la maison en attendant ma sortie de prison, pourrait finalement sortir. Les rues, même si elles sont parcourues par des patrouilles fascistes, lui sembleraient libres et ensoleillées.

 

 

Esa suerte de monólogo escrito del Sr. Ramírez forma parte de esta carta original en francés, y donde el personaje reflexiona consigo mismo sobre su vida, la carta del padre: “Mon fils me détestait aussi, il dit que sa mère le détestait aussi, mais qu´elle abatí peur de moi....” que se transponen a la versión publicada. También se da cuenta de su vida en la prisión, la puesta en escena de una falsa ejecución y la reflexión sobre su esposa e hijo –eventual e imaginada- al respecto de su posibilidad de muerte, nuevamente.

La referencia al reconocimiento que se produce en el hijo, referido por Ramírez, del error y de la gran causa a la que estaba dedicado su padre: “Il se rende compte que j´étais vraiment devoué à une grande cause. Il regrette son erreur...” Y la propia conclusión: “Il est posible que la vie continue pour eux, une vie nouvelle, on pourrait finalement sortir. Les rues, même si elles sont parcourues par des patrouilles fascistes, lui sembleraient libres et ensoleillées.”

Las anotaciones, de este modo, adquieren una doble dirección: la carta del hijo se convierte en carta del padre, en una estrategia narrativa que pone al descubierto el melodrama con su carga de tragicidad, pero que sin embargo permite leerse como un “final feliz”. El verdadero encuentro, si bien el Sr. Ramírez realizaba en el acto de escritura un acto de recuperación de la experiencia al registrar sus memorias, se produce dos veces en el acto de recepción (en el pasado del personaje -cuando eventualmente recibió la carta del hijo- y en la lectura de la carta que Larry realiza a modo de venganza (pág.). Los recuerdos de la cárcel provienen de la lectura de esas anotaciones que el personaje newyorkino descubre y que lee en su enojo al Sr. Ramírez. A “tener  y poder” (que encarna el personaje argentino) se contrapone “saber y poder” (del personaje americano). En ese esgrima se juega el conflicto de toda la novela. El saber de Larry mata a Ramírez por exceso de verdad, ya que este también se entera de que su familia ha sido asesinada por medio de una bomba. Causa de la amnesia, la culpa y el dolor se habían sumergido hasta entonces. Poco después de esta discusión el “hijo” – Larry reconoce que ha ocupado ese lugar- encuentra su camino cuando mata, en el orden simbólico, al padre. La patria se sumerge en el olvido de la tragedia familiar. Y Nueva York fue el problema, pretexto y excusa para aprender a enterrarla.

 

Julia Romero

Centro de Teoría y Crítica Literaria

Universidad Nacional de La Plata (Buenos Aires)

Argentina

e-mail: [email protected]

 

 

*Referencia: Julia Romero: docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata. Desde 1994 trabaja en los archivos del escritor Manuel Puig. Realizó en forma individual y grupal varios proyectos de publicación de papeles inéditos del autor. Profesora invitada en diversas universidades francesas, EEUU y México. Se doctoró con una tesis denominada “Manuel Puig: Recepción e inserción en el campo intelectual. Geneticismo y campo de poder”, a partir de los archivos del escritor y las relaciones del campo intelectual argentino e internacional.


 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Amícola-Speranza: 1998: Encuentro internacional Manuel Puig, Rosario, Beatriz Viterbo.

Puig, Manuel: 1976-1980. Manuscritos a Maldición eterna a quien lea estas páginas. Archivos personales del escritor. Herederos de Manuel Puig.

-----------------: Maldición eterna a quien lea estas páginas. Seix Barral, 1980

ROMERO, Julia: 2006, Puig por Puig. Imágenes de escritor, Vervuert Verlag,

 

 



[1] El más ahogado, el más asfixiado, es Ramírez, que habrá de experimentar la opresión del relato en su cuerpo, en el dolor de su pecho, en el pedido de aire (en un momento necesita una carpa de oxígeno).  Novela de la familia, la repetición oscila circularmente entre el polo del hijo y el polo del padre. (Panesi, en: Amícola- Speranza, 1998: 155- 163)

 

[2] Sarlo, Beatriz, “Oralidad y lenguas extranjeras. El conflicto de la literatura argentina durante el primer tercio del siglo XX, Coloquio Internacional sobre “Oralidad y Argentinidad”, Albert Ludwigs Universität,  Friburgo, 1994. Allí la crítica señala que la pregunta mostraba una paradoja, ¿cómo escribir en Argentina en una lengua que no fuera la del colonizador? El deseo por la expresión en la lengua extranjera tenía su causa en el carácter de rechazo cultural y político a España.

[3] Weissman fue el productor del film El beso de la mujer araña, dirigido por Héctor Babenco (1985), se encargaría de la futura filmación de Vivaldi.

[4] Los relatos fueron traducidos al español por José Amícola para su compilación póstuma Los ojos de Greta Garbo. Relatos, Buenos Aires, Seix Barral, 1993. Con prólogo del traductor.

[5] Los facsímiles pueden leerse en la versión completa de este trabajo, en un libro de mi autoría, en prensa.

[6] La referencia al silencio que debía reinar a la hora de la siesta, que también se encuentra muy presente en la primera novela. El mismo desencuentro entre padre e hijo, develado en el final, aquí aparece al descubierto, como se verá en las consideraciones sobre las cartas.

[7] Si bien la edición norteamericana (Random House, 1982) y la londinense (Arena, 1985) aparecen luego de la versión en español, se aclara en esas ediciones que la versión en español es una traducción, por la editorial Seix Barral. La curiosidad que presenta la edición inglesa,  como estrategia editorial, es la cara del “Che” Guevara en la portada. (Biblioteca Puig).

[8] Romero, Julia, (1994) “La carta robada. Otra lectura de La traición de Rita Hayworth”, en Amícola, J. (comp.) Homenaje a Manuel Puig. Universidad Nacional de La Plata, Serie Estudios e Investigaciones.

[9] La traición, la sustracción la produce un personaje narrador que la “deja leer” solo al lector real.

[10] La continuidad entre ambas novelas fue señalada por Jorge Panesi (1983 y 1997)

[11] Berto le escribe a su hermano mayor que lo dejó solo en una empresa familiar para irse a España en plena crisis de 1030.

[12] Recordamos aquí nuevamente que el título original de La traición de Rita Hayworth era El desencuentro, en una operación análoga a este ocultamiento o desvío de la comunicación directa entre padre e hijo.

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