ateología

Noticias


Índice de Noticias

Noticia relacionada

El Sínodo Anglicano afronta la crisis religiosa más grave de su historia

Arzobispo de Canterbury: Gran Bretaña se ha convertido en una sociedad atea

ROMA (Redacción central), 11 noviembre 2000 (ZENIT.org). El martes pasado la reina Isabel de Inglaterra inauguró la reunión del Sínodo General de la Iglesia Anglicana que ha tenido lugar en medio de difíciles circunstancias para la religión oficial del país.

El escenario había sido preparado a finales de octubre por el arzobispo de Canterbury, George Carey, cuando declaró que Gran Bretaña se había convertido en una sociedad atea en la que el pueblo tiene más confianza en la medicina que en la religión para buscarse una garantía de vida eterna.

Según informaba el Telegraph (28 octubre), el doctor George Carey afirmó: "Prevalece un ateísmo tácito. Se asume la muerte como el fin de la vida".

Consideró que las "modernas aspiraciones" han abandonado la enseñanza cristiana, según la cual, "la muerte no es el fin sino la puerta a través de la cual recibimos la vida en toda su plenitud".

Los pesimistas comentarios del líder anglicano tuvieron lugar en un momento en el que, por primera vez en la historia, la asistencia a los servicios dominicales de la Iglesia de Inglaterra ha caído por debajo del millón de fieles, en una población que suma un total de unos 60 millones.

Ante esta constatación que ve Gran Bretaña como una sociedad de ateos, algunos han reaccionado aplaudiendo la advertencia. The Guardian (30 octubre) publicaba un artículo bajo el título "Entonces Gran Bretaña se ha hecho atea. Gracias a Dios por ello". La autora, Joan Smith, no solamente expresaba su oposición a los preceptos morales de la Iglesia, sino que también describía como uno de los "grandes timos" de la religión "una insana obsesión por la regulación de la vida privada".

Según Smith la medicina moderna es, de hecho, superior a la religión, dado que todo lo que los clérigos pueden ofrecer para aliviar la condición humana son «cuentos de hadas».

Otra reacción a las declaraciones del doctor Carey fue publicada en el Times (1 noviembre) por Jane Gordon. Se mostró en desacuerdo con el prelado anglicano porque, para ella, más que por ateos la sociedad moderna británica está compuesta por paganos.

Gordon explicaba que esto es evidente en el modo en el que hoy ha sido reemplazada la visión cristiana de la eternidad "por el infernal Hallowe'en contrapuesto a la vida después de la muerte". Esto se hace también evidente en la fascinación creciente por una variedad de costumbres y mitologías antiguas y frecuentemente paganas. El artículo indicaba que a menudo, mientras la Iglesia de Inglaterra lucha por sobrevivir en el mundo moderno, "la gente de Gran Bretaña está poniendo su fe en cualquier cosa, desde una sarta de cuentas de karma hasta la práctica de feng shui".

Vocaciones en declive y costes en alza

Aparte de la pérdida de la fe en Dios, la Iglesia de Inglaterra afronta un cierto número de debilitantes problemas internos. Para empezar, las cifras del clero, a pesar de la admisión de las mujeres al sacerdocio, están declinando.

Según el Times (1 noviembre), los puestos de casi 600 vicarios desaparecerán en los próximos cuatro años, dejando a la Iglesia de Inglaterra con el número más bajo de clero desde que se instituyeron los registros. En un informe preparado para la reunión del Sínodo, se dice que, a finales del año pasado, había unos 9.800 clérigos con sueldo, de los que una novena parte eran mujeres. Pero las previsiones para el 2004 muestran que habrá un declive del 6%, hasta tocar el 9.180.

En 1911, había 23.193 clérigos. Desde entonces, con excepción de algún ligero cambio de tendencia, su número ha experimentado un constante declive. En 1956, había 13.144. Creció a 13.724 en 1966, pero en 1971 se desplomó de nuevo hasta tocar los 13.182. En 1992 eran 11.049.

La situación se complica aún más a causa del creciente coste de las pensiones de los clérigos jubilados, ocasionando un serio peso a las finanzas eclesiales. Según el Telegraph (16 noviembre), la Iglesia de Inglaterra tendrá que vender la mitad de sus activos para afrontar el creciente costo de las pensiones de sus clérigos.

En un debate durante el Sínodo, que tuvo lugar esta semana, Sean Farrell, secretario de finanzas en el Consejo del Arzobispo, afirmó que los Comisionados de la Iglesia tendrán que vender la mitad de los 4.400 millones de libras de capital, en los próximos 60 años, para afrontar la factura anual de 85 millones de libras en razón de pensiones.

Problemas

El Sínodo está también considerado en estos días otros problemas, como, por ejemplo, las acusaciones que le han llovido de racismo. En filtraciones de un informe que iba a ser presentado en la reunión, el diario The Independent (12 noviembre) indicaba que se afirma que la Iglesia de Inglaterra es "institucionalmente racista, atascada en sus caminos, y los miembros de sus minorías étnicas están marginados, aislados y excluidos".

The Independent indicaba que el informe fue escrito por el prominente obispo negro de Stepney, el doctor John Sentamu, y fue comisionado el año pasado por el arzobispo y el Sínodo General, como respuesta al escándalo nacional en torno a la muerte de un quinceañero negro.

Según el diario, el nuevo informe es sumamente interesante. Muestra que solamente un pequeño porcentaje de gente de los substratos de las minorías étnicas asiste a la iglesia de Inglaterra, describiéndola como "atascada en sus caminos" y capaz de que los negros puedan identificarse con ella. En la mayoría de las parroquias británicas, tan sólo un 1% de las personas que llenan los bancos los domingos son negros o asiáticos. Por el contrario, hay un gran número de fieles de las minorías étnicas que pertenecen a otras iglesias, principalmente evangélicas.

Otro asunto que ha causado controversia esta semana es la cuestión de la institución de un nuevo tipo de tribunales, a puerta cerrada, para reemplazar el actual método disciplinario establecido para los clérigos. Según informaba el Telegraph (16 noviembre), el Sínodo General votó el miércoles abolir sus tribunales medievales consistoriales y reemplazarlos con tribunales cerrados a la prensa y al público.

Estos tribunales contarán también con criterios menos consistentes para probar las acusaciones, "sopesando la probabilidad", en vez de utilizar el estándar criminal de "más allá de toda duda razonable".

Sin embargo, sir Patrick Cormack, parlamentario tory por South Staffs, y miembro del comité parlamentario eclesiástico que debe aprobar toda la legislación eclesial, advirtió al Sínodo que la Medida de Disciplina del Clero era "profundamente imperfecta" y podría sufrir un accidentado paso por el Parlamento. Dio a entender que el Parlamento "devolvería" la medida.

A pesar de las advertencias, los 580 miembros del Sínodo aprobaron la medida de manera arrolladora con el voto de todos los obispos. Sólo se pronunciaron en contra 23 clérigos y 21 laicos.

¿Cambio de sistema?

El estatuto de la Iglesia de Inglaterra como religión oficial de Gran Bretaña es también un tema de debate. Poco antes de la reunión del Sínodo, el "Sunday Times" (29 octubre) publicaba las declaraciones de uno de los obispos anglicanos con mayor antigüedad en las que afirmaba que falta poco tiempo para que la Reina deje de ser el gobernante supremo de la Iglesia de Inglaterra.

Rowan Williams, arzobispo de Gales, del que según el Sunday Times se habla ampliamente como futuro arzobispo de Canterbury, dijo: "La noción del monarca como supremo gobernador ha quedado superada por su utilidad".

El comentario fue recientemente distribuido entre las iglesias en una grabación en la que se ofrecen los comentarios realizados en una reunión del verano pasado. La revelación tiene lugar después de que sir Paddy Ashdown, un prominente político británico, escribiera en sus memorias que Carlos, el príncipe de Gales tiene una postura laxa ante la posibilidad de que un católico romano pueda ser sucesor al trono.

Tras la revelación de Ashdown, los obispos de la Iglesia de Inglaterra defendieron el sistema actual. Un portavoz del arzobispo de Canterbury dijo: "El papel del monarca por lo que se refiere a la Iglesia es altamente respetado y valorado". Sin embargo, Williams, líder de la Iglesia en Gales, que se mantiene fuera del Estado desde 1920, describe la relación Iglesia-Estado como "no buena".

Arriba

Principal

Principal / Contacto

Hosted by www.Geocities.ws

1