Poesía de María del Carmen

Valencia Rojas



MARÍA DEL CARMEN VALENCIA ROJAS.- Maestra orgullosamente matamorense que gusta de escribir sencillos versos que hablan de la vida, el amor, la amistad y de todas esas cosas que rodean al ser humano. Actualmente es miembro de la Red Cultural Ayocuan, grupo bohemio de Matamoros que promueve la apreciación artística entre sus integrantes.




UN NUEVO AÑO

Un año más de nuestra vida pasa.
Otro año más que llega ante nosotros.
La huella del ayer queda en el rostro
mas el presente muestra la esperanza.

La buena voluntad se manifiesta.
Los deseos fraternales se desbordan.
A todo el mundo damos parabienes
y realizar queremos, buenas obras.

Pero a la par que va pasando el tiempo
nuestros buenos propósitos se esfuman.
Será que no tuvieron los cimientos
que debieron tener desde su cuna.

Con una férrea y gran tenacidad
se logrará el ideal deseado,
ya sean objetivos personales
o compartir con otros lo anhelado.

Fuera ya negligencia y egoísmos,
despertad del marasmo cotidiano
y que el año que viene nos encuentre
con deseos y propósitos cumplidos.




ESTÁS AQUÍ, PRIMAVERA

Con sus notas cantarinas
los pajarillos anuncian
que ya pronto se avecina
la florida primavera.

Nuestros corazones gozan
al advertir que tendremos
felices entre nosotros
la época más hermosa.

Nuestro cuerpo adormecido
por los embates pasados
que la anterior estación
con nosotros ha dejado.

Todo luce más hermoso,
vivimos con entusiasmo,
hacemos nuevos proyectos
como si fuera un nuevo año.

Y es que los rayos solares
nos infunden nuevos bríos,
nos invita el sol naciente
a olvidar los desvaríos.

Agua, sol, aves y flores,
muy buena combinación
que nos regala el supremo,
con tan divina estación.




ILUSIÓN TARDÍA

Como se me va la vida,
como se me van los sueños,
como tiernas avecillas
que se van cuando el invierno.

Así se me fue acabando
aquella ilusión tardía
que de tajo cortó el viento
cuando en mayo florecía.

Cómo entender que se fue,
cómo explicar que se iría;
cuando surgen los recuerdos
llega la melancolía.

Como vendaval sin rumbo
aquel amor se esfumó
cual relámpago en la noche
fugaz el cielo cruzó.

¿Qué me depara el destino?
¿Cuál ruta habré de tomar?
Si en mi amargo desatino
nunca volveré yo a amar.

Pero aquel bello recuerdo
jamás habré de olvidar.
Siempre vivirá conmigo
como un eterno pesar.

¿Acaso tú me recuerdas?
¿Piensas a veces en mí?
¡Qué vana ilusión la mía,
me olvido que te perdí!




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